"sí, sí, claro", digo, cansada y agotada. el sol se hunde en los arboles, y mi cabeza quiere caer en la almohada, pero no me permites, "solo son las ocho y tres", te quejas, "despierta, hablame." ya he estado despierta durante casi 22 horas, pero no te importas, solo quieres mirarme marchitar despacio, mira el dolor en mis ojos y el temblor en mi voz. pareces más viva como esto , casi puedo oir en tus pensamientos. Entonces, quedo despierta, solo para tu placer. Nunca me agradeces.