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NOYM NDMJ Sep 2021
¿Dónde estoy?
No me encuentro.
¿Porque me fui?
No sé.

Estoy sola.
No me entiendo.
No me entienden.
Estoy perdida.
Estoy rota,
Y perdí las piezas.
No sé cómo repararme.

La noche cae,
Y el día viene.
El sol y la luna,
Tienen su camino.
Yo no.

Quiero ser yo,
Y solo yo.
No soy lo que no quiero ser,
pero no sé qué quiero.

Todos nacemos con un fuego por dentro,
Que de vez en cuando se apaga.
El mío se apaga más de lo que quiero,
Y no he visto sus llamas realmente florecer,
en lo que parece ser un tiempo eterno.
Solo deja unas cenizas,
que gritan un llanto que nadie oye.
La gente es sorda,
A lo que no entiende.

Quiero ver a ese fuego siempre bailando,
contento dentro de mí.
Pero cuando se apaga,
no sé cómo prenderlo.

Y llega ella,
de pronto, la oigo.
Me encuentro,
Siento, lloro, río.
Vuelvo a conocerme.
Mi mente, a mi alma
vuelve a pertenecerle,
Y no al revés.
Encuentro las piezas,
Y me reconstruyo.

Con cada verso que canto,
Me envuelvo más en las armonías,
Y veo el mundo,
Mediante ojos llenos de paz.

Pero la canción muere,
Pues todo morirá algún día,
Vuelvo a perderme.
Ya no me reconozco.
Vuelvo a romper,
Y las piezas quedan en la oscuridad.
¿Dónde estoy?
Estoy perdida.
Leydis Oct 2017
No era cosa de no vivir,
tampoco era por cobardía,
no era que no entendía,
los conceptos del tiempo.
Es que su tiempo se había
empotrado a un momento.

Se sentía abatida,
se sentía consumida,
en batallas con fichas sin triunfo
y sin fecha de caducidad.

Las praderas no eran llanas,
tampoco eran templadas.
Las colinas siempre planas,
y sus planes se volatizaban,
entre el humo en la distante bruma,
que bromaba a sus espaldas.

Las mañana siempre oscura,
y la noche y su negrura-
en su pecho se enclaban.

No era cosa de no vivir,
vivía, respiraba, trabajaba.
Mas habitaba en su alma
la cansancio del mañana.

Los espectros del pasado
en su mente moraban,
espantando al presente
y el gozo de pertenecerle.

No era cosa de no vivir,
una sonrisa se escapaba
en un sorbo de café
que husmeara a esperanza.

No era cosa de no vivir,
un paso siempre daba
a la aterrante espera
de lo que relegara
la suerte y lo que ella anhelaba.

No le temía a la muerte,
a su casa la invitaba,
que se sentara en su sofá
que le contara de paraísos y
de lo que al otro lado se encontraba.

No le temía a la muerte,
temía el siempre vivir cansada.  

LeydisProse
9/29/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Dejarse vencer por la vida, es peor que dejarse vencer por la muerte! Julia de Burgos, Puertorican poet

— The End —