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Yo que sólo canté de la exquisita
partitura del íntimo decoro,
alzo hoy la voz a la mitad del foro
a la manera del tenor que imita
la gutural modulación del bajo
para cortar a la epopeya un gajo.
Navegaré por las olas civiles
con remos que no pesan, porque van
como los brazos del correo chuan
que remaba la Mancha con fusiles.
Diré con una épica sordina:
la Patria es impecable y diamantina.
Suave Patria: permite que te envuelva
en la más honda música de selva
con que me modelaste por entero
al golpe cadencioso de las hachas,
entre risas y gritos de muchachas
y pájaros de oficio carpintero.Patria: tu superficie es el maíz,
tus minas el palacio del Rey de Oros,
y tu cielo, las garzas en desliz
y el relámpago verde de los loros.
El Niño Dios te escrituró un establo
y los veneros del petróleo el diablo.
Sobre tu Capital, cada hora vuela
ojerosa y pintada, en carretela;
y en tu provincia, del reloj en vela
que rondan los palomos colipavos,
las campanadas caen como centavos.
Patria: tu mutilado territorio
se viste de percal y de abalorio.
Suave Patria: tu casa todavía
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.
Y en el barullo de las estaciones,
con tu mirada de mestiza, pones
la inmensidad sobre los corazones.
¿Quién, en la noche que asusta a la rana,
no miró, antes de saber del vicio,
del brazo de su novia, la galana
pólvora de los juegos de artificio?
Suave Patria: en tu tórrido festín
luces policromías de delfín,
y con tu pelo rubio se desposa
el alma, equilibrista chuparrosa,
y a tus dos trenzas de tabaco sabe
ofrendar aguamiel toda mi briosa
raza de bailadores de jarabe.
Tu barro suena a plata, y en tu puño
su sonora miseria es alcancía;
y por las madrugadas del terruño,
en calles como espejos se vacía
el santo olor de la panadería.
Cuando nacemos, nos regalas notas,
después, un paraíso de compotas,
y luego te regalas toda entera
suave Patria, alacena y pajarera.
Al triste y al feliz dices que sí,
que en tu lengua de amor prueben de ti
la picadura del ajonjolí.
¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena
de deleites frenéticos nos llena!
Trueno de nuestras nubes, que nos baña
de locura, enloquece a la montaña,
requiebra a la mujer, sana al lunático,
incorpora a los muertos, pide el Viático,
y al fin derrumba las madererías
de Dios, sobre las tierras labrantías.
Trueno del temporal: oigo en tus quejas
crujir los esqueletos en parejas,
oigo lo que se fue, lo que aún no toco
y la hora actual con su vientre de coco.
Y oigo en el brinco de tu ida y venida,
oh trueno, la ruleta de mi vida.                (Cuauhtémoc)Joven abuelo: escúchame loarte,
único héroe a la altura del arte.
Anacrónicamente, absurdamente,
a tu nopal inclínase el rosal;
al idioma del blanco, tú lo imantas
y es surtidor de católica fuente
que de responsos llena el victorial
zócalo de cenizas de tus plantas.
No como a César el rubor patricio
te cubre el rostro en medio del suplicio;
tu cabeza desnuda se nos queda,
hemisféricamente de moneda.
Moneda espiritual en que se fragua
todo lo que sufriste: la piragua
prisionera , al azoro de tus crías,
el sollozar de tus mitologías,
la Malinche, los ídolos a nado,
y por encima, haberte desatado
del pecho curvo de la emperatriz
como del pecho de una codorniz.Suave Patria: tú vales por el río
de las virtudes de tu mujerío.
Tus hijas atraviesan como hadas,
o destilando un invisible alcohol,
vestidas con las redes de tu sol,
cruzan como botellas alambradas.
Suave Patria: te amo no cual mito,
sino por tu verdad de pan bendito;
como a niña que asoma por la reja
con la blusa corrida hasta la oreja
y la falda bajada hasta el huesito.
Inaccesible al deshonor, floreces;
creeré en ti, mientras una mejicana
en su tápalo lleve los dobleces
de la tienda, a las seis de la mañana,
y al estrenar su lujo, quede lleno
el país, del aroma del estreno.
Como la sota moza, Patria mía,
en piso de metal, vives al día,
de milagros, como la lotería.
Tu imagen, el Palacio Nacional,
con tu misma grandeza y con tu igual
estatura de niño y de dedal.
Te dará, frente al hambre y al obús,
un higo San Felipe de Jesús.
Suave Patria, vendedora de chía:
quiero raptarte en la cuaresma opaca,
sobre un garañón, y con matraca,
y entre los tiros de la policía.
Tus entrañas no niegan un asilo
para el ave que el párvulo sepulta
en una caja de carretes de hilo,
y nuestra juventud, llorando, oculta
dentro de ti el cadáver hecho poma
de aves que hablan nuestro mismo idioma.
Si me ahogo en tus julios, a mí baja
desde el vergel de tu peinado denso
frescura de rebozo y de tinaja,
y si tirito, dejas que me arrope
en tu respiración azul de incienso
y en tus carnosos labios de rompope.
Por tu balcón de palmas bendecidas
el Domingo de Ramos, yo desfilo
lleno de sombra, porque tú trepidas.
Quieren morir tu ánima y tu estilo,
cual muriéndose van las cantadoras
que en las ferias, con el bravío pecho
empitonando la camisa, han hecho
la lujuria y el ritmo de las horas.
Patria, te doy de tu dicha la clave:
sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;
cincuenta veces es igual el AVE
taladrada en el hilo del rosario,
y es más feliz que tú, Patria suave.
Sé igual y fiel; pupilas de abandono;
sedienta voz, la trigarante faja
en tus pechugas al vapor; y un trono
a la intemperie, cual una sonaja:
la carretera alegórica de paja.
A dios no lo encontré
precisamente en una iglesia,
ni tampoco en un sermón.
No nos conocimos un domingo,
ni se me presentó envuelto en sotanas.

A dios lo vi en una solitaria zebra,
en un hocico húmedo y arrugado,
y en el tímido beso de una hiena.
En el sincronizado nado de los delfines,
la jorobada espalda de una ballena
y un atardecer radiante de rojo y azul.

Me lo topé en las canas de mi padre
y la fe intensa de mi madre.
En la tenacidad de mi hermanita,
convertida hoy en empoderada mujer,
y en el calor de esas amistades
que prevalecen a pesar
de tiempo y distancia.

Dios se me apareció en un primer beso
y una caricia sincera.
Lo encontré detrás de ese
par de ojos azules que gritaban “te amo”,
y en la impotencia y el dolor
que hoy causa el haberlos perdido.

Lo atrapé escondido
en la grandeza de Machu Picchu,
y corriendo por las majestuosas
planicies sudafricanas.
En las calles de mi pueblo pequeñito,
tan lleno de virtudes y problemas,
y en el eco del grito latinoamericano.

A dios lo veo en las cicatrices
que exhiben mis rodillas,
producto de cada caída.
Reside en mi fuerza y coraje,
que me han levantado,
y también en cada persona
que me ha brindado una mano.

Y es que a dios lo veo en algo tan simple
como lo es la gracia de ser humano.
En la risa, el éxito, el dolor y los errores.
El amor, la soledad, la esperanza y la incertidumbre.
Dios, mis amigos, está en la valentía de vivir.
Krusty Aranda Nov 2016
Tu cuerpo dibuja las olas en la arena
Tus caderas van y vienen con un ritmo interrumpido por la espuma del mar
Tus labios tan salados como el agua en la que nado
Tu canto irreal como las sirenas de leyenda
Tus manos me aprehenden como el pulpo a su presa
Tus piernas me envuelven como el alga al coral

Navego lentamente hacia mar abierto
Atrás quedó la seguridad de la bahía
Yo capitán y tú tormenta
Azotas mi navío con violencia
Me lanzas a las frías e imperdonables aguas de tu océano
Atrás quedó la seguridad de la bahía
El agua de tu **** inunda mis sentidos y ahoga mi conciencia
Naufrago

Al despuntar el alba estás tú
Etérea en mi soledad
Efímera en esencia
Eterna en alta mar
Voy a contarte en secreto
quién soy yo,
así, en voz alta,
me dirás quién eres,
quiero saber quién eres,
cuánto ganas,
en qué taller trabajas,
en qué mina,
en qué farmacia,
tengo una obligación terrible
y es saberlo,
saberlo todo,
día y noche saber
cómo te llamas,
ése es mi oficio,
conocer una vida
no es bastante
ni conocer todas las vidas
es necesario,
verás,
hay que desentrañar,
rascar a fondo
y como en una tela
las líneas ocultaron,
con el color, la trama
del tejido,
yo borro los colores
y busco hasta encontrar
el tejido profundo,
así también encuentro
la unidad de los hombres,
y en el pan
busco
más allá de la forma:
me gusta el pan, lo muerdo,
y entonces
veo el trigo,
los trigales tempranos,
la verde forma de la primavera
las raíces, el agua,
por eso
más allá del pan,
veo la tierra,
la unidad de la tierra,
el agua,
el hombre,
y así todo lo pruebo
buscándote
en todo,
ando, nado, navego
hasta encontrarte,
y entonces te pregunto
cómo te llamas,
calle y número,
para que tú recibas
mis cartas,
para que yo te diga
quién soy y cuánto gano,
dónde vivo,
y cómo era mi padre.
Ves tú qué simple soy,
qué simple eres,
no se trata
de nada complicado,
yo trabajo contigo,
tú vives, vas y vienes
de un lado a otro,
es muy sencillo:
eres la vida,
eres tan transparente
como el agua,
y así soy yo,
mi obligación es ésa:
ser transparente,
cada día
me educo,
cada día me peino
pensando como piensas,
y ando
como tú andas,
como, como tú comes,
tengo en mis brazos a mi amor
como a tu novia tú,
y entonces
cuando esto está probado,
cuando somos iguales
escribo,
escribo con tu vida y con la mía,
con tu amor y los míos,
con todos tus dolores
y entonces
ya somos diferentes
porque, mi mano en tu hombro,
como viejos amigos
te digo en las orejas;
no sufras,
ya llega el día,
ven,
ven conmigo,
ven
con todos
los que a ti se parecen,
los más sencillos,
ven,
no sufras,
ven conmigo,
porque aunque no lo sepas,
eso yo sí lo sé:
yo sé hacia dónde vamos,
y es ésta la palabra:
no sufras
porque ganaremos,
ganaremos nosotros,
los más sencillos,
ganaremos,
aunque tú no lo creas,
ganaremos.
Espíritu sin nombre,
indefinible esencia,
yo vivo con la vida
sin formas de la idea.Yo nado en el vacío,
del sol tiemblo en la hoguera,
palpito entre las sombras
y floto con las nieblas.Yo soy el fleco de oro
de la lejana estrella,
yo soy de la alta luna
la luz tibia y serena.Yo soy la ardiente nube
que en el ocaso ondea,
yo soy del astro errante
la luminosa estela.Yo soy nieve en las cumbres,
soy fuego en las arenas,
azul onda en los mares
y espuma en las riberas.En el laúd, soy nota,
perfume en la violeta,
fugaz llama en las tumbas
y en las ruïnas yedra.Yo atrueno en el torrente
y silbo en la centella,
y ciego en el relámpago
y rujo en la tormenta.Yo río en los alcores,
susurro en la alta yerba,
suspiro en la onda pura
y lloro en la hoja seca.Yo ondulo con los átomos
del humo que se eleva
y al cielo lento sube
en espiral inmensa.Yo, en los dorados hilos
que los insectos cuelgan
me mezco entre los árboles
en la ardorosa siesta.Yo corro tras las ninfas
que, en la corriente fresca
del cristalino arroyo,
desnudas juguetean.Yo, en bosques de corales
que alfombran blancas perlas,
persigo en el océano
las náyades ligeras.Yo, en las cavernas cóncavas
do el sol nunca penetra,
mezclándome a los gnomos,
contemplo sus riquezas.Yo busco de los siglos
las ya borradas huellas,
y sé de esos imperios
de que ni el nombre queda.Yo sigo en raudo vértigo
los mundos que voltean,
y mi pupila abarca
la creación entera.Yo sé de esas regiones
a do un rumor no llega,
y donde informes astros
de vida un soplo esperan.Yo soy sobre el abismo
el puente que atraviesa,
yo soy la ignota escala
que el cielo une a la tierra,Yo soy el invisible
anillo que sujeta
el mundo de la forma
al mundo de la idea.Yo, en fin, soy ese espíritu,
desconocida esencia,
perfume misterioso
de que es vaso el poeta.
Julieta Jun 2019
¿Y si me siguen torturando
La felicidad y la paz?
¿Y si no concibo nunca más dormir
En mi propia cama,
Con la misma almohada?

Me dijeron que estaría bien,
Los que no saben nada
Me mintieron que podría
Y yo crédula seguí nadando

Nado y nado hacia la nada
Este océano es infinito
Como la galaxia
Es lo mismo arriba que abajo

En mi viaje encuentro un pez
Que nada solo como yo
Le hablo y no me escucha
Lo toco y no me siente

¿Y si soy invisible?
¿Y si en verdad no existo?
Quizá para ellos no,
Quizá ni siquiera para mí misma.
Ya se han roto las ataduras,
sólo la noche me rodea,
me va robando la memoria,
me acuna para que me duerma.

Ahora que ya no la contemplo
para robarle su belleza.
Ahora que siento en mí el cansancio
de nuestras pobres razas viejas.
Ahora que lucho y me rebelo
contra su mansedumbre eterna
y me acuerdo de que algún día
fui tan sin tiempo como ella,
¡qué monólogo desbordado,
qué soliloquio sin respuesta,
qué deseo de renacerme,
de entender y de que me entienda,
de borrar pasado y futuro,
de segar mi memoria entera!
Luego, arrojar al ***** pozo
lo que de mí evoca y recuerda:
cojín de nieblas matinales
donde apoyaba la cabeza.

Repetimos las mismas cosas,
recorremos aquellas sendas
por donde todos los humanos
dejaron gritos, ecos, huellas.
Son las palabras angustiadas
que un día oyó al nacer la tierra:
«húmedo beso, vida, muerte,
nada importa, me voy y quedas,
ayer desnudos en el campo
y hoy se caen solas las cerezas».

Palabras viejas y cansadas
que nosotros creímos nuevas,
recién nacidas para el canto,
para una dicha siempre nuestra.
Y la noche me va matando,
me acuna para que me duerma.
En cada instante mío pone
siglos de luna, alta y sangrienta.

Nada me importa que yo siembre
y que otros cojan la cosecha.

Pero morirme sin rebelarme,
someterme sin resistencia,
ser por los siglos de los siglos
sólo luz o sólo tinieblas,
irme cegando de hermosura
hasta dejar de ser materia,
aunque mi premio sea un día
mirar por dentro las estrellas...

Hoja de chopo, onda de río,
sangre mezclada con la tierra.
Y que mi forma sea el barro
que una mano mortal modela.
Niño que juega desnudito,
mínima brizna de la hierba,
todos los peces de los mares,
los animales de la tierra.
Saber que vivo, que palpito,
que me enloquezco en la carrera,
que nado mares y anchos ríos,
que escalo cimas, salto cercas,
que desde el fondo de las noches
hay pesadumbre que me acecha.

Sentir en mí todos los soles,
todos los gozos y las penas,
todos los vientos que me mueven,
los dolores que en mí hacen presa…
Sentir, por fin, llegar el alba,
su melodía limpia y fresca,
y barrernos las sombras turbias
que oscurecen nuestras cabezas,
y beber las lejanas brisas
que nos alejan de la tierra
maniatados y adormecidos,
sin saber a dónde nos llevan...
Si yo jamás hubiera salido de mi villa,
con una santa esposa tendría el refrigerio
de conocer el mundo por un solo hemisferio.
Tendría, entre corceles y aperos de labranza,
a Ella, como octava bienaventuranza.
Quizá tuviera dos hijos, y los tendría
sin un remordimiento ni una cobardía.
Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,
el niño iría de luto, pero la niña no.
¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,
una granada roja de virginales gajos,
una devota de María Auxiliadora
y un misterio exquisito con los párpados bajos?
Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,
recién nacidos, piando y piando de hambre
rodaran los pollitos, como esferas de estambre.
Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballo
que en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viaje
su relincho, penacho gozoso del paisaje.
Corazón que en fatigas de vivir vas a nado
y que estás florecido, como está la cadera
de Venus, y ceniciento cual la madera
en que grabó su puño de ánima el condenado:
tu tarde será simple, de ejemplar feligrés
absorto en el perfume de hogareños panqués
y que en la resolana se santigua a las tres.
Corazón; te reservo el mullido descanso
de la coqueta villa en que el señor mi abuelo
contaba las cosechas con su pluma de ganso.
La moza me dirá con su voz de alfeñique
marchándose al rosario, que le abrace la falda
ampulosa, al sonar el último repique.
Luego resbalaré por las frutales tapias
en recuerdo fanático de mis yertas prosapias.
Y si la villa, enfrente de la jocosa luna,
me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,
sólo podré jurarle que con otra fortuna
el niño iría de luto, pero la niña no.
abysmal May 2018
¿Que hago?
Sueño, deseo, ruego, espero.
Nada.
Busco, camino, corro, nado, floto.
Nada.
Nada pero la ausencia de felicidad
Y la ausencia de alguún respeto.
Esta es mi religión.
Respeta!
Esto es en lo que yo creo.
Respeta!
Esa es tu religión.
Respeto.
Eso es en lo que tu crees.
Respeto.
Yo te respeto,
Pues respétame.
ONLY FOR SPANISH-SPEAKING PVTOS ;)
Leydis May 2018
No sé cuánto tiempo llevo nadando,

no sé si fueron horas o años,

no sé si se alzó la marea o si sus olas me arroparon,

si mantuve la respiración por un tiempo prolongado

o si perdí la noción del porqué tan lejos estaba navegando.



No sé cómo hasta aquí he orillado, ni

cuantas tormentas encontré en esos mares.

No sé si he llegado a las costas del engaño,

si me enganche a una historia ya finalizada,

si ancore en el puerto anhelado o si ya he muerto

y este Vergel es solo producto de una visión malograda.



Recuerdo ver delfines jugando,

no sé si me lo imagine, pero creí escuchar

campanas a un encuentro festejando.

No sé si en realidad te he encontrado

o si otra vez te has reasentado, forzándome

nuevamente a seguir nadando.



He llegado sin saber cómo ni cuándo..,

solo llegue.

Todo se echó a perder en esas turbulentas aguas,

después de toda esta travesía, solo ha sobrevivido

aquel poemario que te dedique hacen años.



Aquel poemario que describió los besos

de un amor atado por algo menos vano

que deseos corporales.  Dos cuerpos que en su tiempo,

convirtieron lo físico en elementos transcendentales.

Un amor que nado en aguas negras pero nunca se convirtió en fango.  

Aquella historia, que entablo porqué el agua versa con la montaña,

porqué un amor sin veredas es un amor sin esperanza.



Nade con todos los versos que te dedique hace algún tiempo.

Nade esperanzada en orillarme en tu mirada.

Nade sin importar distancia, cansancio o trabas.

Nade hacia tu encuentro, arropada por la playa de tu alma,

que me pedía desde lejos, que te encontrara para inventarnos

otro renacimiento de amor con nuevos granos.  



©LeydisProse
5/21/2018
https://m.facebook.com/LeydisProse//
Ambar Martin Aug 13
¿Es pecado dar un grito ahogado para ser salvado del pozo oscuro en el que cada día nado?

¿En serio es tan malo buscar atención dañando mi propio ser? ¿O solo es una tonta acusación que hacen sin noción?

No lo dije, ni lo mostré, pero aún así, deseé que alguien lo viera, que alguien lo notará y me alejara del frío sentimiento que deja el filo cortando mi cuerpo.

Todo sería más fácil si lo hubiese hablado, este ciclo hubiera finalizado, las cicatrices no existirían y tal vez la culpa se iría.

Pero no pude, no pude y no puedo.

Las palabras se atascan en mi garganta y el resto de mi cuerpo es quien se encarga de dejarlas salir mediante finos cortes de los que después me voy a arrepentir.

Te pido que te pongas en mi lugar, y te des cuenta de que no me quiero victimizar, sino, que es mi manera de rogar un hombro en el cual llorar.
mi primer poema escrito :)
Cláudio Costa Feb 2023
Visão cega dum vão cultivar,
Anseio que derrama, ***** e mudo,
Ao longe o vislumbre de ti a passar
Escorre de mim sedento, sem ar,
A drenar lento por um canudo
sob um ser que finge ser,
ser que sabe fugir
mas não sabe desprender;
Ser que não serve para sentir,
mas sente para viver.

Já não sei seguir sem par
a cruzar rotas noutros trilhos
O fulgor do teu olhar,
por mais que o queira cuidar
vai cruzando noutros brilhos.
Indício que vem num tumulto agudo
Pulsar de veia que me assalta,
espreita o clarão pelo canudo
e a luz escorre na tua falta.
Sai de mim, por tudo te peço;
Sai de mim, mas não me leves
e deixa durar os dias breves,
assim que saias verei se os esqueço.
Sai de mim, mas leva a saudade
E deixa-me noutra realidade
Uma na qual não te conheço.

Memória reclusa, cativo tesouro
de fios mognos no sol louro,
Risos soltos em cabelos revoltos,
Imagem tua, miragem de um ser
que em quietude à distância
me dá ânsia de te ver.
Ecoa a afastar e prende-me ao chão,
Semeia desígnios num solo a vagar,
Curva-se e colhe sombras em vão.

Nado no rio que corre sem dor,
que é meu e finda num mar interior
Estou aqui, estou agora
Espreito-me de dentro para fora,
Vejo a eira a cultivar,
Trago grãos p'ra semear,
a visão cega fixa-se perto
E desvanece a clarear
um amanhã sempre incerto,
sempre brumoso a se esboçar.
¯\_(ツ)_/¯
LKenzo Dec 2020
Sacaste todas mis palabras fuera de contexto
aquel día, en frente del edificio desecho
buscando alguna razón para volver a hablarte
intento cerrar mi mente para entenderte
nado muy lejos de la orilla
te busco en la distancia
se elevan las cenizas
cubro mi melancolía con alcoholemia
me vuelvo dulce
ardo en la distancia.
El colegio francés.
La casa de las puertas cerradas.
El ejército de hombres.
Las líneas de batalla.
Cierro mis ojos aunque todo esté oscuro
he aprendido a vivir así
de esperanzas vacías, nubes y pájaros
Mi alma siente el mal agüero
la luz desaparece al horizonte
y me da miedo no poder detenerla
Y entonces me veo obligada a salir de casa
hacia el castillo
Carolina,
Volveré a perder
escúchame otra vez
déjame no saber, ya que
volveré a caer
cuando el alba
sea incapaz de aparecer.
Haz que vuelva a ser feliz con tu presencia
añoro todo lo que algún día fuiste
añoro todos los veranos de mi vida
con su sol azotando mi frente
con sus aguas mojando mi almohada
con tus besos adornando mi cara.
Si por mi fuera sería tu puta toda la vida
toda la vida
Si por mi fuera te querría todos los días
todos mis días
Si por mi fuera descansaría
muy cerca de la orilla,
con la cabeza bajo el agua,
no escucho tus palabras
cierro los ojos
ya no veo tu cara
Ya no tengo porque pensarte, cariño
me siento herida
por eso te he hablado
Ya no tengo el que pensarte
ha pasado mucho tiempo
no me quedan razones.
Un caramelo del Nepal
un vestido de terciopelo verde oscuro
un vinilo agrietado
un cenicero con forma de rana
una bañera de espuma
una cuchilla afilada,
los tres espejos
flores en el papel de la pared
mechones de pelo mojado
pegado en la frente y en la espalda
pezones y vino de Malta,
el tapón del mar
la sangre en la copa
tu lunar en la mejilla, que tanto resalta,
libros de medicina antigua
una puerta tapada por una cortina
los pelos en la lengua
en el suelo, un plato de comida,
las primeras televisiones
por el pasillo, luces rojas,
manos blancas
Francia en llamas.

Hueles a muerte
besas como ella
sintonizo la primera cadena.
El gas abierto
la cabeza dentro.
William Oct 2017
este es un pequeño canto para mi
princesa
francesa
de un plebeyo triste
que quiere humedecer tus bragas
azules, azulísimas
como mi mar de lágrimas
en el que nado y pienso
en la hermosa princesa
mi francesa

— The End —