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Fue Cervantes quien relató con su pluma sabia
la extraña historia de dos amigos florentinos
que por amor forzaron sobre sí la desgracia
al maniobrar con impertinencia y desatino
en el ánima de una recogida muchacha.

El esposo con el amigo la puso a prueba
pidiéndole que a su mujer hiciera la corte
sin prevenir el impertinente a dónde lleva
la duda cuando no cuenta con ningún soporte.

Y el que pretendía sólo simular amor
para satisfacer al esposo empecinado
y comprobar de la mujer lealtad y honor,
termino, al fin, de sus virtudes enamorado.

De tal modo que el marido quiso probar la honra
colocándole acechanzas a la castidad
de aquella desprevenida y sosegada esposa,
las que fatalmente minaron su voluntad.

Lo que comenzaron como una prueba fingida
terminó en calamitoso engaño verdadero
porque quien pone trampas a la luz y la vida
termina transitando por oscuros senderos.
                                        
                                        (Jorge Gómez A.)
Yo **** versos en rima terciana
-cosa es pecado de adolescencia-
ansí como versos trabados de cienscia
retórica: asaz cosa vana!

Agora, mis versos...: bufón tarambana
aduna el capricho con la impertinencia,
los ritmos asorda, las rimas silencia...
Son cantos de tana: diz la gente llana...

La rana musica de timbre nasal
e irónico. Oh músicas plagadas de duro
encanto, suaves disonancias, límpidos desacordes!

La gente llana diz que suena mal...
Yo **** versos en rimas sabias en tiempo antefuturo:
y estoy harto de tal simpleza hasta los bordes!

— The End —