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Piramidal, funesta de la tierra
nacida sombra, al cielo encaminaba
de vanos obeliscos ***** altiva,
escalar pretendiendo las estrellas;
si bien sus luces bellas
esemptas siempre, siempre rutilantes,
la tenebrosa guerra
que con negros vapores le intimaba
la vaporosa sombra fugitiva
burlaban tan distantes,
que su atezado ceño
al superior convexo aún no llegaba
del orbe de la diosa
que tres veces hermosa
con tres hermosos rostros ser ostenta;
quedando sólo dueño
del aire que empañaba
con el aliento denso que exhalaba.
Y en la quietud contenta
de impero silencioso,
sumisas sólo voces consentía
de las nocturnas aves
tan oscuras tan graves,
que aún el silencio no se interrumpía.
Con tardo vuelo, y canto, de él oído
mal, y aún peor del ánimo admitido,
la avergonzada Nictímene acecha
de las sagradas puertas los resquicios
o de las claraboyas eminentes
los huecos más propicios,
que capaz a su intento le abren la brecha,
y sacrílega llega a los lucientes
faroles sacros de perenne llama,
que extingue, sino inflama
en licor claro la materia crasa
consumiendo; que el árbol de Minerva
de su fruto, de prensas agravado,
congojoso sudó y rindió forzado.
Y aquellas que su casa
campo vieron volver, sus telas yerba,
a la deidad de Baco inobedientes
ya no historias contando diferentes,
en forma si afrentosa transformadas
segunda forman niebla,
ser vistas, aun temiendo en la tiniebla,
aves sin pluma aladas:
aquellas tres oficiosas, digo,
atrevidas hermanas,
que el tremendo castigo
de desnudas les dio pardas membranas
alas, tan mal dispuestas
que escarnio son aun de las más funestas:
éstas con el parlero
ministro de Plutón un tiempo, ahora
supersticioso indicio agorero,
solos la no canora
componían capilla pavorosa,
máximas negras, longas entonando
y pausas, más que voces, esperando
a la torpe mensura perezosa
de mayor proporción tal vez que el viento
con flemático echaba movimiento
de tan tardo compás, tan detenido,
que en medio se quedó tal vez dormido.
Este. pues, triste son intercadente
de la asombrosa turba temerosa,
menos a la atención solicitaba
que al suelo persuadía;
antes si, lentamente,
si su obtusa consonancia espaciosa
al sosiego inducía
y al reposo los miembros convidaba,
el silencio intimando a los vivientes,
uno y otro sellando labio obscuro
con indicante dedo, Harpócrates la noche silenciosa;
a cuyo, aunque no duro, si bien imperioso
precepto, todos fueron obedientes.
El viento sosegado, el can dormido:
éste yace, aquél quedo,
los átomos no mueve
con el susurro hacer temiendo leve,
aunque poco sacrílego ruido,
violador del silencio sosegado.
El mar, no ya alterado,
ni aún la instable mecía
cerúlea cuna donde el sol dormía;
y los dormidos siempre mudos peces,
en los lechos 1amosos
de sus obscuros senos cavernosos,
mudos eran dos veces.
Y entre ellos la engañosa encantadora
Almone, a los que antes
en peces transformó simples amantes,
transformada también vengaba ahora.
En los del monte senos escondidos
cóncavos de peñascos mal formados,
de su esperanza menos defendidos
que de su obscuridad asegurados,
cuya mansión sombría
ser puede noche en la mitad del día,
incógnita aún al cierto
montaraz pie del cazador experto,
depuesta la fiereza
de unos, y de otros el temor depuesto,
yacía el vulgo bruto,
a la naturaleza
el de su potestad vagando impuesto,
universal tributo.
Y el rey -que vigilancias afectaba-
aun con abiertos ojos no velaba.
El de sus mismos perros acosado,
monarca en otro tiempo esclarecido,
tímido ya venado,
con vigilante oído,
del sosegado ambiente,
al menor perceptible movimiento
que los átomos muda,
la oreja alterna aguda
y el leve rumor siente
que aun le altera dormido.
Y en 1a quietud del nido,
que de brozas y lodo instable hamaca
formó en la más opaca
parte del árbol, duerme recogida
la leve turba, descansando el viento
del que le corta alado movimiento.
De Júpiter el ave generosa
(como el fin reina) por no darse entera
al descanso, que vicio considera
si de preciso pasa, cuidadosa
de no incurrir de omisa en el exceso,
a un sólo pie librada fía el peso
y en otro guarda el cálculo pequeño,
despertador reloj del leve sueño,
porque si necesario fue admitido
no pueda dilatarse continuado,
antes interrumpido
del regio sea pastoral cuidado.
¡Oh de la majestad pensión gravosa,
que aun el menor descuido no perdona!
Causa quizá que ha hecho misteriosa,
circular denotando la corona
en círculo dorado,
que el afán es no menos continuado.
El sueño todo, en fin, lo poseía:
todo. en fin, el silencio lo ocupaba.
Aun el ladrón dormía:
aun el amante no se desvelaba:
el conticinio casi ya pasando
iba y la sombra dimidiaba, cuando
de las diurnas tareas fatigados
y no sólo oprimidos
del afán ponderosos
del corporal trabajo, más cansados
del deleite también; que también cansa
objeto continuado a 1os sentidos
aún siendo deleitoso;
que la naturaleza siempre alterna
ya una, ya otra balanza,
distribuyendo varios ejercicios,
ya al ocio, ya al trabajo destinados,
en el fiel infiel con que gobierna
la aparatosa máquina del mundo.
Así pues, del profundo
sueño dulce los miembros ocupados,
quedaron los sentidos
del que ejercicio tiene ordinario
trabajo, en fin, pero trabajo amado
-si hay amable trabajo-
si privados no, al menos suspendidos.
Y cediendo al retrato del contrario
de la vida que lentamente armado
cobarde embiste y vence perezoso
con armas soñolientas,
desde el cayado humilde al cetro altivo
sin que haya distintivo
que el sayal de la púrpura discierna;
pues su nivel, en todo poderoso,
gradúa por esemptas
a ningunas personas,
desde la de a quien tres forman coronas
soberana tiara
hasta la que pajiza vive choza;
desde la que el Danubio undoso dora,
a la que junco humilde, humilde mora;
y con siempre igual vara
(como, en efecto, imagen poderosa
de la muerte) Morfeo
el sayal mide igual con el brocado.
El alma, pues, suspensa
del exterior gobierno en que ocupada
en material empleo,
o bien o mal da el día por gastado,
solamente dispensa,
remota, si del todo separada
no, a los de muerte temporal opresos,
lánguidos miembros, sosegados huesos,
los gajes del calor vegetativo,
el cuerpo siendo, en sosegada calma,
un cadáver con alma,
muerto a la vida y a la muerte vivo,
de lo segundo dando tardas señas
el de reloj humano
vital volante que, sino con mano,
con arterial concierto, unas pequeñas
muestras, pulsando, manifiesta lento
de su bien regulado movimiento.
Este, pues, miembro rey y centro vivo
de espíritus vitales,
con su asociado respirante fuelle
pulmón, que imán del viento es atractivo,
que en movimientos nunca desiguales
o comprimiendo yo o ya dilatando
el musculoso, claro, arcaduz blando,
hace que en él resuelle
el que le circunscribe fresco ambiente
que impele ya caliente
y él venga su expulsión haciendo activo
pequeños robos al calor nativo,
algún tiempo llorados,
nunca recuperados,
si ahora no sentidos de su dueño,
que repetido no hay robo pequeño.
Estos, pues, de mayor, como ya digo,
excepción, uno y otro fiel testigo,
la vida aseguraban,
mientras con mudas voces impugnaban
la información, callados los sentidos
con no replicar sólo defendidos;
y la lengua, torpe, enmudecía,
con no poder hablar los desmentía;
y aquella del calor más competente
científica oficina
próvida de los miembros despensera,
que avara nunca v siempre diligente,
ni a la parte prefiere más vecina
ni olvida a la remota,
y, en ajustado natural cuadrante,
las cuantidades nota
que a cada cual tocarle considera,
del que alambicó quilo el incesante
calor en el manjar que medianero
piadoso entre él y el húmedo interpuso
su inocente substancia,
pagando por entero
la que ya piedad sea o ya arrogancia,
al contrario voraz necio la expuso
merecido castigo, aunque se excuse
al que en pendencia ajena se introduce.
Esta, pues, si no fragua de Vulcano,
templada hoguera del calor humano,
al cerebro enviaba
húmedos, mas tan claros los vapores
de los atemperados cuatro humores,
que con ellos no sólo empañaba
los simulacros que la estimativa
dio a la imaginativa,
y aquesta por custodia más segura
en forma ya más pura
entregó a la memoria que, oficiosa,
gravó tenaz y guarda cuidadosa
sino que daban a la fantasía
lugar de que formase
imágenes diversas y del modo
que en tersa superficie, que de faro
cristalino portento, asilo raro
fue en distancia longísima se veían,
(sin que ésta le estorbase)
del reino casi de Neptuno todo,
las que distantes le surcaban naves.
Viéndose claramente,
en su azogada luna,
el número, el tamaño y la fortuna
que en la instable campaña transparente
arriesgadas tenían,
mientras aguas y vientos dividían
sus velas leves y sus quillas graves,
así ella, sosegada, iba copiando
las imágenes todas de las cosas
y el pincel invisible iba formando
de mentales, sin luz, siempre vistosas
colores. las figuras,
no sólo ya de todas las criaturas
sublunares, mas aun también de aquellas
que intelectuales claras son estrellas
y en el modo posible
que concebirse puede lo invisible,
en sí mañosa las representaba
y al alma las mostraba.
La cual, en tanto, toda convertida
a su inmaterial ser y esencia bella,
aquella contemplaba,
participada de alto ser centella,
que con similitud en sí gozaba.
I juzgándose casi dividida
de aquella que impedida
siempre la tiene, corporal cadena
que grosera embaraza y torpe impide
el vuelo intelectual con que ya mide
la cuantidad inmensa de la esfera,
ya el curso considera
regular con que giran desiguales
los cuerpos celestiales;
culpa si grave, merecida pena,
torcedor del sosiego riguroso
de estudio vanamente juicioso;
puesta a su parecer, en la eminente
cumbre de un monte a quien el mismo Atlante
que preside gigante
a los demás, enano obedecía,
y Olimpo, cuya sosegada frente,
nunca de aura agitada
consintió ser violada,
aun falda suya ser no merecía,
pues las nubes que opaca son corona
de la más elevada corpulencia
del volcán más soberbio que en la tierra
gigante erguido intima al cielo guerra,
apenas densa zona
de su altiva eminencia
o a su vasta cintura
cíngulo tosco son, que mal ceñido
o el viento lo desata sacudido
o vecino el calor del sol, lo apura
a la región primera de su altura,
ínfima parte, digo, dividiendo
en tres su continuado cuerpo horrendo,
el rápido no pudo, el veloz vuelo
del águila -que puntas hace al cielo
y el sol bebe los rayos pretendiendo
entre sus luces colocar su nido-
llegar; bien que esforzando
mas que nunca el impulso, ya batiendo
las dos plumadas velas, ya peinando
con las garras el aire, ha pretendido
tejiendo de los átomos escalas
que su inmunidad rompan sus dos alas.
Las pirámides dos -ostentaciones
de Menfis vano y de la arquitectura
último esmero- si ya no pendones
fijos, no tremolantes, cuya altura
coronada de bárbaros trofeos,
tumba y bandera fue a los Ptolomeos,
que al viento, que a las nubes publicaba,
si ya también el cielo no decía
de su grande su siempre vencedora
ciudad -ya Cairo ahora-
las que, porque a su copia enmudecía
la fama no contaba
gitanas glorias, menéficas proezas,
aun en el viento, aun en el cielo impresas.
Estas que en nivelada simetría
su estatura crecía
con tal disminución, con arte tanto,
que cuánto más al cielo caminaba
a la vista que lince la miraba,
entre los vientos se desaparecía
sin permitir mirar la sutil *****
que al primer orbe finge que se junta
hasta que fatigada del espanto,
no descendida sino despeñada
se hallaba al pie de la espaciosa basa.
Tarde o mal recobrada
del desvanecimiento,
que pena fue no escasa
del visual alado atrevimiento,
cuyos cuerpos opacos
no al sol opuestos, antes avenidos
con sus luces, si no confederados
con él, como en efecto confiantes,
tan del todo bañados
de un resplandor eran, que lucidos,
nunca de calurosos caminantes
al fatigado aliento, a los pies flacos
ofrecieron alfombra,
aun de pequeña, aun de señal de sombra.
Estas que glorias ya sean de gitanas
o elaciones profanas,
bárbaros hieroglíficos de ciego
error, según el griego,
ciego también dulcísimo poeta,
si ya por las que escribe
aquileyas proezas
o marciales, de Ulises, sutilezas,
la unión no le recibe
de los historiadores o le acepta
cuando entre su catálogo le cuente,
que gloría más que número le aumente,
de cuya dulce serie numerosa
fuera más fácil cosa
al temido Jonante
el rayo fulminante
quitar o la pescada
a Alcídes clava herrada,
que un hemistiquio solo
-de los que le: dictó propicio Apolo-
según de Homero digo, la sentencia.
Las pirámides fueron materiales
tipos solos, señales exteriores
de las que dimensiones interiores
especies son del alma intencionales
que como sube en piramidal *****
al cielo la ambiciosa llama ardiente,
así la humana mente
su figura trasunta
y a la causa primera siempre aspira,
céntrico punto donde recta tira
la línea, si ya no circunferencia
que contiene infinita toda esencia.
Estos pues, montes dos artificiales,
bien maravillas, bien milagros sean,
y aun aquella blasfema altiva torre,
de quien hoy dolorosas son señales
no en piedras, sino en lenguas desiguales
porque voraz el tiempo no ]as borre,
los idiomas diversos que escasean
el sociable trato de las gentes
haciendo que parezcan diferentes
los que unos hizo la naturaleza,
de la lengua por solo la extrañeza; .
si fueran comparados
a la mental pirámide elevada,
donde, sin saber como colocada
el alma se miró, tan atrasados
se hallaran que cualquiera
graduara su cima por esfera,
pues su ambicioso anhelo,
haciendo cumbre de su propio vuelo,
en lo más eminente
la encumbró parte de su propia mente,
de sí tan remontada que creía
que a otra nueva región de sí salía.
En cuya casi elevación inmensa,
gozosa, mas suspensa,
suspensa, pero ufana
y atónita, aunque ufana la suprema
de lo sublunar reina soberana,
la vista perspicaz libre de antojos
de sus intelectuales y bellos ojos,
sin que distancia tema
ni de obstáculo opaco se recele,
de que interpuesto algún objeto cele,
libre tendió por todo lo criado,
cuyo inmenso agregado
cúmulo incomprehensible
aunque a la vista quiso manifiesto
dar señas de posible,
a la comprehensión no, que entorpecida
con la sobra de objetos y excedida
de la grandeza de ellos su potencia,
retrocedió cobarde,
tanto no del osado presupuesto
revocó la intención arrepentida,
la vista que intentó descomedida
en vano hacer alarde
contra objeto que excede en excelencia
las líneas visuales,
contra el sol, digo, cuerpo luminoso,
cuyos rayos castigo son fogoso,
de fuerzas desiguales
despreciando, castigan rayo a rayo
el confiado antes atrevido
y ya llorado ensayo,
necia experiencia que costosa tanto
fue que Icaro ya su propio llanto
lo anegó enternecido
como el entendimiento aquí vencido,
no menos de la inmensa muchedumbre
de tanta maquinosa pesadumbre
de diversas especies conglobado
esférico compuesto,
que de las cualidades
de cada cual cedió tan asombrado
que, entre la copia puesto,
pobre con ella en las neutralidades
de un mar de asombros, la elección confusa
equívoco las ondas zozobraba.
Y por mirarlo todo; nada veía,
ni discernir podía,
bota la facultad intelectiva
en tanta, tan difusa
incomprensible especie que miraba
desde el un eje en que librada estriba
la máquina voluble de la esfera,
el contrapuesto polo,
las partes ya no sólo,
que al universo todo considera
serle perfeccionantes
a su ornato no más pertenecientes;
mas ni aun las que ignorantes;
miembros son de su cuerpo dilatado,
proporcionadamente competentes.
Mas como al que ha usurpado
diuturna obscuridad de los objetos
visibles los colores
si súbitos le asaltan resplandores,
con la sombra de luz queda más ciego:
que el exceso contrarios hace efectos
en la torpe potencia, que la lumbre
del sol admitir luego
no puede por la falta de costumbre;
y a la tiniebla misma que antes era
tenebroso a la vista impedimento,
de los agravios de la luz apela
y una vez y otra con la mano cela
de los débiles ojos deslumbrados
los rayos vacilantes,
sirviendo va piadosa medianera
la sombra de instrumento
para que recobrados
por grados se habiliten,
porque después constantes
su operación más firme ejerciten.
Recurso natural, innata ciencia
que confirmada ya de la experiencia,
maestro quizá mudo,
retórico ejemplar inducir pudo
a uno y otro galeno
para que del mortífero veneno,
en bien proporcionadas cantidades,
escrupulosamente regulando
las ocultas nocivas cualidades,
ya por sobrado exceso
de cálidas o frías,
o ya por ignoradas simpatías
o antipatías con que van obrando
las causas naturales su progreso,
a la admiración dando, suspendida,
efecto cierto en causa no sabida,
con prolijo desvelo y remirada,
empírica
Natalia Rivera Oct 2015
Yo no solía rezar
Hasta que la conocí.
Era difícil no ceder a sus tentaciones
En el pueblo decían que era ella
La dama de noche, vicio de los hombres.
Pero yo quería probarla, ocupar un lugar
Entre sus risos desordenados.
Le pedí una noche, solo una.
Ella divertida acepto y la seguí hipnotizada
Al llegar a la recamara se despojó de su vestido
Permitiéndome ver lo blanco de su piel
Se acercó a mí y sin preámbulos me plantó un beso.
Sutiles sus labios, deliciosos.
Una caricia por la espalda, otra en las caderas
Me quita el suéter y la falda.
Sentía sus dedos explorar la humedad
Entre mis piernas, haciendo a un lado el vello.
Su lengua recorría mis senos y su mirada
Estaba fija en mí, se mordía los labios
Me gemía suavemente al oído.
La sentía dentro de mí
Haciendo movimientos lentos
-No te resistas, déjame mostrarte…
Y como quien obedece sin preguntar
Deje que una ola de placer inundara mi cuerpo
Haciendo la habitación pequeña, silenciando todo.
No sé si había pasado una o tres horas
Pero yo yacía desnuda, empapada en sudor
La habitación olía extraño me incorporo
Para encontrarla sentada en la ventana
Aun desnuda fumándose un cigarro.
Al verme sonríe y me ofrece un trago
Era una diosa tallada por la vida.
Un último beso fue plasmado antes de marcharse
Y de eso ha pasado seis años.
Yo no solía rezar
Hasta que la conocí.
Me he topado con ella varias veces
Como viento que mueve hojas
En las noches que el cielo este despejado
Le suelo gritar al viento
Oh María, sin pecado concebida
Tráemela una noche, solo una.
Elena Ramos Apr 2015
Elena Ramos


Aquí todo en mi mente da vueltas, nada es estable, no hay un objeto al cual pueda ver directo y guiarme para no caer. Para mí no sirve el simple hecho de tenerlo todo para ser feliz, ni el dinero, ni una familia reconocida en todo Miami y el resto del país. Me llamo Gimena Rodríguez, mis papas son de Honduras pero emigraron a los Estados Unidos cuando mi hermano mayor Roberto tenía apenas diez años en ese entonces yo tenía ocho horribles y apestosos años, era muy fea, mi mama siempre me ponía dos ganchitos en la frente para quitarme el pelo de la cara; bote todas las fotos que dejaban evidencia de ese abuso hacia el estilo y la dignidad de una niña pequeña.  

He buscado en la internet el significado de mi nombre, porque ni yo sé que soy. Hay unos sitios bien raros que dicen que soy de las que necesita ser apoyada por los demás, algo que no es cierto, pero he topado con un sitio que dice que soy de pensamiento firme, ágil y con capacidad analítica. Y por cierto mi número de la suerte dice ser el número cuatro, puede tener algo de sentido ya que el 4 de noviembre es mi cumpleaños, o que casualmente mis papas estén de aniversario el mismo día. Suelo ser de esas chicas que todo el mundo conoce o dice saber conocerme, por el simple hecho de tener una familia la cual, toda América conoce. Mi papa heredo el negocio de mi abuelo, (por lo general el abuelo o como yo lo llamaba Yeyo, era el único que me entendía hasta llegue a prometerle que seguiría los pasos de la familia y seguir el negocio) una empresa que distribuye muebles, ya sean sofás como camas y cosas así. La compañía se llama DecoArte, había empezado en 1934 con mi bisabuelo Arturo, que luego paso a ser mi mi Yeyo y ahora de mi padre (solo espero que Roberto pelee por su lugar en la compañía y decida quedarse todo para él, así no tendría que seguir en este negocio, porque realmente no me gusta). He decidido que quiero ir a Los Angeles y estudiar Fashion Management & Marketing, en la Universidad de Argosy. He aplicado a varias universidades y aun espero respuesta, seria decepcionante no ser aceptada en ninguna y entonces tendría que trabajar en DecoArte toda mi vida. Todos los días son decepcionantes, siempre es lo mismo, mi casa parece un lugar solitario. Roberto tiene su propio apartamento, todos los días sube fotos a su cuenta de Instagram haciendo fiestas, las cuales son mencionadas como las mejores. Fraternidades de muchas universidades terminan ahí, los vagabundos igual, y así todo Miami. Sería bueno si por lo menos me invitara a una de sus “reuniones”, como el las suele llamar cuando estamos frente a nuestros padres. No me veo pequeña, tengo diez y siete años y el próximo año me graduare de Miami Beach High School. Muchos me preguntan si realmente tengo la edad que les digo tener, nadie me cree, muchos dicen que me veo mucho mayor, algo que para mí no está mal. En mi cuenta de twitter me he fijado que Roberto dará una fiesta, tal vez pueda decir que voy a ver una película y me voy un rato a su casa, solo espero que mi propio hermano no me eche de la casa. En mi tiempo libre, después de clases, suelo agarra mi computadora portátil y abrir Word, y escribir todo el día. Hace poco subí gratis un libro de poemas de dicados a la gente que no sabe qué hacer con su vida. He tenido buenas respuestas, inclusive en mi blog recibo visitas y buenos comentarios a montones. Existen dos mundos parami, la realidad y el mundo que creo con los libros y la escritura. Cada libro que leo me envuelve en un sentimiento que hace que imagine estar en el libro. Al escribir siento que mis ideas fluyen y que soy yo honestamente, sin censura, sin miedo a expresarme. En este momento estoy escribiendo una historia ficticia de esta joven que desea encontrar el amor, ya que casi lo encontraba pero el murió. Por su falta de confianza no es capaz de hablar con ningún muchacho. Esta es la introducción del libro:
               Para amar hay un tiempo límite, o por lo menos para mí sí. Si tienes una enfermedad terminal, es muy probable que ese amor nunca llegue. Desearía tener por lo menos un romance que dure poco o hasta cuando yo siga viva. Mi vida se complica cada vez más, el único hombre que veo seguido es mi médico el doctor Collins, está casado y tiene una hermosa hija. En el hospital veo morir a diario personas de las cuales me hice amiga. Aun no olvido su rostro, su pálida cara, que me reía aun a pesar de tener peores condiciones de vida que yo. Se llamaba Mark, tenía doce años cuando lo conocí, y diez y siete cuando lo vi por última vez. Cada año lo volvía diferente, siempre había un problema más o algo en su cuerpo había cambiado por  completo. Lo conocí cuando yo tenía once años, llegue a emergencias esa noche, mi mente giraba, era más verde como la pared que trigueña. Gracias a dios detectaron mi cáncer con tiempo. Pero esa noche ahí estaba el, sentado en una camilla, me pareció muy guapo desde el primer instante en que nuestros ojos se cruzaron. Mientras mi mama hablaba con la enfermera afuera, yo estuve acostada, mirándolo y luego mirando el techo. No sabía que sucedía conmigo, solo sabía que  me sentía a morir. No llore porque él estaba ahí, a dos camillas de la mía. Sabía que me observaba aunque lo disimulaba muy bien. Entraron mi mama y varias enfermeras y un doctor,  después de un rato sacaron mi camilla y me llevaban a otro lugar. Deje a ese muchacho solo en ese espantoso cuarto, solo, y seguramente con dolor en alguna parte. Desperté el día siguiente en un cuarto, había dos camas más  pero al parecer solo yo ocupaba y llenaba aquella gran habitación. Me di cuenta que mi mama y mi papa estaban dormidos, me sorprendió ver a papa faltar al trabajo. No estoy muy segura, pero anoche tuve uno de los mejores sueños más reales que he tenido en mi vida. Soñé con el muchacho de la sala de emergencia. Vi su hermoso pelo, dorado que caía sobre sus orejas, sus perfectos ojos, que no se distinguían si eran grises o verdes. Tenía una camiseta roja, parecía el tipo de adolescente que se intoxica con algo y termina aquí. Definitivamente desearía poder volverlo a ver por lo menos un instante, para poder recordar mejor esa mirada y su hermosa sonrisa.  No hice ruido y me levante buscando un baño, estaba bien, solo algo cansada, y molesta por esa horrenda bata que llevaba puesta, ya que no tenía nada abajo. Hice ruido al levantarme ya que presione uno de los botones que levanta la camilla. Mi padre Augusto, se levantó en un abrir y cerrar de ojos del sofá donde dormía para ir en mi auxilio. –Papa estoy bien-,-No te creo, a dónde vas?-,-solo busco un baño, necesito ir ahorita-. La cara de papa estaba muy diferente, hoy no tenía esa mirada de las mañanas que me decían que todo estaba bien, que la economía estaba por las nubes, o que sasha mi perrita no le causaba alergia cuando todos sabíamos que sí. Me detuve a observarlo, sabía que algo le ocurría,  tal vez fue despedido, o tuvo una seria pelea con mi madre, algo que creo lógico, ya que Paty se pone muy insolente cuando tiene discusiones con papa. –qué ocurre?- le pregunte, tocándole la cara muy delicadamente, tratando de leer su mente o entenderlo-cariño, hay cosas de las cuales tenemos que hablar- al decir esto mi padre, supe que no era nada bueno, porque en ese mismo instante se puso a llorar, por un motivo yo hice lo mismo con él. Mi madre se despertó por el ruido.-Mary, el cáncer no te va a matar, te juro que te van a curar, te lo prometo hija pero por favor no llores-. Mi padre la observo fijamente a los ojos. Fue un golpe muy duro el que recibí, darme cuenta que tenía cáncer y de esta manera. Simplemente, busque la puerta y Salí corriendo, lo más rápido posible, segundos después me di la vuelta y vi que ya no sabía en qué parte del hospital me encontraba. –Mary!-se escuchaba en el fondo. Era mi mama que locamente me buscaba. Me imagino lo mal que se ha de sentir en este momento, pero no lo puedo creer aun, pero tengo cáncer…logre salir de esa situación, ya no estaba corriendo por los pasillos, estaba en un cuarto. –Hola- me di la vuelta y lo vi a él, creí no volver a ver esos ojos, pero si.-hola-creo que nunca estuve tan nerviosa en mi vida. Busque la forma en que la camilla cubriera mi bata, estaba descalza y muy despeinada, pero aun ocupaba ir a un baño. Al fondo vi una puerta, había un baño,-Perdón, pero me puedes prestar tu baño-, él se rio enseguida-si no hay problema, además no es mío es del hospital-. Fui caminando muy rápido, y me encerré, luego, me lave las manos, me enjuague la boca, lave mi cara, y Salí.-me llamo Mary- extendí mi mano hacia la suya.-un gusto Mary, soy Gabriel-. Nombre perfecto para un ángel, el cual él se parecía mucho. Sentía mi corazón palpitando mucho, en un instante sentía que me desmayaba y era enserio, no era por las mariposas ni nada por el estilo, realmente me sentía mal. Gabriel tomo mi mano, me ayudo a sentarme y enseguida llamo a una enfermera. Al rato todos estaban en la habitación, incluso mis papas. –Mary!!—mama estoy bien-.la enfermera me acostó en la camilla de Gabriel, y me tomo la presión, al segundo llego otra enfermera a sacarme sangre. Papa me tomo de la cintura, y me guiaban para ir a mi habitación. Estoy en este momento entrando en un túnel donde sentía que nunca llegaría a casa, pensaba en todas las cosas que hice antes por diversión, pero ahora vivo una pesadilla, que espero que sea simplemente eso, y despertar termine con ella. No pude decirle adiós a Gabriel, pero ya sabia que su numero era treinta y seis, y la mia era la sesenta y dos. Había un brillo que trataba de iluminar mi vida, mi cerebro, había tanta oscuridad, tanta tristeza oculta, cuando la gente que yo amo se de cuente de lo que tengo y en lo que me convertiré tendre miedo de su miedo. He visto tantas películas de esas en las que alguien tiene cáncer o una enfermedad terminal, tengo miedo de no querer luchar por mi vida, miedo a no querer salir de esa comodidad en mi mente y querer rendirme. Tengo solo pocos momentos en mi vida, que valen la pena ser contados. Qué tal si no lleguen mas momentos asi y muera sin haber vivido mi vida. He viajado mucho para que termine asi. Mi mente viaja por lugares muy profundos de mi alma, siento eterna la llegada  a mi habitación. Solo escucho bulla de afuera, tanta que no se en cual enfocarme. Mis papas respetan mi silencio, saben que quiero aclarar mejor las cosas pero que tal si no quiero saberlo y seguir así, viajando por la vida solo por viajar sin rumbo, porque la verdad asi me siento. –mary quieres desayunar, el doctor dice que no tienes dieta-. –Si mam, -dije para romper el silencio de aquella blanca habitación. Tengo una terraza, con hermosas flores, no tengo nada que perder ni ganar ahora, solo disfrutar de su belleza y el canto de los pájaros, es hermosa; la única que no me altera, la única que no se siente como bulla. –pero, creo que todos necesitamos una ducha—si, papa, pero no tengo ropa-.Mama ira a la casa y yo a comprar el desayuno, y tu te quedaras aqui con la enfermera mientra te terminan de revisar-. No  soportaba la idea de que tuvieran que sacarme sangre o que alguien estuviera tan cerca de mi, como esta enfermera. Mis papas salieron de la habitacion, y tuve el descaro de preguntarle en el oído a una de las enfermeras, de quien era Gabriel.-te gusta verdad?-,-no!, simplemente tengo curiosidad-.y ahí empezó la historia mas fasinante e interesante que había escuchacho antes.- Se llama Gabriel Cole y tiene doce años, su mama, no sabemos nada de ella. Vino hace seis meses y desde entonces vive aquí, su papa es Señor Cole,no pudo soportar verlo enfermo entonces pago para que viviera aquí, y se fue. Viene a visitarlo una vez a la semana pero tiene dos semanas sin venir.es un buen muchacho, no le vendría mal una amiga, ahora que no tiene a nadie-.no  puedo creer que su familia lo haya abandonado. No me imagino vivir sin mi mama o sin mi papa, seria horrible.-Bueno he terminado contigo, el doctor Collins vendrá en un rato, descansa-. Salieron por la puerta dejándome sola.
I

Temblaban las manos, sudorosas a la temperatura,
se quebraban las piernas del suspense
mientras te veía caminar hacia mí.

Me detengo con el tiempo sin asegurar mi aliento
y me ahogo en el desasosiego de la espera,
los pasos cada vez más lentos,
siento las gotas de mis manos caer,
mis músculos titilar impacientes a tu llegada.

El verde hacia énfasis ese día,
lubricando mi pupila agitada.
El jardín de concreto nos presentó
de forma súbita,
y ahí, en ese lugar, te vi;
destruyendo cada partícula de temor
y volviéndome el alma y el color.

II

Las curvas que tomamos fueron insignificantes
comparadas a tu silueta esplendorosa.
Era inconsciente de todo lo que me rodeaba
pero tu presencia - aunque no tangible-
ya la reconocía y me sentía en curiosa paz.

Éramos niñas exaltadas en el momento,
turbadas por las miradas, los roces inocentes,
las risas nerviosas y los besos en el cuello.
Esperando, como nos es costumbre,
el instante previo.

Ese con el que tanto jugamos y evadimos
buscando ser perfecto,
pero la perfección no existe si no es de tus labios
que buscaron los míos sin importar el lance
y se adentraron en la ternura
haciendo paréntesis entre lugar,
dejándonos libres de los sentidos,
esos que nos distraen de nuestra causa.

III

Tu mirada entra en mí
como torrente de río bravo,
golpeándome con tus emociones
y haciendo las mía paralelas a las tuyas.

No hubo descanso alguno de mis ojos
desde ese instante, diligentes ante ti,
esperando cada movimiento, cada facción
de tu cara dulce.

Son anestesia tus manos sobre las mías,
tan suaves y delicadas,
fuertes y femeninas
que me tomaban como suya.

Cada palabra saliente de tu boca
eran milagros hechos de diosa,
retronando en mi cabeza
expandiéndola y haciéndome entender
la vida entre oraciones.

IV

Nunca presté atención a nada,
no recuerdo ningún rostro,
ni las palabras dichas esa noche.

Pasaba los minutos luchando,
esforzándome por mirar otra cosa
que no fuera tuya,
estar atenta, estar dócil,
calmando mi deseo mientras se acercaba el momento.
Estaba hipnotizada bajo tu aura,
tu presencia sobresaliente ante todo.

Tu mano siempre tomando la mía,
mi mano que se escapaba a tu pierna,
las personas hablando,
y yo escuchando nada.
"Vamos, vamos", pensaba repetidas veces,
intentando mantener mi compostura.
"Vamos, vamos", me dijiste o lo creí.

V

Desaparece la espera que me agota,
el cansancio que cerraba mis ojos por inercia,
para abrirse en su totalidad
admirando la belleza que expones.

Mientras bajan tus prendas,
subo a la búsqueda nerviosa de tus senos
que se encuentran primero con mi boca
y tus manos descubriendo mi espalda.

Ya había estado ahí,
presagio divino de la prórroga
que me hizo conocer tu olor,
tu sabor, tu esencia antes del acercamiento.

¡Qué desasosiego glorioso!
encontrarme entre tus piernas,
suicidio impetuoso de mi cuerpo
acabando en los mares de tus ganas.

VI

Se hacen las caricias infinitas en la noche
y se dejan entrar las luces
logrando iluminar la figura de tu cuerpo
sobre mío titilando.

Siento de nuevo las gotas de mis manos caer,
mis dedos se inundan en la complejidad de tu mares                                                           y puedo  sentir tu fuerza desintegrarse
perder tu mirada al vació,
oír tus sonatas acoplarse
mientras suenan venideros tus te amo
con los míos, se unen
dejándome incapaz de respirar
anegándome en suspiros.

Qué delicado tu pecho latiendo,                                                                                 el olor de tu cabello denso,                        
tus labios rojos cargados de los míos.                
El camino asomó tu esplendor                                  
y el azul cielo, me compensa…

VII

… Sin embargo pienso que tu rostro
-con todas sus expresiones- es más solemne
que las montañas que te rodean.
Que son más cálidas las paredes de tu interior
a la lava ardiente.

Invencible te miro un segundo
y al siguiente, débil,
tus ojos cerrados hacen juego con tu desnudez
y tus labios enaltecen los míos.

El largo de tus piernas son la ruptura del tiempo
dejando cicatrices desobedientes
y marcando un canon en mis quimeras.
Sigo la teoría de los mares;
arropan nuestras tierras
y me dispongo a imitarlos
arropando tus males.

VIII

Soy partidaria de la soledad,
de los espacios y del silencio
pero soy entusiasta de tu compañía,
de tus sonrisas suaves,
las conversaciones ajenas a lo serio
y las que se tornan formales.

Todas con el mismo fin;
marcar tus mejillas de sonrisas concluyentes.
Así se reducen los minutos
y volvemos a esperar,
esta vez a que termine
para seguir tenaces en la misma acción,
aguardar al momento del encuentro.

Reincidir en la ventura, que con él,
siempre nos alivia.

IX

Es fácil admirar tus gustos de erudita
y tan difícil dejarte ir.
Fácil la atracción de nuestras peculiaridades
y tan difícil soltarte.

Tan fácil aprender de ti y callarme
y tan difícil la espera.
Son verdaderos los momentos
y mentira el tiempo.

Reconstruyo los lugares
y te pierdes en sus caudales.
Tanto me lleve de ti
y tanto de mí se quedó contigo.

Recupero alientos mientras me alejo
y ya las montañas tan pequeñas se ven,
como hormigas claras y cómplices.

X

Hubo una vez un muro separando a los amantes,
desgarrándoles la cercanía pero nunca el deseo.
Estuvo y era tan frío que hería los pulmones,
esos con los que respiraban el aire del querido
y que ahogaban de desesperanza a aquél que esperaba.

Hubo una vez media república, separando nuestros cuerpos
pero no nuestras ideas.
Castigos de caminos largos por el llano o las favelas
que nacieron equívocos, erróneos
pero que no desune nuestra esencia.

Miles de infortunios puede haber
a lo largo de la existencia,
severos climas que acrecienten el temor
pero ninguno calcinará nuestro credo.

El concreto cae para convertirse en trenes
que nos adentran a la longevidad.
No importa el medio,
el encuentro es certero y perenne,
y los amantes eternos.
Poema Code Switching
By Aylin Soto-Aleman, Mercedes Caballero, Jesus Martinez, Marta Silva, Alex Alejandre
16.4.15

El final de una etapa
The end,
The beginning of a new journey
un camino
A un mundo extranjero
Un deseo, un sueño
A dream
Haciendo mi propio path
un camino
rostros nuevos , new failures
historias nuevas , new experiences
a sequel to my story, con hojas rotas
y mojadas    


INMIGRACION

La memoria es un salto
entre continentes
crossing invisible borders
swimming in the rios
corriendo debajo del sol

La memoria es los abuelitos
ancestors cooking arroz y frijoles,
flan, driving through for hamburgers,
popcorn, sipping on horchata
Basilica
No todo lo que brilla es oro
not all rainbows and butterflies,
Clarita y sus cien años
Ruben y sus Tacos del Camino Real
El rancho
Midnight movies
Quiero a quien me quiera
It’s been a long day, without you my friend
Mexicanos al grito de guerra
Oh, say can you see by the dawn’s early light
Tepechitlan, Jerecuaro, Guanajuato
Long Beach, Argentine, KCK,
Chihuahua,
A Distance Between Us
El puente, the bridge.
Three Little Pigs en casa, at home,
don't step out marranitos,
la llorona te va a llevar

Memory is a leap
between continents
Cruzando fronteras invisibles,
Nadando en los rivers
Running under the sun

Born in different places
Pero las mismas intenciones
This was created by my spanish class and I.
Vianny Sujo May 2016
Te he comparado con un golpe de suerte porque llegas sin avisar y eres una bonita casualidad; con la goma de mascar en un salón de clase porque te mantengo en secreto y te quiero en silencio. He llamado a tus manos una cornisa porque me aferro a ellas para no caer al acantilado; a tus labios les he dicho océano porque me provocas unas ganas inmensas de ahogarme.

Te llamo arte porque aún no te conozco del todo y cuando creo conocerte te encuentro más gamas de colores, porque siempre tendrás algo nuevo que enseñarme.  Voy a empezar a decir que eres mi mar muerto porque evitas que me ahogue y sé que nunca me hundiré cuando estoy contigo.

He hablado del color de tus ojos refiriendo al color de la tierra donde quiero echar raíces y yo ya he comparado al amor con las jacarandas porque haces que todos mis cimientos se estremezcan y que mi primavera quiera pintarse de colores bonitos. Soy alérgica a las flores pero podría aguantar este jardín tan bonito que estás haciendo crecer en mis pulmones y todas estas mariposas caníbales que me revolotean en el estomago.

Terminaré por compararte con la ciencia ficción y con la magia porque aún no me puedo creer que seas real; y sí, la magia existe, pero tú no puedes verla porque nunca te has visto los ojos brillar cuando hablas de algo que te gusta, ni reír a carcajadas hasta que sólo quede silencio y lagrimas de alegría en tus mejillas.

Me estoy proclamando funambulista porque estoy haciendo equilibrio en tus cuerdas vocales y en tu mirada que siempre tiende al infinito, pero ya no tengo miedo de caer porque me has enseñado que tengo unas alas muy grandes.

Verte es como desayunar jugo de naranja, la mejor forma de empezar el día, un agridulce "Te quiero". Eres esa cucharada de más en el café que nadie se atreve a pedir, pero que espera recibir. Eres esa canción que nunca salto en aleatorio y tengo que escuchar dos veces porque la primera no podía parar de sonreír. Eres la piedra más bonita con la que quise tropezar.

No sé si tengo una arritmia en el corazón o sólo es que ahora es más locomotora y menos órgano, corazón coraza, corazón correcaminos... Ojalá tú sepas escucharlo porque cuando estás cerca me grita en los oídos pero no es mi idioma, es el tuyo.

Ojalá ahora puedan entender que cuando hablo de ti hablo de esa mañana de sábado cuando puedes respirar y dejar la mente en blanco durante el desayuno; de esa canción de La Habitación Roja que suena cuando voy camino a casa y el trafico me hace pensar que estoy en el mundo ideal. Hablo de los días lluviosos y grises, de los libros de poesía, de los lapices de colores.

Ojalá algún día me entiendan que cuando hablo de ti sólo quiero hablar de ti y de lo bonito que es que te saquen una sonrisa cuando lo único que quieres hacer es llorar.
Ete Sep 2011
El sufrimiento existe porque existen las mentiras.

Donde existen las mentiras?
En tu mente.

Las mentiras solo pueden existir en la mente,
porque todo lo que no existe en la mente,
es verdad.

La mente es futuro y pasado.

Cuando no hay mente,
solamente hay,
el presente.

El presente ES la realidad.

La gente no vive en la realidad,
porque la gente vive,
en la mente.

La mente es una realidad virtual.
Porque el trabajo de la mente es darte una realidad virtual.
Esa es nuestra arma.

El ser humano con la ayuda de la mente tiene la capacidad de hacer cosas que el resto de la naturaleza no puede hacer.

Pero,
la gente humana es esclava de la mente.

La gente humana no vive en el presente.
Porque sus mentes estan tan ocupadas,
TAN ocupadas...

A todo minuto esta esa voz de la mente diciendote: Que tienes que hacer --- que se te a olvidado---que tienes por terminar.

La mente no te deja vivir en el presente.

La mente a tomado control de ti,
y,
si tu no empiezas a tomar control de tu mente,
a medida de que vas creciendo,
a medida de que tus anos van pasando,
sera mas difícil de tomar control.

No todo el mundo va a lograr obtener su libertad.
Porque hay gente que ya a puesto tanta fe en sus creencias que han acumulado tanto miedo.

Piensan y creen tantas mentiras que le tienen miedo a sus propias mentiras.

Ellos creen en algo y creen que para que ellos sean felices,
para que ellos llegen a vivir en paz,
sea durante vida o despues de vida,
tienen que seguir luchando en el nombre de sus creencias.

Lo que la gente no sabe,
es que la mente vive en el pasado y en el futuro.

La mente siempre hablara de algo que tiene que pasar--- de algo que a pasado--- de algo que pasara.

Pero la mente no habla de el presente, de este momento.
NO PUEDE.

Entonces,
la gente vive su vida esperando...
ESPERANDO.

La gente espera a que ese momento de alegria eterna les llegue.

Pero,
como estan tan atrapados en su mente,
como estan tan poseados por su mente,
por sus creencias,
totalmente rechasan el presente.

Creen que vivir en el presente es una perdida de tiempo.
Creen que tienen que a toda hora estar haciendo algo.

El hacer nada para ellos, para la mente, significa : perdida de tiempo.

Entonces,
que hacen?
Siempre estan haciendo algo.
Siempre estan enfocados en obtener,
en ganar,
en LLEGAR.

Quieren llegar a la felicidad.
Quieren llegar a la paz,
a el amor,
a la verdad,
Pero estan siendo totalmente manipulados por la mentira de que la felicidad la van a obtener en algun futuro.

Totalmente separados de este momento,
de el presente.

Totalmente pre-ocupados.

La felicidad,
la paz,
el amor,
la verdad,
alegria,
SOLO se pueden experimentar en este momento.

Y este momento se vive totalmente cuando la mente esta en silencio.

Porque,
cuando la mente esta hablando,
te esta hablando o de el pasado o de el futuro,
NO de este momento.

Entonces,
para poder ser feliz,
alegre,
lleno de vida,
en paz,
lleno de amor,
la gente tiene que aprender a poner, mantener, la mente en silencio.

Y la unica forma de que la mente llege a su estado de silencio es :  OBSERVARLA .
Anyelo Montero Jun 2014
Si éste intento de poema tuviese un nombre, debería ser el tuyo, pero por cobardía dejaré el anonimato. Después de todo...Siempre fuimos fanáticos del misterio.

Habían pasado tantos días. Tantas horas, tantos inviernos. Inviernos fríos que quemaban como infiernos.
Incendios. Incendios de nieve, supongo.

Nos vimos ese día luego de tanto tiempo. Tanto deseo acumulado ya nos estaba haciendo daño. Ja... ni siquiera nos dimos un abrazo, saltamos directo a los besos. Tengo que decirte; mis latidos estaban muy acelerados.

Lancé mis dados. No me importó el presente o los presentes que en las ventanas estaban asomados.

Y me mirabas a los ojos, y en los tuyos veía que eres mi principal demonio carnal. Pero a la final, si Dios existe sabe que tú no quieres ser ningún ángel.

Nos besamos en ese banco como si nos quisiéramos chupar el alma... Querida, tus besos sabían más exquisitos de lo usual a causa de la ***** barata. Y me arrebatabas el aliento.Y tus senos me me observaban detrás de tu escote; o quizás yo los observaba a ellos, pero no nos importaba.

Estabas tan errática. Tan radical que me era difícil seguirte el paso.

Ibas lanzando ***** sobre el piso y dulces gemidos a mis oídos. No te mentiré, me sentía cohibido. Renuncié a mi actitud bohemia y despreocupada de vaquero y me sentí cohibido. Pero lo que me crecía en el pantalón era muy real como para haberlo fingido. Sabes lo difícil que se me hace ignorar mis animales instintos.

Y no queríamos despedirnos. De irracionalidad pasamos a tecnicismos. Al: "No te vayas, quédate un rato más. Te haré café para que la ***** te deje de afectar". Y después los besos eran besos de tiernos adolescentes que se profesan amor eterno. Amor eterno que nunca fue correcto al momento.

Es triste como acabo todo, ¿no, querida? Es triste que ahora me odies y me hayas sacado de tu vida. Pero si lees esto... por favor, recuérdame.

Recuérdame tan imperfecto como soy.
Recuérdame en tu escote; bajando mis manos por tu espalda y llegando a tus nalgas.
Recuérdame escuchando esa canción que es mi canción favorita, y que escuchas solo por esa razón.
Como sea que quieras, pero recuérdame.

Yo siempre te recuerdo. Porque fuiste, eres y serás la autodestrucción que aún necesito.
Josias Barrios Jul 2012
Me dejaste esperando, deseando oir tu voz diciendome que hibas en camino para darte el masaje que te habia prometido, pero no fue asi, pase la noche creando fantasias en las cuales tu eras el centro de mi atencion.
Pero la espera valio la pena, la siguiente noche cuando llegaste pense que seria otra de esas noches en las cuales conversasiones, puntos de vista y besos serian intercambiados. No te miento yo queria mas que besos lo unico que no sabia era si tu querias lo mismo y si estabas lista para dejarme explorar tu cuerpo. Realmente no imagine cuan intensa nuestra atraccion era, al momento de ese primer beso esa noche yo necesitaba estar dentro de ti, que me sintieras en mi plenitud para satisfacer tus deseos de un hombre.
Te tome por la cintura y acerque tu cuerpo al mio, movi tu cabello al lado para poder morder tu cuello mientras deslizaba mis manos sobre tu firmes y esplendidas caderas. Todavia jalandote mas cerca a mi mientras mordia tu cuello, desabrochaste tu cinturon y quitaste mi camisa. Nuestras manos tocando y explorandonos el uno al otro. Tus ojos se lanzaban de un lado a otro, tu respiracion se hizo mas profunda, fuertes y pequeños gemidos de placer escaparon tus labios mientras te quitabas tu falda  y caia al suelo. Alli en tu tanga y brazier me dijiste que estabas caliente, mojada, excitada y eras toda mia.
Me quite el resto de mi ropa para permitirte ver mi virilidad completa. Desabrochando tu brazier pude tener tus pechos encopados y ver tus pezones erectos y excitados esperando que los pusiera entre mis labios, succionarlos, trazarlos con mi lengua , jalarlos con mis dientes, retorcerlos y frotarlos con mis dedos. En tu oido te susurre…si, eres mia y haras todo lo que yo quiera. Me respondiste…Si!,Si!, lo hare, dimelo, llevame, tomame, Si!..mientras molias tus caderas mas duro y fuerte. Hazme el amor..largo y fuerte.." soy tuya, por cuanto tu quieras, te necesito ahora.
Te acoste en tu espalda, desplegue tus piernas y las puse sobre mis hombros para poder sumergir mi boca de pezcado en tu mar de dulzuras, despues puse mis manos en tus pechos mientras mis caderas clavaban mi instrumento dentro de ti, martillandote, perforandote ,cojiendote tu mojada, resbalosa, ****** rosa...haciendo sonidos de placer contraendose alrededor de mi cumplesueños, cerraste tus piernas, temblaban y me rogaste que explotara junto a ti.
Despues que los dos llegamos al ******, me acomode atras de ti, movi tu tanga hacia el lado lo suficiente para dejar que mi amigo endurezido cupiera entre la rajita de tus nalgas, mis manos en tu estomago, tu trasero moliendose dentro de mi pelvis...mis manos se deslizaban por tu cuerpo . Mas gemidos de placer salieron de tu boca mientras viravas  tu cabeza y me miraste sonriendo.
Desde temprano había menudeado las llamadas de
felicitación. Para el ex torturador (todavía no se
sentía cómodo con esa partícula: ex) ya no
había peligro. La tan cuestionada ley de amnistía ahora
tenía el aval del voto popular. A las felicitaciones él
había respondido con risas, con murmullos de aprobación,
con entusiasmo, sin escrúpulos. Sin embargo no se sentía
eufórico. Desayunó a solas, como siempre. A pesar de sus
cuarenta, se mantenía soltero. Estaba Eugenia, claro, pero en
una zona siempre provisional. Recogió los diarios que
habían deslizado bajo la puerta, pero se salteó
precisamente aquellas páginas, aparatosamente tituladas, que
analizaban la ahora confirmada amnistía. Sólo se detuvo
en Internacionales y en Deportes. Luego se dedicó a regar las
plantas y el césped del fondo. La recomendación oficial
decía que, hasta nuevo aviso, era imprescindible ahorrar agua
corriente y prohibía especialmente el riego de jardines. Pero
él gozaba de amnistía. Todo le estaba permitido. Si le
habían perdonado torturas, violaciones y muertes, no lo iban a
condenar por un gasto excesivo de agua. Democracia es democracia. El
agua salía con fuerza tal que algunos tallitos, los más
débiles, se inclinaban e incluso hubo uno que se quebró.
Lo apartó con el pie. Así estuvo dos horas. Regaba y
volvía a regar, dos o tres veces las mismas plantas, que ya no
agradecían la lluvia. Cuando sintió en los pies el
frío de las zapatillas húmedas, cerró por fin la
canilla, entró en la casa y se vistió informalmente para
ir al supermercado. Una vez allí, hizo un buen surtido de
bebidas y comestibles hasta llenar prácticamente el carrito y se
puso en la cola de la Caja. Un signo de igualdad y fraternidad,
pensó: aunque estaba amnistiado, de todos modos se resignaba a
hacer la cola. De pronto sintió que una mano fuerte le tomaba el
brazo y experimentó una corriente eléctrica. ¿Como
una picana? No. Simplemente una corriente eléctrica. Se dio
vuelta con rapidez y con cierta violencia y se encontró con un
vecino de rostro amable, un poco sorprendido por la reacción que
había provocado. Disculpe, dijo el señor, sólo
quería avisarle que se le cayó la billetera. Él
sintió que las mejillas le ardían. Emitió un breve
tartamudeo de excusas y agradecimiento y recogió la billetera.
Precisamente en ese momento había llegado su turno, así
que fue colocando sus compras frente a la cajera, pagó, y
metió todo en la bolsa que había traído a esos
efectos. Cuando abandonaba el supermercado, oyó que alguien le
decía, al pasar, enhorabuena, nadie hizo comentario alguno pero
él comprobó que uno de los clientes, un bancario que
pasaba a diario frente a su casa haciendo jogging, levantaba
inequívocamente las cejas. Pensó en los perros de caza,
cuando, al detectar la proximidad de la presa, levantan las orejas.
¿Él sería la presa? Boludeces, muchacho,
boludeces. Estoy amnistiado. Un hombre sin deudas con la sociedad. Todo
lo hice por obediencia debida (con alguna yapa, como es natural), mi
conciencia y yo estamos en paz. Ya en la casa, fue vaciando la bolsa,
metió en la heladera lo que correspondía, y lo
demás en la despensita, sin mayor orden. Mañana, cuando
viniera Antonia a hacer la limpieza, sabría a qué estante
pertenecía cada cosa. Encendió la radio pero sólo
había rock, así que la apagó y se quedó un
buen rato contemplando el techo y sus crecientes manchas de humedad.
Llamar al constructor, anotó mentalmente. Después fue al
dormitorio, se desnudó, se duchó, se vistió de
nuevo pero con ropa de salir, fue al garaje, encendió el motor
del Peugeot, pensó hacer todo el camino por la Rambla pero mejor
no, siempre es más seguro por Bulevar España y Maldonado.
Qué tontería. ¿Más seguro? Vamos, vamos, si
estoy amnistiado. Y rumbeó hacia la Rambla. No había
muchos coches. A la altura del puertito del Buceo, lo pasó un
Mercedes, que de pronto frenó. El conductor le hizo señas
para que se detuviera. Él vaciló. Sólo por una
décima de segundo. El corazón le golpeaba con fuerza. La
Rambla jamás es segura. Fue sólo un instante, pero en ese
destello calculó que, si bien había suficiente distancia
como para esquivar al otro coche y huir, el motor del otro era mucho
más potente y le daría alcance sin problemas. De modo que
se resignó y frenó junto al Mercedes. El otro
asomó una cara sonriente. Lleva la valija abierta, amigo,
¿no se había dado cuenta? No, no se había dado
cuenta, así que dijo gracias, ha sido muy amable, y se
bajó para cerrar la valija. Sin embargo, la valija no estaba
abierta. Todo él se llenó de sospecha y
prevención, pero el Mercedes ya había arrancado y se
había perdido tras la curva. Miró hacia atrás,
hacia el costado, hacia adelante. No había otros coches a la
vista. ¿Podría ser que la valija se cerrara sola?
¿Por qué no? Boludeces, muchacho, boludeces. Pero cuando
volvió a empuñar el volante, dejó abierta la
gaveta donde estaba el revólver y por supuesto no siguió
por la Rambla. Cuando llegó al Centro, y a pesar de que en esa
cuadra había dos sitios libres, no se arriesgó a dejar el
coche en la calle y lo llevó a una playa de estacionamiento.
Recordó que debía comprarse una camisa. Entró en
una tienda y le dijo al vendedor que la quería blanca, de mangas
largas, para vestir. ¿Es para usted? Sí, es para
mí. ¿La quiere con el cuello flojo o más bien
apretado? ¿Cómo apretado, qué quiere decir con
eso? Oh, no lo tome a mal, me parece bien que lo quiera flojo, hoy en
día nadie usa una camisa que lo estrangule. Hoy en día.
Naturalmente. Hoy en día nadie. Estoy amnistiado. Nadie quiere
que lo estrangulen. Ya no se usa. Se llevó la camisa blanca,
para vestir, de mangas largas, y de cuello flojo (39 en vez de 38, que
era su número). Le pareció carísima, pero no
quería llamar la atención, así que pagó con
un gesto de soberbia y a la vez de despreocupación por el
dinero, y empezó a caminar por Dieciocho. Desde un auto,
detenido porque el semáforo estaba en rojo, un desconocido le
gritó: felicidades. ¿Quién será? Por las
dudas saludó con la mano y entonces el otro le mostró la
lengua. Su intención fue acercarse, pero el semáforo se
había puesto verde y el auto arrancó con estruendo, entre
las risotadas de sus ocupantes. Guarangos, sólo eso, se dijo.
Pero por qué lo de felicidades. ¿Por la amnistía?
¿O simplemente había sido una palabra amable, destinada a
servir de contraste con el gesto ofensivo que la iba a seguir? Vaya,
después de todo no era la primera lengua que veía, por
cierto había visto otras, más dramáticas que la de
ese idiota. Cosas del pasado. Abur. Por orden del presidente, la buena
gente había cerrado los ojos de la nuca. Ahora ya no iban a
escribir verdugos a la cárcel, verdad y justicia, y otras
sandeces. Ahora habían aprendido a decir: se le cayó la
billetera, enhorabuena, amigo lleva la valija abierta, felicidades.
Almorzó solo, en un restaurante donde nadie lo conocía.
Sin embargo, cuando estaba en el churrasco a la pimienta, vio que desde
otra mesa alguien lo saludaba, pero estaba tan lejos que su
miopía no le permitió distinguir quién era. Al
rato vino el mozo con una tarjetita. El nombre era del corresponsal de
una agencia internacional, y había unas líneas
recién escritas: Tengo sumo interés en hacerle una
entrevista. Sobre la amnistía, ya se lo habrá imaginado.
Le pidió al mozo que le dijera a ese señor que muchas
gracias, pero que no era posible. Ya no pudo seguir comiendo a gusto.
Al concluir no pidió café sino un té de boldo,
pero ni así. Salió rápidamente, sin mirar al
corresponsal, que se quedó en el fondo, haciendo señas en
vano. Iría a lo de Eugenia, era la hora. Ella le había
telefoneado bien temprano para decirle que lo esperaba con
champán. Un alivio. Por lo menos aquel apartamento, que
él había financiado, era tierra conocida y no devastada.
Eugenia estaba vestida poco menos que para una fiesta. Estarás
tranquilo ahora, me imagino, fue la bienvenida. Sí, bastante.
Pero no lo estaba y ella lo advirtió. No seas estúpido,
mi amor, ese asunto se acabó, ya lo dijo el presidente, ahora
hay que mirar hacia adelante. En una ocasión como ésta, y
tras el brindis de rigor (por la democracia, dijo Eugenia, y
soltó una carcajada), estaba más que cantado que
irían a la cama. Y fueron. Durante todo el trámite,
él estuvo con la cabeza en otra parte, pero así y todo
pudo cumplir como un buen soldado. En un momento, ella había
apretado su abrazo de forma exagerada y él sintió que se
asfixiaba. Por un momento tuvo pánico, casi se mareó.
¿Será el abrazo, o el anís tendría algo?
¿Será posible? ¿Nada menos que Eugenia?
Afortunadamente, todo pasó, Eugenia había aflojado el
abrazo, dijo que había estado regio, él pudo respirar
normalmente, y ella empezó a besarlo, como lo hacía
siempre en la etapa post coitum, de abajo hasta arriba. De pronto
él anunció que se iba. ¿Ya? Esta noche tengo una
reunión y quiero estar despejado, quiero dormir un poco.
¿Es por la amnistía? No, dijo él, receloso, es por
otra cosa. ¿Y dónde es? Él la miró,
desconfiado. A esta altura del partido, no iba a caer en trampa tan
ingenua. También podía suceder que, precisamente por ser
tan ingenua, no fuese trampa. Todavía no lo sé, me
avisarán esta tarde. Nublado está mi cielo, dijo ella,
sí, es mejor que te vayas, a ver si mañana estás
menos tenso. Estoy cansado, sólo eso. Bajó a la calle,
caminó unas cuadras hasta donde había dejado el auto y
antes de arrancar lo examinó con cuidado. Esta vez no
tomó por la Rambla, entre otras cosas porque soplaba un viento
que auguraba tormenta. Trató de ir esquivando (antigua
precaución) las esquinas con semáforos, que obligaban
siempre a detenerse y de hecho convertirse en blanco fijo. Cuando
llegó a casa, notó con asombro que la luz de la cocina
estaba encendida. ¿Y eso? ¿La habré encendido yo
mismo hoy temprano, y luego, cuando me fui, como era de día, no
me di cuenta? Vaya, todo estaba en orden. Quería descansar.
Abrió la cama, se quitó la ropa (siempre dormía
desnudo) y tomó un somnífero suave, suficiente para
descansar unas horas. Por supuesto, no tenía ninguna
reunión esta noche. Experimentó un cosquilleo de
satisfacción cuando advirtió que sus ojos se iban
cerrando. Sólo cuando estuvo profundamente dormido,
comenzó a recorrer un corredor en tinieblas, una suerte de
túnel interminable, cuyas paredes eran sólo ojos, miles y
miles de ojos que lo miraban, sin ningún parpadeo. Y sin perdón.
17th May 2016
seré obediente
intentaré levantarme temprano
haré que mis tobillos no suenen en la madrugada
dejaré de fumar y dejaré el café
sólo para poder redimirme de esos ojos otra vez

apagaré las luces antes de salir de la casa
limpiaré la cocina después de cocinar
no me haré daño
sólo para poder sumergirme en esa sonrisa una y otra vez

dormiré temprano
no malgastaré mi tiempo ni mi dinero
seguiré haciendo yoga
sólo para poder continuar viéndote cada noche al dormir


*so please, don't leave
Venus May 2015
Estoy en esa etapa de la vida donde no sé para que rumbo voy, ni siquiera se en que rumbo estoy. Me siento perdida en el mundo, en mi mente. Es una nube que ha aparecido estos últimos meses, cegando por completo mis sueños y mis metas. Me siento vacía. Nada me hace feliz y nada me hace triste. Siento que me encuentro en un desierto tratando de buscar la salida, pero no veo nada. No veo esperanza. Me gustaría ver a alguien con sus brazos abiertos y con una sonrisa diciendome "Todo va estar bien Pamela". Me gustaría creerle. Siempre he dicho que no le tengo miedo a nada. La realidad es que me estoy muriendo de terror. El amor, el futuro, la vida, son cosas que temo. Encuentro tan interesante el amor y esos sentimientos que aparecen por una persona, pero tan dañino. Entregarle tu corazon a alguien y no ser correspondido me mata de miedo. Es por eso que me alejo. Siempre me alejo. Me alejo cuando tengo miedo. Me alejo cuando me acerco a alguien. Me alejo al futuro y a mis sueños. No puedo ni llorar. Tal vez mis lagrimas temen salir y dejar ver que soy humano, tal vez ya no tengo lagrimas, tal vez mis sentimientos se han ido con mi mente.
Hoy en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
Pierdo días haciendo nada
asomada en mi ventana.
Miro hacia el paraíso
el que no esta
pero mi mente ambiciona
buscándolo sin fe
se ve como ayer
y de seguro mañana como hoy.
Más entonces,
mi torpe inteligencia
dormida en un rincón.
Y al coño, ¿Para que soy? ¿Si para siempre algún día dejare de serlo?
¡Grito¡ Y a mi lado el demonio se agita.
Pasan las horas..
Después de ya mucho haber llovido y yo sin café, una dulce lámpara arde y no hay el porque entender de esta noche desagradable.

*COPYRIGHTs © 2016 ASHLEY FIERRO ALL RIGHTS RESERVED
Caen hojas de los árboles
como gotas del cielo
deshojando los árboles
¿Lo estará haciendo el viento?
o quién más lo hace, si no es alguien del cielo
o más bien será un poeta en sueño eterno
que va deshojando su libro
va escribiendo sus versos
con tinta de su pluma
cambia el estado y el tiempo
haciendo de su poema
cada día un día nuevo
ayudado por su palabra
pinta un crepúsculo en el cielo
regalando su magistral obra
a el mismísimo Dios que vive en el cielo
adornándole esta su casa
con esos poderosos versos
deja en la tierra sus hojas
¿o dejará más que eso?
deja una esposa, una vida
y una estela en su ascenso
sube por la escalera
mientras se va despidiendo
de su hija, de su vida
de las hojas en el suelo
que ayudará algún día
a que tu también llegues al cielo.
o es que existe un territorio
donde las sangres se mezclan(de una canción de Daniel Viglietti)

Ya van días y noche que pienso pobre flaco
y no puedo ni quiero apartar el recuerdo

no el subido al cajón a la tribuna
con su palabra de espiral velocisima
que blindaba los pregones del pueblo
o encendía el futuro con unas pocas brasas
ni el cruzado sin tregua que quería
salvar la sangre prójima aferrándose
a la justicia esa pobre lisiada

no es el rostro allá arriba el que concurre
mas bien el compañero del exilio
el cálido el silencio aquel buen parroquiano
del boliche de la calle maipú
fiel al churrasco y al budín de pan
rodeado de hijos hijas yernos nietos
ese flamante abuelo con cara de muchacho
hablando del paisito con la pasión ecuánime
sin olvidar heridas
y tampoco quedándose en el barro
siempre haciendo proyectos y eran viables
ya que su vocación de abrecaminos
lo llevaba a fundar optimismos atajos
cuando alguno se daba por maltrecho

y a pesar de la turbia mescolanza
que hay en el techo gris de la derrota
nadie consiguió que tildara de enemigos
a quienes bien o mal
radiantes o borrosos
faros o farolitos
eran pueblo
                      como él

y también comparece el vigilado
por esos tiras mansos con quienes conversaba
de cine libros y otras zancadillas
en el hotel o escala o nostalgia
de la calle corrientes

se que una vez el dueño que era amigo
lo reconvino porque había una cola
de cincuenta orientales nada menos
que venían con dudas, abandonos
harapos desempleos frustraciones conatos
pavores esperanzas cabalas utopías

y el escuchaba a todos
el ayudaba comprendía a todos
lo hacia cuerdamente y si algo prometía
lo iba a cumplir después con el mismo rigor
que si fuera contrato ante escribano público
no se puede agregar decia despacito
mas angustia a la angustia
no hay derecho

y trabaja siempre
noche y día
quizás para olvidar que la muerte miraba
de un solo manotazo espantaba sus miedos
como si fueran moscas o rumores
y pese a las calumnias las alarmas
su confianza era casi indestructible
llevaba la alegria siempre ilesa
de la gente que cumple con la gente

solo un imagen lo vencia
era la hija inerme
la hija en la tortura
durante quince insomnios la engañaron diciendole
que lo habian borrado en la Argentina
era un viejo proyecto por lo visto
entonces si pedia ayuda para
no caer en la desesperación
para no maldecir mas de la cuenta
ya van noches y días que pienso pobre flaco
un modo de decir pobres nosotros
que nos hemos quedado
sin su fraternidad sobre la tierra
no se me borra la sonrisa el gesto
de la ultima vez que lo vi junto a chicho
y no le dije adios sino cuidate
pero los dos sabiamos que no se iba a cuidar

por lo comun cuando cae un verdugo
un doctor en crueldad, un mitrione cualquiera
los canallas zalameros recuerdan
que deja tres cuatro
verduguitos en ciernes

ahora que problema este hombre legal
este hombre cabal acribillado
este muerto inmorible con las manos atadas
deja diez hijos tras de si
diez huellas
pienso en cecilia en chicho
en isabel margarita felipe
y los otros que siempre lo rodeaban
porque tambien a ellos inspiraba confianza
y que lindos gurises ojala
vayan poquito a poco entendiendo su duelo
resembrando a zelmar en sus diez surcos

puede que la tristeza me haga decir ahora
sin el aval de las computadoras
que era el mejor de nosotros
y era
pero nada me hará olvidar que fue
quien haciendo y rehaciendo
se purifico mas en el exilio

mañana apretaremos con los dientes
este gajo de asombro
este agrio absurdo gajo
y tragaremos
                       seguirá
la vida
pero hoy este horror es demasiado

que no profane el odio
a este bueno yacente este justo
que el odio quede fuera del recinto
donde estan los que quiso y que lo quieren
solo por esta noche
por esta pena apenas
para que nada tizne
esta vela de almas

pocos podran como él
caer tan generosamente
tan atrozmente ingenuos
tan limpiamente osados

mejor juntemos nuestras osadías
la generosidad mas generosa
y ademas instalemos con urgencia
fieles radares en la ingenuidad

convoquemos aquí a nuestros zelmares
esos que el mismo nos dejo en custodia
el que ayudo a cada uno en su combate
en su mas sola soledad
y hasta nos escucho los pobres sueños
                él
                que siempre salía
                de alguna pesadilla
y si tendia una mano era una mano
y si daba consuelo era un consuelo
y nunca un simulacro

convoquemos aquí a nuestros zelmares
en ellos no hay ceniza
ni muerte ni derrota ni tierno descalabro
nuestros zelmares siguen tan campantes
señeros renacidos
únicos y plurales
fieles y hospitalarios
convoquemos aquí a nuestros zelmares
y si aun asi fraternos
asi reunidos en un duro abrazo

en una limpia desesperación
cada uno de esos módicos zelmares
echa de menos a zelmar
                                          será
que el horror sigue siendo demasiado
y ya que nuestro muerte
como diria roque en plena vida
es un indócil
ya que es un difunto peliagudo
que no muere en nosotros
pero muere
que cada uno llore como pueda

a lo mejor entonces
nuestro zelmar
                           ese de cada uno
ese que el mismo nos dejo en custodio
a cada uno tendera una mano
y como en tantas otras
malas suertes y noches
nos sacara del pozo
desamortajara nuestra alegría
y empezara a blindarnos los pregones
a encender el futuro con unas pocas brasas
Poesía, ¿qué es poesía? poesía es más
que palabras, oraciones y rimas. Poesía es hablar con el corazón
en la mano, poesía es expresar los sentimientos al máximo,
hacer que la corriente de sentimientos se apodere de tu corazón,
haciendo que poco a poco tu pluma se mueva mas rápido y haga que
las palabras no sean palabras, sean sentimientos y hagan sentir a quien
las lee el sentimiento que transmites al papel; el papel que absorbe todo,
que gentilmente se presta como medio para bien o para mal, ése,
el que puedes borrar y borrar pero siempre dejarás una mancha. Pero
la poesía no está escrita en papel, está escrita en
el corazón de quien la escribe y de quien la lee, y deja huellas
en los corazones, tanto o más que en el papel, los corazones son
como una hoja de papel, se escriben historias y se dejan recuerdos, se
escriben promesas y se dejan angustias; se alimenta de palabras, haciéndolo
más grande cada vez que le dicen un te quiero, cada vez que le hacen
palpitar con fuerza. La poesía nace y crece de dos formas, cuando
estás muy feliz tan feliz que piensas que no estás en ese
momento, o cuando estás tan triste que quieres olvidar los amargos
recuerdos. Así lo logro, dejando que el suave papel se impregne
de sentimientos y causen un raro efecto en quien lo lee.. porque el papel
siempre será papel y los sentimientos siempre se harán poemas...
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
En el fondo del pecho estamos juntos,
en el cañaveral del pecho recorremos
un verano de tigres,
al acecho de un metro de piel fría,
al acecho de un ramo de inaccesible cutis,
con la boca olfateando sudor y venas verdes
nos encontramos en la húmeda sombra que deja caer besos.

Tú mi enemiga de tanto sueño roto de la misma manera
que erizadas plantas de vidrio, lo mismo que campanas
deshechas de manera amenazante, tanto como disparos
de hiedra negra en medio del perfume,
enemiga de grandes caderas que mi pelo han tocado
con un ronco rocío, con una lengua de agua,
no obstante el mudo frío de los dientes y el odio de los ojos,
y la batalla de agonizantes bestias que cuidan el olvido,
en algún sitio del verano estamos juntos
acechando con labios que la sed ha invadido.
Si hay alguien que traspasa
una pared con círculos de fósforo
y hiere el centro de unos dulces miembros
y muerde cada hoja de un bosque dando gritos,
tengo también tus ojos de sangrienta luciérnaga
capaces de impregnar y atravesar rodillas
y gargantas rodeadas de seda general.

Cuando en las reuniones
el azar, la ceniza, las bebidas,
el aire interrumpido,
pero ahí están tus ojos oliendo a cacería,
a rayo verde que agujerea pechos,
tus dientes que abren manzanas de las que cae sangre,
tus piernas que se adhieren al sol dando gemidos,
y tus tetas de nácar y tus pies de amapola,
como embudos llenos de dientes que buscan sombra,
como rosas hechas de látigo y perfume, y aun,
aun más, aun más,
aun detrás de los párpados, aun detrás del cielo,
aun detrás de los trajes y los viajes, en las calles donde la gente orina,
adivinas tos cuerpos,
en las agrias iglesias a medio destruir, en las cabinas que el mar lleva en las manos,
acechas con tus labios sin embargo floridos,
rompes a cuchilladas la madera y la plata,
crecen tus grandes venas que asustan:
no hay cáscara, no hay distancia ni hierro,
tocan manos tus manos,
y caes haciendo crepitar las flores negras.

Adivinas los cuerpos
Como un insecto herido de mandatos,
adivinas el centro de la sangre y vigilas
los músculos que postergan la aurora, asaltas sacudidas,
relámpagos, cabezas,
y tocas largamente las piernas que te guían.

Oh conducida herida de flechas especiales!

Hueles lo húmedo en medio de la noche?

O un brusco vaso de rosales quemados?

Oyes caer la ropa, las llaves, las monedas
en las espesas casas donde llegas desnuda?

Mi odio es una sola mano que te indica
el callado camino, las sábanas en que alguien ha dormido
con sobresalto: llegas
y ruedas por el suelo manejada y mordida,
y el viejo olor del ***** como una enredadera
de cenicienta harina se desliza a tu boca.

Ay leves locas copas y pestañas,
aire que inunda un entreabierto río
como una sola paloma de colérico cauce,
como atributo de agua sublevada,
ay substancias, sabores, párpados de ala viva
con un temblor, con una ciega flor temible,
ay graves, serios pechos como rostros,
ay grandes muslos llenos de miel verde,
y talones y sombra de pies, y transcurridas
respiraciones y superficies de pálida piedra,
y duras olas que suben la piel hacia la muerte
llenas de celestiales harinas empapadas.

Entonces, este río
va entre nosotros, y por una ribera
vas tú mordiendo bocas?
Entonces es que estoy verdaderamente, verdaderamente lejos
y un río de agua ardiendo pasa en lo oscuro?
Ay cuántas veces eres la que el odio no nombra,
y de qué modo hundido en las tinieblas,
y bajo qué lluvias de estiércol machacado
tu estatua en mi corazón devora el trébol.

El odio es un martillo que golpea tu traje
y tu frente escarlata,
y los días del corazón caen en tus orejas
como vagos búhos de sangre eliminada,
y los collares que gota a gota se formaron con lágrimas
rodean tu garganta quemándote la voz como con hielo.

Es para que nunca, nunca
hables, es para que nunca, nunca
salga una golondrina del nido de la lengua
y para que las ortigas destruyan tu garganta
y un viento de buque áspero te habite.

En dónde te desvistes?
En un ferrocarril, junto a un peruano rojo
o con un segador, entre terrones, a la violenta
luz del trigo?
O corres con ciertos abogados de mirada terrible
largamente desnuda, a la orilla del agua de la noche?

Miras: no ves la luna ni el jacinto
ni la oscuridad goteada de humedades,
ni el tren de cieno, ni el marfil partido:
ves cinturas delgadas como oxígeno,
pechos que aguardan acumulando peso
e idéntica al zafiro de lunar avaricia
palpitas desde el dulce ombligo hasta las rosas.

Por qué sí? Por qué no? Los días descubiertos
aportan roja arena sin cesar destrozada
a las hélices puras que inauguran el día,
y pasa un mes con corteza de tortuga,
pasa un estéril día,
pasa un buey, un difunto,
una mujer llamada Rosalía,
y no queda en la boca sino un sabor de pelo
y de dorada lengua que con sed se alimenta.
Nada sino esa pulpa de los seres,
nada sino esa copa de raíces.

Yo persigo como en un túnel roto, en otro extremo
carne y besos que debo olvidar injustamente,
y en las aguas de espaldas cuando ya los espejos
avivan el abismo, cuando la fatiga, los sórdidos relojes
golpean a la puerta de hoteles suburbanos, y cae
la flor de papel pintado, y el terciopelo cagado por las ratas y la cama
cien veces ocupada por miserables parejas, cuando
todo me dice que un día ha terminado, tú y yo
hemos estado juntos derribando cuerpos,
construyendo una casa que no dura ni muere,
tú y yo hemos corrido juntos un mismo río
con encadenadas bocas llenas de sal y sangre,
tú y yo hemos hecho temblar otra vez las luces verdes
y hemos solicitado de nuevo las grandes cenizas.

Recuerdo sólo un día
que tal vez nunca me fue destinado,
era un día incesante,
sin orígenes, Jueves.
Yo era un hombre transportado al acaso
con una mujer hallada vagamente,
nos desnudamos
como para morir o nadar o envejecer
y nos metimos uno dentro del otro,
ella rodeándome como un agujero,
yo quebrantándola como quien
golpea una campana,
pues ella era el sonido que me hería
y la cúpula dura decidida a temblar.

Era una sorda ciencia con cabello y cavernas
y machacando puntas de médula y dulzura
he rodado a las grandes coronas genitales
entre piedras y asuntos sometidos.

Éste es un cuento de puertos adonde
llega uno, al azar, y sube a las colinas,
suceden tantas cosas.

Enemiga, enemiga,
es posible que el amor haya caído al polvo
y no haya sino carne y huesos velozmente adorados
mientras el fuego se consume
y los caballos vestidos de rojo galopan al infierno?

Yo quiero para mí la avena y el relámpago
a fondo de epidermis,
y el devorante pétalo desarrollado en furia,
y el corazón labial del cerezo de junio,
y el reposo de lentas barrigas que arden sin dirección,
pero me falta un suelo de cal con lágrimas
y una ventana donde esperar espumas.

Así es la vida,
corre tú entre las hojas, un otoño
***** ha llegado,
corre vestida con una falda de hojas y un cinturón de metal amarillo,
mientras la neblina de la estación roe las piedras.

Corre con tus zapatos, con tus medias,
con el gris repartido, con el hueco del pie, y con esas manos que el tabaco salvaje adoraría,
golpea escaleras, derriba
el papel ***** que protege las puertas,
y entra en medio del sol y la ira de un día de puñales
a echarte como paloma de luto y nieve sobre un cuerpo.

Es una sola hora larga como una vena,
y entre el ácido y la paciencia del tiempo arrugado
transcurrimos,
apartando las sílabas del miedo y la ternura,
interminablemente exterminados.
Desde el amanecer, se cambia la ropa sucia de los altares y de los santos, que huele a rancia bendición, mientras los plumeros inciensan una nube de polvo tan espesa, que las arañas apenas hallan tiempo de levantar sus redes de equilibrista, para ir a ajustarías en los barrotes de la cama del sacristán.

Con todas las características del criminal nato lombrosiano, los apóstoles se evaden de sus nichos, ante las vírgenes atónitas, que rompen a llorar... porque no viene el peluquero a ondularles las crenchas.

Enjutos, enflaquecidos de insomnio y de impaciencia, los nazarenos pruébanse el capirote cada cinco minutos, o llegan, acompañados de un amigo, a presentarle la virgen, como si fuera su querida.

Ya no queda por alquilar ni una cornisa desde la que se vea pasar la procesión.

Minuto tras minuto va cayendo sobre la ciudad una manga de ingleses con una psicología y una elegancia de langosta.

A vista de ojo, los hoteleros engordan ante la perspectiva de doblar la tarifa.

Llega un cuerpo del ejército de Marruecos, expresamente para sacar los candelabros y la custodia del tesoro.

Frente a todos los espejos de la ciudad, las mujeres ensayan su mirada "Smith Wesson"; pues, como las vírgenes, sólo salen de casa esta semana, y si no cazan nada, seguirán siéndolo...
¡Campanas!
¡Repiqueteo de campanas!
¡Campanas con café con leche!
¡Campanas que nos imponen una cadencia al
abrocharnos los botines!
¡Campanas que acompasan el paso de la gente que pasa en las aceras!
¡Campanas!
¡Repiqueteo de campanas!

En la catedral, el rito se complica tanto, que los sacerdotes necesitan apuntador.

Trece siglos de ensayos permiten armonizar las florecencias de las rejas con el contrapaso de los monaguillos y la caligrafía del misal.

Una luz de "Museo Grevin" dramatiza la mirada vidriosa de los cristos, ahonda la voz de los prelados que cantan, se interrogan y se contestan, como esos sapos con vientre de prelado, una boca predestinada a engullir hostias y las manos enfermas de reumatismo, por pasarse las noches -de cuclillas en el pantano- cantando a las estrellas.

Si al repartir las palmas no interviniera una fuerza sobrenatural, los feligreses aplaudirían los rasos con que la procesión sale a la calle, donde el obispo -con sus ochenta kilos de bordados- bate el "record" de dar media vuelta a la manzana y entra nuevamente en escena, para que continúe la función...
¡Agua!
¡Agüita fresca!
¿Quién quiere agua?

En un flujo y reflujo de espaldas y de brazos, los acorazados de los cacahueteros fondean entre la multitud, que espera la salida de los "pasos" haciendo "pan francés".

Espantada por los flagelos de papel, la codicia de los pilletes revolotea y zumba en torno a las canastas de pasteles, mientras los nazarenos sacian la sed, que sentirán, en tabernas que expenden borracheras garantizadas por toda la semana.

Sin asomar las narices a la calle, los santos realizan el milagro de que los balcones no se caigan.

¡Agua!
¡Agüita fresca!
¿Quién quiere agua?
pregonan los aguateros al servirnos una reverencia de minué.

De repente, las puertas de la iglesia se abren como las de una esclusa, y, entre una doble fila de nazarenos que canaliza la multitud, una virgen avanza hasta las candilejas de su paso, constelada de joyas, como una cupletista.

Los espectadores, contorsionados por la emoción,
arráncanse la chaquetilla y el sombrero, se acalambran en
posturas de capeador, braman piropos que los nazarenos intentan callar
como el apagador que les oculta la cabeza.

Cuando el Señor aparece en la puerta, las nubes se envuelven con un crespón, bajan hasta la altura de los techos y, al verlo cogido como un torero, todas, unánimemente, comienzan a llorar.

¡Agua!
¡Agüita fresca!
¿Quién quiere agua?Las tribunas y las sillas colocadas enfrente del Ayuntamiento progresivamente se van ennegreciendo, como un pegamoscas de cocina.

Antes que la caballería comience a desfilar, los guardias civiles despejan la calzada, por temor a que los cachetes de algún trompa estallen como una bomba de anarquista.

Los caballos -la boca enjabonada cual si se fueran a afeitar- tienen las ancas tan lustrosas, que las mujeres aprovechan para arreglarse la mantilla y averiguar, sin darse vuelta, quién unta una mirada en sus caderas.

Con la solemnidad de un ejército de pingüinos, los nazarenos escoltan a los santos, que, en temblores de debutante, representan "misterios" sobre el tablado de las andas, bajo cuyos telones se divisan los pies de los "gallegos", tal como si cambiaran una decoración.

Pasa:
El Sagrado Prendimiento de Nuestro Señor, y Nuestra Señora del Dulce Nombre.
El Santísimo Cristo de las Siete Palabras, y María Santísima de los Remedios.
El Santísimo Cristo de las Aguas, y Nuestra Señora del Mayor Dolor.
La Santísima Cena Sacramental, y Nuestra Señora del Subterráneo.
El Santísimo Cristo del Buen Fin, y Nuestra Señora de la Palma.
Nuestro Padre Jesús atado a la Columna, y Nuestra Señora de las Lágrimas.
El Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor, y La Quinta Angustia de María Santísima.

Y entre paso y paso:
¡Manzanilla! ¡Almendras garrapiñadas! ¡Jerez!

Estrangulados por la asfixia, los "gallegos" caen de rodillas cada cincuenta metros, y se resisten a continuar regando los adoquines de sudor, si antes no se les llena el tanque de aguardiente.

Cuando los nazarenos se detienen a mirarnos con sus ojos vacíos, irremisiblemente, algún balcón gargariza una "saeta" sobre la multitud, encrespada en un ¡ole!, que estalla y se apaga sobre las cabezas, como si reventara en una playa.

Los penitentes cargados de una cruz desinflan el pecho de las mamas en un suspiro de neumático, apenas menos potente al que exhala la multitud al escaparse ese globito que siempre se le escapa a la multitud.

Todas las cofradías llevan un estandarte, donde se lee:

                      S. P. Q. R.Es el día en que reciben todas las vírgenes de la ciudad.

Con la mantilla negra y los ojos que matan, las hembras repiquetean sus tacones sobre las lápidas de las aceras, se consternan al comprobar que no se derrumba ni una casa, que no resucita ningún Lázaro, y, cual si salieran de un toril, irrumpen en los atrios, donde los hombres les banderillean un par de miraduras, a riesgo de dejarse coger el corazón.

De pie en medio de la nave -dorada como un salón-, las vírgenes expiden su duelo en un sólido llanto de rubí, que embriaga la elocuencia de prospecto medicinal con que los hermanos ponderan sus encantos, cuando no optan por alzarles las faldas y persuadir a los espectadores de que no hay en el globo unas pantorrillas semejantes.

Después de la vigésima estación, si un fémur no nos ha perforado un intestino, contemplamos veintiocho "pasos" más, y acribillados de "saetas", como un San Sebastián, los pies desmenuzados como albóndigas, apenas tenemos fuerza para llegar hasta la puerta del hotel y desplomarnos entre los brazos de la levita del portero.

El "menú" nos hace volver en sí. Leemos, nos refregamos los ojos y volvemos a leer:

"Sopa de Nazarenos."
"Lenguado a la Pío X."

-¡Camarero! Un bife con papas.
-¿Con Papas, señor?...
-¡No, hombre!, con huevos fritos.Mientras se espera la salida del Cristo del Gran Poder, se reflexiona: en la superioridad del marabú, en la influencia de Goya sobre las sombras de los balcones, en la finura chinesca con que los árboles se esfuman en el azul nocturno.

Dos campanadas apagan luego los focos de la plaza; así, las espaldas se amalgaman hasta formar un solo cuerpo que sostiene de catorce a diez y nueve mil cabezas.

Con un ritmo siniestro de Edgar Poe -¡cirios rojos ensangrientan sus manos!-, los nazarenos perforan un silencio donde tan sólo se percibe el tic-tac de las pestañas, silencio desgarrado por "saetas" que escalofrían la noche y se vierten sobre la multitud como un líquido helado.

Seguido de cuatrocientas prostitutas arrepentidas del pecado menos original, el Cristo del Gran Poder camina sobre un oleaje de cabezas, que lo alza hasta el nivel de los balcones, en cuyos barrotes las mujeres aferran las ganas de tirarse a lamerle los pies.

En el resto de la ciudad el resplandor de los "pasos" ilumina las caras con una técnica de Rembrandt. Las sombras adquieren más importancia que los cuerpos, llevan una vida más aventurera y más trágica. La cofradía del "Silencio", sobre todo, proyecta en las paredes blancas un "film" dislocado y absurdo, donde las sombras trepan a los tejados, violan los cuartos de las hembras, se sepultan en los patios dormidos.

Entre "saetas" conservadas en aguardiente pasa la "Macarena", con su escolta romana, en cuyas corazas de latón se trasuntan los espectadores, alineados a lo largo de las aceras.

¡Es la hora de los churros y del anís!

Una luz sin fuerza para llegar al suelo ribetea con tiza las molduras y las aristas de las casas, que tienen facha de haber dormido mal, y obliga a salir de entre sus sábanas a las nubes desnudas, que se envuelven en gasas amarillentas y verdosas y se ciñen, por último, una túnica blanca.

Cuando suenan las seis, las cigüeñas ensayan un vuelo matinal, y tornan al campanario de la iglesia, a reanudar sus mansas divagaciones de burócrata jubilado.

Caras y actitudes de chimpancé, los presidiarios esperan, trepados en las rejas, que las vírgenes pasen por la cárcel antes de irse a dormir, para sollozar una "saeta" de arrepentimiento y de perdón, mientras en bordejeos de fragata las cofradías que no han fondeado aún en las iglesias, encallan en todas las tabernas, abandonan sus vírgenes por la manzanilla y el jerez.

Ya en la cama, los nazarenos que nos transitan las circunvoluciones redoblan sus tambores en nuestra sien, y los churros, anidados en nuestro estómago, se enroscan y se anudan como serpientes.

Alguien nos destornilla luego la cabeza, nos desabrocha las costillas, intenta escamotearnos un riñón, al mismo tiempo que un insensato repique de campanas nos va sumergiendo en un sopor.

Después... ¿Han pasado semanas? ¿Han pasado minutos?... Una campanilla se desploma, como una sonda, en nuestro oído, nos iza a la superficie del colchón.
¡Apenas tenemos tiempo de alcanzar el entierro!...

¿Cuatrocientos setenta y ocho mil setecientos noventa y nueve "pasos" más?

¡Cristos ensangrentados como caballos de picador! ¡Cirios que nunca terminan de llorar! ¡Concejales que han alquilado un frac que enternece a las Magdalenas! ¡Cristos estirados en una lona de bombero que acaban de arrojarse de un balcón! ¡La Verónica y el Gobernador... con su escolta de arcángeles!

¡Y las centurias romanas... de Marruecos, y las Sibilas, y los Santos Varones! ¡Todos los instrumentos de la Pasión!... ¡Y el instrumento máximo, ¡la Muerte!, entronizada sobre el mundo..., que es un punto final!

¿Morir? ¡Señor! ¡Señor!
¡Libradnos, Señor!
¿Dormir? ¡Dormir! ¡Concedédnoslo,
Señor!
Elena Ramos Jun 2016
A la Humanidad
ELENA RAMOS

Ciertamente todos buscamos lo mismo
Poder, Dinero y Fama
Ser mejor para ser escuchados por todos
Tener dinero para poder comprar a todos
Y tener fama para ser reconocidos por todos
No podemos pretender ser supremos ante civilizaciones a las cuales somos exactamente iguales
Tenemos rasgos distintos, dialectos variados pero
Al final somos iguales

Esperamos un desastre para poder unirnos
Uno en el cual tengamos miedo de morir y ser derrotados por fuerzas mayores
Talvez debamos esperar ese fenómeno que cambie a la humanidad
Algo que jamás hayan podido ver nuestros ojos
Un desastre natural que acabe con todos
Una plaga que nos destruya lentamente

En la humanidad hay mucha corrupción, hay desastres creados por nosotros
Hay guerras santas, hay asesinatos planeados
Porque?
Por poder, dinero y fama
Somos invencibles en nuestras mentes, pero que pasa si afuera de nuestra visión
Hay algo más grande que todos juntos
Una fuerza invencible, un poder sobrenatural que en cualquier momento decida destruirnos
Talvez sea suerte o sea el destino

Si decidimos separarnos a diario
Si creamos más violencia
Si hay más separación de naciones
Si hay más hambre
Más infestaciones, más personas mueren a diario
Es inevitable es un proceso natural del hombre
Pero, aceptémoslo más muertes son causadas por nosotros mismos.

Soy tan humana como todos ustedes
Es un acto de paz y un pacto de unidad
La raza humana pierde su escencia
De ser capaces de analizar y ser luz
Somos ciegos y egoístas
Un ego que saciar
Un espíritu que alimentar
A base de mentiras, engaños y sacrificios

Ser pobre o rico
Tener todo o  ser nada
Ver morir pero no actuar
Decidimos sentarnos a ver lo que pasa
Pero  porque no somos parte del espectáculo mejor?
Organizaciones a diario luchan por cambiar el mundo
Fotos de acontecimientos que impactan un rato
Después son desechos que olvidamos por lujos y mentiras


El humano se convirtió en el monstruo más grande que deberíamos temer
Esa sencillez de aceptar el fracaso
Inhumanos ante las crisis de los demás
Muertes por ganas de poder
Muertes por religión y creencias
Si crees en algo, créelo
Pero
Piensa si va en contra de ti y de tu generación
Dos bandos iguales peleando por ser más notorio
Sangre derramada para demostrar grandeza
Lujos para despilfarrar
Lugares hermosos que son destrozados
El hábitat humana dejo de ser para los humanos

Nos convertimos en cosas materialistas
Sin propósitos de vida
Luchemos para ser iguales
Sin distinción de raza, ****, religión, política...
Constantemente decimos eso
Pero realmente se cumple?
Si eres humano y lees esto
Piensa que estás haciendo en este momento
Estas cambiado para bien a tu humanidad?
Krusty Aranda Feb 2017
Gracias a ti aprendí a escuchar la letra de mis canciones.
Me enseñaste a escuchar más allá del ruido,
a entender las emociones que yacen debajo de una melodía,
debajo de una tierna voz.
Aprendí de ti que una palabra no significa nada,
que los besos no temen al mañana,
que un abrazo vive y muere en el hoy.
Gracias a ti aprendí que una amistad no es lo mismo que un amigo.
Una relación carece de calificativo
cuando dos personas conviven,
ríen,
lloran,
beben
y se enamoran
si, al final, todo queda en el olvido.
Comprendí que mis poemas exponen mis mentiras.
No te amo y te enamoro en rimas.
No te busco y aún así te encuentro.
No te sueño y maldigo al amanecer.
Me enseñaste a no llorar,
a engañarme y a herirme.
Que un deseo es un puñal,
un sueño una granada,
un anhelo un exterminio de mi propia sanidad.
Aprendí de ti a no juzgar a una persona.
Que saber su historia no es conocerla.
Que follar no es estar enamorado.
Que un te amo no es igual que otro.
Me enseñaste a caerme y me enseñaste a levantarme.
Me enseñaste a no quererte y a empezar a odiarme.
Me enseñaste y no sabías lo que me estabas haciendo,
a pesar de comentarlo día con día y verso a verso.
Aprendí de ti que la vida no se acaba,
que la muerte no me acecha,
que mi día es eterno,
que para siempre es un segundo
y que un segundo es para siempre,
que el amor no mata,
que los besos no envenenan,
que no eres para mi...

Gracias a ti aprendí a escuchar la letra de mis canciones.
A distinguir entre voces,
entre coros y solistas,
entre emociones ficticias,
entre verdades y mentiras.
Lesly Jan 2015
Quiero ir a España
Quiero andar en las playas de Cadiz
Caminar por las calles de Valencia
Andar en los lugares turísticos
Comiendo un helado de vanilla
Con el amor de mi vida
Pasando un buen tiempo tomando fotografías
Eso sí que me gustaría
Miraría a los ojos al amor de mi vida
Le diría cuanto lo admiró
Cuanto lo quiero
Después irnos a comer a un buen filete
Platicando, riendo, haciendo memorias haha pero cuando sucedería eso? cuando..



Spain
I want to go to Spain
I want to be in the beaches of Cadiz
Walk through the streets of Valencia
Visit turístic places
With the love of my life
Having a great time
eating a vanilla ice cream cone
with the love of my life
taking photography pictures
That I'd like
I'd look in his eyes
I'd tell him how much I admire him
how much I love him
Then later we'd go eat a nice steak
talking, laughing, making memories
haha but when will that happen? When?
It sounds more better in Spanish than in English..
Santiago Jan 2015
Pa mi kompa el conejo c loco
Mi canton donde yo me quedo
Ese no puedo tengo que irme lejos
A mi familia solos los dejo me voy
Les doy el piso anda bien caliente
El mundo les miente ya no sienten
Que estan haciendo no entiendo
Tu ya sabes donde quiera defiendo
Sin miedo listo pa cualquier ****
En mi puesto te espero pronto
No creas que soy un pinchi tonto
Preparado para el gran disparo
Rumbando en el caro por debajo
Mi familia esta en peligro
La neta te digo la verdad yo te sigo
Solo te pido el rescate del nido
Salgo vivo enfrentando la muerte
Los dos angeles de la muerte
Aqui no vive la suerte solo verte
A la fuga da un chingo decoraje
Reportandome al jale de la calle
Chale estoy en el infierno
A falsos los acuesto a balazos
Con el cuerno los tiendo grave
Es mi vida la que estoy viviendo
La ley de dios hasta el fin defiendo
No es un cuento y ningun invento
Te lo presento con rapides o lento
Mis palabras te hacen calaberas
Maderas amarandolo con cuerdas
Para que siempre te lo recuerdas
Tus ojos verdes y camisa muerdes
La jura terkos ese pinchis puerkos
Quedaste atrapado ya no suelto
Encargo para el vuelo a las nubes
Hasta arriba en los cielos te subes
Y te tumbo desde arriba bebida
Mamila tu callida sin paracallidas
Te dije imposible que sobrevivas
Sigues chingando la torre te acabo
Con una madrisa y al fin sonrisa
Soy un chingon no un mamon
Pinchi rajon cabron me rapo pelon
Pon tu cabeza te la hago melon
Jowlough May 2011
Gracias a los que
entiende,
miró a ambos lados,
nunca juzgado mal por el propio bien.
los que sabían,
que se quedaron en el interior,
sin un precio,
sin ningún argumento amistad.

Para los verdaderos amigos no entienden,
se mantendrá en contacto,
y nunca, hablar mal de boca.

se levanta la moral,
contra las fuerzas que resisten, pero,
una falsa voluntad de que usted
se hunde en el fondo de arenas movedizas.

Ahora, todavía estoy esperando,
la positividad es lo que estoy deseando,
que son para siempre,
desde hace años que estamos haciendo.

por todos los recuerdos,
hemos construido un muro,
cuatro de nosotros, lo hizo todo.
A pesar de todo,
lo que el mundo nos importa?
porque yo sentía la comodidad,
en la sabiduría a todos desnudos,
que ha compartido,e deseo la felicidad,
incluso todo lo que ha cambiado,
aún estoy expulsado,
cuando nos encontremos, en algún momento,en algún lugar,
lo que puedo decir, que ha sido un parte,
y mi pasado nunca fue un llorar,
que siempre recordará,
he definido, que es la amistad.
(c) t.i.f.y - 5.27.11 jcjuatco
De miradas polvorientas caídas al suelo
o de hojas sin sonido y sepultándose.
De metales sin luz, con el vacío,
con la ausencia del día muerto de golpe.
En lo alto de las manos el deslumbrar de mariposas,
el arrancar de mariposas cuya luz no tiene término.

Tú guardabas la estela de luz, de seres rotos
que el sol abandonado, atardeciendo, arroja a las iglesias.
Teñida con miradas, con objeto de abejas,
tu material de inesperada llama huyendo
precede y sigue al día y a su familia de oro.

Los días acechando cruzan el sigilo
pero caen adentro de tu voz de luz.
Oh dueña del amor, en tu descanso
fundé mi sueño, mi actitud callada.

Con tu cuerpo de número tímido, extendido de pronto
hasta cantidades que definen la tierra,
detrás de la pelea de los días blancos de espacio
y fríos de muertes lentas y estímulos marchitos,
siento arder tu regazo y transitar tus besos
haciendo golondrinas frescas en mi sueño.

A veces el destino de tus lágrimas asciende
como la edad hasta mi frente, allí
están golpeando las olas, destruyéndose de muerte:
su movimiento es húmedo, decaído, final.
michelle reicks Jun 2011
Déjenlas ir a sus casas
Sanas y salvas.
Paren la contaminación
En nuestras personas.
Nuestros niños están llorando
Pero hay silencio en los campos
Nuestras personas
Tienen hambre
Déjanlas comer
Nuestras personas
Tienen sed
Déjanlas beber
?Que están haciendo?
Ustedes beben con vasos de cristal
Pero nuestras personas
Beben con las latas sucias.
Nosotros estamos hacienda una función
Pero el público es ciego
Y algunas cierran los ojos
Abran los ojos
Las pesticidas están matándonos
Paren
Y no les importa
Tenemos el poder
De levantarnos.
Vamos a trabajar
Para nuestra libertad.
!Den la libertad!
Déjame, sí, déjame, dios o ángel, demonio.
Déjame a solas, turba angélica,
solo conmigo, con mi multitud.
Estoy con uno como yo,
que no me reconoce y me muestra mis armas;
con uno que me abraza y me hiere
-y se dice mi hijo-;
con uno que huye con mi cuerpo;
con uno que me odia porque yo soy él mismo.

Mira, tú que huyes,
aborrecible hermano mío,
tú que enciendes las hogueras terrestres,
tú, el de las islas y el de las llamaradas,
mírate y dime:
ese que corre,
ese que alza lenguas y antorchas
para llamar al cielo y lo incendia;
ese que es una estrella lenta que desciende;
aquel que es como un arma resonante,
¿es el tuyo, tu ser, hecho de horas
y voraces minutos?

¿Quién sabe lo que es un cuerpo,
un alma,
y el sitio en que se juntan
y cómo el cuerpo se ilumina
y el alma se obscurece,
hasta fundirse, carne y alma,
en una sola y viva sombra?
¿Y somos esa imagen que soñamos,
sueños al tiempo hurtados,
sueños del tiempo por burlar al tiempo?

En soledad pregunto,
a soledad pregunto.
Y rasgo mi boca amante de palabras
y me arranco los ojos
henchidos de mentiras y apariencias,
y arrojo lo que el tiempo
deposita en mi alma,
miserias deslumbrantes,
ola que se retira…

Bajo del cielo puro,
metal de tranquilos, absortos resplandores,
pregunto, ya desnudo:
me voy borrando todo,
me voy haciendo un vago signo sobre el agua,
espejo en un espejo.
A time cuando todo el surfimiento ceases to exist,
Donde dolor es just a dream,
Y el amor is truly free and truly felt,
When we are hecho completo en Christo.
Mañana,
Cuando tenemos time to finally stop and actually ask each other,
Cómo estás haciendo?
When we have el tiempo a cocinar,
And to finally have a meal together.
Hasta Mañana.
Qué estará haciendo esta hora
mi andina y dulce Rita de junco y capulí;
ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.
Dónde estarán sus manos que en actitud contrita
planchaban en las tardes blancuras por venir;
ahora, en esta lluvia que me quita
las ganas de vivir.
Qué será de su falda de franela; de sus
afanes; de su andar;
de su sabor a cañas de mayo del lugar.
Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,
y al fin dirá temblando: «Qué frío hay... Jesús!»
y llorará en las tejas un pájaro salvaje.
Todos venimos de un mismo lugar,pero no todos vamos al mismo lugar
es como si nuestros corazones estubieran enredados y si quisieras seguirlo llegarias a una estrella...esa estrella es lo que nos da vida y amor....pero todos estamos corriendo sin pensar y sin ver lo que esta enfrente de nosotros...no nos importa la gente que lastimamos...no nos importa nada...solo queremos tener lo que nos hace "feliz"....veo la gente pasar y nadie esta verdaderamente feliz...no saben lo que es la felicidad verdadera...piensan que teniendo la mejor carrera y mas dinero es felicidad...pero, se pierden de lo mejor...si tan solo se pararan y vieran lo malo que estan haciendo tal vez el mundo seria un lugar mejor...tal vez seria un lugar en la que todavia quiero vivir...pero viendo como es la gente...ya no quiero saber nada...me quiero dormir...dormir y no despertar...quiero seguir ese hilo y llegar a la estrella...porque esa estrella es la que me da fuerza para seguir...solo esa estrella nos deja vivir...porque no dejamos de ver solo para nosotros y parar y ayudar a la gente?!...porque no ponemos un alto a las cosas que no tienen significado?....como guerras, hambre, pobreza....pero me da tanta tristeza saber que eso nunca pasara...nadie quiere salir de su burbuja, de su mundo magico donde todo esta bien...donde todos estan como el...donde el mundo real es solo una ilusion...dios ayudame...ya no aguanto estar en este mundo....lleno de tristeza y gente de mundos de burbuja...
He leído tu carta: ¡qué elegante!
¿Dónde tu pluma su lenguaje toma?
Ni el más rendido y cariñoso amante
Habla tan dulce y celestial idioma.

Me pareces de aquellos trovadores
Que al pie de la calada celosía
Entonaban sus cánticos de amores
En quietas horas de la noche umbría.

Caballero gentil de otras edades,
Abierto está mi corazón sincero,
Y es justo que olvidando vanidades
La dama le responda al caballero.

Me resuelvo a escribirte; tú lo quieres;
Mi estilo no tendrá tu galanura,
Pero nadie nos gana a las mujeres
En cuestiones de amor y de ternura.

No busques las palabras cadenciosas
De un lenguaje castizo y estudiado:
Las praderas del trópico dan rosas,
Sin que nadie las haya cultivado.

Tú me has hecho soñar horas felices,
Y tan supremo bien debo pagarte...
Son tan bellas las cosas que me dices,
Que no sé cómo pueda contestarte.

«Que a los hombres mis gracias vuelven locos;
Que a un gran talento la belleza aduno»...
¡Gracias! Eres galante como pocos,
Y has sido siempre amable cual ninguno.

Tu imagen de mi pecho no se aparta;
El pincel fue tu amor, mi mente el lienzo;
Para hablar de ese cuadro en esta carta...
Aquí termino el prólogo, y comienzo.
Para guardar una ilusión querida,
Como culto inmortal, grande y profundo,
Es muy breve el espacio de una vida
Que tan rápida pasa por el mundo.

¿Crees eterno un amor todo pureza?
¿Juzgas eterno el fuego del cariño?
Perdona que lo diga con franqueza:
En cuestiones de amor eres un niño.

En la lucha tenaz de las pasiones,
Poblada de insensatos devaneos,
No pueden conformar las ilusiones
A quien no satisface sus deseos.

Quiero hacerte feliz; quizás ignores
Que la felicidad que al hombre halaga,
Es un astro de vivos resplandores
Que al alumbrar la realidad se apaga.

Dices que te cautiva mi hermosura,
Que te queman mis ojos adormidos,
Y que buscas la miel de la ventura
Sobre mis labios rojos y encendidos.

Que, como a Dios, tu corazón me adora;
Que sólo anhelas, de esperanza lleno,
Reclinar tu cabeza pensadora
Sobre el caliente mármol de mi seno.

Que siempre que me miras te estremeces;
Que a todas partes cual la luz te sigo;
Que quieres apurar hasta las heces,
El cáliz del placer, sólo conmigo.

Que no envidias la gloria de los sabios;
Que a otra gloria mayor tu pecho aspira:
La de juntar tus labios con mis labios,
Pues fuera del amor, todo es mentira.

Que anhelas en tu erótica locura,
Morir entre tan dulces desvaríos,
Mezclándose en la misma sepultura
El polvo de tus huesos y los míos,

Que soy ser de tu ser. ¡Ah! yo no puedo
Creer vano el mundo que en tu sueño labras;
Mi razón se oscurece, y tengo miedo
De quemarme con sólo tus palabras.

Si existen esas dichas que imaginas,
Si hay placeres así, tan celestiales,
¿Por qué prohiben todas las doctrinas
Amarse libremente a los mortales?

Dices que soy tu Dios... ¿Eres ateo?
¡Tan hondo pensamiento me contrista!
Con el mágico prisma del deseo,
¿Dios también desparece de tu vista?

Sábelo de una vez; has trastornado
Toda mi vida y mi razón entera;
Tuyo es mi corazón enamorado;
Si tuviera mil vidas te las diera.

Pretendí razonar... ¡Torpes errores!...
Voy a abrirte sin miedo el alma mía...
Cuando encienden su hoguera los amores,
No sirve la ****** filosofía.

Pensando en la pasión que ya me abisma
Por más que a tantas tentaciones huyo,
Hoy fui al espejo, y me besé yo misma,
Haciendo el rostro de la imagen tuyo.

Y el cristal me ha mentido de tal suerte,
De tal modo vi en él tu rostro impreso,
Que caí desmayada, y quedé inerte,
Creyendo tuyo el solitario beso.

Y cuando he vuelto a la razón, me asombra
Pensar, con insensato desvarío,
Que si queman los besos de una sombra,
Tus besos matarán, amado mío.

Esa terrible reflexión me aterra,
Y aunque causa decírtelo sonrojos,
Queriendo ser feliz sobre la tierra,
Rompí el cristal para buscar tus ojos.

Ven y perdona mi entusiasmo ciego;
No importa que me des dichas o penas;
Ven, porque para ti siento de fuego
La sangre que circula por mis venas.

Quiero ese amor en que por ti he creído,
Pues soy, para soñar en los placeres,
Árabe en cuya sangre se ha fundido
El hierro de las lanzas bereberes.

Ven; ya te espero apasionada y loca;
Busca el caliente mármol de mi seno,
Junta después tu boca con mi boca,
Y a ver si así me salvo o me condeno.
Sí, yo he escrito estos Abrojos
tras largas penas y agravios,
ya con la risa en los labios,
ya con el llanto en los ojos.

Tu noble y leal corazón,
tu cariño, me alentaba
cuando entre los dos mediaba
la mesa de redacción.

Yo, haciendo versos, Manuel,
descocado, antimetódico,
en el margen de un periódico,
o en un trozo de papel.

Tú , aplaudiendo o censurando,
censurando o aplaudiendo
como crítico tremendo,
o como crítico blando.

Entonces, ambos a dos,
de mil ambiciones llenos,
con dos corazones buenos
y honrados, gracias a Dios,

hicimos dulces memorias,
trajimos gratos recuerdos,
y no nos hallamos lerdos
en ese asunto de glorias.

Y pensamos en ganarlas
paso a paso y poco a poco...
Y ya huyendo el tiempo loco
de nuestras amigas charlas,

nos confiamos los enojos,
las amarguras, los duelos,
los desengaños y anhelos...
y nacieron mis Abrojos.

Obra, sin luz ni donaire,
que al compañero constante
le dedica un fabricante
de castillos en el aire.

Obra sin luz, es verdad,
pues rebosa amarga pena;
y para toda alma buena
la pena es oscuridad.

Sin donaire, porque el chiste
no me buscó, ni yo a él;
ya tú bien sabes, Manuel,
que yo tengo el vino triste.Juntos hemos visto el mal
y en el mundano bullicio,
cómo para cada vicio,
se eleva un arco triunfal.

Vimos perlas en el lodo,
burla y baldón a destajo,
el delito por debajo
y la hipocresía en todo.

Bondad y hombría de bien,
como en el mar las espumas,
y palomas con las plumas
recortadas a cercén.

Mucho tigre carnicero,
bien enguantadas las uñas,
y muchísimas garduñas
con máscaras de cordero.

La poesía con anemia,
con tisis el ideal,
bajo la capa el puñal
y en la boca la blasfemia.

La envidia que desenrosca
su cuerpo y muerde con maña;
y en la tela de la araña
a cada paso la mosca...

¿Eres artista? Te afeo.
¿Vales algo? Te critico.
Te aborrezco si eres rico,
y si pobre, te apedreo.

Y de la honra haciendo el robo
e hiriendo cuanto se ve,
sale cierto lo de que
el hombre del hombre es lobo.No predico, no interrogo.
De un sermón ¡qué se diría!
Esto no es una homilía,
sino amargo desahogo.

Si hay versos de amores, son
las flores de un amor muerto
que brindo al cadáver yerto
de mi primera pasión.

Si entre esos íntimos versos
hay versos envenenados,
lean los hombres honrados
que son para los perversos.

Y tú, mi buen compañero,
toma el libro; que en verdad
de poeta y caballero,
con mis Abrojos no hiero
las manos de la amistad.
Adrián Poveda Sep 2015
Líneas, trazos, sonidos, me he dado cuenta que percibo frases ocultas, sin presencia verbal, literalmente perceptibles desde mi nube, creo que empiezo con imaginar un fin, hechos del futuro, idea tras idea, haciendo historias de un segundo que han durado una eternidad.

¿No es así como pasa?
Inicias con la página en blanco, a menudo se acerca una pluma, un momento de vacío; el destino puede elegir cualquier dirección, me apodera la curiosidad, ahí, en ese momento, la pluma me esta usando, llenando los vacíos con líneas de locura, desangrándose su tinta me dibuja, y a los demás, de esa forma oscura y a la vez multicolor; trazos en mis líneas que van sin sentido, un mundo alterno, vertical a lo que podría ser involuntariamente, si cayera en la gravedad.
Un momento en que la pluma me permite ser alguien más.

Copyright © 2015 Adrián Poveda All Rights Reserved
Aquí estoy...
En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando
        a que me llamen...
Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita
        y condenada
y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro
        y me ha dicho severo:
No, no es la hora todavía... hay que esperar...
Y aquí estoy esperando...
con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria,
haciendo examen de conciencia,
escudriñando agudamente mi vida...
¡Qué desastre!... ¡Ni un talento!... Todo lo perdí.
Sólo mis ojos saben aún llorar. Esto es lo que me queda...
Y mi esperanza se levanta para decir acongojada:
Otra vez lo haré mejor, Señor,
porque... ¿no es cierto que volvemos a nacer?
¿No es cierto que de alguna manera volvemos a nacer?
Creo que Dios nos da siempre otra vida,
otras vidas nuevas,
otros cuerpos con otras herramientas,
con otros instrumentos... Otras cajas sonoras
donde el alma inmortal y viajera se mueva mejor
para ir corrigiendo lentamente,
muy lentamente, a través de los siglos,
nuestros viejos pecados,
nuestros tercos pecados...
para ir eliminando poco a poco
el veneno original de nuestra sangre
que viene de muy lejos.
Corre el tiempo y lo derrumba todo, lo transforma todo.
Sin embargo pasan los siglos y el alma está, en otro sitio...
        ¡pero está!
Creo que tenemos muchas vidas,
que todas son purgatorios sucesivos,
y que esos purgatorios sucesivos, todos juntos,
constituyen el infierno, el infierno purificador,
al final del cual está la Luz, el Gran Dios, esperándonos.
Ni el infierno... ni el fuego y el dolor son eternos.
Sólo la Luz brilla sin tregua,
diamantina,
infinita,
misericordiosa,
perdurable por los siglos de los siglos...
Ahí está siempre con sus divinos atributos.
Sólo mis ojos hoy son incapaces de verla...
estos pobres ojos que no saben aún más que llorar.
Zara Sky Feb 2012
Una y otra vez,
Mi percepción falló.
Las opiniones que antes tuve,
Se escondieron.
Tu voz ganó.

¿Qué será del mañana
y dónde guardo el ayer?
La mente da vueltas
Intentando comprender.
Si en verdad eran mentiras,
¿Entonces, a quién logré conocer?

Eras tú quien me tocaba con placer,
¿Eras tú quien amanecía en mi piel?
Eras tú quien prometía eternidad,
¿O sólo estabas jugando con mi debilidad?
Si todo era una mentira,
¿Entonces, a quién logré conocer?

Una y otra vez,
El corazón me falló.
Las morales que antes tuve,
Me dijeron adiós,
Tu risa ganó.

Yo aquí con más ganas de ti,
Tú allá como un mago
Haciendo desaparecer todo de mí.
Yo aquí escribiendo la historia sobre este papel,
Tú allá con tijeras, escondiendo el ayer.
¿A quién logré conocer?

Una y otra vez,
Me doy cuenta muy tarde
Que fue mi pura ignorancia,
A la quien logré conocer.
Ahora, entre nosotros, aquí,
ven conmigo, trae por la mano a tu cuerpo
y cenemos juntos y pasemos un instante la vida
a dos vidas y dando una parte a nuestra muerte.

Ahora, ven contigo, hazme el favor
de quejarte en mi nombre y a la luz de la noche teneblosa
en que traes a tu alma de la mano
y huímos en puntillas de nosotros.

Ven a mí, sí, y a ti, sí,
con paso par, a vemos a los dos con paso impar,
marcar el paso de la despedida.
¡Hasta cuando volvamos! ¡Hasta la vuelta!
¡Hasta cuando leamos, ignorantes!
¡Hasta cuando volvamos, despidámonos!

¿Qué me importan los fusiles?,
escúchame;
escúchame, ¿qué impórtenme,
si la bala circula ya en el rango de mi firma?
¿Qué te importan a ti las balas,
si el fusil está humeando ya en tu olor?
Hoy mismo pesaremos
en los brazos de un ciego nuestra estrella
y, una vez que me cantes, lloraremos.
Hoy mismo, hermosa, con tu paso par
y tu confianza a que llegó mi alarma,
saldremos de nosotros, dos a dos.
¡Hasta cuando seamos ciegos!
¡Hasta
que lloremos de tánto volver!

Ahora,
entre nosotros, trae
por la mano a tu dulce personaje
y cenemos juntos y pasemos un instante la vida
a dos vidas y dando una parte a nuestra muerte.

Ahora, ven contigo, hazme el favor
de cantar algo
y de tocar en tu alma, haciendo palmas.
¡Hasta cuando volvamos! ¡Hasta entonces!
¡Hasta cuando partamos, despidámonos!
Santo silencio profeso:
No quiero, amigos, hablar;
Pues vemos que por callar,
A nadie se hizo proceso.
Ya es tiempo de tener seso:
Bailen los otros al son,
Chitón.
Que piquen con buen concierto
Al caballo más altivo
Picadores, si está vivo,
Pasteleros, si está muerto;
Que con hojaldre cubierto
Nos den un pastel frisón,
Chitón.
Que por buscar pareceres
Revuelvan muy desvelados
Los Bártulos los Letrados,
Los Abades sus mujeres.
Si en los Estrados las vieres
Que ganan más que el varón,
Chitón.
Que trague el otro jumento
Por doncella una Sirena
Más catada que colmena,
Más probada que argumento;
Que llame estrecho aposento
Donde se entró de rondón,
Chitón.
Que pretenda el maridillo
De puro valiente y bravo,
Ser en una escuadra cabo,
Siendo cabo de cuchillo;
Que le vendan el membrillo
Que tiralle era razón,
Chitón.
Que duelos nunca le falten
Al Sastre que chupan brujas;
Que le salten las agujas
Y a su mujer se las salten;
Que sus dedales esmalten
Un doblón y otro doblón,
Chitón.
Que el letrado venga a ser
Rico con su mujer bella,
Más por buen parecer de ella
Que por su buen parecer,
Y que por bien parecer
Traiga barba de cabrón,
Chitón.
Que tonos a sus galanes
Cante Juanilla estafando,
Porque ya piden cantando
Las niñas, como Alemanes;
Que en tono, haciendo ademanes,
Pidan sin ton y sin son,
Chitón.
Mujer hay en el lugar
Que a mil coches, por gozallos,
Echará cuatro caballos,
Que los sabe bien echar.
Yo sé quien manda salar
Su coche como jamón,
Chitón.
Que pida una y otra vez,
Fingiendo virgen el alma,
La tierna doncella palma,
Y es dátil su doncellez;
Y que lo apruebe el juez
Por la sangre de un Pichón,
Chitón.
A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.
No sé qué tiene el aldea
donde vivo y donde muero,
que con venir de mí mismo,
no puedo venir más lejos.
Ni estoy bien ni mal conmigo;
mas dice mi entendimiento
que un hombre que todo es alma
está cautivo en su cuerpo.
Entiendo lo que me basta,
y solamente no entiendo
cómo se sufre a sí mismo
un ignorante soberbio.
De cuantas cosas me cansan,
fácilmente me defiendo;
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio.
Él dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento;
que humildad y necedad
no caben en un sujeto.
La diferencia conozco,
porque en él y en mí contemplo
su locura en su arrogancia,
mi humildad en mi desprecio.
O sabe naturaleza
más que supo en este tiempo,
o tantos que nacen sabios
es porque lo dicen ellos.
«Sólo sé que no sé nada»,
dijo un filósofo, haciendo
la cuenta con su humildad,
adonde lo más es menos.
No me precio de entendido,
de desdichado me precio;
que los que no son dichosos,
¿cómo pueden ser discretos?
No puede durar el mundo,
porque dicen, y lo creo,
que suena a vidrio quebrado
y que ha de romperse presto.
Señales son del juicio
ver que todos le perdemos,
unos por carta de más,
otros por carta de menos.
Dijeron que antiguamente
se fue la verdad al cielo;
tal la pusieron los hombres,
que desde entonces no ha vuelto.
En dos edades vivimos
los propios y los ajenos:
la de plata los estraños,
y la de cobre los nuestros.
¿A quién no dará cuidado,
si es español verdadero,
ver los hombres a lo antiguo
y el valor a lo moderno?
Todos andan bien vestidos,
y quéjanse de los precios,
de medio arriba romanos,
de medio abajo romeros.
Dijo Dios que comería
su pan el hombre primero
en el sudor de su cara
por quebrar su mandamiento;
y algunos, inobedientes
a la vergüenza y al miedo,
con las prendas de su honor
han trocado los efectos.
Virtud y filosofía
peregrinan como ciegos;
el uno se lleva al otro,
llorando van y pidiendo.
Dos polos tiene la tierra,
universal movimiento,
la mejor vida el favor,
la mejor sangre el dinero.
Oigo tañer las campanas,
y no me espanto, aunque puedo,
que en lugar de tantas cruces
haya tantos hombres muertos.
Mirando estoy los sepulcros,
cuyos mármoles eternos
están diciendo sin lengua
que no lo fueron sus dueños.
¡Oh, bien haya quien los hizo!
Porque solamente en ellos
de los poderosos grandes
se vengaron los pequeños.
Fea pintan a la envidia;
yo confieso que la tengo
de unos hombres que no saben
quién vive pared en medio.
Sin libros y sin papeles,
sin tratos, cuentas ni cuentos,
cuando quieren escribir,
piden prestado el tintero.
Sin ser pobres ni ser ricos,
tienen chimenea y huerto;
no los despiertan cuidados,
ni pretensiones ni pleitos;
ni murmuraron del grande,
ni ofendieron al pequeño;
nunca, como yo, firmaron
parabién, ni Pascua dieron.
Con esta envidia que digo,
y lo que paso en silencio,
a mis soledades voy,
de mis soledades vengo.
Sergio MP Mar 2015
I want to build a country,
not just some dirt, not just a land
a nation so great, a fatherland.

Tú estarás ahí, mi amigo,
sonriendo, mirando al frente,
haciendo camino conmigo.

Nous ferons un pays sans frontières,
sans limites, avec des montagnes
faites de sable, prêtes à être soufflées.

Elle sera une patrie où les mers seront des étangs
et nos ciels ne seront qu'à un saut de distance.

We'll have families and friends,
todos los paisajes que el mundo nos ha de ofrecer
sans préjugés ni douleur qui puissent nous confiner.

We'll build a land where friendship will prosper
and traveling will be the fuel of our hearths
Construiremos un hogar que sea propio
sin esas reglas que nos separan
Nous ferons un refuge des distances
où on habitera sans peur aux menaces.

— The End —