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En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.

Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.
deadboycreek Mar 2018
1990
de millones de años
los años de vida
trastornos que pueden ser
la esperanza encrucijada en
sistema de vulnerabilidad

de modernización
hombres para ahogamientos
y deriva de 1980
los daños por vivir
los de la sangre
insidiosas y permanentes
baja en ****

y la glucosa original
de hombres y drogas
la falta de homicidios y
vida al nacer y
ansiedad arterial
se movieron
un cancer que se ocupaba
en algoritmos de la piel

(25 de Abril, 2015)
Nataly Donado Jun 28
Una brisa suave entró por mi ventana.
Fue cálida, fue silenciosa.
No se movieron las cortinas.
No opusieron resistencia.

¿Acaso puede nombrarse una brisa?

No tuvimos tiempo de tomarla.
No pudimos entender su plenitud,
ni su fuerza,
ni hasta dónde llegó.
Pero entró en tu casa…
y entró en la mía.

¿Sientes ese silencio?
Yo también lo siento.
No sabemos cómo llamarlo.
Ni siquiera podemos escucharlo.
No hay nada.
No hay silbidos,
ni voces,
ni ecos.

¿Te has detenido a mirar el paisaje?
Yo también lo he hecho.
No lo había visto antes.
Esas montañas no se habían presentado.
No había colinas,
ni ríos,
ni flores.
Tal vez solo cielo nublado.

¿Cómo podemos llamarlo?

Tal vez… no hay nombre.
Y esto que vivimos,
que sentimos,
que quisimos,
no puede tenerlo.

¿Quisimos…?
¿Qué fue eso?
¿Cómo se llama?

¿Te lo preguntas también en tus largas noches?
¿O solo recuestas la cabeza en la almohada,
y te sumerges en tu mundo interior,
intentando evitar tu realidad?

¿Acaso, en tu almohada, puedes nombrar esto?

Yo no.
Y tal vez no quiera hacerlo.

Porque es imposible.
¿Brisa?
¿Silencio?
¿Paisaje?
¿Amor?
No lo se.
Tú tampoco.

Tal vez vivirá sin nombre,
pero vivirá.
Porque fue real,
aunque no tenga nombre.
Para todo aquello que nos tocó el alma,
pero no pudimos ponerle nombre ni etiqueta.
No tuvo prólogo,
pero tampoco final.

— The End —