Atacas las olas en estas costas olvidadas atracas en mis playas cristalinas cráneo de oro y mi madre besa tus brazos con sus bejucos mientras sigues mis huellas en el barro
Espada en mano despojas mi casa de sus caricias te acercas a mi techo y te acepto en una reverencia te invito con regalos y lleno tu barriga y pagas a este mundo mío con hierro y sangre