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La mirada interior se despliega y un mundo de vértigo y llama nace bajo la frente del que sueña:
soles azules, verdes remolinos, picos de luz que abren astros como granadas,
tornasol solitario, ojo de oro girando en el centro de una explanada calcinada,
bosques de cristal de sonido, bosques de ecos y respuestas y ondas, diálogo de transparencias,
¡viento, galope de agua entre los muros interminables de una garganta de azabache,
caballo, cometa, cohete que se clava justo en el corazón de la noche, plumas, surtidores,
plumas, súbito florecer de las antorchas, velas, alas, invasión de lo blanco,
pájaros de las islas cantando bajo la frente del que sueña!Abrí los ojos, los alcé hasta el cielo y vi cómo la noche se cubría de estrellas.
¡Islas vivas, brazaletes de islas llameantes, piedras ardiendo, respirando, racimos de piedras vivas,
cuánta fuente, qué claridades, qué cabelleras sobre una espalda oscura,
cuánto río allá arriba, y ese sonar remoto de agua junto al fuego, de luz contra la sombra!
Harpas, jardines de harpas.Pero a mi lado no había nadie.
Sólo el llano: cactus, huizaches, piedras enormes que estallan bajo el sol.
No cantaba el grillo,
había un vago olor a cal y semillas quemadas,
las calles del poblado eran arroyos secos
y el aire se habría roto en mil pedazos si alguien hubiese gritado: ¿quién vive?
Cerros pelados, volcán frío, piedra y jadeo bajo tanto esplendor, sequía, sabor de polvo,
rumor de pies descalzos sobre el polvo, ¡y el pirú en medio del llano como un surtidor petrificado!Dime, sequía, dime, tierra quemada, tierra de huesos remolidos, dime, luna agónica,
¿no hay agua,
hay sólo sangre, sólo hay polvo, sólo pisadas de pies desnudos sobre la espina,
sólo andrajos y comida de insectos y sopor bajo el mediodía impío como un cacique de oro?
¿No hay relinchos de caballos a la orilla del río, entre las grandes piedras redondas y relucientes,
en el remanso, bajo la luz verde de las hojas y los gritos de los hombres y las mujeres bahándose al alba?
El dios-maíz, el dios-flor, el dios-agua, el dios-sangre, la Virgen,
¿todos se han muerto, se han ido, cántaros rotos al borde de la fuente cegada?
¿Sólo está vivo el sapo,
sólo reluce y brilla en la noche de México el sapo verduzco,
sólo el cacique gordo de Cempoala es inmortal?Tendido al pie del divino árbol de jade regado con sangre, mientras dos esclavos jóvenes lo abanican,
en los días de las grandes procesiones al frente del pueblo, apoyado en la cruz: arma y bastón,
en traje de batalla, el esculpido rostro de silex aspirando como un incienso precioso el humo de los fusilamientos,
los fines de semana en su casa blindada junto al mar, al lado de su querida cubierta de joyas de gas neón,
¿sólo el sapo es inmortal?He aquí a la rabia verde y fría y a su cola de navajas y vidrio cortado,
he aqui al perro y a su aullido sarnoso,
al maguey taciturno, al nopal y al candelabro erizados, he aquí a la flor que sangra y hace sangrar,
la flor de inexorable y tajante geometría como un delicado instrumento de tortura,
he aquí a la noche de dientes largos y mirada filosa, la noche que desuella con un pedernal invisible,
oye a los dientes chocar uno contra otro,
oye a los huesos machacando a los huesos,
al tambor de piel humana golpeado por el fémur,
al tambor del pecho golpeado por el talón rabioso,
al tam-tam de los tímpanos golpeados por el sol delirante,
he aqui al polvo que se levanta como un rey amarillo y todo lo descuaja y danza solitario y se derrumba
como un árbol al que de pronto se le han secado las raíces, como una torre que cae de un solo tajo,
he aquí al hombre que cae y se levanta y come polvo y se arrastra,
al insecto humano que perfora la piedra y perfora los siglos y carcome la luz,
he aquí a la piedra rota, al hombre roto, a la luz rota.¿Abrir los ojos o cerrarlos, todo es igual?
Castillos interiores que incendia el pensamiento porque otro más puro se levante, sólo fulgor y llama,
semilla de la imagen que crece hasta ser árbol y hace estallar el cráneo,
palabra que busca unos labios que la digan,
sobre la antigua fuente humana cayeron grandes piedras,
hay siglos de piedras, años de losas, minutos espesores sobre la fuente humana.Dime, sequía, piedra pulida por el tiempo sin dientes, por el hambre sin dientes,
polvo molido por dientes que son siglos, por siglos que son hambres,
dime, cántaro roto caído en el polvo, dime,
¿la luz nace frotando hueso contra hueso, hombre contra hombre, hambre contra hambre,
hasta que surja al fin la chispa, el grito, la palabra,
hasta que brote al fin el agua y crezca el árbol de anchas hojas de turquesa?Hay que dormir con los ojos abiertos, hay que soñar con las manos,
soñemos sueños activos de río buscando su cauce, sueños de sol soñando sus mundos,
hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros,
cantar hasta que el sueño engendre y brote del costado del dormido la espiga roja de la resurrección,
el agua de la mujer, el manantial para beber y mirarse y reconocerse y recobrarse,
el manantial para saberse hombre, el agua que habla a solas en la noche y nos llama con nuestro nombre,
el manantial de las palabras para decir yo, tú, él, nosotros, bajo el gran árbol viviente estatua de la lluvia,
para decir los pronombres hermosos y reconocernos y ser fieles a nuestros nombres
hay que soñar hacia atrás, hacia la fuente, hay que remar siglos arriba,
más allá de la infancia, más allá del comienzo, más allá de las aguas del bautismo,
echar abajo las paredes entre el hombre y el hombre, juntar de nuevo lo que fue separado,
vida y muerte no son mundos contrarios, somos un solo tallo con dos flores gemelas,
hay que desenterrar la palabra perdida, soñar hacia dentro y también hacia afuera,
descifrar el tatuaje de la noche y mirar cara a cara al mediodía y arrancarle su máscara,
bañarse en luz solar y comer los frutos nocturnos, deletrear la escritura del astro y la del río,
recordar lo que dicen la sangre y la marea, la tierra y el cuerpo, volver al punto de partida,
ni adentro ni afuera, ni arriba ni abajo, al cruce de caminos, adonde empiezan los caminos,
porque la luz canta con un rumor de agua, con un rumor de follaje canta el agua
y el alba está cargada de frutos, el día y la noche reconciliados fluyen como un río manso,
el día y la noche se acarician largamente como un hombre y una mujer enamorados,
como un solo río interminable bajo arcos de siglos fluyen las estaciones y los hombres,
hacia allá, al centro vivo del origen, más allá de fin y comienzo.
Joa Perg May 28
En este mundo de mierda
hay ensayos de los mejores
que plantean verdades de las peores
pero la gente regala la espalda
ignorando la ignorancia
en este mundo de mierda
la tristeza es de privilegio
ya que es caro validarla
frente a la gente que más llora
¿por qué no puedo llorar una vez
cuando los que más sufren son otros?
¿acaso tengo que guardar la pena que llevo dentro
por no estar en la situación de los que viven como perro?
parece que sí
parece que no
una vez que lo encuentro por fin
dudo, y la incertidumbre se vuelve mayor
en este mundo de mierda
aún ser estúpido es mejor
aún el ser consciente es pecado
aún el angustiarse está demás
aún reconocerse falta
o por lo menos la respuesta la tendré
encima de mi insignificante lápida
Daniii Jul 10
Amar es un acto de valentía y misterio,
una búsqueda en la vasta oscuridad del ser,
un riesgo perpetuo de entrega y pérdida,
un diálogo silencioso entre dos almas inciertas.

Amar a la persona correcta
no es solo un capricho del destino,
sino la conjunción precisa de tiempos,
el encuentro de dos ríos que no se ahogan en el mar,
sino que se mezclan para formar otro cauce,
más profundo, más puro, más auténtico.

Pero amar a quien no es para ti
es como navegar sin brújula ni estrella,
es construir castillos en la arena movediza,
es poner la esperanza en manos quebradas,
es sembrar semillas en tierra estéril,
esperando que florezca un jardín olvidado.

El amor errado es la sombra que sigue,
la herida que no cicatriza,
el eco de un “quizás” que nunca fue,
la nostalgia de un tiempo robado al silencio.

Y sin embargo, amar incluso en el error
es parte de la esencia humana,
porque el alma se hace sabia
no en la perfección, sino en la caída,
no en la certeza, sino en la duda,
no en la gloria, sino en el barro.

Nos arrepentimos de los amores perdidos,
de las promesas que se desvanecieron,
de los abrazos que fueron cadenas,
de las lágrimas que regaron ilusiones que no crecieron.

Pero el arrepentimiento, más que castigo,
es maestro con rostro severo,
es la voz del tiempo que susurra:
“Aprende a amar lo que mereces,
a no regalar la vida a quien no sabe verla,
a no ofrecer el alma a quien no la cuida.”

Amar bien es una alquimia sutil,
un equilibrio frágil entre el dar y el recibir,
un arte que se cultiva con paciencia y verdad,
que no se pierde en la obsesión ni en el sacrificio vano.

No hay peor dolor que el de quien ama sin ser amado,
pero tampoco hay mayor enseñanza que la de quien se descubre a sí mismo
en ese espejo roto.

Al final, amar es un acto de libertad:
liberarse de la necesidad,
de la dependencia que esclaviza,
de la expectativa que paraliza.

Amar la persona correcta
es un acto de rebeldía contra el miedo,
es un salto al abismo con la certeza
de que las alas nacen de la caída.

Y si algún día dudas de ese amor,
si el error se asoma con su sombra fría,
recuerda que amar no es poseer,
ni salvar, ni transformar al otro,
sino reconocerse en el otro,
y en esa unión, hallar la totalidad.

Porque el amor verdadero no pide,
no exige ni suplica,
no se aferra ni consume,
sólo se ofrece, se expande, se vuelve luz.

Amar la persona correcta es, entonces,
un acto de revolución interna,
una reconciliación con uno mismo,
una verdad que no se puede negar:
que el amor auténtico es aquel
que te eleva, te sana, y te hace libre.

Y si alguna vez te encuentras amando la sombra,
no te condenes, no te olvides, no te pierdas;
aprende a distinguir la luz en el tiempo,
a medir la distancia entre el alma y el reflejo,
y a caminar siempre hacia el amor que merece tu esencia.

Porque amar bien no es cuestión de suerte,
es cuestión de sabiduría, de respeto, de coraje.
Y cuando ese amor verdadero llegue,
será el fin de todas tus dudas,
el comienzo de la paz en tu pecho,
y la eternidad breve de un instante pleno.

Derechos de autor ©️

~Daniii

— The End —