La canción que ardiente me sale del alma no es nunca sólo canción desesperada, es más bien una canción enamorada que al cantar, Maluriposa, busca calma.
Las palabras que surgen a raudales por el cerco de mis dientes y mi boca son unas formas que parecen muy locas y buscan, Primavera, exorcizar males.
Las reflexivas expresiones que tengo y que salen, Preciosa, pensando en ti, intentan, de algún modo, ponerle fin a toda esta enorme invasión de lamentos.
Los términos que dicta la fantasía, traídos de imaginación o conciencia son vocablos que llaman a la paciencia y no al enojo, querida Luz del Día.
Mas las voces también son ecos de ausencias en las que sin sosiego alma y cuerpo esperan tener un encuentro a la luz de las velas para que alejen fatigas e impaciencias. Voces formadas por amor y deseos para que cuando la linda Mariposa sea atrapada en la prisa de las cosas no olvide que abrazar su cintura quiero. (Jorge Gómez Arias)