No te dejo de querer,
a pesar de tu viaje,
y de tus pocas palabras.
Sigo viéndote de vez en cuando,
tu sonrisa es más bonita en persona,
pero igual tiemblo.
Te fallé aquél día,
regresé tarde y,
nada fue lo mismo a partir de entonces.
Sueño sin dormir,
en como será tú regreso,
ni siquiera creo que vayas a volver.
Sigues siendo mi dueño,
está tu voz tatuada en mi mente,
lloro cuando recuerdo que no estás presente.