Puedo encontrar tu voz en muchas otras bocas. Encontrar tu piel, y besarla. Encontrar tus ojos. Admirarlos por un momento. Pero no basta.
Puedo encontrar tu silueta, dibujada y esculpida a tu auténtica figura. Tu olor a repollo, tu sonrisa cautivadora, que provoca tentaciones más allá de lo permisible; el peso de tu mirada. Pero no basta.
Puedo encontrar tus palabras, tus frases y ademanes, tus manos sudorosas, el temblor de tus nervios, tus besos cortos y sedantes, el abrazo que no consumimos, tus ocurrencias tontas. Pero no basta.
Puedo encontrar un amor recíproco, como el que anhelé de ti: besos y caricias nocturnas, un baile entre pisadas, temas divertidos para conversar. Todo aquello que no fue nuestro. Pero no basta.
Incluso, puedo tenerte otra vez a mi lado, entre mis brazos. Pero no basta. Porque nunca me entregarás tu amor.