Tengo miedo al amor. A encontrar un refugio, y el tiempo lo derrumbe, como una torre de naipes cuando sopla el viento de los disgustos frustrantes.
Tengo miedo a encontrar un verano entre sus piernas, y luego llegue otra vez el invierno de hierro, que sentencia con llanto.
Tengo miedo a la ilusión, a esos besos dulces que envician a mi boca, a esa risa suave, y a sus abrazos cálidos.
Tengo miedo a la costumbre. A los insomnios perversos si mi cama no te encuentra. A extrañar tus olores, tu voz, tu pelo. Y hasta quizás tus gritos, ahogados entre mis manos.