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Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.

Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
Me pretendes alba.

Huye hacia los bosques;
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Zampuzado en un banasto
Me tiene su Majestad,
En un callejón Noruega
Aprendiendo a gavilán.
Graduado de tinieblas
Pienso que me sacarán
Para ser noche de Invierno,
O en culto algún Madrigal.
Yo, que fui Norte de guros,
Enseñando a navegar
A las Godeñas en ansias,
A los buzos en afán,
Enmoheciendo mi vida
Vivo en esta oscuridad,
Monje de zaquizamíes,
Ermitaño de un desván.
Un abanico de culpas
Fue principio de mi mal;
Un letrado de lo caro,
Grullo de la puridad.
Dios perdone al Padre Esquerra,
Pues fue su Paternidad
Mi suegro más de seis años
En la cuexca de Alcalá,
En el mesón de la ofensa,
En el Palacio mortal,
En la casa de más cuartos
De toda la Cristiandad.
Allí me lloró la Guanta,
Cuando por la Salazar,
Desporqueroné dos almas
Camino de Brañigal.
Por la Quijano, doncella
De perversa honestidad,
Nos mojamos yo y Vicioso,
Sin metedores de paz.
En Sevilla el Árbol seco
Me prendió en el arenal,
Porque le afufé la vida
Al zaino de Santo Horcaz.
El zapatero de culpas
Luego me mandó calzar
Botinicos Vizcaínos,
Martillado el cordobán.
Todo cañón, todo ****,
Todo mandil jayán,
Y toda iza con greña,
Y cuantos saben fuñar,
Me lloraron soga a soga,
Con inmensa propiedad,
Porque llorar hilo a hilo
Es muy delgado llorar.
Porque me metí una noche
A Pascua de Navidad
Y libré todos los presos
Me mandaron cercenar.
Dos veces me han condenado
Los señores a trinchar,
Y la una el Maestresala
Tuvo aprestado sitial.
Los diez años de mi vida
Los he vivido hacia atrás,
Con más grillos que el Verano,
Cadenas que el Escorial.
Más Alcaides he tenido
Que el castillo de Milán,
Más guardas que Monumento,
Más hierros que el Alcorán,
Más sentencias que el Derecho,
Más causas que el no pagar,
Más autos que el día del Corpus,
Más registros que el Misal,
Más enemigos que el agua,
Más corchetes que un gabán,
Más soplos que lo caliente,
Más plumas que el tornear.
Bien se puede hallar persona
Más jarifa y más galán,
Empero más bien prendida
Yo dudo que se hallará.
Todo este mundo es prisiones,
Todo es cárcel y penar:
Los dineros están presos
En la bolsa donde están;
La cuba es cárcel del vino,
La troj es cárcel del pan,
La cáscara, de las frutas
Y la espina del rosal.
Las cercas y las murallas
Cárcel son de la ciudad;
El cuerpo es cárcel del Alma,
Y de la tierra la mar.
Del Mar es cárcel la orilla,
Y en el orden que hoy están,
Es un cielo de otro cielo
Una cárcel de cristal.
Del aire es cárcel el fuelle,
Y del fuego el pedernal;
Preso está el oro en la mina;
Preso el diamante en Ceilán.
En la hermosura y donaire
Presa está la libertad,
En la vergüenza los gustos,
Todo el valor en la paz.
Pues si todos están presos,
Sobre mi mucha lealtad
Llueva cárceles mi cielo
Diez años sin escampar.
Lloverlas puede si quiere
Con el peine y con mirar,
Y hacerme en su Peralvillo
Aljaba de la Hermandad.
Mas volviendo a los amigos,
Todos barridos están,
Los más se fueron en uvas
Y los menos en agraz.
Murió en Nápoles Zamora
Ahíto de pelear,
Lloró a cántaros su muerte
Eugenia la Escarramán.
Al Limosnero a Zaguirre
Le desjarretó el tragar:
Con el Limosnero pienso
Que se descuidó San Blas.
Mató a Francisco Jiménez
Con una aguja un rapaz,
Y murió muerte de sastre,
Sin tijeras ni dedal.
Después que el Padre Perea
Acarició a Satanás
Con el alma del corchete
Vaciada a lo Catalán,
A Roma se fue por todo,
En donde la enfermedad
Le ajustició en una cama,
Ahorrando de procesar.
Dios tenga en su santa gloria
A Bartolomé Román,
Que aun con Dios, si no le tiene,
Pienso que no querrá estar.
Con la grande polvareda,
Perdimos a Don Beltrán,
Y porque paró en Galicia,
Se teme que paró en mal.
Jeldre está en Torre Bermeja;
Mal aposentado está,
Que torre de tan mal pelo
A Judas puede guardar.
Ciento por ciento llevaron
Los Inocentes de Orgaz,
Peonzas que a puro azote
Hizo el bederre bailar.
Por pedigüeño en caminos,
El que llamándose Juan,
De noche, para las capas,
Se confirmaba en Tomás,
Hecho nadador de penca,
Desnudo fue la mitad,
Tocándole pasacalles
El músico de Quien tal...
Sólo vos habéis quedado,
¡Oh Cardoncha singular!,
Roído del Sepan cuántos...
Y mascado del varal.
Vos, Bernardo entre Franceses,
Y entre Españoles Roldán,
Cuya espada es un Galeno
Y una botica la faz,
Pujamiento de garnachas
Pienso que os ha de acabar,
Si el avizor y el calcorro
Algún remedio no dan.
A Micaela de Castro
Favoreced y amparad,
Que se come de Gabachos
Y no se sabe espulgar.
A las hembras de la caja,
Si con la expulsión fatal
La desventurada Corte
No ha acabado de enviudar,
Podéis dar mis encomiendas,
Que al fin es cosa de dar:
Besamanos a las niñas,
Saludes a las de edad.
En Vélez a dos de marzo,
Que por los putos de allá
No quiere volver las ancas,
Y no me parece mal.
Cuando ya todos los héroes
Que con Hidalgo surgieron,
Quedaron frente al «Destino»,
Aprisionados o muertos,
Sólo un tenaz insurgente,
El indomable Guerrero,
Sostuvo entre las montañas
La libertad y el derecho.
Él, desde ochocientos once
Que entró a servir con Morelos,
Asistió a muchos combates
En que demostró su genio.
Y el año de diez y nueve
Fueron tantos sus esfuerzos,
Que alcanzó veinte victorias
Contra el virreinal ejército.
Más tarde cuando Iturbide
Salió para darle encuentro,
Siendo por él derrotado
Del sur en los campamentos,
Se le ofreció por amigo,
Se le entregó como adepto
Y al fin en una entrevista
Celebrada el diez de enero
Del ochocientos ventiuno
De Acatempam en el pueb'o,
Juráronse en un abrazo
Obrar de común acuerdo
Para proclamar muy pronto
La independencia de Méjico.
Guerrero fue como el águila
Altivo, incansable, fiero,
Halló nido en la montaña,
La caza le dio alimento,
Jamás lograron rendirlo
Y cuando en calma le vieron
Era porque ya la presa
Había en sus garras deshecho.
Tal era ei bravo insurgente
Que, por sus brillantes méritos,
Figuró luego en la Patria
Como Jefe del Gobierno;
Dejándonos por memoria,
Y por glorioso recuerdo
La victoria de Tampico
Conquistada en dos sangrientos
Combates, que aniquilaron
Al invasor extranjero.
Fueron Terán y Santa Anna
Quienes con gran ardimiento
Alcanzaron el triunfo
Contra un brigadier ibero
Que vencido y desarmado
Con su flota dejó el puerto.
Cuando ya sin ingerencia
En asuntos del Gobierno
Tranquilo en el sur vivía
El indomable Guerrero,
Por temor a su fiereza
Un crimen se tramó en Méjico.
El general Bustamante
Y sus ministros, creyeron
Oportuno darle muerte
Al soldado de Morelos;
Y hay quien diga que hubo alguno
Que así exclamó en el consejo:
A este suriano terrible
Hay que quitarle de en medio.
No era fácil darle alcance
Ni era posible vencerlo,
Y a un genovés, Picaluga,
Corazón infame y *****,
Como a Judas lo compraron
Para consumar el hecho.
Picaluga tenia surto
Un bergantín en el puerto
De Acapulco y era amigo
Del bravo adalid del pueblo;
Lo convidó una mañana
A principios de febrero
A almorzar en el Colombo,
El héroe asistió al almuerzo
Y en cuanto le tuvo a bordo,
Se dio a la vela ligero,
Y fue a entregarlo en Huatulco
A las fuerzas del Gobierno.
Por aquella negra infamia
Cobró cincuenta mil pesos;
Y nadie supo a qué sitio
Huyó el traidor marinero.
En tanto al héroe suriano,
A Oaxaca lo trajeron,
Lo juzgaron a su antojo
En ridículo consejo;
Mil crímenes le imputaron,
Mil faltas le supusieron,
Y ya sentenciado a muerte,
Lo fusilaron enfermo,
En la villa de Cuilapa
El catorce de febrero
Del año de treinta y uno...
¡Año en nuestra historia *****!!
Cuando en el Almirantazgo
De Génova, conocieron
La infamia de Picaluga,
Publicaron un decreto
Declarándolo ante el mundo
Traidor, villano y artero;
Sentenciándolo a que muera
Por la espalda, sin derecho
A sepultura sagrada,
Ni a luto ni a testamento
Breves pasaron los años
Y el más profundo misterio,
Veló a todos el destino
Del infame marinero.
Contábanse mil consejas
Que amedrentaban al pueblo,
Pero la verdad, lo triste,
Lo horripilante, lo cierto,
Era que el héroe de Tixtla,
El soldado de Morelos,
Gozaba en humilde tumba
Del último de los sueños
Causando duelo a la Patria
Y rubor a su Gobierno.
Cuando cayó Bustamante
Y que los años corrieron,
Uno de sus más adictos
Hombre rico y de provecho,
Hizo un viaje a Tierra Santa,
Pues era cristiano viejo.
Llegado a la Palestina
Fue a visitar el convento
En que moran los trapistas
Pensando ganar el cielo.
Al atravesar un claustro,
Dicen que salió a su encuentro
Un fraile, cuyo semblante
En amplia capucha envuelto
Velaba con blanca barba
Que le bajaba hasta el pecho.
-¿No me conocéis?- le dijo,
-No- respondióle el viajero.
-Pues llevo aquí algunos años
De rogar al Ser Supremo,
Que a Bustamante y sus hombres,
Y a mí, que fui su instrumento,
Nos perdone compasivo
Y nos absuelva en su reino
Del crimen que cometimos
Con el general Guerrero.
Soy Francisco Picaluga...
-iPicaluga!!
                    -Humilde siervo
De Dios, a quien lo devora
Un tenaz remordimiento.
Sin decir una palabra
Y de admiración suspenso,
El viajero conmovido
Salió del triste convento,
Y después de algunos años
Al referir el suceso
Temblaba cual si estuviera
Junto al traidor marinero.
Con un menino del Padre,
Tu mandil y mi avantal,
De la cámara del golpe,
Pues que su llave la trae,
Recibí en letra los ciento
Que recibiste, jayán,
De contado, que se vían
Uno al otro al asentar.
Por matar la sed te has muerto;
Más valiera, Escarramán,
Por no pasar esos tragos
Dejar otros de pasar.
Borrachas son las pendencias,
Pues tan derechas se van
A la bayuca, donde hallan,
Besando los jarros, paz.
No hay cuestión ni pesadumbre
Que sepa, amigo, nadar;
Todas se ahogan en vino,
Todas se atascan en pan.
Si por un chirlo tan sólo
Ciento el verdugo te da,
En el dar ciento por uno
Parecido a Dios será.
Si tantos verdugos catas,
Sin duda que te querrán
Las Damas por verdugado
Y las Izas por rufián.
Si te han de dar más azotes
Sobre los que están atrás,
Estarán unos sobre otros
O se habrán de hacer alIá.
Llevar buenos pies de albarda
No tienes que exagerar,
Que es más de muy azotado
Que de jinete y galán.
Por buen supuesto te tienen
Pues te envían a bogar,
Ropa y plaza tienes cierta,
Y a subir empezarás.
Quéjaste de ser forzado,
No pudiera decir más
Lucrecia del rey Tarquino,
Que tú de su Majestad.
Esto de ser galeote
Solamente es empezar,
Que luego, tras remo y pito,
Las manos te comerás.
Dices que te contribuya,
Y es mi desventura tal
Que si no te doy consejos,
Yo no tengo que te dar.
Los hombres por las mujeres
Se truecan ya taz a taz,
Y si les dan algo encima,
No es moneda lo que dan.
No da nadie sino a censo,
Y todas queremos más
Para galán un Pagano,
Que un Cristiano sin pagar.
A la sombra de un corchete
Vivo en aqueste lugar,
Que es para los delincuentes
Árbol que puede asombrar.
De las cosas que me escribes
He sentido algún pesar,
Que le tengo a Cardeñoso
Entrañable voluntad.
¡Miren qué huevos le daba
El Asistente a tragar
Para que cantara tiples,
Sino agua, cuerda y cendal!
Que Remolón fuese cuenta
Heme holgado en mi verdad,
Pues por aquese camino
Hombre de cuenta será.
Aquí derrotaron juntos
Coscolina y Cañamar,
En cueros por su pecado
Como Eva con Adán.
Pasáronlo honradamente
En este honrado lugar;
Y no siendo picadores,
Vivieron pues de hacer mal.
Espaldas le hizo el verdugo,
Mas debióse de cansar,
Pues habrá como ocho días
Que se las deshizo ya.
Y muriera como Judas,
Pero anduvo tan sagaz,
Que negó -sin ser San Pedro-
Tener llave universal.
Perdone Dios a Lobrezno,
Por su infinita bondad,
Que ha dejado sin amparo
Y muchacha a la Luján.
Después que supo la nueva,
Nadie la ha visto pecar
En público; que de pena
Va de zaguán en zaguán.
De nuevo no se me ofrece
Cosa de que te avisar,
Que la muerte de Valgarra
Ya es añeja por allá.
Cespedosa es ermitaño
Una legua de Acalá;
Buen diciplinante ha sido,
Buen penitente será.
Baldorro es mozo de sillas
Y lacayo Matorral,
Que Dios por este camino
Los ha querido llamar.
Montúsar se ha entrado a ****
Con un mulato rapaz:
Que por lucir más que todos
Se deja el pobre quemar.
Murió en la Ene de palo
Con buen ánimo un Gañán,
Y el Jinete de gaznates
Lo hizo con él muy mal.
Tiénenos muy lastimadas
La justicia, sin pensar
Qué se hizo en nuestra Madre,
La vieja del arrabal,
Pues sin respetar las tocas
Ni las canas ni la edad,
A fuerza de cardenales
Ya la hicieron obispar.
Tras ella, de su motivo,
Se salían del hogar
Las ollas con sus legumbres;
No se vio en el mundo tal,
Pues cogió más berenjenas
En una hora, sin sembrar,
Que un hortelano morisco
En todo un año cabal.
Esta Cuaresma pasada
Se convirtió la Tomás
En el Sermón de los peces
Siendo el pecado carnal.
Convirtióse a puros gritos,
Túvosele a liviandad,
Por no ser de los famosos,
Sino un pobre Sacristán.
No aguardó que la sacase
Calavera o cosa tal,
Que se convirtió de miedo
Al primero ¡Satanás!.
No hay otra cosa de nuevo,
Que en el vestir y el calzar,
Caduca ropa me visto
Y saya de mucha edad.
Acabado el decenario
Adonde ahora te vas,
Tuya seré, que tullida
Ya no me puedo mudar.
Si acaso quisieres algo
O se te ofreciere acá,
Mándame, pues de bubosa
Yo no me puedo mandar.
Aunque no de Calatrava
De Alcántara ni San Juan,
Te envían sus encomiendas
La Téllez, Caravajal,
La Collantes valerosa,
La golondrina Pascual,
La Enrique mal degollada,
La Palomita torcaz.
Fecha en Toledo la rica,
Dentro del pobre Hospital,
Donde trabajos de entrambos
Empiezo ahora a sudar.
Pártese el moro Alicante   víspera de San Cebrián;
ocho cabezas llevaba,   todas de hombres de alta sangre.
Sábelo el rey Almanzor,   a recebírselo sale;
aunque perdió muchos moros   piensa en esto bien ganar.
Mandara hacer un tablado   para mejor los mirar;
mandó traer un cristiano   que estaba en captividad,
como ante sí lo trujeron   empezóle de hablar:
díjole: -Gonzalo Gustos,   mira quien conocerás;
que lidiaron mis poderes   en el campo de Almenar,
sacaron ocho cabezas,   todas son de gran linaje.
Respondió Gonzalo Gustos:   -Presto os diré la verdad.
Y limpiándoles la sangre   asaz se fuera a turbar;
dijo llorando agramente:   -¡Conózcolas por mi mal!
La una es de mi carillo;   las otras me duelen más,
de los Infantes de Lara   son, mis hijos naturales.
Así razona con ellas   como si vivos hablasen:
-¡Sálveos Dios, Nuño Salido,   el mi compadre leal!,
¿adónde son los mis hijos   que yo os quise encomendar?
Mas perdonadme, compadre,   no he por qué os demandar,
muerto sois como buen ayo,   como hombre muy de fiar.
Tomara otra cabeza   del hijo mayor de edad:
-¡Oh hijo Diego González,   hombre de muy gran bondad,
del conde Garci Fernández   alférez el principal,
a vos amaba yo mucho,   que me habíades de heredar.
Alimpiándola con lágrimas   volviérala a su lugar.
Y toma la del segundo,   don Martín que se llamaba:
-¡Dios os perdone, el mi hijo,   hijo que mucho preciaba;
jugador de tablas erais   el mejor de toda España;
mesurado caballero,   muy bien hablabais en plaza!
Y dejándola llorando   la del tercero tomaba:
-¡Hijo don Suero González,   todo el mundo os estimaba;
el rey os tuviera en mucho,   sólo para la su caza!
¡Ruy Velázquez, vuestro tío,   malas bodas os depara;
a vos os llevó a la muerte,   a mí en cautivo dejaba!
Y tomando la del cuarto   lasamente la miraba:
-¡Oh, hijo Fernán González,   (nombre del mejor de España,
del buen conde de Castilla,   aquel que vos baptizara),
matador de oso y de puerco,   amigo de gran compaña;
nunca con gente de poco   os vieran en alianza!
Tomó la de Ruy González,   al corazón la abrazaba:
-¡Hijo mío, hijo mío,   quién como vos se hallara;
gran caballero esforzado,   muy buen bracero a ventaja;
vuestro tío Ruy Velázquez   tristes bodas ordenara!
Y tomando otra cabeza,   los cabellos se mesaba:
-¡Oh, hijo Gustios González,   habíades buenas mañas,
no dijérades mentira,   ni por oro ni por plata,
animoso, buen guerrero,   muy gran heridor de espada,
que a quien dábades de lleno   tullido o muerto quedaba!
Tomando la del menor   el dolor se le doblaba:
-¡Hijo Gonzalo González,   los ojos de doña Sancha!
¡Qué nuevas irán a ella   que a vos más que a todos ama!
¡Tan apuesto de persona,   decidor bueno entre damas,
repartidor en su haber,   aventajado en la lanza!
¡Mejor fuera la mi muerte   que ver tan triste jornada!
Al duelo que el viejo hace,   toda Córdoba lloraba.
El rey Almanzor, cuidoso,   consigo se lo llevaba
y mandaba a una morica   lo sirviese muy de gana.
Esta le torna en prisiones   y con amor le curaba;
hermana era del rey,   doncella moza y lozana;
con ésta Gonzalo Gustios   vino a perder la su saña,
que de ella le nació un hijo   que a los hermanos vengara.
Alan Eshban Aug 2017
...
Imposible creer ese falso amor y
Poder caer otra vez en tus jugos, es mejor
Olvidarte ya qu tu
Eres un persona que con los sentimientos juega
La vida es una y recuerda que cada
Persona es diferente a ti a si que
Indicada es la hora para partir
Y no dejaré ir la oportunidad de
Dejarte fuera de mi corazón e
Ir en busca de alguien que si cuide de el y
No lo rompa como tú lo hiciste
Podré desearte suerte pero quiero que sepas que
No te guardo rencor ya que no
Importa somos humanos y sabemos
Que todos nos equivocamos, a lo mejor
Tan absurdo té suene esto que me es
Difícil comprender el como te sientes ahorita ya
Sea para bien o para mal.
No importa si lees esto por completo tampoco
Importa si me dejas abandonado
En una banca de la calle como vagabundo
Que trataré ponerme de pie a pesar de las
Situación que me encuentre, espero que
Nos comprendamos el uno al otro y
Situemos los pies en la tierra
Siempre, es mejor que
Te vayas retirando de mi vida ya que
Amaré a una nueva piel que
Mi alma y la de ella si formen una y que mi
Corazón este y
Se sienta en paz y sentir que se
Detiene el tiempo al tener
Por segunda y ultima vez
Un amor similar al tuyo y pasar el
Momento más feliz de mi vida
Al estar abrazándonos,
Estar besándonos, y decirle que  
Contigo solo fue un juego y
Mirar y decir que es real lo que siente como
Tus engaños los llegue a sentir
Hermosos por no saber la verdad ya que
Ojos que no ven corazón que no siente,
Me da curiosidad que será de ti, me
Hipnotizan los engaños que tuve ya que
Cada día me pregunto si alguna
Vez me amaste...
Que me tiene desesperado saber si
Me tenías como objeto.
Ven y te vuelvo a decir que yo era el único que
Me preocupaba por ti, hasta me
Desmaya el saber
Cuando salías con
Tu amante y aún así te perdone, recuerdo el
Aroma de las flores que te regalaba
Queda guardado en mi memoria como se quedo
Impregnado las caricias de amor.
En que momento
Mi suerte cambió? Y ahora el único
Pensamiento que tengo es de soledad.
Si pudiera tirar a la basura asi de fácil
Tus te quieros no escribirá esto, tus
Labios fueron testigos y
Yo solo decía afortunado es quien
Besaría tus labios...
Sería inútil intentar de nuevo,
Lo mejor y
Más conveniente es dejarlo ir.
Dulce fueron los momentos
Que pasamos juntos.
Mi alma se sienta sola y mi
Boca no tenga ahorita a quien besar.
Tocaria a lo mejor nos veamos en un futuro y
Sueño que todo quede en paz entre nosotros y
Con todo respeto el poder saludarnos.
Acariciar tu rostro aceptó que fue hermoso
Tú me hiciste sentir en la luna y tú
Rostro me fascinaba
Y que mejor cuando mirábamos el cielo y
Que me decías que nunca
Nos íbamos a separar y que nos
Amamos hasta que no haya vida.
Quizás haya sido mentirá pero fue bonito
Lo que me hacía sentir.
Que fue difícil darte lo que
Esperabas pero
De mi pude dar lo que podía.
Mi futuro dependerá de mis lecciones y  
No espero que sea al contrario contigo.
Lo que decías a lo mejor no se cumplió pero
Soy y eres humano y de experiencias vivimos,
Pero espero que esto sirva más de lo que duele
Te diré que siempre te amé y te
Prometo...
Que algún día te perdonare
Seré franco no sé si pueda ya que
El perdón es complicado y más si se trata de un
Hombre como yo que fue engañado,
Más intentaré poder hacerlo y
Contento será el mundo otra vez.
Si tuvieras sentimientos me entenderías pero
Te llenas de orgullo.
Sigo un buen camino desde que no estoy
Teniendo nada contigo aunque
A mi no me agrade se que lo llevó y con
Mi cabeza siempre en alto para a
Lado poder tener alguien que si me ame tanto.
Dios te perdone al fin tanta tortura:
bien que a tu mano la movió el despecho
y daga fina hundísteme en el pecho,
que no te sea la existencia dura.

Que una vez más conozca la amargura
importa poco; el corazón deshecho
aprende más con su impiedad. Bien hecho;
gracias, amigo, que esto me depura.

Iba teniendo una sospecha vaga
de que la llama del placer se apaga
poquito a poco en el camino humano.

Temblaba acaso por su leve abrigo,
pero inquietud me ahorras, buen amigo,
que de un golpe la ciegas con tu mano.
Un Padre Porto que ora y hace verso
dióme tu estampa desasida en santo.
Ya te tengo en mi fe y entre mi canto,
en alba de oro y en tramonto adverso.

Bordo de perlas tu sotana pobre,
porque te amo y en tu lujo gozo.
Si hacer tal cosa tan pagana, oso,
perdone Dios mi mujeril trasobre.

Juan Bosco el padre cobijó tu ala
y bien saliste de su invicto tino.
¡Tan alto vas en la divina escala!

Domingo Dominguito a quien destino
le dio rosario y no formón o pala:
Yo estoy aquí para alabar tu sino.
Leydis Oct 2017
Yo trate de ser como decían que debí ser.
Me comporté como todo una dama.
Hice todo lo que se me pedía en la cama.
Más de una vez, calle hasta mis perversas ganas.
Calle tanto, que mi verdad fue a parar al manicomio,
ahí, donde no bregan con demonios.

Yo trate de ser como decían que debí ser.
Aguante infidelidades por una estabilidad inestable.
Hubieron clavos penetrando mi espalda, en vez de rosas en mano.
Perdone tanto que la absolución me tomo antipatía.

Yo trate de ser como decían que debí ser.
A veces fui sofá de ilusiones transitorias,
vestidas en finas sedas de perpetuidad.
A veces fui pared…inopinable,
solo un espacio donde colocar preciosos retratos.
A veces fui lienzo en blanco,
para quien en mi cuerpo quiso describir su arte.

Yo quise ser como decían que debí ser.
Una ilustre carrera deje para que
el ego de un indeciso no saliera dañado.
Se enfermó mi dignidad y con tristeza la medique.
Tome el brebaje de la inseguridad.
Debilite mi sistema emocional,
y mi fe, se encogía de vergüenza en una esquina.

Yo quise ser como decían que debí ser.
pero existía dentro de mí una rebeldía.
Una insolencia a ser parte de una perpetua esclavitud,  
algo en mí, desistía ser juguete de nadie,
a ser menos que el aire,
a rebajarme por mantener un amor.

Yo quise ser como decían que debí ser.
Pero mis pies en fuego ardían,
y recogía y me iba,
y no sé a cuántos le alce la voz,
y a más de uno, los mande a comer tusa,
y me volví mi propia musa,
a veces la propia medusa,
y me refugie en mi calor para abrigar mis grimas,
en mi inteligencia para resolver con astucia,
en mi pudor para seguir dando un paso en harmonía,
en esa insistencia de que había más en la vida,
que yo tenía algo que aportaría,
alguien al que estar conmigo y soportar no serían la misma cosa,
y algunos los deje amándolos como mis amos,
a otros el corazón les deje en pedazos,
y talvez me merezca todo lo que venga,
talvez me merezca el cielo y todas las prosas,
talvez mis serpientes nunca muerdan,
o talvez me llamaran impúdica,
me llamaran Medusa,
me llamaran el mismo infierno
pero nunca dirán que
“fui….
¡lo que otros quisieron que yo fuese”!!

LeydisProse
10/17/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Pues me hacéis casamentero,
Ángela de Mondragón,
escuchad de vuestro esposo
las grandezas y el valor.
Él es un Médico honrado,
por la gracia del Señor,
que tiene muy buenas letras
en el cambio y el bolsón.
Quien os lo pintó cobarde
no lo conoce, y mintió,
que ha muerto más hombres vivos
que mató el Cid Campeador.
En entrando en una casa
tiene tal reputación,
que luego dicen los niños:
«Dios perdone al que murió».
Y con ser todos mortales
los Médicos, pienso yo
que son todos venïales,
comparados al Dotor.
Al caminante, en los pueblos
se le pide información,
temiéndole más que a la peste
de si le conoce, o no.
De Médicos semejantes
hace el Rey nuestro Señor
bombardas a sus castillos,
mosquetes a su escuadrón.
Si a alguno cura, y no muere,
piensa que resucitó,
y por milagro le ofrece
la mortaja y el cordón.
Si acaso estando en su casa
oye dar algún clamor,
tomando papel y tinta
escribe: «Ante mí pasó».
No se le ha muerto ninguno
de los que cura hasta hoy,
porque antes que se mueran
los mata sin confesión.
De envidia de los verdugos
maldice al Corregidor,
que sobre los ahorcados
no le quiere dar pensión.
Piensan que es la muerte algunos;
otros, viendo su rigor,
le llaman el día del juicio,
pues es total perdición.
No come por engordar,
ni por el dulce sabor,
sino por matar la hambre,
que es matar su inclinación.
Por matar mata las luces,
y si no le alumbra el sol,
como murciégalo vive
a la sombra de un rincón.
Su mula, aunque no está muerta,
no penséis que se escapó,
que está matada de suerte
que le viene a ser peor.
Él, que se ve tan famoso
y en tan buena estimación,
atento a vuestra belleza,
se ha enamorado de vos.
No pide le deis más dote
de ver que matáis de amor,
que en matando de algún modo
para en uno sois los dos.
Casaos con él, y jamás
vïuda tendréis pasión,
que nunca la misma muerte
se oyó decir que murió.
Si lo hacéis, a Dios le ruego
que os gocéis con bendición;
pero si no, que nos libre
de conocer al Dotor.
Irina Lujan Nov 2024
Fuiste mi musa cuando me enamoraba.
Fuiste mi musa mientras peleábamos.
Fuiste mi musa cuando intentaba odiarte.
Fuiste mi musa mientras intentaba. olvidarte, incluso mientras aprendía a soltarte.
Fuiste mi musa cuando te perdone.
Fuiste mi musa durante mucho más tiempo del que pensé.
Pero hoy mi musa querida es momento de dejarte explorar otros tipos de arte, es momento para mi de caminar en busca de una musa contemporánea que me siga acompañando ahora, mucho más allá de las palabras.

— The End —