Si yo fuera hombre, a mi mujer la tomaría y en cada esquina le hiciera el amor, noche, tarde y día.
Si yo fuera hombre, en su pecho dormiría, lactara de sus deseos y en realidad se los convertiría.
Si yo fuera hombre, rosa en mano le pondría todos los días, para que nunca olvide ella, lo fuerte y frágil que es la vida. Que ella al igual que esa rosa, es el aroma que a mi olfato tranquiliza, y que es su fortaleza, donde se renuevan mi ímpetu por la vida.
Si hombre fuese en la frente antes de salir de casa le besaría, para recordarle que sigue siendo ella, lo que más quiero en esta vida.
Si fuera yo hombre le inventara zapatos que no la hieran cuando pise en ese inmenso trayecto que puede ser la vida.
Le insistiría en salir a bailar y hacer esas cosas de nuestra juventud, para que se mantenga su alma jovial, dulce y sin tanta rectitud.
Si yo fuera hombre, cada noche un poema le inventaría, para que recuerde por siempre ella que es la musa, que inspira mis días.
Si fuera yo hombre, depilarse no le permitiría, más si la sintiera angustiada con mis besos, con mis versos, con mis monerías todo sentimiento de pesadez se los depilaría.