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Donall Dempsey Apr 2015
'I AM INFINITAS!"

Here is
our wooden O.

It is
our zero.

Yellow.

There is a 7...?
...but it is missing!

The puppy's chewing
an orange 2.

"Puppy...puppy...noooo!"

The admonished puppy
looks astonished.

"This is a good chew this orange 2."
it whimpers.

She her self is four and
...a little bit more.

"When will I be
this one?"

"That's an eight!" I tell her.
"It will take you four more years...

...of being you
to be it!"

The 8 has fallen
shhhh on its side asleep

...become an infinity.

"Ahhh...infinitas!"

My little infant this
is what...you really are.

This unboundedness of you.
An infinity of you.

Always after when
asked what age she is

she'd always answer
with a hearty laugh.

'I AM
INFINITAS!"
She had danced and sung and sung and danced. Now she was tired she retired to her favourite place...climbing up on my lap and treadling like a kitten she settled down to watch Kirk Douglas with me. Kirk was being Spartacus and everyone was claiming to be him at this juncture. She had heard the famous line as "I AM SPARK PLUGS!" and now rested from her exertions of watching and trying to make sense of a Hollywood movie...she ran around all over again dancing and singing: "I'M SPARK PLUGS...NO I'M SPAR K PLUGS!"

I used to teach her her letters and her numbers by means of a peashooter and wooden coloured alphabet and gaudy colourful numbers. Rather like Sir Thomas Moore teaching his daughters their letters by means of archery. The 8 lying down and having a rest and becoming an infinity symbol led to her next great statement which she always loved to proclaim as her little self identity..."I....AM...INFINITAS!"
A la luz de la tarde moribunda
Recorro el olvidado cementerio,
Y una dulce piedad mi pecho inunda
Al pensar de la muerte en el misterio.

Del occidente a las postreras luces
Mi errabunda mirada sólo advierte
Los toscos leños de torcidas cruces,
Despojos en la playa de la Muerte.

De madreselvas que el Abril enflora,
Cercado humilde en torno se levanta,
Donde vierte sus lágrimas la aurora,
Y donde el ave, por las tardes, canta.

Corre cerca un arroyo en hondo cauce
Que a trechos lama verdinegra viste,
Y de la orilla se levanta un sauce,
Cual de la Muerte centinela triste.

Y al oír el rumor en la maleza,
Mi mente inquiere, de la sombra esclava,
Si es rumor de la vida que ya empieza,
O rumor de la vida que se acaba.

«¿Muere todo?» me digo. En el instante
Alzarse veo de las verdes lomas,
Para perderse en el azul radiante,
Una blanca bandada de palomas.

Y del bardo sajón el hondo verso,
Verso consolador, mi oído hiere:
No hay muerte porque es vida el universo;
Los muertos no están muertos...  ¡Nada muere!
¡No hay muerte! ¡todo es vida!...
                                                     
El sol que ahora,
Por entre nubes de encendida grana
Va llegando al ocaso, ya es aurora
Para otros mundos, en región lejana.

Peregrina en la sombra, el alma yerra
Cuando un perdido bien llora en su duelo.
Los dones de los cielos a la tierra
No mueren... ¡Tornan de la tierra al cielo!
Si ya llegaron a la eterna vida
Los que a la sima del sepulcro ruedan,
Con júbilo cantemos su partida,
¡Y lloremos más bien por los que quedan!

Sus ojos vieron, en la tierra, cardos,
Y sangraron sus pies en los abrojos...
¡Ya los abrojos son fragantes nardos,
Y todo es fiesta y luz para sus ojos!

Su pan fue duro, y largo su camino,
Su dicha terrenal fue transitoria...
Si ya la muerte a libertarlos vino,
¿Porqué no alzarnos himnos de victoria?
La dulce faz en el hogar querida,
Que fue en las sombras cual polar estrella:
La dulce faz, ausente de la vida,
¡Ya sonríe más fúlgida y más bella!

La mano que posada en nuestra frente,
En horas de dolor fue blanda pluma,
Transfigurada, diáfana, fulgente,
Ya como rosa de Sarón perfuma.

Y los ojos queridos, siempre amados,
Que alegraron los páramos desiertos,
Aunque entre sombras los miréis cerrados,
¡Sabed que están para la luz abiertos!

Y el corazón que nos amó, santuario
De todos nuestros sueños terrenales,
Al surgir de la noche del osario,
Es ya vaso de aromas edenales.

Para la nave errante ya hay remanso;
Para la mente humana, un mundo abierto;
Para los pies heridos... ya hay descanso,
Y para el pobre náufrago... ya hay puerto.
No hay muerte, aunque se apague a nuestros ojos
Lo que dio a nuestra vida luz y encanto;
¡Todo es vida, aunque en míseros despojos
Caiga en raudal copioso nuestro llanto!

No hay muerte, aunque a la tumba a los que amamos
(La frente baja y de dolor cubiertos),
Llevemos a dormir... y aunque creamos
Que los muertos queridos están muertos.

Ni fue su adiós eterna despedida...
Como buscando un sol de primavera
Dejaron las tinieblas de la vida
Por nueva vida, en luminosa esfera.

Padre, madre y hermanos, de fatigas
En el mundo sufridos compañeros,
Grermen fuisteis ayer... ¡hoy sois espigas,
Espigas del Señor en los graneros!

Dejaron su terrena vestidura
Y ya lauro inmortal radia en sus frentes;
Y aunque partieron para excelsa altura,
Con nosotros están... no están ausentes!
Son luz para el humano pensamiento,
Rayo en la estrella y música en la brisa.
¿Canta el aura en las frondas?...  ¡Es su acento!
¿Una estrella miráis?...  ¡Es su sonrisa!

Por eso cuando en horas de amargura
El horizonte ennegrecido vemos,
Oímos como voces de dulzura
Pero de dónde vienen... ¡no sabemos!

¡Son ellos... cerca están!  Y aunque circuya
Luz eterna a sus almas donde moran
En el placer nuestra alegría es suya,
Y en el dolor, con nuestro llanto lloran.

A nuestro lado van.  Son luz y egida
De nuestros pasos débiles e inciertos
No hay muerte...  ¡Todo alienta, todo es vida!
¡Y los muertos queridos no están muertos!

Porque al caer el corazón inerte
Un mundo se abre de infinitas galas,
¡Y como eterno galardón, la Muerte
Cambia el sudario del sepulcro, en alas!
Donall Dempsey Feb 2020
'I AM INFINITAS!"

Here is
our wooden O.

It is
our zero.

Yellow.

There is a 7...?
...but it is missing!

The puppy's chewing
an orange 2.

"Puppy...puppy...noooo!"

The admonished puppy
looks astonished.

"This is a good chew this orange 2."
it whimpers.

She her self is four and
...a little bit more.

"When will I be
this one?"

"That's an eight!" I tell her.
"It will take you four more years...

...of being you
to be it!"

The 8 has fallen
shhhh on its side asleep

...become an infinity.

"Ahhh...infinitas!"

My little infant this
is what...you really are.

This unboundedness of you.
An infinity of you.

Always after when
asked what age she is

she'd always answer
with a hearty laugh.

'I AM
INFINITAS!"
***

She had danced and sung and sung and danced. Now she was tired she retired to her favourite place...climbing up on my lap and treadling like a kitten she settled down to watch Kirk Douglas with me. Kirk was being Spartacus and everyone was claiming to be him at this juncture. She had heard the famous line as "I AM SPARK PLUGS!" and now rested from her exertions of watching and trying to make sense of a Hollywood movie...she ran around all over again dancing and singing: "I'M SPARK PLUGS...NO I'M SPAR K PLUGS!"

I used to teach her her letters and her numbers by means of a peashooter and wooden coloured alphabet and gaudy colourful numbers. Rather like Sir Thomas Moore teaching his daughters their letters by means of archery. The 8 lying down and having a rest and becoming an infinity symbol led to her next great statement which she always loved to proclaim as her little self identity..."I....AM...INFINITAS!"
I

Temblaban las manos, sudorosas a la temperatura,
se quebraban las piernas del suspense
mientras te veía caminar hacia mí.

Me detengo con el tiempo sin asegurar mi aliento
y me ahogo en el desasosiego de la espera,
los pasos cada vez más lentos,
siento las gotas de mis manos caer,
mis músculos titilar impacientes a tu llegada.

El verde hacia énfasis ese día,
lubricando mi pupila agitada.
El jardín de concreto nos presentó
de forma súbita,
y ahí, en ese lugar, te vi;
destruyendo cada partícula de temor
y volviéndome el alma y el color.

II

Las curvas que tomamos fueron insignificantes
comparadas a tu silueta esplendorosa.
Era inconsciente de todo lo que me rodeaba
pero tu presencia - aunque no tangible-
ya la reconocía y me sentía en curiosa paz.

Éramos niñas exaltadas en el momento,
turbadas por las miradas, los roces inocentes,
las risas nerviosas y los besos en el cuello.
Esperando, como nos es costumbre,
el instante previo.

Ese con el que tanto jugamos y evadimos
buscando ser perfecto,
pero la perfección no existe si no es de tus labios
que buscaron los míos sin importar el lance
y se adentraron en la ternura
haciendo paréntesis entre lugar,
dejándonos libres de los sentidos,
esos que nos distraen de nuestra causa.

III

Tu mirada entra en mí
como torrente de río bravo,
golpeándome con tus emociones
y haciendo las mía paralelas a las tuyas.

No hubo descanso alguno de mis ojos
desde ese instante, diligentes ante ti,
esperando cada movimiento, cada facción
de tu cara dulce.

Son anestesia tus manos sobre las mías,
tan suaves y delicadas,
fuertes y femeninas
que me tomaban como suya.

Cada palabra saliente de tu boca
eran milagros hechos de diosa,
retronando en mi cabeza
expandiéndola y haciéndome entender
la vida entre oraciones.

IV

Nunca presté atención a nada,
no recuerdo ningún rostro,
ni las palabras dichas esa noche.

Pasaba los minutos luchando,
esforzándome por mirar otra cosa
que no fuera tuya,
estar atenta, estar dócil,
calmando mi deseo mientras se acercaba el momento.
Estaba hipnotizada bajo tu aura,
tu presencia sobresaliente ante todo.

Tu mano siempre tomando la mía,
mi mano que se escapaba a tu pierna,
las personas hablando,
y yo escuchando nada.
"Vamos, vamos", pensaba repetidas veces,
intentando mantener mi compostura.
"Vamos, vamos", me dijiste o lo creí.

V

Desaparece la espera que me agota,
el cansancio que cerraba mis ojos por inercia,
para abrirse en su totalidad
admirando la belleza que expones.

Mientras bajan tus prendas,
subo a la búsqueda nerviosa de tus senos
que se encuentran primero con mi boca
y tus manos descubriendo mi espalda.

Ya había estado ahí,
presagio divino de la prórroga
que me hizo conocer tu olor,
tu sabor, tu esencia antes del acercamiento.

¡Qué desasosiego glorioso!
encontrarme entre tus piernas,
suicidio impetuoso de mi cuerpo
acabando en los mares de tus ganas.

VI

Se hacen las caricias infinitas en la noche
y se dejan entrar las luces
logrando iluminar la figura de tu cuerpo
sobre mío titilando.

Siento de nuevo las gotas de mis manos caer,
mis dedos se inundan en la complejidad de tu mares                                                           y puedo  sentir tu fuerza desintegrarse
perder tu mirada al vació,
oír tus sonatas acoplarse
mientras suenan venideros tus te amo
con los míos, se unen
dejándome incapaz de respirar
anegándome en suspiros.

Qué delicado tu pecho latiendo,                                                                                 el olor de tu cabello denso,                        
tus labios rojos cargados de los míos.                
El camino asomó tu esplendor                                  
y el azul cielo, me compensa…

VII

… Sin embargo pienso que tu rostro
-con todas sus expresiones- es más solemne
que las montañas que te rodean.
Que son más cálidas las paredes de tu interior
a la lava ardiente.

Invencible te miro un segundo
y al siguiente, débil,
tus ojos cerrados hacen juego con tu desnudez
y tus labios enaltecen los míos.

El largo de tus piernas son la ruptura del tiempo
dejando cicatrices desobedientes
y marcando un canon en mis quimeras.
Sigo la teoría de los mares;
arropan nuestras tierras
y me dispongo a imitarlos
arropando tus males.

VIII

Soy partidaria de la soledad,
de los espacios y del silencio
pero soy entusiasta de tu compañía,
de tus sonrisas suaves,
las conversaciones ajenas a lo serio
y las que se tornan formales.

Todas con el mismo fin;
marcar tus mejillas de sonrisas concluyentes.
Así se reducen los minutos
y volvemos a esperar,
esta vez a que termine
para seguir tenaces en la misma acción,
aguardar al momento del encuentro.

Reincidir en la ventura, que con él,
siempre nos alivia.

IX

Es fácil admirar tus gustos de erudita
y tan difícil dejarte ir.
Fácil la atracción de nuestras peculiaridades
y tan difícil soltarte.

Tan fácil aprender de ti y callarme
y tan difícil la espera.
Son verdaderos los momentos
y mentira el tiempo.

Reconstruyo los lugares
y te pierdes en sus caudales.
Tanto me lleve de ti
y tanto de mí se quedó contigo.

Recupero alientos mientras me alejo
y ya las montañas tan pequeñas se ven,
como hormigas claras y cómplices.

X

Hubo una vez un muro separando a los amantes,
desgarrándoles la cercanía pero nunca el deseo.
Estuvo y era tan frío que hería los pulmones,
esos con los que respiraban el aire del querido
y que ahogaban de desesperanza a aquél que esperaba.

Hubo una vez media república, separando nuestros cuerpos
pero no nuestras ideas.
Castigos de caminos largos por el llano o las favelas
que nacieron equívocos, erróneos
pero que no desune nuestra esencia.

Miles de infortunios puede haber
a lo largo de la existencia,
severos climas que acrecienten el temor
pero ninguno calcinará nuestro credo.

El concreto cae para convertirse en trenes
que nos adentran a la longevidad.
No importa el medio,
el encuentro es certero y perenne,
y los amantes eternos.
Wow babygirl, 6 meses passaram depressa, e antes que eu me desse conta estava verdadeiramente vivo. Cada um desses dias foi único. Cada briga, cada sorriso, cada termo que inventamos, cada momento que tivemos, como você fazendo baby talk várias vezes sem querer, imitar animais (tão fofa imitando uma baleia) fazer os ditos "olhões" pra mim, correr por mim, chorar por mim, lutar por mim, e infelizmente até mesmo morrer por mim. A forma que andamos de mãos dadas meio que nos abraçando, você ter medo da Disney, eu aprender a andar de ônibus, ir na sua casa escondido, contar pros meus pais sobre você, contar pros seus pais que queria ser seu namorado, suas mixes, nossas músicas, coisas sobre o mundo que aprendi, na verdade aprendi muitas coisas sobre mim mesmo com você, algumas bem~ (cordas dizem tudo), eu comecei a amar minha vida por ter você comigo. Errei muito, fiz muitas coisas que sempre vou me arrepender, perdi sua confiança várias vezes té o ponto que estamos, e brigamos MUITO cara, como você costuma dizer não deve ter uma semana que não brigamos. E sinceramente acredito que isso vai mudar logo. Sei que nunca vai esquecer, e sempre vamos falar sobre os meus erros, eu te magoei e seria infernalmente horrível eu te obrigar a guardar tudo dentro de si, eu mereço ouvir essas coisas, são meus erros, e vou passar o resto da minha vida lutando pra me redimir por eles. Espero conseguir...

Ah, acho que devia ter dito isso no inicio, mas esse texto não vai ser separado em 100 coisas, mas vai ser tão bom quanto, e escrito em um dia, um dia pra eu escrever tudo que sinto por você. Sinceramente, acho que nem em mil anos conseguiria...Você me ensinou o que é o amor, e foi muito mais incrível do que eu pensava. Quando era menor, acreditava que se tirasse boas notas eu podia ficar rico e que isso me faria feliz. Mas ai você veio pra minha vida, e me mostrou como estava errado, eu largaria tudo por você, qualquer emprego, qualquer coisa, minha vida é sua, em todos os sentidos que possa imaginar. Eu quero ser tudo que você precisa. E vou sempre ser, ok? Mas, como disse no começo, passou tudo muito rápido. Pra mim, ainda somos como na 6ª série, apenas crianças juntas e se divertindo, eu gostando de você e você gostando de mim. Ainda sinto aquele mesmo sentimento. Você é meu primeiro e único amor, sempre vai ser, e não deve ter coisa melhor que isso. Logo no início mencionei estar verdadeiramente vivo, acho que já te contei isso algumas vezes, mas você me deu todos os tipos de sentimentos, você me fez sentir o mundo e sua beleza; sua beleza, ou seja, você. Você é a minha felicidade, e eu vou viver pra te fazer feliz. Você perdeu a fé em mim, mas eu te prometo, nunca vamos nos separar meu amor, nunca, e definitivamente vamos casar. E espero que essa seja a última vez que se faça necessário pedir, mas...Acredita em mim?

Tenho muito medo de te decepcionar, sabia? Tipo, você vive dizendo que sou perfeito, e que eu sou capaz de qualquer coisa, e que você acredita em mim, mas eu me sinto tão pouco. Não sou sequer capaz de escrever um bom texto pra você. Ou de passar uma semana sem brigar. Provavelmente não vou ter um emprego que te dê orgulho, não vou me sentir perfeito, mas eu também acredito em você, e por isso acredito que eu sou perfeito pra você. Mas isso não muda que eu tenho que me esforçar ao máximo pelo nosso futuro. Quero ficar com você pra sempre meu amor, e dar vários selinhos na sua boca até você sorrir, ou pegar nos seus pés quando você menos esperar, pular na cama e no sofá, brincar com você, namorar com você, comer com você, assistir filmes, tomar leite em pó, te amarrar e várias outras coisas que vamos fazer~ várias coisas, que de pouco em pouco e juntas, vão te fazer feliz.

É impressionante o quanto vivemos, e o quão rápido vivemos, e de pensar que foram apenas 6 meses...e que vamos ficar juntos esse mesmo tempo mais infinitas vezes, 1 ano, 2 anos, 20 anos, para sempre Rebeca.

Feliz aniversário de 6 meses amor da minha vida. (please see notes)
Prom?
Natalia Rivera Apr 2015
…Los besos comenzaron leves, estructurados. Sus manos trazaban rutas en mi piel, deslizándose por mi pecho. Lo deseaba, lo quería dentro de mí y la idea de tenerlo me excitaba; me senté frente a él y con delicadeza tome su mano y puse dentro de mi ropa interior. Su dedo hizo contacto con mi piel humedecida, podía sentir como su respiración se aceleraba y se le endurecía. Dibujaba círculos en mi clítoris mientras me observaba; sonrisas coquetas se me escapaban mientras iba subiendo el ritmo y gemidos cuando lo sentía dentro de mí. Íbamos perdiendo el control, no importaba quien nos viera, quien me escuchara; su boca permanecía en la mía, rozándome la lengua de vez en cuando. Me había recostado entre medio de sus piernas, dejándole la libertad de explorar con su boca, contraía mis piernas en su espalda, podía ver la vida con los ojos cerrados. Aquello era delicioso, cuando se detuvo rozo su dedo dentro de mí y lo metió en mi boca, volvió a meter sus dedos dentro de mí mientras me dejaba huellas en los pezones. El mundo fue perdiendo sonido, la vista se me había ido y todo mi cuerpo estaba tenso, y húmedo. Al despertar yacía en sus brazos, completamente sudada pero él, a él le brotaba una sonrisa tierna y caprichosa.
-Es una delicia verte así. Me encantas.

-Eres una delicia y me encanta ser tuya infinitas veces.
Mateuš Conrad Nov 2017
to pretend to be stupid is the ultimate form of entertainment... and believe me: it's playing the village idiot.

huh... i always imagined leaving traces of this life in the form of: cameo... footprints on the beach, the sea, and that old *******, the watchmaker.

*and i learned that from my father, he pretends he's stupid, he's not exactly the sharpest mind when it comes to acquiring a second tongue, but i was a child when i began, he wasn't, but i still had the audacity to retain my nativspreschen, which made me acquire more of the culture and levitate the language on a whim, well, it made me penetrate and immerse myself in jolly ol' england... then again, everyone has their strengths and weaknesses... he still has his prised possession... a mind as sharp as a guillotine when it comes to arithmetic; couldn't tell a jew apart from him; me? i like letters, lexis est infinitas... since no man has every used, all, the word, available to him.
Noche. Este viento vagabundo lleva
las alas entumidas
y heladas. El gran Andes
yergue al inmenso azul su blanca cima.
La nieve cae en copos,
sus rosas transparentes cristaliza;
en la ciudad, los delicados hombros
y gargantas se abrigan;
ruedan y van los coches,
suenan alegres pianos, el gas brilla;
y si no hay un fogón que le caliente,
el que es pobre tirita.
Yo estoy con mis radiantes ilusiones
y mis nostalgias íntimas,
junto a la chimenea
bien harta de tizones que crepitan.
Y me pongo a pensar: ¡Oh! ¡Si estuviese
ella, la de mis ansias infinitas,
la de mis sueños locos
y mis azules noches pensativas!
¿Cómo? Mirad:
                                  De la apacible estancia
en la extensión tranquila
vertería la lámpara reflejos
de luces opalinas.
Dentro, el amor que abrasa;
fuera, la noche fría;
el golpe de la lluvia en los cristales,
y el vendedor que grita
su monótona y triste melopea
a las glaciales brisas.
Dentro, la ronda de mis mil delirios,
las canciones de notas cristalinas,
unas manos que toquen mis cabellos,
un aliento que roce mis mejillas,
un perfume de amor, mil conmociones,
mil ardientes caricias;
ella y yo: los dos juntos, los dos solos;
la amada y el amado, ¡oh Poesía!
los besos de sus labios,
la música triunfante de mis rimas,
y en la negra y cercana chimenea
el tuero brillador que estalla en chispas.
¡Oh! ¡Bien haya el brasero
lleno de pedrería!
Topacios y carbunclos ,
rubíes y amatistas
en la ancha copa etrusca
repleta de ceniza.
Los lechos abrigados,
las almohadas mullidas,
las pieles de Astrakán, los besos cálidos
que dan las bocas húmedas y tibias.
¡Oh, viejo Invierno, salve!
puesto que traes con las nieves frígidas
el amor embriagante
y el vino del placer en tu mochila.
Sí, estaría a mi lado,
dándome sus sonrisas,
ella, la que hace falta a mis estrofas,
esa que mi cerebro se imagina;
la que, si estoy en sueños,
se acerca y me visita;
ella que, hermosa, tiene
una carne ideal, grandes pupilas,
algo del mármol, blanca luz de estrella;
nerviosa, sensitiva,
muestra el cuello gentil y delicado
de las Hebes antiguas;
bellos gestos de diosa,
tersos brazos de ninfa,
lustrosa cabellera
en la nuca encrespada y recogida
y ojeras que denuncian
ansias profundas y pasiones vivas.
¡Ah, por verla encarnada,
por gozar sus caricias,
por sentir en mis labios
los besos de su amor, diera la vida!
Entre tanto hace frío.
Yo contemplo las llamas que se agitan,
cantando alegres con sus lenguas de oro,
móviles, caprichosas e intranquilas,
en la negra y cercana chimenea
do el tuero brillador estalla en chispas.
Luego pienso en el coro
de las alegres liras.
En la copa labrada, el vino *****,
la copa hirviente en cuyos bordes brillan
con iris temblorosos y cambiantes
como un collar de prismas;
el vino ***** que la sangre enciende,
y pone el corazón con alegría,
y hace escribir a los poetas locos
sonetos áureos y flamantes silvas.
El Invierno es beodo.
Cuando soplan sus brisas,
brotan las viejas cubas
la sangre de las viñas.
Sí, yo pintara su cabeza cana
con corona de pámpanos guarnida.
El Invierno es galeoto,
porque en las noches frías
Paolo besa a Francesca
en la boca encendida,
mientras su sangre como fuego corre
y el corazón ardiendo le palpita.
-¡Oh crudo Invierno, salve!
puesto que traes con las nieves frígidas
el amor embriagante
y el vino del placer en tu mochila.
Ardor adolescente,
miradas y caricias;
cómo estaría trémula en mis brazos
la dulce amada mía,
dándome con sus ojos luz sagrada,
con su aroma de flor, savia divina.
En la alcoba la lámpara
derramando sus luces opalinas;
oyéndose tan sólo
suspiros, ecos, risas;
el ruido de los besos;
la música  triunfante de mis rimas,
y en la negra y cercana chimenea
el tuero brillador que estalla en chispas.
Dentro, el amor que abrasa;
fuera, la noche fría.
DAVID Nov 2015
bajo la aparente obscuridad,
el rojo nacarado de tus labios,
me otorgo tu luz

entre los mustios y ciegos
besos de fuego, tu absorbiste
mi obscuridad

no hubo magia, fue,
solo eso, dos entes oscuros,
absorbiendo luz,

una bestia con cabeza de
loewe, azolado y atormentado,
por su dolor.

entre la perdida y el
desdén, y con el deseo, pegados
en su piel.

la luz en la oscuridad absoluta,
años buscando esa piel de seda,
aquellos labios dulces como miel

esos labios sedosos y olorosos,
de una sombra hermosa,  una
leona en la oscuridad

y quien sabrá, solo la oscuridad,
sobre esa piel de seda, que otorgo
luz en una noche oscura.

un loewe cualquiera, el descendiente,
perdido, buscando la manera, y aquella piel
de seda, de  miel oro y fuego.

un león, perdido en la sombra, buscando
aquella piel de seda, que como gracia divina,
o como favor de dioses amigos.

me encontró,  atrapo y amo
en la sombra, justo antes del
amanecer, dando vida, al
corazón ennegrecido

y el influjo de vida, de fuerza,
para resistir a mis embates,
controlándose tierna mente

sin asustarse de mis rugidos,
solo el fuego hermoso que me dio
con sus labios nacarados

con sus labios de mujer, una fiera
hermosa con piel de seda, perfumada,
y hermosa, una musa en la sombra

resistiendo tierna mente a los embates,
de la bestia sedienta de su ****, de su sangre
besando su piel milímetro a milímetro.

aquella sombra hermosa, con piel de seda
labios nacarados, resistió, aunque solo
deseaba yacer junto a esta bestia,

sedienta de su cuerpo, sus labios,sus piernas
infinitas, su **** de muer hermosa,
la bella y dulce leoncilla, que fue mía
en la oscuridad.
in spanish is cooler, and  secret, i found her, the one in the dark
so hot, that skin, and the sweet as hell honney lips. nice memorie. so hot.
-¡Qué fresca es la sombra del plátano! De una hoja de plátano se desprenden infinitas hojas de agua que están descendiendo siempre. Me gustan las hojas verdes, acanaladas, y los racimos, y los retoños unánimes, agudos, como una bandada de peces hacia arriba. ¿Has visto el tronco? Es un panal de agua.

Me gusta el platanar con su humedad sombría y derribada, con su lecho en que se pudre el  sol y con sus hojas golpeadas y tranquilas. Me gusta el platanar cuando llueve porque suena sonoramente, porque se alegra como una bestia bañándose y saltando.

Me gusta la sombra del plátano y sus pequeños nidos de aire, y el aire dulce y torpe aprendiendo a volar. Me gusta tirarme en el suelo sin raíces y sentir cómo transcurre el agua y quedarme inmóvil, oyendo.

Fuimos al mar. ¡Qué miedo tuve y qué alegría. Es un enorme animal inquieto. Golpea y sopla, se enfurece, se calma, siempre asusta. Parece que nos mirara desde dentro, desde lo hondo, con muchos ojos, con ojos iguales a los que tenemos en el corazón para mirar de lejos o en la obscuridad.

En un principio nos tiró varias veces. Después Adán se enfureció y se puso a dar de puñetazos a las olas. A mí me dio risa, me quedé en la playa mirando. Adán no podía. Al rato salió cansado, húmedo, y no dijo nada, y se durmió.

Entonces me puse a oír el mar. Ya iba obscureciendo. Suena igual que la noche, con un vasto, infinito silencio, con una honda voz. Se extiende su sonido obscuro y nos penetra por todas partes. Es un sonido de agua espesa, de agua que quiere levantarse como un animal herido.

De ahora en adelante viviremos a la orilla del mar. Aquí están a la misma altura el sol y el mar, a la misma profundidad las estrellas y los grandes peces.

Aprenderemos el mar, Él también tiene sus montañas y sus vastas llanuras, sus pájaros, sus minerales, y su vegetación unánime y difícil. Aprenderemos sus cambios, sus estaciones, su permanencia en el mundo como una enorme raíz, la raíz del árbol de agua que aprieta la tierra, el árbol inmenso que se extiende en el espacio hasta siempre.

El mar es bueno y terrible como mi padre. Yo le quiero decir padre mar. Padre mar, sostenme, engéndrame de nuevo en tu corazón. Hazme incorruptible, receptora del mundo, purificadora a pesar.
Claudia Casas Dec 2014
Tu sombra desaparece
De la noche a la mañana
Por la luz reflejada
Secuestrando mi compañía.
Espero con ansias
Que algún día regrese.
Regresen esas miradas fijas,
Esas risas infinitas
De dos sombras confundidas,
Esperando ser rescatadas
Por ellas mismas
Con el miedo de decir lo que realmente han de sentir.
Cora Salas Apr 2014
Tienes el mismo efecto en mi
que el de la primavera sobre el mundo.

Cosechas cosas lindas en mi alma.
Haces que florezcan sentimientos hermosos.

Mis días se vuelven cálidos
y con infinitas melodías.

Tu,
carino,
me recuerdas a la primavera.
Hoy son las manos la memoria.
El alma no se acuerda, está dolida
de tanto recordar. Pero en las manos
queda el recuerdo de lo que han tenido.
Recuerdo de una piedra
que hubo junto a un arroyo
y que cogimos distraídamente
sin darnos cuenta de nuestra ventura.
Pero su peso áspero,
sentir nos hace que por fin cogimos
el fruto más hermoso de los tiempos.
A tiempo sabe
el peso de una piedra entre las manos. 
En una piedra está
la paciencia del mundo, madurada despacio.
Incalculable suma
de días y de noches, sol y agua
la que costó esta forma torpe y dura
que acariciar no sabe y acompaña
tan sólo con su peso, oscuramente.
Se estuvo siempre quieta,
sin buscar, encerrada,
en una voluntad densa y constante
de no volar como la mariposa,
de no ser bella, como el lirio,
para salvar de envidias su pureza.
¡Cuántos esbeltos lirios, cuántas gráciles
libélulas se han muerto, allí, a su lado
por correr tanto hacia la primavera!
Ella supo esperar sin pedir nada
más que la eternidad de su ser puro.
Por renunciar al pétalo, y al vuelo,
está viva y me enseña
que un amor debe estarse quizá quieto, muy quieto,
soltar las falsas alas de la prisa,
y derrotar así su propia muerte.
También recuerdan ellas, mis manos,
haber tenido una cabeza amada entre sus palmas.
Nada más misterioso en este mundo.
Los dedos reconocen los cabellos
lentamente, uno a uno, como hojas
de calendario: son recuerdos
de otros tantos, también innumerables
días felices
dóciles al amor que los revive.
Pero al palpar la forma inexorable
que detrás de la carne nos resiste
las palmas ya se quedan ciegas.
No son caricias, no, lo que repiten
pasando y repasando sobre el hueso:
son preguntas sin fin, son infinitas
angustias hechas tactos ardorosos.
Y nada les contesta: una sospecha
de que todo se escapa y se nos huye
cuando entre nuestras manos lo oprimimos
nos sube del calor de aquella frente.
La cabeza se entrega. ¿Es la entrega absoluta?
El peso en nuestras manos lo insinúa,
los dedos se lo creen,
y quieren convencerse: palpan, palpan.
Pero una voz oscura tras la frente,
-¿nuestra frente o la suya?-
nos dice que el misterio más lejano,
porque está allí tan cerca, no se toca
con la carne mortal con que buscamos
allí, en la ***** de los dedos,
la presencia invisible.
Teniendo una cabeza así cogida
nada se sabe, nada,
sino que está el futuro decidiendo
o nuestra vida o nuestra muerte
tras esas pobres manos engañadas
por la hermosura de lo que sostienen.
Entre unas manos ciegas
que no pueden saber. Cuya fe única
está en ser buenas, en hacer caricias
sin casarse, por ver si así se ganan
cuando ya la cabeza amada vuelva
a vivir otra vez sobre sus hombros,
 y parezca que nada les queda entre las palmas,
el triunfo de no estar nunca vacías.
En las pálidas tardes
yerran nubes tranquilas
en el azul; en las ardientes manos
se posan las cabezas pensativas.
¡Ah los suspiros! ¡Ah los dulces sueños!
¡Ah las tristezas íntimas!
¡Ah el polvo de oro que en el aire flota,
tras cuyas ondas trémulas se miran
los ojos tiernos y húmedos,
las bocas inundadas de sonrisas,
las crespas cabelleras
y los dedos de rosa que acarician!En las pálidas tardes
me cuenta un hada amiga
las historias secretas
llenas de poesía;
lo que cantan los pájaros,
lo que llevan las brisas,
lo que vaga en las nieblas,
lo que sueñan las niñas.Una vez sentí el ansia
de una sed infinita.
Dije al hada amorosa:
-Quiero en el alma mía
tener la aspiración honda, profunda,
inmensa: luz, calor, aroma, vida.
Ella me dijo: -¡Ven!- con el acento
con que hablaría un arpa. En él había
un divino idioma de esperanza.
¡Oh sed del ideal!
                                      Sobre la cima
de un monte, a medianoche,
me mostró las estrellas encendidas.
Era un jardín de oro
con pétalos de llama que titilan.
Exclamé: -Más...
                                      La aurora
vino después. La aurora sonreía,
con la luz en la frente,
como la joven tímida
que abre la reja, y la sorprenden luego
ciertas curiosas, mágicas pupilas.
Y dije: -Más...- Sonriendo
la celeste hada amiga
prorrumpió: -¡Y bien! ¡Las flores!
                                                        Y las flores
estaban frescas, lindas,
empapadas de olor: la rosa virgen,
la blanca margarita,
la azucena gentil y las volúbiles
que cuelgan de la rama estremecida.
Y dije: -Más...
                              El viento
arrastraba rumores, ecos, risas,
murmullos misteriosos, aleteos,
músicas nunca oídas.El hada entonces me llevó hasta el velo
que nos cubre las ansias infinitas,
la inspiración profunda
y el alma de las liras.
Y los rasgó. Allí todo era aurora.
En el fondo se vía
un bello rostro de mujer.
                                            ¡Oh; nunca,
Piérides, diréis las sacras dichas
que en el alma sintiera!
Con su vaga sonrisa:
-¿Más?... -dijo el hada.
                                              Y yo tenía entonces
clavadas las pupilas
en el azul; y en mis ardientes manos
se posó mi cabeza pensativa...
"El agua toma siempre la forma de los vasos
que la contienen", dicen las ciencias que mis pasos
atisban y pretenden analizarme en vano;
yo soy la resignada por excelencia, hermano.
¿No ves que a cada instante mi forma se aniquila?
Hoy soy torrente inquieto y ayer fui agua tranquila;
hoy soy, en vaso esférico, redonda; ayer, apenas,
me mostraba cilíndrica en las ánforas plenas,
y así pitagorizo mi ser, hora tras hora;
hielo, corriente, niebla, vapor que el día dora,
todo lo soy, y a todo me pliego en cuanto cabe.
¡Los hombres no lo saben, pero Dios si lo sabe!

¿Por qué tú te rebelas? ¿Por qué
tú ánimo agitas?
¡Tonto! ¡Si comprendieras las dichas infinitas
de plegarse a los fines del Señor que nos rige!
¿Qué quieres? ¿Por qué sufres?
¿Qué sueñas? ¿Qué te aflige?
¡Imaginaciones que se extinguen en cuanto
aparecen...! ¡En cambio, yo canto, canto, canto!
Canto, mientras tu penas, la voluntad ignota;
canto cuando soy chorro, canto cuando soy gota,
y al ir, Proteo extraño, de mi destino en pos,
murmuro: -¡Que se cumpla la santa ley de Dios!

¿Por qué tantos anhelos sin rumbo tu alma fragua?
¿Pretendes ser dichoso? Pues bien: sé como el agua;
sé como el agua, llena de oblación y heroísmo,
sangre en el cáliz, gracia de Dios en el bautismo;
sé como el agua, dócil a la ley infinita,
que reza en las iglesias en donde está bendita,
y en el estanque arrulla meciendo la piragua.
¿Pretendes ser dichoso? Pues bien: sé como el agua;
lleva cantando el traje de que el Señor te viste,
y no estés triste nunca, que es pecado estar triste.
Deja que en ti se cumplan los fines de la vida:
sé declive, no roca; transfórmate y anida
donde al Señor le plazca, y al ir del fin en pos,
murmura: ¡Que se cumpla la santa ley de Dios!

Lograrás, si lo hicieres así, magno tesoro
de bienes: si eres bruma, serás bruma de oro;
si eres nube, la tarde te dará su arrebol;
si eres fuente, en tu seno verás temblando al sol;
tendrán filetes de ámbar tus ondas, si laguna
eres, y si océano, te plateará la luna.
Si eres torrente, espuma tendrás tornasolada,
y una crencha de arco-iris en flor, si eres cascada.

Así me dijo el Agua con místico reproche,
Y yo, rendido al santo consejo de la Maga,
Sabiendo que es el Padre quien habla entre la noche,
Clamé con el Apóstol: -Señor, ¿qué
quieres que haga?
La noche nace en espejos de luto.
Sombríos ramos húmedos
ciñen su pecho y su cintura,
su cuerpo azul, infinito y tangible.
No la puebla el silencio: rumores silenciosos,
peces fantasmas, se deslizan, fosforecen, huyen.
La noche es verde, vasta y silenciosa.
La noche es morada y azul.
Es de fuego y es de agua.
La noche es de mármol ***** y de humo.
En sus hombros nace un río que se curva,
una silenciosa cascada de plumas negras.
La noche es un beso infinito de las tinieblas infinitas.
Todo se funde en ese beso,
todo arde en esos labios sin límites,
y el nombre y la memoria
son un poco de ceniza y olvido
en esa entraña que sueña.
Noche, dulce fiera,
boca de sueño, ojos de llama fija y ávida,
océano,
extensión infinita y limitada como un cuerpo acariciado a oscuras,
indefensa y voraz como el amor,
detenida al borde del alba como un venado a la orilla del susurro o
del miedo,
río de terciopelo y ceguera,
respiración dormida de un corazón inmenso, que perdona:
el desdichado, el hueco,
el que lleva por máscara su rostro,
cruza tus soledades, a solas con su alma.
Tu silencio lo llama,
rozan su piel tus alas negras,
donde late el olvido sin fronteras,
mas él cierra los poros de su alma
al infinito que lo tienta,
ensimismado en su árida pelea.
Nadie lo sigue, nadie lo acompaña.
En su boca elocuente la mentira se anida,
su corazón está poblado de fantasmas
y el vacío hace desiertos los latidos de su pecho.
Dos perros amarillos, hastío y avidez, disputan en su alma.
Su pensamiento recorre siempre las mismas salas deshabitadas,
sin encontrar jamás la forma que agote su impaciencia,
el muro del perdón o de la muerte.
Pero su corazón aún abre las alas
como un águila roja en el desierto.
Suenan las flautas de la noche.
El mundo duerme y canta.
Canta dormido el mar;
ojo que tiembla absorto,
el cielo es un espejo donde el mundo se contempla,
lecho de transparencia para su desnudez.
Él marcha solo, infatigable,
encarcelado en su infinito,
como un solitario pensamiento,
como un fantasma que buscara un cuerpo.
Delgada
              línea pura
de corazón sonoro,
eres la claridad cortada al vuelo:
cantando sobrevives:
todo se irá menos tu forma.

No sé si el llanto ronco
que de ti se desploma,
tus toques de tambor, tu
                                    enjambre de alas,
será de ti lo mío,
o si eres
en silencio
más decididamente arrobadora,
sistema de paloma
o de cadera,
molde que de su espuma
resucita
y aparece, turgente, reclinada
y resurrecta rosa.

Debajo de una higuera,
cerca del ronco y raudo Bío Bío,
guitarra,
saliste de tu nido como un ave
y a unas manos
morenas
entregaste
las citas enterradas,
los sollozos oscuros,
la cadena sin fin de los adioses.
De ti salía el canto,
el matrimonio
que el hombre
consumó con su guitarra,
los olvidados besos,
la inolvidable ingrata,
y así se transformó
                            la noche entera
en estrellada caja
de guitarra,
temblando el firmamento
con su copa sonora
y el río
sus infinitas cuerdas
afinaba
arrastrando hacia el mar
una marea pura
de aromas y lamentos.

Oh soledad sabrosa
con noche venidera,
soledad como el pan terrestre,
soledad con un río de guitarras!
El mundo se recoge
en una sola gota
de miel, en una estrella,
todo es azul entre las hojas,
toda la altura temblorosa
                                    canta.

Y la mujer que toca
la tierra y la guitarra
lleva en su voz
el duelo
y la alegría
de la profunda hora.
El tiempo y la distancia
caen a la guitarra:
somos un sueño,
un canto
entrecortado:
el corazón campestre
se va por los caminos a caballo:
sueña y sueña la noche y su silencio,
canta y canta la tierra y su guitarra.
Leydis Jun 2017
Yo no te imputo toda culpa.
Yo sé que también falle.
Yo sé que también claudique.
Yo sé que también me bañe en un mar de Ego.
Yo sé que aposte nuestro amor al Señor tiempo.
Yo sé que te hice pedazos en un acto de rebeldía.
Que te devolví cada rechazo día por día.
Que maldecí haberte conocido.
Que fabrique una imagen de ti que no existía.
Que exigí a veces más de lo que daba.

¿Y tú?
¡Tú también fallaste!
Deshonraste mi amor desde principio.
Te encargaste de descuartizar mi alma,
De pisotear mi dignidad,
De tiranizarme en soledades infinitas.

Te convertiste en la astilla de vidrio que uno pisa,
que duele, pero es tan profundo y pequeño y no se ve.
Cuando intentas sacarlo, cada presión a la lesión causa que se incruste más en la piel.
Cada intento en un agobiante momento donde se desangra la piel.
Uno grita, uno pide auxilio, duele pisar
pero nada vale, solo tenerle paciencia,
ahogarlo en agua tibia, que se hinche
que salga el trozo por sí mismo.

Hoy por hoy todavía estoy paralizada
todavía duele los trozos de vidrio que se incrustaron en mi alma.
Todavía estoy en el suelo.
Todavía duele este duelo.

Yo no pretendo inculparte.
Yo no pretendo tomar toda la culpa.
Me quedo con los trozos que dejaste.
Me quedo con pedazos rotos que te deje.

Todavía estoy en el suelo.
Todavía duele este duelo.
Pero siento una presencia de agua bendita,
que está excretando de mi alma,
los pedazos rotos que adquirí en la ardua batalla que fue amarte
y entregarte mi vida.

LeydisProse
6/23/2017
https://m.facebook.com/LeydisProse/
Tanto sol, tanta curva, tantos blancos
                    a mucho más aspiran.

Estas esbeltas formas que las olas,
                    -apuntes de Afroditas-,

inventan por doquier, ¿van a quedarse
                    sin sus diosas, vacías?

No; por numen secreto convocadas
                    acuden las olímpicas.

Vuelve el mar a su tiempo el inocente,
                    ignorante de quillas,

sin carga de mortales, suelo undoso
                    de las mitologías.

Con verdes curvas, con espumas vagas,
                    la luz, primera artista,

modela para diosas inminentes
                    hechuras fugitivas.

Un gran hervor de cuerpos en proyecto
                    alumbra la marina.

No hay onda que no sueñe en dar su carne
                    transparente a una ninfa.

Viento tornero en blanda masa verde
                    redondeces perfila.

Juntos surten la diosa, y a su lado
                    afán que la persiga.

Gozosa crin despliega el hipocampo:
                    va en su grupa, cautiva,

altas quejas de espuma dando al aire,
                    Nereida estremecida.

Hay torsos verdes, hay abrazos truncos,
                    todo son tentativas,

deseos que se alzan, casta espuma;
                    ugas hay, ligerísimas.

Cuerpo saltante de una cresta en otra,
                    escápase la ondina

de un ansia que se muere en mil cristales,
                    monstruo que la quería.

Hay blancuras que logran entenderse,
                    amores que se inician;

en la mañana estrenan sus idilios
                    fábulas, a la vista.

¿Olas? Tetis, Papone, Calatea,
                    glorias que resucitan.

Resurrección es esto, no oleaje,
                    querencia muy antigua.

Si el agua que dio bulto a ninfa rápida
                    muere, apenas erguida,

si espuma que soñaba en durar mármol,
                    desfallece en la orilla,

de entre tanto fracaso, ellas, las diosas,
                    se salvan, infinitas.

Se hunden las cien, las mil, las incontables
                    figuras cristalinas;

de una en otra, evadiéndose, ligeras
                    permanecen las ninfas.

Tejiendo, destejiendo, permanecen
                    sobre fúlgida pista,

juegos de raudo amor, las figurantas
                    de la ópera divina.

El mar se ciñe, más y más redondo,
                    cerco de la alegría.

Y se colman de asombro, en una playa,
                    dos ojos, que lo miran.
Fría y tormentosa la noche que zarpé de Montevideo.
Al doblar el Cerro,
tiré desde la cubierta más alta
una moneda que brilló y se anegó en las aguas barrosas,
una cosa de luz que arrebataron el tiempo y la tiniebla.
Tuve la sensación de haber cometido un acto irrevocable,
de agregar a la historia del planeta
dos series incesantes, paralelas, quizá infinitas:
mi destino, hecho de zozobra, de amor y de vanas vicisitudes,
y el de aquel disco de metal
que las aguas darían al blando abismo
o a los remotos mares que aún roen
despojos del sajón y del fenicio.
A cada instante de mi sueño o de mi vigilia
corresponde otro de la ciega moneda.
A veces he sentido remordimiento
y otras envidia,
de ti que estás, como nosotros, en el tiempo y su laberinto
y que no lo sabes.
Mía... Así: más que todo y casi nada: mía.
Mía para mí solo. Mía en la noche azul de nadie.
Mía en el vaho húmedo de una lluvia remota.
Mía en el golpe sordo de mi sangre.

Mía en el gran silencio de esta noche de todos
en este gran silencio de lo que nadie sabe,
en este gran silencio de resonancias infinitas,
en este gran silencio de raíces innumerables.

Mía en mi sombra. Mía en tu perfume.
Mía sobre una ausencia llena de ríos y de árboles.
Mía en la brisa tibia que tiene un eco de tus manos;
mía en mis ojos tristes, tristes de tanto no mirarte...
mía para mí solo, como después y como antes;
mía sobre la música de tus pies lentos en la arena;
mía bajo la sombra de lo que nadie sabe...

Y, sin embargo, llegas en los ecos nocturnos,
más pálida, más casta y más ausente; y me llega.
en el viento tu cabellera desatada,
y me llega en la espuma tu mano transparente...

Sí: vuelves, toda aurora, de la gran noche irremediable.
Sí: vuelves sin tu sombra, pero vuelves,
tú, la que ennoblecías el sabor del recuerdo,
¡tú, la recuperada para siempre!
Mariana Seabra Mar 2022
Anular-me por outro?

                                Sacrilégio!

                                  
                            ­       Perder a beleza de me multiplicar com o outro?

                                      Tirar ao outro a beleza de nos pertencer?

                                                            Nem­ pensar.



Prefiro dar-te o privilégio

De me ter por inteiro!

Ser para ti todo o meu eu

                                incompleto    

               ­              mas verdadeiro.


                                                  É o ato mais régio!  

                              Conceder-te esse poder

                                               De ficares ao meu lado  

                                                     para me veres

                                                          cresc­er.

Não há nada de comum  

                                      em nós

em tudo isto,

Nem nunca vai haver.


                                          Somos a humanidade que Deus previu.

                                           Sejamos tudo o que conseguimos ser…

                                                E talvez a meio descobriremos  

                                      Que somos muito mais do que imaginávamos

                                              Faremos muito mais do pensamos  

                                                     ­       que seria possível  

                                                     ­                  fazer.

Há coisas que sentimos,  

Momentaneamente,

Provocadas pela dor

                      pelo medo

                      pela frustração

E na altura ficamos cegos  

                                                 da razão

Porque é demasiado grande

                                                 a emoção

“O essencial é invisível aos olhos,

só se vê bem

                                                com o coração”.

Meu amor,

Peço-te perdão!



Às vezes preciso de te dizer  

              o que não está certo

Só para que me possas dizer  

                    que estou errada.


                                                              ­              Faz sentido?

                                                           Aqui vem de novo a tal emoção…

Às vezes preciso muito de estar errada

Sobre o que me mortifica os pensamentos

                                           ou os sentimentos…

                                                   E estou.  

                                                Sou ilógica  

                                                 Em ruínas

                                                 Arruinada.

Que alívio!

Ainda bem que me provas que estou errada.

Se não for pedir demais,

Podes provar-me uma outra vez?

Nunca precisei tanto de estar enganada…



Ah!  

A minha flor…

Nasceu tão complexa.

Tão complicada  

                            quanto eu.



Ainda lhe estava a aparecer o caule

E o meu ser já estava rendido

Desde a sua raiz.



Foi assim que Deus quis!



Criou em sete dias

o desafio perfeito,  

Para quem gosta  

de se desafiar.

                                                               ­  Vou levar a vida toda

                                                               ­  E talvez mais algumas

                                                               ­      Para a desvendar.

                                                               ­     (Se ela me deixar...)

A maneira como diz o meu nome,

A maneira como brinca com ele

Faz-me sentir que está seguro  

Dentro da sua boca.

Só ela o sabe pronunciar!



Foi feito para os seus lábios.

E os seus lábios

   Perfeitos

Parece que foram feitos

especialmente

Para o guardar.

                                                             Fecham-no a sete chaves

                                                         Mais ninguém lhe pode tocar.



“E agora,  

               Já viste?

             Este nome  

  Parece sempre mais triste  

Se não estiver a ser dito por ti.”

                                                           “Bendito seja o fruto que colhi!

                                                         Que me seja permitido saborear…”



Diz-me, como se desliga esta urgência?

                                                               ­                     Meu Deus,

                                                               ­                       Diz-me

                                                               ­                     Por favor!

                                                               ­       É esta a minha penitência?

Basta um vislumbre da sua imagem

Uma brisa que traga o seu cheiro no ar

E já sinto o meu corpo  

a querer-se desintegrar



                                                           Em infinitas partículas  

                                                   ­        Que ameaçam explodir

                                                               Para onde calhar.

Até que

finalmente  

                                        a ela  

vão chegar…



Ergo as mãos ao céu,  

Sinto a pairar uma violenta vibração…

                                                  “Meu Deus,

                                                    Como é que te rezo tanto

                                                    E parece ser em vão?”



                                                    Caiem-me as lágrimas no chão.

                                                    Aqui vem de novo a tal emoção…

                                                    Chego perto de perder a fé,

                                                               ­                              a mim  

                                                          ­                             a ti  

                                                           ­                                   e até

                                                               ­                        a nós.



                                     “Que penitência tão cruel!”

                                                   Vê-se logo que é um amor verdadeiro

                                          é autêntico

                                          é genuíno

                                            é derradeiro.

                                                              S­ó um assim te mantém tão fiel

                                                              S­em teres de o questionar.


                                “Dai-me forças para a aguentar!”.


Não sei se me ouviu

Quando lhe estava a implorar;           Ou se não se quis pronunciar.

Porém, num sonho distante

Escutei-o a profetizar:

         “A força vem de ti,

          Minha criança iluminada,

          Não te vale de muito rezar.


                                                            És­ tu que tens de te amparar.

          És fonte inesgotável

          Que não pára de derramar.

                                                            ***­im te fiz, porque assim o quis!

           Mal (re)nasceste dei-te logo tudo

           o que poderias vir a precisar.

           Faz bom uso

           de todo o amor  

           que tens para dar.”



Seu cobarde!

Sinto-me honrada!

Fizeste-me humana  

                    iluminada

de mente aberta

e consciência pesada.

Num mundo fraturado

                        partido

                        obscuro

                        sombrio

onde me vieste abandonar.

              
                                E nem um manual deixaste

                                        Para eu me guiar!



                        Não te inquietes, continuo a acreditar.



         MAS CONFESSA TU AGORA! arrependeste-te de mim;  

                                  ou do mundo que foste gerar?

      

Desce cá baixo!

Atreve-te!

Anda cá explicar

Como acalmo esta vontade

de a querer abraçar

e apertar

Junto de mim?



                        Porque é que nos juntaste?  

                        Só para logo a seguir nos pôr um fim?

                        Responde-me, cobarde,

                        Porque é que tem que ser assim?


Nunca conheci Deus tão impiedoso.

Renuncia o seu rebento,

Vê-o em tanto sofrimento

e mantém-se silencioso.





Quero saltar  

Para dentro da redoma

Com ela.

Meu Deus,

Quero-te provar

que consigo desempenhar

a missão para a qual nasci.

Quero amar!

Conhecer todos os seus traços,

Saber pintar as suas cores  

Até de olhos vendados,

Sentir todos os odores

espalhados

Como se valesse por mil flores,

Descobrir por onde se estendem

Os seus braços,

Conseguir desenhar a sua forma

Que vem pela noite e me toma

E guardá-la

Para sempre.

Pedir-lhe que me abrace de volta

E que mantenha os meus pedaços

Juntos

             a si.  

Certificar-me

Que deixo as suas lindas pétalas

                                                   e a teia que teci

Intactas

No processo.





“És muito mais do que mereço!”

                                                             E assim começa a Bíblia:

                                                             “No princípio  

                                                    ­         Deus criou os céus e a terra (…)”



Pois logo no começo

Também nos deve ter criado.



Criou um amor

Que não tem preço

Do qual nem se aplica ainda

um significado.



E por isso e muito mais,  

Meu Deus,

Eu te agradeço!

Por toda a força que me tem dado.

Nas noites frias e escuras

É a ele que me agarro.


                                             Vieste-me presentear?



Não procurei a minha flor

Ela simplesmente  

                                  floriu

No meu jardim

E decidiu

Lá ficar.



                                  É teimosa, esta flor.

                                Quis-se auto plantar.

                                                               ­                 Ou talvez ali

                                                               ­            Se sentisse segura

                                                               ­             Estava escondida  

                                                    ­                              protegida

                                                               ­              E tinha alguém

                                                               ­               Para a cuidar.



                                                               ­         Luz nunca lhe ia faltar!





Não sei se era eu que precisava mais dela

Ou se era ela que precisava mais de mim.

Mas para ir procurar outra flor

Teria de me afastar deste jardim…

E abandonar a minha flor

Seria como me abandonar a mim.



Não há mais flores para procurar!

Porque aquela que eu nem sabia

Que existia

Mas com que sempre sonhei

Ah! Essa mesma flor!

Já eu encontrei.



                                                               ­        “Meu Deus,

                                                            Jun­tas-te a todos os outros

                                                             E juntos fizeram feitiçaria.

                                                               Ouviram-me, de certeza.

                                                               ­    O que eu vos rezei!

                                                          A minha prece foi respondida!

                                                           Fizeram-na mesmo à medida!



                                                               ­        Fui absolvida!



                                                          Assim­ foi desde o princípio

                                                    tal como tinhas dito

                                                               ­                               nos céus  

                                                         ­                                      na terra  

                                                        ­                                      nos mares

                                                               ­                                procurei.

                                                     soube logo que era ela

                                                     quando nela me esbarrei



                                                            por­que mal a encontrei



                              me multipliquei.”
Te veo mientras pasas
sellado de granates primitivos,
por el turquí completo de Moguer.

Te veo sonreír; acariciar, limpiar,
equilibrar los astros desviados
con embeleso cálido de amor;
impulsarlos con firme suavidad
a sostener la maravilla exacta
de este cuartel del incesante mundo.

(No sé si eres el único
o la réplica májica del único;
pero, uno entre dioses descielados tú,
solo entre carnes de ascensión,
sin leyes que te afeen la mirada
yo voy a ti porque te veo
trabajando belleza desasida,
en tus días sin trono,
en tus noches en pie).

Te veo infatigable variando
con maestría inmensamente hermosa
decoraciones infinitas
en el desierto oeste de la mar;
te veo abrir, mudar tesoros,
sin mirar que haya ojo que te mire,
¡rey del gozo en la obra sola y alta,
hado inventor, ente continuador
de lo áureo y lo insólito!
19
¡Llanto en la noche inmensa y negra;
llanto -¿de quién? ¿por qué?- que no te
puedes
parar;
que te vas, sollozando, como unrío a un mar funesto, oscuro,
de fondos ignorados, de playas infinitas,
sin poderte parar!
Mariana Seabra Mar 2022
Já fomos poeira do mesmo lugar

Pousada calmamente junto ao mar.

Sufoca-me o vento que nos quer levar,

E este pobre pó estrelar,

Sem força suficiente para ficar,

Chora sem braços onde se agarrar.



Implora-te que me guardes num olhar,

E assim voamos eternamente,

Sem qualquer noção de ver desaparecer

Lá ao longe, o nosso lar.





Já fomos breves e inconstantes,

Pequenas rochas cobertas de diamantes.

Não quisemos saber do nosso valor,

E quando o número não interessa,

Qualquer fruto neste peito vira flor.



Mas que som é este

Que me enche de terror?!

Ah! É a minha linda borboleta,

Bate as asas e só ouço dor.

Pousa em mim…

Mas sentirá ela este calor?



Levanta voo…

Sem se recordar da minha cor.



Perco-a em ti,

Mas não me perco de todo este esplendor.





Já fomos canto de pássaro na madrugada,

Criança que corre sem ligar à roupa manchada.

E de mãos dadas pela estrada,

Brincámos nas infinitas ruas desta cruzada.

Sorriste-me sem ligar a nada,

Como qualquer criança louca,

E atrapalhada

Tropeças em mim…

E deitas abaixo cada fachada,

Pois como nego ao coração

Que estou, agora, aprisionada?





Já fomos a folha verde no outono

Que caiu e não voltou.

Cada onda que rebentou no rochedo

Desvendou-te logo quem eu sou.



Quis ser concha para ti,

Presente que o mar traz.

Mas sou fogo que arde aqui

E destrói tudo o que é capaz.

Consumo-te e inalo-te em mim,

A droga mais pura e eficaz.

E sobram as cinzas derramadas no jardim,

Memórias da alma que lá jaz.
¡Allá van!... ¡Allá van!... Apenas ciento
Cincuenta... Al sol el arenal rutila.
Firme el brazo y ardiente la pupila
A escape avanzan en alud violento.

Como un bajorrelieve en movimiento
Van los jinetes en cerrada fila;
Y fingen rojo llamear que oscila
Sus banderolas al silbar del viento.

Son uno contra veinte. Mudo, en torno,
Se abre el desierto. Resplandor de horno
Se extiende en infinitas lontananzas.

Acero contra acero. El sol fulgura,
Y en un hondo silencio, la llanura
Temblar parece con temblor de lanzas.
En las noches de abril, mansas y bellas,
en tanto que recuerdas o meditas,
ascienden al azul las margaritas
y se truecan en pálidas estrellas.

Cuando el sol en las mares infinitas
del orto, desparrama sus centellas,
descienden a los campos las estrellas
y se truecan en blancas margaritas.

Por eso, cuando llena de rubores
deshojas margaritas de alabastros,
auguran el olvido y los amores;
presienten el futuro: ¡han sido astros!
comprenden el amor: ¡han sido flores!
Valeria Chauvel Oct 2019
¿Seré acaso yo el latente vacío
que gravita en el espacio desnudo
de mi alma y se desprende de sí
como el delicado sonido del trueno?

Un atemporal vasto campo
de margaritas próximo al rocío
transparente que es mi piel y va
deslizándose lentamente hacia la nada.

Se compagina la oscuridad y luz
en un rostro inexpresivo, te veo,
es la llama del crepúsculo
que se rige en tu mirada.
Ahí encerrada, la vacuidad.

¿Seré acaso un inicio y un final?
Me deslizo suavemente hacia la brecha
de la cual emerge el todo y la nada
por un cauce de infinitas posibilidades
hacia la inexistencia pero en la eternidad.

Se cierra el telón, tras el velo
no soy yo, soy libre.
No hay tiempo, no hay espacio.
Es un punto ***** en la blanca luz
o la blanca luz en la profunda oscuridad.
Hay una puerta que al ingresar te permite entrar a la inexistencia. Te permite volverte en un punto. Esa puerta es el vacío.

El vacío aparece cuando conoces el peso de la existencia y se va cuando te desprendes de ella, cuando renuncias a las creencias que te amoldaban, convirtiéndote en un punto, en el inicio de otra forma.

— The End —