Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Lesly Valle May 2015
Hacia mucho calor dentro de la casa de mi abuela. Habían casi 20 personas en la casita pequeña de ella. Recuerdo salir a fuera para tomar un poco de aire mientras me sentaba en las gradas para relajarme, viendo pasar a las personas. Quería ver las estrellas pero casi no se veían..Sólo logre ver algunas dos o tres estrellitas.

En un poste que estaba al frente de mi había una foto de una mujer. Solo al verla a ella me daba miedo. Me daba escalofrío al ver sus ojos, tan..negros. Su pelo *****. Labios pintados de rojo oscuro. No sabía si regresar adentro o quedarme. Lo pense, pero al fin me quedé.


Al los 10 minutos mi tío que en ese tiempo tenía la misma edad mía salió afuera para darme compania.  Platacamos sobre nuestra vida. Nuestros logros. Nuestros deseos de seguir adelante en la vida etc me contó lo que le molestaba..expreso sus pensamientos. Supe que me tuvo gran confianza cuando empezó a llorar y me apapacho tan fuerte..mi tío es un muchacho musculoso, no le gusta demostrar sus sentimientos hacia nadie. Ni a sus propios primos.

Después que el término de platicar ambos nos quedamos callados. Despues vi un buo blanco que bolaba arriba del techo de un muchacho que había conocido. Mi tío me dijo, "Dicen que si uno ve un buo es porque alguien se va morir." No le respondí, porque no creo en dichos. Ese buo blanco se quedo ahí toda la noche.

El siguente día empaque mis maletas porque ya era tiempo de irme de regreso hacia los estados unidos. No quise irme porque extrañaba a mi familia tanto, mi abuelita y mi casita..estaba en casa y ahora me tocaba regresar a un país que no era mío.


Al llegar a los Estados Unidos desempaque mis maletas. Todo muy bien. Días despues, mi prima me había contado que el muchacho que había conocido había fallecido. Fue a la tienda a comprar comida y le dispararon 2 veces.  Empezar a recordar el dicho del buo. Se que algunos no crearán y algunos tal vez sí. No diré que soy creyente..no se si fue solo coincidencia pero que paso paso..

Han pasado 4 años,  y aun sigo pensando en esa noche. Qué extraño..
It was hot inside of my grandmother's house. There was at least 20 people in that small house of hers.I remember walking outside to take a fresh breath of air and I sat on the stairs to relax, watching people walk by. I wanted to see the stars but I could hardly see them. I only could see a few.

In a post in front of me there was a foto of a woman. Just seeing her eyes gave me cold chills, they were..completly black. Her black hair. Her dark red lips. I wasn't sure if I should go back inside or not. I thought about it, but in the end I decided to stay.

After 10 minutes my uncle who at the time was the aame age as me walked outside to give me some company. We talked about our life. Our goals. And our desire to be something in life. He expressed to me what was bothering him..he expressed his thoughts.  I knew than that he had great trust in me when he began to cry and huge me so hard. My uncle is a young man who is muscular and hides his feelings from people. Especially his own cousins.

After he finished talking we both stayed quiet for a bit. Than I saw a white owl that flew around he house of a boy I had met. My uncle said, "They say that if you see an owl it's because someone is going to die." I didn't respond. Because I don't believe in sayings. That white owl stood there all night.

The next day I packed up my bags because it was time for me to go back to USA. I didn't want leave because I missed my family so much all ready, my grandmother and my house. I was at he and I had to go back to a country that was not mine.

Arriving in USA, I unpacked my bags. Everything was good.  Days later, my cousin notifies me that the boy that I had met died. He went to the store to buy food and got shot 2 times.  I than started to remember that old saying. I know that some might not believe and maybe some will. I'm not saying I'm a believer..I'm not sure if it was just a coincidence, but that it happened it happened.

4 years have passed and I still continue to think about that night. So strange..
Yo no debo irme: tengo que esperar
hasta que la muerte venga a llamar.
¡Tengo que esperar!
¡Cuánto tarda , cuánto!...

                                    Pero el tiempo corre
y a veces escucho, cerca de mi torre,
entre las tinieblas, cauteloso andar...
Mucho tarda, pero tiene que llegar.

Rejas insidiosas, rejas que vedáis
para mí la vida, que cuadriculáis
para mí los aires; impasibles rejas,
duras a mis dedos, sordas a mis quejas:
habrán de limaros mis firmes anhelos,
y quizá una noche me abriréis los cielos.

Mucho, tal vez mucho tengo de esperar;
pero al fin la muerte me vendrá a llamar.
Santiago Jan 2015
Pa mi kompa el conejo c loco
Mi canton donde yo me quedo
Ese no puedo tengo que irme lejos
A mi familia solos los dejo me voy
Les doy el piso anda bien caliente
El mundo les miente ya no sienten
Que estan haciendo no entiendo
Tu ya sabes donde quiera defiendo
Sin miedo listo pa cualquier ****
En mi puesto te espero pronto
No creas que soy un pinchi tonto
Preparado para el gran disparo
Rumbando en el caro por debajo
Mi familia esta en peligro
La neta te digo la verdad yo te sigo
Solo te pido el rescate del nido
Salgo vivo enfrentando la muerte
Los dos angeles de la muerte
Aqui no vive la suerte solo verte
A la fuga da un chingo decoraje
Reportandome al jale de la calle
Chale estoy en el infierno
A falsos los acuesto a balazos
Con el cuerno los tiendo grave
Es mi vida la que estoy viviendo
La ley de dios hasta el fin defiendo
No es un cuento y ningun invento
Te lo presento con rapides o lento
Mis palabras te hacen calaberas
Maderas amarandolo con cuerdas
Para que siempre te lo recuerdas
Tus ojos verdes y camisa muerdes
La jura terkos ese pinchis puerkos
Quedaste atrapado ya no suelto
Encargo para el vuelo a las nubes
Hasta arriba en los cielos te subes
Y te tumbo desde arriba bebida
Mamila tu callida sin paracallidas
Te dije imposible que sobrevivas
Sigues chingando la torre te acabo
Con una madrisa y al fin sonrisa
Soy un chingon no un mamon
Pinchi rajon cabron me rapo pelon
Pon tu cabeza te la hago melon
Dania Jun 2014
Verde vivienda—
Tortura mia.
Cuanto quisiera irme a mi casa—
La casa de rosas rojas y llenas
De amor y pasion para la ciudad.
Blanca pureza—
Tu voz me llama hasta al fondo del las raíces
De la tierra,
De la alma,
De la corrupcion.
Tu lengua dice muy calladito:
“Viva Mexico”.
No dejes que tu belleza desaparezca
Dentro del crimen carmesí del paiz.
Aunque me fui de tus manos a un ano,
Quiero que sepas que te extrano.
Visito tus pueblos esmeraldas seguido,
Pero siempre te llevo conmigo.
Por favor, mi vida,
Gritame en el esplendor de marfil —
Como lo hicistes ese quince de Septiembre
Para que te escuche desde aqui:
“Viva Mexico!”
Tan potente,
Tan triunfante—
Nunca moriras.
Message me for translation
Ii
Rafael, antes de llegar a España me salió al camino
      tu poesía, rosa literal, racimo biselado,
      y ella hasta ahora ha sido no para mí un recuerdo,
      sino luz olorosa, emanación de un mundo.

      A tu tierra reseca por la crueldad trajiste
      el rocío que el tiempo había olvidado,
      y España despertó contigo en la cintura,
      otra vez coronada de aljófar matutino.

      Recordarás lo que yo traía: sueños despedazados
      por implacables ácidos, permanencias
      en aguas desterradas, en silencios
      de donde las raíces amargas emergían
      como palos quemados en el bosque.
      Cómo puedo olvidar, Rafael, aquel tiempo?

      A tu país llegué como quien cae
      a una luna de piedra, hallando en todas partes
      águilas del erial, secas espinas,
      pero tu voz allí, marinero, esperaba
      para darme la bienvenida y la fragancia
      del alhelí, la miel de los frutos marinos.

      Y tu poesía estaba en la mesa, desnuda.

      Los pinares del Sur, las razas de la uva
      dieron a tu diamante cortado sus resinas,
      y al tocar tan hermosa claridad, mucha sombra
      de la que traje al mundo, se deshizo.

      Arquitectura hecha en la luz, como los pétalos,
      a través de tus versos de embriagador aroma
      yo vi el agua de antaño, la nieve hereditaria,
      y a ti más que a ninguno debo España.
      Con tus dedos toqué panal y páramo,
      conocí las orillas gastadas por el pueblo
      como por un océano, y las gradas
      en que la poesía fue estrellando
      toda su vestidura de zafiros.

Tú sabes que no enseña sino el hermano. Y en esa
hora no sólo aquello me enseñaste,
no sólo la apagada pompa de nuestra estirpe,
sino la rectitud de tu destino,
y cuando una vez más llegó la sangre a España
defendí el patrimonio del pueblo que era mío.

Ya sabes tú, ya sabe todo el mundo estas cosas.
Yo quiero solamente estar contigo,
y hoy que te falta la mitad de la vida,
tu tierra, a la que tienes más derecho que un árbol,
hoy que de las desdichas de la patria no sólo
el luto del que amamos, sino tu ausencia cubren
la herencia del olivo que devoran los lobos,
te quiero dar, ay!, si pudiera, hermano grande,
la estrellada alegría que tú me diste entonces.

      Entre nosotros dos la poesía
      se toca como piel celeste,
      y contigo me gusta recoger un racimo,
      este pámpano, aquella raíz de las tinieblas.

      La envidia que abre puertas en los seres
      no pudo abrir tu puerta, ni la mía. Es hermoso
      como cuando la cólera del viento
      desencadena su vestido afuera
      y están el pan, el vino y el fuego con nosotros
      dejar que aúlle el vendedor de furia,
      dejar que silbe el que pasó entre tus pies,
      y levantar la copa llena de ámbar
      con todo el rito de la transparencia.
      Alguien quiere olvidar que tú eres el primero?
      Déjalo que navegue y encontrará tu rostro.
      Alguien quiere enterrarnos precipitadamente?
      Está bien, pero tiene la obligación del vuelo.

      Vendrán, pero quién puede sacudir la cosecha
      que con la mano del otoño fue elevada
      hasta teñir el mundo con el temblor del vino?

      Dame esa copa, hermano, y escucha: estoy rodeado
      de mi América húmeda y torrencial, a veces
      pierdo el silencio, pierdo la corola nocturna,
      y me rodea el odio, tal vez nada, el vacío
      de un vacío, el crepúsculo
      de un perro, de una rana,
      y entonces siento que tanta tierra mía nos separe,
      y quiero irme a tu casa en que, yo sé, me esperas,
      sólo para ser buenos como sólo nosotros
      podemos serlo. No debemos nada.

      Y a ti sí que te deben, y es una patria: espera.

      Volverás, volveremos. Quiero contigo un día
      en tus riberas ir embriagados de oro
      hacia tus puertos, puertos del Sur que entonces no alcancé.
      Me mostrarás el mar donde sardinas
      y aceitunas disputan las arenas,
      y aquellos campos con los toros de ojos verdes
      que Villalón (amigo que tampoco
      me vino a ver, porque estaba enterrado)
      tenía, y los toneles del jerez, catedrales
      en cuyos corazones gongorinos
      arde el topacio con pálido fuego.

      Iremos, Rafael, adonde yace
      aquel que con sus manos y las tuyas
      la cintura de España sostenía.
      El muerto que no pudo morir, aquel a quien tú guardas,
      porque sólo tu existencia lo defiende.
      Allí está Federico, pero hay muchos que, hundidos, enterados,
      entre las cordilleras españolas, caídos
      injustamente, derramados,
      perdido cereal en las montañas,
      son nuestros, y nosotros estamos en su arcilla.

      Tú vives porque siempre fuiste un dios milagroso.
      A nadie más que a ti te buscaron, querían
      devorarte los lobos, romper tu poderío.
      Cada uno quería ser gusano en tu muerte.

      Pues bien, se equivocaron. Es tal vez la estructura
      de tu canción, intacta transparencia,
      armada decisión de tu dulzura,
      dureza, fortaleza, delicada,
      la que salvó tu amor para la tierra.

            Yo iré contigo para probar el agua
            del Genil, del dominio que me diste,
            a mirar en la plata que navega
            las efigies dormidas que fundaron
            las sílabas azules de tu canto.

      Entraremos también en las herrerías; ahora
      el metal de los pueblos allí espera
      nacer en los cuchillos: pasaremos cantando
      junto a las redes rojas que mueve el firmamento.
      Cuchillos, redes, cantos borrarán los dolores.
      Tu pueblo llevará con las manos quemadas
      por la pólvora, como laurel de las praderas,
      lo que tu amor fue desgranando en la desdicha.

      Sí, de nuestros destierros nace la flor, la forma
      de la patria que el pueblo reconquista con truenos,
      y no es un día solo el que elabora
      la miel perdida, la verdad del sueño,
      sino cada raíz que se hace canto
      hasta poblar el mundo con sus hojas.
      Tú estás allí, no hay nada que no mueva
      la luna diamantina que dejaste:

            la soledad, el viento en los rincones,
            todo toca tu puro territorio,
            y los últimos muertos, los que caen
            en la prisión, leones fusilados,
            y los de las guerrillas, capitanes
            del corazón, están humedeciendo
            tu propia investidura cristalina,
            tu propio corazón con sus raíces.

Ha pasado el tiempo desde aquellos días en que compartimos
dolores que dejaron una herida radiante,
el caballo de la guerra que con sus herraduras
atropelló la aldea destrozando los vidrios.
Todo aquello nació bajo la pólvora,
todo aquello te aguarda para elevar la espiga,
y en ese nacimiento se envolverán de nuevo
el humo y la ternura de aquellos duros días.

Ancha es la piel de España y en ella tu acicate
vive como una espada de ilustre empuñadura,
y no hay olvido, no hay invierno que te borre,
hermano fulgurante, de los labios del pueblo.
Así te hablo, olvidando tal vez una palabra,
contestando al fin cartas que no recuerdas
y que cuando los climas del Este me cubrieron
como aroma escarlata, llegaron
hasta mi soledad.
                            Que tu frente dorada
encuentre en esta carta un día de otro tiempo,
y otro tiempo de un día que vendrá.
                                                        Me despido
hoy, 1948, dieciséis de diciembre,
en algún punto de América en que canto.
Sdru Jul 2013
Sin ti, yo no existo

Encuentro mil maneras de demostrarte
lo que significas para mi
en un suspiro resalta tu mirada
veo al cielo, totalmente inundada
con tu hermoso rostro
reflejado en aquel mar
tus ojos me demuestran
que aun se amar

Con este sentimiento puedo acercarme a ti
quisiera estar para siempre rodeandote de amor
para asi jamas irme de tu lado
y que sepas quien en verdad soy

te prometo estar a tu lado
juntos por siempre
asi sera ya lo veras
jamas nos vamos a separar
Emma Oct 2014
Te busco en las esquinas del pueblo
Te busco en los ojos de los caballeros  
Te busco como una niña perdida
busca a su madre
Con angustia, con miedo
Miedo a encontrarte entre otros brazos
Miedo de hallarte con otra boca
Pero aun asi tengo esperanzas
de encontrarte entero
porque de poder encontrar pedazos tuyos
eso si pude hacer
Encontre tus ojos mientras miraba el cielo estrellado
una noche oscura en el Beni
Halle tu sonrisa por ahi en el mar
azul de Brasil
Senti el rozo de tus dedos
Mientras el viento jugaba con mi pelo
en pleno Los Angeles
No te he perdido para siempre
Eso me sigo diciendo
Y sigo viajando porque
te sigo buscando con esperanzas
de poder juntar todos los pedazos tuyos
y que formen el rompe cabezas
mas bien rompe corazones y mentes y almas
y que finalmente te pueda nuevamente ver

Deje mi corazon en tus manos hace mucho tiempo
y al irme, me lo quise llevar
termino en dos pedazos
yo con una mitad y tu con la otra
espero que al igual que yo estes buscando la otra mitad
Me gusto mas cuando me veo con tus ojos.
karmabeatriz Jun 2014
Ante mi, tus ojos desvanecen llevando agrias lagrimas, al irme muy lejos y desconectandome de ti
siento un vació un amargo vació y recordando esas tristes lagrimas que cayeron por mi, en ese instante mis ojos se convirtieron en esferas de agua , pensando en lo mal que hice, al verte marchar por mi capricho, al no poder decirte ''regresa'', este vació me mata, deseando que tus cálidas manos me regresen a la vida.
M Suárez Nov 2016
¿Por qué siento mi corazón en llamas desde anoche? Hasta físicamente lo siento. Un ardor como cuando te cortas entre los dedos con una hoja de papel. Como cuando sientes que la piel se desgarra al caer.
He pensado más en la muerte estos días. Estando en el techo de Camilo, mientras salimos a ver la luna, no pude evitar pensar si la caída me mataría o solo me dejaría parapléjica. Son solo cinco pisos. En el metro he tenido los mismos pensamientos. Me asomo a ver si se acerca el tren y pienso en qué pasaría si finjo que me tropiezo, ¿qué pasaría si me dejo caer a las vías?
Otras veces solo quiero desaparecer. He pensado en irme sin decir nada. Sin ropa y sin avisar. El otro día fantaseaba con estar en mi lugar favorito de Playa del Carmen. Una banca que estaba en la primera planta de la salita de espera del muelle hace unos años. Cuando aún era una palapa y todo era de madera. Hace tanto que no voy. La última vez recuerdo que sólo la vi por fuera y está tan cambiada. Y me arrepentí de no haberme muerto allí, cuando aún me era mágico. E imaginé que tomaba muchas pastillas, me dirigía allí con un libro en la mano (García o Storni, cambiaba constantemente). Y me sentaba, leía un párrafo o dos. Sentía como mi cuerpo se adormecía. Dejaba el libro de lado y tomaba una última postal con los ojos de lo bello que es el mar. Cerraba los ojos. Desde que leí las distintas versiones de cómo murió Alfonsina, la del mar es mi favorita. Pero mi mayor miedo es morir ahogada, así que no fantaseo mucho sobre eso. Porque soy lo suficientemente cobarde como para no hacerme daño. Porque si muero quiero que sea rápido.
No lo haré ahora. Y no porque aún tenga pendientes. En realidad no los tengo. Sino porque aún me da miedo. Me da miedo qué sigue y aún creo en el castigo divino. Mi mayor miedo es el dolor que se debe sentir cuando uno muere. Como muchos suicidas han sido exitosos en sus ganas de morir, no pueden decirnos qué se siente. Ciertamente los muertos no hablan ni escriben historias. Me he preguntado si es como en las películas, si sientes que el alma se sale de tu cuerpo. Tengo la idea de que sí. Definitivamente creo en el alma, si no, no tendría miedo del castigo divino. Pero cuando mi alma se separe de mi cuerpo, presiento que sentiré vacío. Y odio sentir vacío.
Hay una mosca en mi habitación. Son tan sensibles esos insectos. Nunca he sabido si nos huelen o cómo detectan el olor de los animales muertos.
Quizá ya huelo a eso.
Madre, no me digas:
-Hijo, quédate...,
cena con nosotros
y duerme después...

Cuando eras pequeño
daba gusto ver
tu cara redonda,
tu rosada tez...

Yo a Dios le rogaba
una y otra vez:
que nunca se enferme
que viva años cien;

robusto, rosado,
gallardo doncel
le vean mis ojos
allá en la vejez.

Que no tenga ese aire
de los hombres que
se pasan la noche
de café en café...

Dios me ha castigado.
¡Él sabrá por qué!-
Madre, no me digas:
-Hijo, quédate...-

La calle me llama
y a la calle iré...
Yo tengo una pena
de tan mal jaez

que ni tu ni nadie
puede comprender,
y en medio de la calle
¡me siento tan bien!

¿Qué cuál es mi pena?
¡Ni yo sé cuál es!
Pero ella me obliga
a irme, a correr,

hasta de cansancio
rendido caer...
La calle me llama
y obedeceré...

Cuando pongo en ella
los ligeros pies,
me lleno de rimas
sin saber por qué...

La calle, la calle,
¡loco cascabel!

La noche, la noche,
¡qué dulce embriaguez!
El poeta, la calle y la noche,
se quieren los tres...

La calle me llama,
la noche también...
Hasta luego, madre,
¡voy a florecer!
Sólo una tonta podía dedicar su vida a la
soledad y al amor.

Sólo una tonta podía morirse al tocar una lámpara,
si lámpara encendida,
desperdiciada lámpara de día eras tú.

Retonta por desvalida, por inerme,
por estar ofreciendo tu canasta de frutas a
los árboles,
tu agua al manantial,
tu calor al desierto,
tus alas a los pájaros.

Retonta, rechayito, remadre de tu hijo y de
ti misma.

Huérfana y sola como en las novelas,
presumiendo de tigre, ratoncito,
no dejándote ver por tu sonrisa,
poniéndote corazas transparentes,
colchas de terciopelo y de palabras
sobre tu desnudez estremecida.

¡Cómo te quiero, Chayo, cómo duele
pensar que traen tu cuerpo! -así se dice-
(¿Dónde dejaron tu alma? ¿No es posible
rasparla de la lámpara, recogerla del piso
con una escoba? ¿Qué, no tiene escobas la Embajada?)

¡Cómo duele, te digo, que te traigan,
te pongan, te coloquen, te manejen,
te lleven de honra en honra funerarias!

(¡No me vayan a hacer a mí esa cosa
de los Hombres Ilustres, con una
chingada!)

¡Cómo duele, Chayito! ¿Y esto es todo?

¡Claro que es todo, es todo!

Lo bueno es que hablan bien en el Excélsior
y estoy seguro de que algunos lloran,
te van a dedicar tus suplementos,
poemas mejores que éste, estudios,
glosas,
¡qué gran publicidad tienes ahora!

La próxima vez que platiquemos
te diré todo el resto.
Ya no estoy enojado.

Hace mucho calor en Sinaloa.
Voy a irme a la alberca a echarme un trago.
Las dulces mensajeras de la tristeza son...
son avecillas negras, negras como la noche.
¡Negras como el dolor!
¡Las dulces golondrinas que en invierno se van
y que dejan el nido abandonado y solo
para cruzar el mar!
Cada vez que las veo siento un frío sutil...
¡Oh! ¡Negras avecillas, inquietas avecillas
amantes de abril!
¡Oh! ¡Pobres golondrinas que se van a buscar
como los emigrantes, a las tierras extrañas,
la migaja de pan!
¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid!
¡Venid primaverales, con las alas de luto
llegaos hasta mí!
Sostenedme en las alas... Sostenedme y cruzad
de un volido tan sólo, eterno y más eterno
la inmensidad del mar...
¿Sabéis cómo se viaja hasta el país del sol?...
¿Sabéis dónde se encuentra la eterna primavera,
la fuente del amor?...
¡Llevadme, golondrinas! ¡Llevadme! ¡No temáis!
Yo soy una bohemia, una pobre bohemia
¡Llevadme donde vais!
¿No sabéis, golondrinas errantes, no sabéis,
que tengo el alma enferma porque no puedo irme
volando yo también?
¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid!
¡Venid primaverales! ¡Con las alas de luto
llegaos hasta mí!
¡Venid! ¡Llevadme pronto a correr el albur!...
¡Qué lástima, pequeñas, que no tengáis las alas
tejidas en azul!
LKenzo Dec 2020
La tetera al fuego,
la cera del candelabro en el suelo
se apaga el Sol, no veo a Dios
la armónica que escucho en la otra habitación
esta afinada demasiado bien, estoy cansado
últimamente he dormido poco.
He estado muy bien con vosotras y contigo
cuando me he ido, me he dado cuenta
de lo que te he dicho
¿Sabes que esto lo hago porque te quiero?
Suena el timbre, otra vez has venido a verme
como la sombra de un amor
que no me trasmite el necesario júbilo.
Más allá de Mercurio hay un lugar,
más allá de Venus y la Tierra, dónde poder estar.
He leído ya varias veces
el mensaje que me mandaste,
como una canción de cuna, antes de dormirte.
No quiero que te ilusiones si decido
mirarte de la manera en la que te miro.
Un baile celestial de ángeles
danzando por mi cabeza, golpeando el techo.
Nunca he sabido, que hacer contigo
estoy meditando
Irme o quedarme; es una difícil decisión,
escoja la que escoja romperé tu corazón,
prométeme que me olvidarás
que pase lo que pase, lo harás.
No hay nadie, más que tu y yo, en esta cama
en este lugar, siento que no te quiero
Sonriendo a tu espalda,
como una hiena hambrienta
Camuflándome en la noche, como un soldado
como un ladrón...
Un corazón tatuado de *****.
Oh, Luna, no hagas las cosas difíciles,
sabes que es malo si sigues
siento no poder darte lo que me pides.
Un caballero, sin armadura y sin espada
desprotegidos ante la situación
temo que esto pueda atravesarme el corazón
temo que pueda perder la razón
Llenar tu cuerpo de cráteres
y que te escondas en la noche
Llevo demasiado tiempo viendo las estrellas
empiezo a echar de menos el día.
Me clavo todas las agujas del erizo de mar,
no puedes soñar otra vez que me quieres
no lo vayas a decir en voz alta,
ninguno somos suficientemente valientes...
Te abracé y no te quedaste quieta
te abracé, y dolió tanto como si lo supiera.
Te abracé y tu cuerpo estaba ardiendo
Irme o quedarme contigo, a tu lado...
Te digo que no. Entonces
¿Porque todavía no te has ido?
Mirándote a los ojos intento adivinar
si no estás llorando
porque no me devuelves la mirada...
Mirando a los ojos de la luna...
Irme o quedarme y asegurarme
de que estarás bien
aunque te haya herido
Descansa.
-Morir vos queredes, padre,   ¡San Miguel vos haya el alma!
Mandastes las vuestra tierras   a quien se vos antojara:
diste a don Sancho a Castilla,   Castilla la bien nombrada,
a don Alfonso a León   con Asturias y Sanabria,
a don García a Galicia   con Portugal la preciada,
¡y a mí, porque soy mujer,   dejáisme desheredada!
Irme he yo de tierra en tierra   como una mujer errada;
mi lindo cuerpo daría   a quien bien se me antojara,
a los moros por dinero   y a los cristianos de gracia;
de lo que ganar pudiere,   haré bien por vuestra alma.
  Allí preguntara el rey:   -¿Quién es esa que así habla?
Respondiera el arzobispo:   -Vuestra hija doña Urraca.
-Calledes, hija, calledes,   no digades tal palabra,
que mujer que tal decía   merecía ser quemada.
Allá en tierra leonesa   un rincón se me olvidaba,
Zamora tiene por nombre,   Zamora la bien cercada,
de un lado la cerca el Duero,   del otro peña tajada.
¡Quien vos la quitare, hija,   la mi maldición le caiga!
Todos dicen: «Amen, amen»,   sino don Sancho que calla.
Ya se han roto las ataduras,
sólo la noche me rodea,
me va robando la memoria,
me acuna para que me duerma.

Ahora que ya no la contemplo
para robarle su belleza.
Ahora que siento en mí el cansancio
de nuestras pobres razas viejas.
Ahora que lucho y me rebelo
contra su mansedumbre eterna
y me acuerdo de que algún día
fui tan sin tiempo como ella,
¡qué monólogo desbordado,
qué soliloquio sin respuesta,
qué deseo de renacerme,
de entender y de que me entienda,
de borrar pasado y futuro,
de segar mi memoria entera!
Luego, arrojar al ***** pozo
lo que de mí evoca y recuerda:
cojín de nieblas matinales
donde apoyaba la cabeza.

Repetimos las mismas cosas,
recorremos aquellas sendas
por donde todos los humanos
dejaron gritos, ecos, huellas.
Son las palabras angustiadas
que un día oyó al nacer la tierra:
«húmedo beso, vida, muerte,
nada importa, me voy y quedas,
ayer desnudos en el campo
y hoy se caen solas las cerezas».

Palabras viejas y cansadas
que nosotros creímos nuevas,
recién nacidas para el canto,
para una dicha siempre nuestra.
Y la noche me va matando,
me acuna para que me duerma.
En cada instante mío pone
siglos de luna, alta y sangrienta.

Nada me importa que yo siembre
y que otros cojan la cosecha.

Pero morirme sin rebelarme,
someterme sin resistencia,
ser por los siglos de los siglos
sólo luz o sólo tinieblas,
irme cegando de hermosura
hasta dejar de ser materia,
aunque mi premio sea un día
mirar por dentro las estrellas...

Hoja de chopo, onda de río,
sangre mezclada con la tierra.
Y que mi forma sea el barro
que una mano mortal modela.
Niño que juega desnudito,
mínima brizna de la hierba,
todos los peces de los mares,
los animales de la tierra.
Saber que vivo, que palpito,
que me enloquezco en la carrera,
que nado mares y anchos ríos,
que escalo cimas, salto cercas,
que desde el fondo de las noches
hay pesadumbre que me acecha.

Sentir en mí todos los soles,
todos los gozos y las penas,
todos los vientos que me mueven,
los dolores que en mí hacen presa…
Sentir, por fin, llegar el alba,
su melodía limpia y fresca,
y barrernos las sombras turbias
que oscurecen nuestras cabezas,
y beber las lejanas brisas
que nos alejan de la tierra
maniatados y adormecidos,
sin saber a dónde nos llevan...
William Jul 2017
Siento un vacío en el pecho, mientras contemplo
mi reflejo en el espejo deshecho.
Creo que los cuervos han muerto.
Miro mi reflejo, tu reflejo, el de mis
tristes y crueles
pensamientos.

Me torturo.

A veces, mientras voy cayendo en
un hueco, te veo de lejos,
con una sonrisa y eso me basta
para sentir, o para morir o
para irme a París, sin ti.
Creo que los cuervos han muerto.
Muchachos
Que nunca fuisteis compañeros de mi vida,
Adiós.
Muchachos
Que no seréis nunca compañeros de mi vida
Adiós.

El tiempo de una vida nos separa
Infranqueable:
A un lado la juventud libre y risueña;
A otro la vejez humillante e inhóspita.

De joven no sabía
Ver la hermosura, codiciarla, poseerla;
De viejo la he aprendido
Y veo a la hermosura, mas la codicio inútilmente.

Mano de viejo mancha
El cuerpo juvenil si intenta acariciarlo.
Con solitaria dignidad el viejo debe
Pasar de largo junto a la tentación tardía.

Frescos y codiciables son los labios besados,
Labios nunca besados más codiciables y frescos aparecen.
¿Qué remedio, amigos? ¿Qué remedio?
Bien lo sé: no lo hay.

Qué dulce hubiera sido
En vuestra compañía vivir un tiempo:
Bañarse juntos en aguas de una playa caliente,
Compartir bebida y alimento en una mesa.
Sonreír, conversar, pasearse
Mirando cerca, en vuestros ojos, esa luz y esa música.

Seguid, seguid así, tan descuidadamente,
Atrayendo al amor, atrayendo al deseo.
No cuidéis de la herida que la hermosura vuestra y vuestra
gracia abren
En este transeúnte inmune en apariencia a ellas.

Adiós, adiós, manojos de gracias y donaires.
Que yo pronto he de irme, confiado,
Adonde, anudado el roto hilo, diga y haga
Lo que aquí falta, lo que a tiempo decir y hacer
aquí no supe.

Adiós, adiós, compañeros imposibles.
Que ya tan sólo aprendo
A morir, deseando
Veros de nuevo, hermosos igualmente
En alguna otra vida.
William Jun 2017
Hoy peleé conmigo mismo
Y perdí.
La sobriedad me ganó
Y la realidad me golpeó.

La calle es un desierto maldito,
Lleno de tedio y cotidianidad
En el cual reside el viento de un vuelo eterno.
Cuando me dé cuenta de que el tiempo
Pasó sobre mí
Yo ya estaré muerto.

Éste edificio está vacío y mis amigos
Ya están muertos, yo quiero irme
Dónde están ellos.

Enséñame a morirme, no olvides mi nombre
Éste viaje, éste viaje es muy largo
Ya no aguanto.
En la buhardilla, a donde luz incierta
Entra por los resquicios de la puerta,
Riñen con ademán amenazante.
Ebrio llegó a acostarse, y ya mediado
El día despertó... brutal, airado,
Turbia la vista y lívido el semblante.

Hambre sentía y bostezó. La frente
Se apretó con las manos impaciente;
Tendió en torno la estúpida mirada,
y al observar que en la buhardilla todo
Se encontraba en desorden, el beodo
Le dijo a la mujer con voz airada:

¿Qué has hecho toda la mañana? ¿En dónde
Te estuviste?... ¡Respóndeme! ¡Responde!
«Siempre en la calle»

«Y tú, siempre en el juego
y en la taberna. Voy de arriba abajo,
Mientras tú bebes, a buscar trabajo,
Que es preciso comer y encender fuego».

«¡Hago lo que me place!»
¿Y qué me importa?
Yo haré lo mismo, que la vida es corta...
«Busco lo que me gusta».
«¡Y yo al que quiero!»
«¡Miserable!» «¡Canalla!»
Y cual dos furias,
ambos se lanzan a la faz injurias,
como vaho de inmundo estercolero.
Y el hombre dijo de repente: «Nada
Sacamos con gritar. Si estás cansada
También reniego de vivir contigo.
Cada día que asoma, una rencilla...
Aborrezco esta mísera buhardilla.
Donde es la vida para mí castigo».
Y la mujer repuso: ¡Ya comprendo!...
Que acabe pronto este suplicio horrendo.
¡Porque vivir contigo es imposible!
¡Debemos separamos!... A ti unida

Nunca más viviré... ¡Qué amarga vida!
¡Es un martirio!... «¡Es un infierno horrible!»
«¡Vete, pues! ¡Pero ahora! ¡Te lo exijo!...
¡En el instante!»... la mujer le dijo
Colérica, mirándolo de frente.
«Tu libertad recobra y yo la mía:
Hace tiempo ser libre yo quería...
De hambre no moriré... tenlo presente».
«Vete; de trabajar estoy rendida
Para ti. Trabajar, eso es mi vida,
y llorar en silencio y resignada.
¡Vete a beber, y en la taberna duerme,
y si vuelves de noche no has de verme,
Porque la puerta encontrarás cerrada!»
«¡Sea! Comprendo lo que estás pensando.
¿Juzgas que al irme para siempre, cuando
Deje tu compañía y lejos huya,
Quedarás con los muebles, la vajilla,
La ropa y cuanto ves en la buhardilla?
¡Te engañas! Sólo la mitad es tuya».
Y el mobiliario, mío lo creía...
Mas como sólo la mitad es mía,
Según dices, hagamos el reparto.
Y entre gritos y horrendas maldiciones,
y vaciando gavetas y cajones
Queda en desorden, al momento, el cuarto.
Aquí una mesa, más allá una silla,
Retablos, ropa, vasos y vajilla,
El piso obstruyen, y el reparto empieza...
y sigue la faena comenzada,
Hasta que ven, con infernal mirada,
Dos montones iguales en la pieza.
Y de pronto el obrero, jadeante,
En la tabla más alta de un estante
Un bulto vio, con un cordón atado.
Empezó a abrirlo y ¿qué será? decía;
¿Una blusa tal vez?... ¿Mía, muy mía?
¿Será un vestido que dejé olvidado?

¡Un ajuarcito blanco!... y al momento
Un recuerdo vivaz el pensamiento
A herirles viene y su dolor despierta.
Sorprendidas se encuentran sus miradas,
y reconocen ambos las amadas
Tristes reliquias de su niña muerta.
Sienten el corazón atravesado
Por una luz que viene del pasado...
Callan ambos y trémulos suspiran,
y ven que surge en la buhardilla oscura
La hija amada, angelical y pura.
Con el vestido que sus ojos miran.

«¡Es mío!», dijo pálido el obrero;
«¡Jamás!», repuso la mujer; «¡Lo quiero,
Lo cosí, lo bordé!... ¡Pobre hija mía!...
No podrás a mis manos arrancarlo...
¡Déjalo en mi poder para besarlo
Como solo consuelo en mi agonía!
¡Tres años hace que partiste al cielo,
Encanto, amor!... ¡Tres años ya de duelo!...
Tres años de amarguras en la vida!
¡Hija mía! ¡Sin ti, todo ha acabado!»...
y al vestido, en un mueble desdoblado,
Acercose en silencio y conmovida.
Tomó las prendas de su amor, e impreso
Dejó en sus pliegues el calor de un beso;
Luego volvió a doblarlas con cuidado,
E inclinando en silencio la cabeza,
Dijo con hondo acento de tristeza:
«¡Ya todo, para siempre, ha terminado!»
¿Para siempre? ¿Eso dices?.. ¡Si ella vive!
¿Acaso no la has visto?... ¡Ella prohíbe
Que dividamos su vestido blanco;
Para traer a nuestro hogar la calma,
Para hablamos de amor, volvió su alma!..
¡Aquí me quedo! y se sentó en un banco.

«¡Perdonémonos!» díjole el obrero
Con hondo acento de un dolor sincero;
y ella repuso: «¡Ya no más rencillas!
¿Lloras? ¡Tiembla tu mano, y está yerta!»
Y besando el vestido de la muerta,
Abrazados cayeron de rodillas.
La indiferencia de la roca
me conmueve
y me aplaza

cómo irme desgranando
hora a hora
pestaña tras pestaña
pellejo tras pellejo
ante ese paradigma
de tesón
y pureza

no obstante apuesto a que
la indiferencia de la roca
quiere comunicarnos
una alarma infinita
deadboycreek Mar 2018
ya te guardé en un lugar seguro 
en los bolsillos junto a monedas 
en los pies, no es metáfora 
se cuando estás cerca
lo saben mis pupilas 
me delatan, se dilatan 
al encontrarse con la imágen tuya
con las manos nos entendemos
nos saludamos de lejos

-Hey 
-Hey
-¿Estás bien? 
-Aha 
(No estaba bien) 
-¿A dónde van? 
-A comprar dulces
-¿Quieres un tambor? 
-Okay 
- Tengo que irme, tengo clase. 
  Mi maestro se parece a Milhouse

Al despedirnos, 
me abrazas como si supieras 
que algo se está deshaciendo 
como una bola de estambre en mi interior
se hace pedazos al ritmo del reloj 
hay agua en algún lugar cálido de tus ojos
me quedo quieta para no arruinarlo 
y dejar que se arruine solo 
es una causa perdida 
esto de sentir 
he decidido regalarte 
otro pedazo de papel
ésta vez con tinta negra y palabras mías
la vez pasada te dibuje con el sol en los ojos
una ofrenda a la nébula de tus mejillas
que tanto me gusta
que veas cuanto me gustas
y que es una causa perdida
esto de escribir
no iré a la escuela mañana 
es miercoles, 
el peor día de la semana 
ombligo odioso 
me da miedo entregarte esto 

Los dias, los meses 
copias fotoestáticas 
deja te describo un jueves
que es como todos los jueves
mes tras mes
días malos 
independientes a ti 
implícitos en ti
y tu mirada
cuando hablamos y me siento contenta
cuando te veo y me siento peor
porque es una causa perdida 
esto de existir
el otro día había música
y supe por alguna razón 
que iba a voltear y estarías ahi 
y sí estabas ahí
de hecho estabas ahí
como si me esperaras 
aunque se que no me esperabas 

al despedirnos 
me das un beso de esos que son al aire
que se dan a nadie 
se cae al suelo sin recibirse 
al rozar mi mejilla con tu barba
Por un agua de hastío voy moviendo estos remos,
que pasan tanto al irme y tan poco al volver;
pero quizá un día no nos separaremos,
mujer mía y ajena, como el amanecer.
No importa que me quede ni importa que me vaya,
mientras pasan las nubes sin dejar de pasar,
porque tu corazón es igual que una playa,
que, pudiendo ser tierra, nunca llega a ser mar.
Tu amor nunca responde cuando mi amor te nombra;
tu amor, que sin ser mío, tantas veces perdí;
y yo empuño los remos y viajo hacia las sombras,
pues todo se hace sombra si estoy lejos de ti.
Filibustero loco tras el botín de un beso,
viajo por aguas tristes que me entristecen más;
pero tu amor es siempre camino de regreso,
mujer que nunca llegas y que nunca te vas.
Tu amor es un remoto país desconocido,
más allá del mañana, más allá del
ayer;
y ya sólo recuerdo las veces que me he ido
recordando las veces que tuve que volver.
Hay virtudes tan tristes, que es mejor ser culpable,
y más si es una culpa de amor amarte así;
pero, si en nuestras vidas hay algo inevitable,
inevitable tú serás para mí.
Ya me duelen las manos de remar en mi hastío;
pero yo sé que un día dejaré de remar,
y he de mirar el mundo como si fuera mío,
y romperé los remos en la orilla del mar...
marsh Sep 2017
Quiero irme lejos

A algún pequeño departamento en un 5to piso
Cuatro paredes de ladrillos que me vigilen
Sin calefacción y el frío tocando todo,
Un colchón volador que jamás abandona el piso
Silencio que sirve de abrigo
Junto a los restos de una pizza de hace dos días.

Sostén junto a la esquina desde hace un mes al igual que los platos si lavar
Cigarros asesinados una vez más tratando de vencer mi ansiedad.
Pintura seca y letras escritas sin cesar.

Por la ventana se ve caer constante la lluvia
Haciendo recreación de mis ojos cada noche desde hace un tiempo atrás.
Mi cobija que sirve como armadura
Contra todo aquello que no puedo controlar

Uñas al mínimo,
La depresión gana de nuevo.

Mis bolsillos en 0,
Justo como mis amigos.

Mis sueños atacan, y los dejo jugar a su manera llevándome de un lado a otro
Entrando y saliendo de pesadilla a pesadilla
De realidad a realidad

Recuerdos que queman cuan licor amargo un viernes por la noche.

Notas escritas y mensajes sin borrar
Llamadas perdidas que nunca deseo contestar

Cosas filosas ocultas
Ya que jamás sabes hasta dónde serás capaz de llevar todo este circo

Y eso está bien,
Realmente estoy feliz aquí
En mi pequeño castillo de papel
Que se sacude cada vez que gimo
Cada vez que me levanto gritando
Con cada nota de placer auto creado

En mis pequeñas cuarto paredes.
alaska Jul 2019
A veces extraño mucho a la gente
en especial a los que me hacen daño
quizá es por todo lo malo que me dejaste y por todo lo que he sufrido
No me gusta pensar en mi misma como la víctima de nadie
pero sé que de alguna forma u otra, lo fui
A veces me siento tan perdida y vacía que pienso que lo único que me traería de vuelta el sentido es volver a enredarme en tus juegos y dejar que me destruyas el alma una vez más
Te juro que no sé qué más hacer. Escribo esto con un dolor en el pecho que no se compara con nada en el mundo.
A veces quisiera irme lejos
pero del único lugar que realmente quiero huir es de mi mente
porque no importa lo que haga, la terapia, la medicación
mis fantasmas no descansan y por lo tanto, yo tampoco
A veces quisiera mandarte mensajes y decirte que es tu culpa,
que todo lo malo que me hiciste y me dijiste finalmente se me metió en la cabeza y que no importa lo que haga, no se va.
No sé si tiene algún sentido que escriba todo esto, la verdad.
y siento que seguiré haciéndolo por el resto de mi vida y nunca se va a desvanecer toda la putrefacción que siento constantemente.
No, esta dulce tarde
no puedo quedarme;
esta tarde libre
tengo que irme al aire.
Al aire que ríe
abriendo los árboles,
amores a miles,
profundo, ondeante.
Me esperan las rosas
bañando su carne.
¡No me claves fines;
no quiero quedarme!
Perdóname, Ideal, para que pueda
irme en paz al venir mi última hora...
Es tan dulce el perdón: ¡prerrogativa
de los Dioses! Perdóname, Inmortal:
«El que todo lo sabe lo perdona
todo», y hoy, Ideal, todo lo sabes
con la sabiduría de la muerte.

Que tu perdón en mi alma se derrame
como un rayo de luna en el silencio
de una mística noche...
Que caiga como pétalos de lirio
sobre el hondo cansancio de mi vida.

Perdóname, Ideal, para que pueda
morir en paz.
Sí, ya sé que me han visto como un fantasma extraño
que hace crujir la arena en su pisaba firme;
pero reaparezco a veces, en las casas de antaño
sobre todo en las casas donde aprendí a morirme.

Tal vez yo soy entonces como un viento que pasa
y tiembla en las cortinas y se pierde a lo lejos,
y hay quien oye mis pasos recorriendo la casa,
y hay quien ve mi rostro asomarse en los espejos.

O es que me voy sin irme no sé de qué manera,
no sé cómo, en qué bruma de lo desconocido,
y entonces soy un hombre que sube una escalera
y la sigue subiendo después que ya se ha ido.

Si hay algo más, lo ignoro: la noche está delante,
en mis ojos cerrados o en mis ojos abiertos,
y, andando en esa sombra, no sabrá el caminante
si va junto a los vivos o va juntos a los muertos.

Pero siempre es de noche detrás de la mirada,
y hasta lo inexplicable se explica de algún modo,
pues hay cosas que existen sin que sepamos nada,
más allá de la vida, de la muerte y de todo...
Solo,
con mi esqueleto,
mi sombra,
mis arterias,
como un sapo en su cueva,
asomado al verano,
entre miles de insectos
que saltan,
retroceden,
se atropellan,
fallecen;
en una delirante actividad sin rumbo,
inútil,
arbitraría,
febril,
idéntica a la fiebre
que sufren las ciudades.

Solo,
con la ventana
abierta a las estrellas,
entre árboles y muebles que ignoran mi existencia,
sin deseos de irme,
ni ganas de quedarme
a vivir otras noches,
aquí,
o en otra parte,
con el mismo esqueleto,
y las mismas arterías,
como un sapo en su cueva
circundado de insectos.
Jan Jan 2020
Vivir asustada
tras la piel de tu propio cuerpo.

No se cuando moriré,
si será mi hígado
mi pancreas
o mi alma que se evaporó como agua...

No sé que comentarán de mí en mi funeral.
Espero no tenga un funeral.
Espero mi mamá sea fuerte,
espero mis hermanos no se sientan solos.

Nunca traté de irme por mi cuenta,
simplemente pasó...
Valeria Chauvel Jun 2018
Quítame el aliento
Para que ya no pueda respirar
Déjame en este sofocamiento
Hasta que me ahogue en tú mar

Quítame el aliento
Para que ya no pueda recordar
Déjame en este aislamiento
Hasta que me olvide de amar

Quítame el aliento
Para así ya no sufrir más
Sácame de este pensamiento
Para dejar todo atrás

Quítame el aliento
Que mi cuerpo ya no aguanta
Sácame de este envenenamiento
Que desintegra mi garganta

Quítame el aliento
Que mi cerebro solo sabe llorar
Pues me has dejado sedienta
Y solo me se embriagar

Quítame el aliento
Y ya deja de explicar
Para así irme con el viento
Y empezar a razonar
15/10/14
RyanMJenkins Jul 2020
My highs and lows are both deep expressions of soul.  
A veces luna, a veces sol.  
Mind treads the tight rope while corazon strings gold.  
Conozco a Dioses y  Diablos.
With these breaths I am blessed to even own this vessel.
Pero antes de irme, le soplaré a este mundo un beso. 💋💘
a mcvicar Nov 2018
307
cool bass syndrome
haz una encuesta y dime si
necesito irme a dormir
1.11.18
laylay Sep 2
Me gustaría ser un astro
para poder ser admirado,
para que a alguien se le iluminara
el rostro
cuando haya contacto.
Me gustaría ser una luna,
para estar cerca del gran planeta
y nunca separarme de él.
Me gustaría creer que soy una estrella,
brillante y grande,
pero sin el brillo suficiente para hipnotizar a alguien.
A veces me gustaría fusionarme con el espacio
para no ver a nadie,
tan solo el planeta,
solo siendo una estrella,
admirando a la naturaleza
porque, por mucho que me arrepienta,
la idea de irme algún dÍa,
tampoco me molestaría.
                                                                                                             L☆SR

— The End —