En un respiro, tú cambiaste, yo también,
la situación allá afuera está muy loca.
Todo el humo de los problemas,
al parecer, ese humo entra en mi mente.
No van a recordarnos; somos irrelevantes.
Quería verte, pero las piedras en el camino de mi cabeza,
me obligan a dar media vuelta.
En una larga fila estaba,
pensando en el poco dinero que tengo,
pensando en mi futuro extraño y torpe,
pensando en cómo no dije más que "hola".
Yo me pinto la cara;
tú eres simplemente tú.
No es de extrañarse:
no necesitas ninguna máscara.
Nos harán polvo,
en fotos separadas nos verán,
nuestros nombres en una lápida.
Dime, ¿me recordarás?