Hay siempre una señal, en un momento
Que nunca es prematuro ni tardío,
Como se ve en las velas de un navío
La señal inequívoca del viento.
Pero algún silencioso sentimiento,
Oculto en el pudor o el señorío,
Nos puede sugerir todo el estío
Con la señal de un pájaro sediento.
Y hoy como ayer mi corazón espera
Una señal, una señal cualquiera,
No sé de qué manera ni sé cuál;
Pero sí sé que, apasionadamente,
Ante tu lejanía indiferente,
Mi corazón espera una señal...