Me cuesta trabajo hablar de ti. Porque me cuesta reconocer y aceptar muchas cosas las cuales no me siento orgullosa. Me da pena haber sido tan mala; conmigo misma.
Porque al final siempre lo supe. Siempre supe que no eras para mi, pero ahí seguía. Era un círculo vicioso.
Perdón si te llegué a hacer daño, nunca fue intencional. Espero que hayas aprendido conmigo, así como yo contigo.
A veces quisiera escribirte, solo para saber como estás. Pero de nuevo, sé que no me contestarías, porque así eres tú. Porque probablemente te recuerde a lo peor que haz vivido, pero se que en el fondo me agradeces.