Soy la simpleza que me caracteriza. Soy un cúmulo de casualidades, soy el problema matemático: indescifrable. Soy una existencia sin un motivo aparente, soy el cuestionamiento de la vida, soy el tormento de mis días. Soy tristeza, miedo, odio, amor, soledad y agonía. Existo sin una misión, carezco de sentido. Nada. Nada de talento, nada especial, nada hermoso y más cercano a lo terrible. Sí, eso es mi existencia: banal e índigo de la soledad. Solo. Siempre. Solo un humano más. Solo… un vivo, que muere.
Solo escribo lo que siento. Si al leerme alguien siente algo, ya habrá valido la pena.