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Santiago Jan 2015
Pa mi kompa el conejo c loco
Mi canton donde yo me quedo
Ese no puedo tengo que irme lejos
A mi familia solos los dejo me voy
Les doy el piso anda bien caliente
El mundo les miente ya no sienten
Que estan haciendo no entiendo
Tu ya sabes donde quiera defiendo
Sin miedo listo pa cualquier ****
En mi puesto te espero pronto
No creas que soy un pinchi tonto
Preparado para el gran disparo
Rumbando en el caro por debajo
Mi familia esta en peligro
La neta te digo la verdad yo te sigo
Solo te pido el rescate del nido
Salgo vivo enfrentando la muerte
Los dos angeles de la muerte
Aqui no vive la suerte solo verte
A la fuga da un chingo decoraje
Reportandome al jale de la calle
Chale estoy en el infierno
A falsos los acuesto a balazos
Con el cuerno los tiendo grave
Es mi vida la que estoy viviendo
La ley de dios hasta el fin defiendo
No es un cuento y ningun invento
Te lo presento con rapides o lento
Mis palabras te hacen calaberas
Maderas amarandolo con cuerdas
Para que siempre te lo recuerdas
Tus ojos verdes y camisa muerdes
La jura terkos ese pinchis puerkos
Quedaste atrapado ya no suelto
Encargo para el vuelo a las nubes
Hasta arriba en los cielos te subes
Y te tumbo desde arriba bebida
Mamila tu callida sin paracallidas
Te dije imposible que sobrevivas
Sigues chingando la torre te acabo
Con una madrisa y al fin sonrisa
Soy un chingon no un mamon
Pinchi rajon cabron me rapo pelon
Pon tu cabeza te la hago melon
¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.
    ¡Hurra! ¡a caballo, hijos de la niebla!
Suelta la rienda, a combatir volad:
¿veis esas tierras fértiles?, las puebla
gente opulenta, afeminada ya.     Casas, palacios, campos y jardines,
todo es hermoso y refulgente allí:
son sus hembras celestes serafines,
su sol alumbra un cielo de zafir.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     Nuestros sean su oro y sus placeres,
gocemos de ese campo y ese sol;
son sus soldados menos que mujeres,
sus reyes viles mercaderes son.
    Vedlos huir para esconder su oro,
vedlos cobardes lágrimas verter...
¡Hurra! volad: sus cuerpos, su tesoro
huellen nuestros caballos con sus pies.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     Dictará allí nuestro capricho leyes,
nuestras casas alcázares serán,
los cetros y coronas de los reyes
cual juguetes de niños rodarán.
    ¡Hurra! ¡volad! a hartar nuestros deseos:
las más hermosas nos darán su amor,
y no hallarán nuestros semblantes feos,
que siempre brilla hermoso el vencedor.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     Desgarraremos la vencida Europa
cual tigres que devoran su ración;
en sangre empaparemos nuestra ropa
cual rojo manto de imperial señor.
    Nuestros nobles caballos relinchando
regias habitaciones morarán;
cien esclavos, sus frentes inclinando,
al mover nuestros ojos temblarán.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     Venid, volad, guerreros del desierto,
como nubes en negra confusión,
todos suelto el bridón, el ojo incierto,
todos atropellándose en montón.
    Id en la espesa niebla confundidos,
cual tromba que arrebata el huracán,
cual témpanos de hielo endurecidos
por entre rocas despeñados van.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     Nuestros padres un tiempo caminaron
hasta llegar a una imperial ciudad;
un sol más puro es fama que encontraron,
y palacios de oro y de cristal.
    Vadearon el Tibre sus bridones,
yerta a sus pies la tierra enmudeció;
su sueño con fantásticas canciones
la fada de los triunfos arrulló.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     ¡Qué! ¿No sentís la lanza estremecerse,
hambrienta en vuestras manos de matar?
¿No veis entre la niebla aparecerse
visiones mil que el parabién nos dan?
    Escudo de esas míseras naciones
era ese muro que abatido fue;
la gloria de Polonia y sus blasones
en humo y sangre convertidos ved.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     ¿Quién en dolor trocó sus alegrías?
¿Quién sus hijos triunfante encadenó?
¿Quién puso fin a sus gloriosos días?
¿Quién en su propia sangre los ahogó?
    ¡Hurra, cosacos! ¡gloria al más valiente!
Esos hombres de Europa nos verán:
¡Hurra! nuestros caballos en su frente
hondas sus herraduras marcarán.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     A cada bote de la lanza ruda,
a cada escape en la abrasada lid,
la sangrienta ración de carne cruda
bajo la silla sentiréis hervir.
    Y allá después en templos suntüosos,
sirviéndonos de mesa algún altar,
nuestra sed calmarán vinos sabrosos,
hartará nuestra hambre blanco pan.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.     Y nuestras madres nos verán triunfantes,
y a esa caduca Europa a nuestros pies,
y acudirán de gozo palpitantes
en cada hijo a contemplar un rey.
    Nuestros hijos sabrán nuestras acciones,
las coronas de Europa heredarán,
y a conquistar también otras regiones
el caballo y la lanza aprestarán.
    ¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.
carmel Dec 2020
Existe una melancolía hermosa y dolorosa en la idea de lo que pudo ser y no fue, en esos hubieras sueños perdidos en el aire, dulce espacio de la imaginación de vidas alternativas y metas truncadas.
2020 No te voy a poder olvidar
llegaste a crear espacios en mi, vacíos que me hicieron ver mi oscuridad
llegaste a encerrarme en mi en mi mente, en mis demonios, me diste espejos de amor y espejos de dolor, me entregaste a los maestros correctos en los momentos indicados.
me recordaste que en el pasado existe la puerta de mi infancia, mi refugio un lugar en honor al buen trabajo de mis papas, mis hermanos, mi familia.
2020 llegaste a romperme como hace tiempo no me rompia la vida, llegaste a abrirme para derramar agradecimiento

2020 me enseñaste a soltar expectativas de un futuro, a fluir y ver cada día como una nueva aventura, a agradecer esta broma de la vida con respeto y con risas surfeando el sufrimiento.
este año llegó a enseñArme a tener amor propio y cuidarme, a conocer mis límites y reconocer mis demonios ponerles nombre sentarme a solas con ellos a tomar té, a veces vino, a veces whisky, A decir no me juzgo y no espero nada de ti, no me juzgues que esto es lo que ahi y me ha costado a:os todo lo que ves, todo lo que en mi he construido para mi no para ti ni para  nadie que no llegue a este mundo a llenar las expectativas de nadie a quitar el ego y ser parte de algo más grande, a confiar en mí y el universo, sabes este 2020 es un aprendizaje de saber fluir.

A vomitar mis miedos, llorar mis traumas y pintar mis dolores. A ser un perfecto ser imperfecto, sin esperar más ni menos de mi ni de nadie, a tomar las cosas como son, y no como quisiera que fueran

este año aprendí la diferencia entre un amigo y un conocido, un abrazo a un saludo a distancia, una llamada, este a;o me enseñaste a no tener miedo a estar sola y en soledad gozar el vacío de mi ser, que si suelto mejores cosas llegan y si no llegan al menos me tengo a mi y eso de menos no tiene nada.

Este año aprendí que la paz mental, que el centro interior no se deja por nada ni por nadie, aprendi una leccion que no voy a olvidar, prefiero vivir en armonía sin estar despertando mis heridas y gozando aunque no todo este como “ debería de ser”

Aprendí a valorar la fragilidad de tocar la mano de un extra:o, toser en publico, compartir una cerveza, escuchar una multitud, ir a un concierto, besarme con extraños, hacer nuevos amigos, bailar en la multitud, ver a los ancianos sin miedo a enfermarnos

2020 has sido extrañamente uno de los años de más sanacion, quien diría que ocupaba una pandemia mundial para perderme y volverme a encontrar
Pidiendo a las diez del día   papel a su secretario,
a la carta de Jimena   responde el rey por su mano;
y después de hacer la cruz   con cuatro puntos y un rasgo,
aquestas palabras pone   a guisa de cortesano:

«A vos, la noble Jimena,   la del marido envidiado,
vos envío mis saludos   en fe de quereros tanto.
Que estáis de mi querellosa,   decís en vuestro despacho,
que non vos suelto el marido   sino una vez en el año,

»y que cuando vos le suelto,   en lugar de regalaros,
en vuestros brazos se duerme   como viene tan cansado.
Si supiérades, señora,   que vos quitaba el velado
para mis namoramientos,   fuera bien el lamentarlo;

»mas si sólo vos lo quito   para lidiar en el campo
con los moros convecinos,   non vos fago mucho agravio;
que si yo no hubiera puesto   las mis huertas a su cargo,
ni vos fuerais más que dueña,   ni él fuera más que un hidalgo.

»A no vos tener encinta,   señora, el vuestro velado
creyera de su dormir   lo que me habedes contado.
Más pues el parto esperáis...   si os falta un marido al lado,
no importa, que sobra un rey   que os hará cien mil regalos.

»Decís que entregue a las llamas   la carta que habéis mandado;
a contener herejías,   fuera digna de tal caso;
mas pues razones contiene   dignas de los siete sabios,
mejor es para mi archivo   que non para el fuego ingrato.

»Y porque guardéis la mía   y no la fagáis pedazos,
por ella a lo que pariéredes   prometo buen aguinaldo:
si fuere hijo, daréle   una espada y un caballo
y cien mil maravedís   para ayuda de su gasto;

»si fija, para su dote   prometo poner en cambio
desde el día en que naciere   de plata cuarenta marcos.
 Con esto ceso, señora,   y no de estar suplicando
a la Virgen vos ayude   en los dolores del parto».
Es blanca, rubia, de contornos puros,
Cual si fueran labrados por Cellini.
La vi, me enamoré, di veinte duros,
Y la mandó a mi casa Pellandini.

Está con traje azul, el solo traje
Que me causa inquietudes y desvelos,
Porque con él el rostro es un celaje
Prendido en las riberas de los cielos.

Suelto tiene el riquísimo tesoro
De sus cabellos blondos y rizados,
Que brillan y relucen como el oro
De octubre en las espigas de los prados.

Buscan la inmensidad sus claros ojos,
Que irradian luz en su mirar sereno:
Tiene boca pequeña, labios rojos,
Cuello de nácar y marmóreo seno.

Siempre que llego a verla, me palpita
Acelerado el corazón ardiente;
Me parece que sueña, que medita,
Y que espera mis besos en su frente.

Es púdica, romántica, graciosa,
Y en contra de su **** y su hermosura,
No puede ser infiel ni ser curiosa,
Ni mentir, ni gastar, ni ser impura.

Después de que a Occidente el sol resbala,
Y su luz melancólica pardea,
Y esconde la cabeza bajo el ala
El ave que en los árboles gorjea;

Cuando aparecen nítidas y bellas,
Derramando sus vividos fulgores,
Esas, que siempre están, blancas estrellas,
En eterno coloquio con las flores;

Cuando al loco rumor con que ensordece
A la incansable muchedumbre el día,
Sigue el hondo silencio en que parece
Que están el sol y el mundo en agonía:

Entonces, en mi alcázar de amargura,
Que jamás el amor viste de gala,
Contemplo a la deidad cuya hermosura
Decora el muro de la humilde sala.

¡Cómo anima la sombra suavemente
Sus pupilas tan dulces y serenas!
¡Cuál tiñe de carmín su casta frente
La sangre que no corre por sus venas!

Parece que me ve, que se retratan
Mis ojos en los suyos siempre bellos,
¡En sus ojos de rayos que no matan.
Porque no está la tempestad en ellos!

Ojos que irradian fe, paz y bonanza,
Con la celeste luz en ellos presa;
Al que los mira infunden esperanza,
Y casta devoción al que los besa.

Cuántas veces, mirando cara a cara
A esta mujer, capricho del artista,
He llegado a pensar: «Si abandonara
El lienzo en que aparece ante mi vista,

»Y viera convertirse en un momento
En verdad la ficción sobrando altiva,
Fuerza, calor, lenguaje y movimiento,
Tornándose mujer y estando viva,

»¿Causará entonces a mi pecho herido
Este entusiasmo que a sus pies me trae?»
¡Ah! ¡yo sé que al amor sigue el olvido!
¡La flor más bella se marchita y cae!

Yo sé que el fuego que la carne abrasa,
Se torna en humo y en ceniza fría.
¡Todo se rompe, y atosiga, y pasa
Como el resabio del placer de un día!

Y sé que aquel amor dulce y callado
Que vierte en la niñez sus embelesos,
Es la estrella inmortal del bien pasado,
Encendida entre lágrimas y besos.

Mas del extraño amor que al pecho inspira,
Esta muda beldad, ¿cuál es el nombre?
¿Es sólo verso cuando está en la lira?
¿Sólo palabra cuando está en el hombre?

¿Es brillante ilusión que se derrumba
A un abismo sin fondo ni medida?...
¡Es como el fuego fatuo de la tumba,
Que sólo puede arder donde no hay vida!

Pigmalión, adorando a Galatea,
A este secreto amor le imprime norma;
Para llegar al culto de la idea,
Hay que entrar por el culto de la forma.

¿Es dulce, es melancólica, es hermosa?
Pues no exijamos más, basta con eso;
El amor, cual la abeja, va a la rosa:
Sólo busca la boca para el beso.

Mejor que nada exista en esa frente,
Ni en esos labios de encendida grana;
Huyo del sol en el zenit ardiente,
Y lo busco al rayar de la mañana.

Nada que incendie, nada que destruya
Nada que canse, nada que carcoma;
Si queréis un amor que no concluya,
Todo fe, todo ensueño, todo aroma,

Pensad, al resolver cuestión tan seria.
Que la beldad encubre un esqueleto
Que polvo será al fin, porque es materia:
Pedidlo al arte y lo hallaréis completo.

Al arte, sí, que en medio del abismo,
Que todo lo amortigua y lo devora,
Ni engaña, ni atosiga, siendo el mismo
En la sombra y la luz, a cualquiera hora.

Es la existencia en dichas tan escasa,
Que cuanto abarca en su mejor destello,
Todo se rompe, languidece y pasa:
¡Todo, menos el culto por lo bello!
Tuve
Un ataque al corazón,
Pero no fue el mío,
Fue el tuyo;
Que me desarmo,
Con tu pelo suelto
Me has desenvuelto,
Me traes distraído
Cometa fuera de
Su curso,
Si sigo así
Me voy a estrellar
Con el sol,
Y de allí saldré feroz
Volcán de deseos
Por ti,
Con el simple
Roce de tu piel
Con el mercurio
De mi alma encendida,
Si nos unimos
En este momento
Los planetas
Se alinearían
Y nuevas galaxias
Nacerán,
Todo esto pasa
Por enfrente de mis ojos
Yo aquí en el suelo
Recuperándome
Ataque de tu corazón;
No me defiendo
Porque estas batallas
Siempre las ganaras tú...
APAD13 - 036 © okpoet
I had
A heart attack,
But it wasn't mine,
It was yours;
That disarmed me,
With your hair loose
You've unraveled me,
You distract me
Comet out of
It's course,
If I continue this way
I will crash
With the sun,
And from there I'll emerge fierce
Volcano of desires
For you,
With but a simple
Brush of your skin
With the mercury
Of my soul aflame,
If we united
In this moment
The planets
Would align
And new galaxies
Would be born,
All this plays
In front of my eyes
I on the ground
Recovering
Attack from your heart;
I don't defend myself
Because these battles
You will always win...
¡Qué pareja tan hermosa
esta nuestra, Contemplado!
La mirada de mis ojos,
y tú, que te estoy mirando.
Todo lo que ignoro yo
te lo tienes olvidado;
y ese cantar que me buscan
las horas, sin encontrarlo,
de la mañana a la noche,
con blanquísimo estribillo,
tus olas lo van cantando.
Porque estás hecho de siglos
me curaste de arrebatos;
se aprende a mirar en ti
por tus medidas sin cálculo
-dos, nada más: día y noche-
gozosamente despacio.
No quieres tú que te busquen
los ojos apresurados,
los que te dicen hermoso
y luego pasan de largo.
No ven. A ti hay que mirarte
como te miran los astros,
a sus azules mirandas
serenamente asomados.
Tú, Lazarillo de ojos,
llévate a estos míos; guíalos,
por la aurora, con espumas,
con nubes, por los ocasos;
tú solo sabes trazar
los caminos de tus ámbitos.
Con las señas de la playa,
avísales de la tierra,
de su sombra, de su engaño.
A tu resplandor me entrego,
igual que el ciego a la mano;
se siente tu claridad
hasta en los ojos cerrados,
-presencia que no se ve-,
acariciando los párpados.
Por tanta luz tú no puedes
conducir a nada malo.
Con mi vista, que te mira,
poco te doy, mucho gano.
Sale de mis ojos, pobre,
se me marcha por tus campos,
coge azules, brillos, olas,
alegrías,
las dádivas de tu espacio.
Cuando vuelve, vuelve toda
encendida de regalos.
Reina se siente; las dichas
con que tú la has coronado.
¡De lo claro que lo enseñas
qué sencillo es el milagro!
Si bien se guarda en los ojos,
nunca pasa, lo pasado.
¿Conservar
un amor entre unos brazos?
No. En el aire de los ojos,
entre el vivir y el recuerdo,
suelto, flotando,
se tiene mejor guardado.
Aves de vuelo se vuelan,
tarde o temprano.
Los ojos son los seguros;
de allí no se van los pájaros.
Lo que se ha mirado así,
día y día, enamorándolo,
nunca se pierde,
porque ya está enamorado.
Míralo aunque se haya ido.
Visto o no visto, contémplalo.
El mirar no tiene fin:
si ojos hoy se me cerraron
cuando te raptó la noche,
mañana se me abrirán,
cuando el alba te rescate,
otros ojos más amantes,
para seguirte mirando.
Anda, date a volar, hazte una abeja;
En el jardín florecen amapolas,
Y el néctar fino colma las corolas;
Mañana el alma tuya estará vieja.

Anda, suelta a volar, hazte paloma,
Recorre el bosque y picotea granos,
Come migajas en distintas manos,
La pulpa muerde de fragante poma.

Anda, date a volar, sé golondrina,
Busca la playa de los soles de oro,
Gusta la primavera y su tesoro,
La primavera es única y divina.

Mueres de sed: no he de oprimirte tanto...
Anda, camina por el mundo, sabe;
Dispuesta sobre el mar está tu nave:
Date a bogar hacia el mejor encanto.

Corre, camina más, es poco aquello...
Aún quedan cosas que tu mano anhela,
Corre, camina, gira, sube y vuela:
Gústalo todo porque todo es bello.

Echa a volar... mi amor no te detiene,
¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida... el corazón se apene...
Date a volar, Amor, yo te comprendo.

Callada el alma... el corazón partido,
Suelto tus alas... ve... pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.

Para que tanta sed bebiendo cures
Hay numerosas sendas para ti...
Pero se hace la noche; no te apures...
Todas traen a mí...
Edades de fuego y de aire
Mocedades de agua
Del verde amarillo
                                  Del amarillo al rojo
Del sueño a la vigilia
                                      Del deseo al acto
Sólo había un paso que tú dabas sin esfuerzo
Los insectos eran joyas animadas
El calor reposaba al borde del estanque
La lluvia era un sauce de pelo suelto
En la palma de tu mano crecía un árbol
Aquel árbol cantaba reía y profetizaba
Sus vaticinios cubrían de alas el espacio
Había milagros sencillos llamados pájaros
Todo era de todos
                                  Todos eran todo
Sólo había una palabra inmensa y sin revés
Palabra como un sol
Un día se rompió en fragmentos diminutos
Son las palabras del lenguaje que hablamos
Fragmentos que nunca se unirán
Espejos rotos donde el mundo se mira destrozado


    Una mujer de movimientos de río
    De transparentes ademanes de agua
    Una muchacha de agua
    Donde leer lo que pasa y no regresa
    Un poco de agua donde los ojos beban
    Donde los labios de un solo sorbo beban
    El árbol la nube el relámpago
    yo mismo y la muchacha
La casa, junto al río.
Alegre el saloncito. La ventana
Sobre el jardín. Aromas. Luz. Estío,
Aves en el azul de la mañana.

Copiado en grande espejo, se columbra
El tocador de mármol de la alcoba
Que un claro sol alumbra;
Y en la negra caoba

Del luciente piano
Yergue su aristocracia,
Colocado con gracia,
Ramo de rosas del jardín cercano.

Y salida del baño, en amplia bata
Que el seno mal recata,
Yace tendida en el sofá, fumando
Un cigarrillo y otro, y viendo el humo
Subir en espirales.
Yo, imitando
Su inocente placer, pues también fumo.

-¿Y qué piensas hacer? ¿Salir? Supongo
Que saldrás, pues no creo
Que hoy al «Bosque» no vayas de paseo.
Y pensando estarás: «¿Y qué me pongo?
¿Qué sombrero? ¿Qué traje? ¿Y qué sombrilla
Llevaré? ¿Blanca o de color de rosa?»
Y dirás cual la cosa más sencilla:
«¡Bah! Si todo me queda a maravilla»,
Porque eso sí... Cual nadie vanidosa.

¿Sonríes? Cuántos al pasar tu talle
Y tu cara, entre arrobos,
Como si fueran bobos
Se quedarán mirándote en la calle!
¿Y una cita no tienes? Di, responde.
¿Cita con quién? ¿Y en dónde?
Si quieres ir a Armenonville, pidamos
Una mesa. ¿No quieres?
¿O a «Perroquet» prefieres
Ir esta noche? ¿Vamos o no vamos?
¿O más bien a «Florida»
Para ver a la Nasch, como albayalde,
Y flaca siempre, y siempre bien vestida
Por Lelong o Patou, pero de balde
Cual «reclame» de sus casas de costura?

No fumes más. No insistas. Te hace daño.
¿Cambiaste la montura
Del anillo? ¿A Deauville no vas este año?
Una pregunta, nada más, loquilla:
Para verte los ojos, frente a frente,
Acercaré la silla:
La mirada, ¿no sabes?, nunca miente.

No son celos. Te digo
Que no son celos; pero aquel amigo

Con quien te vi en el Bitz.... te lo aseguro,
Sí, no son celos, no lo son. Te juro
Que celoso no soy... Mas tienes suelto
El brazalete... Dime con franqueza,
Con franqueza, ¿a salir con él no has vuelto?
Apoya sobre mi hombro la cabeza;
Mas no cierres los ojos, oye, mira;
Dime que todo, todo fue mentira,
Que, nunca has sido loca,
Y nunca lo serás para engañarme,
Y vivirás, y vives, para amarme....
Mas dilo con el alma entre la boca,
Dímelo pronto, pronto....
¿No oyes? ¿Estás dormida?
                                          -«Tonto, tonto!
Qué tonto eres así,
Imitando Toi et moi de Géraldy».
En la tranquila y recatada estancia,
De áureos brocados y de roja alfombra,
Un manojo de rosas su fragancia
Al aire daba, en la naciente sombra.

Suelto el rubio cabello, blanca y leve,
Apareció la virgen soñadora,
Y semejaba como airón de nieve
Besado por un rayo de la aurora,

En la penumbra medio oculto el piano,
Confidente de sueños, se veía,
Como aguardando conocida mano,
Mensajera del ritmo y la armonía.

...Y las notas vibraron. De la luna,
Que desceñía sus flotantes velos,
Un rayo entró a la estancia, como una
Indiscreta mirada de los cielos.
Ya se dijeron las cosas más oscuras.
También las más brillantes.
Ya se enlazaron las palabras como
cabellos, seda y oro en una misma trenza
-adorno de tu espalda transparente-.
Ahora,
tan bella como estás,
recién peinada,
quiero tomar de ti lo que más amo.
Quiero tomarte
-aunque soy viejo y pobre-
no el oro ni la seda:
tan sólo el simple, el fresco, el puro
(apasionadamente), el perfumado,
el leve (airadamente), el suave pelo.
Y sacarte a las calles,
despeinada,
ondulando en el viento
-libre, suelto, a su aire-
tu cabello sombrío
como una larga y negra carcajada.
carmel Nov 2020
A veces me lleno de enojo, de dolor de injusticia que la vida da
pero así como me lleno, la vida me enseño que las perlas no son para los cerdos, que uno aprende con quien si, con quien no, quien merece una respuesta y quien no, la vida me enseño que soltando me vacío, suelto y ya no lo siento en mi cuerpo, soltando todo se va y solo lo mejor se queda.
Valeria Chauvel May 2020
Quizá al otro lado de la orilla,
reclinada sobre el espejo
vea a un rostro diferente.

En la mirada de la hoguera
se vierte el temple de la identidad
y tú ya no eres parte de la epifanía
que puede observar las cosas.

Ahí donde se aglomeran las ideas,
el silencio de la nada
aúlla en la realidad.

¿Es una voz la que escucho
en la lejanía portando en ella
la banderola de la verdad?

"Hay un loco suelto que ha perdido el juicio,
mátenlo, por favor"

Me veo lejos...  muy lejos.
No me reconocí.
Y caigo nuevamente al olvido.

De nuevo frente al espejo.
Hoy soy mi reflejo,
pero solo al otro lado de la orilla.

— The End —