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Rosas Jan 2017
Hace falta papel,
hace falta tinta,
las letras brotan solas,
hacen falta horas.

Alma salvaje y nocturna,
merodeadora impaciente,
que niega entregarse
a un Morfeo ausente.

Tristeza que evoca al dolor,
que evoca al sufrimiento,
donde el osado se regodea
al leer las palabras impresas,
no con tinta negra,
sino con lágrimas
de un simple ser.

No será la primera vez
que el osado se desvela,
un dolor igual
al pago de su sacrificio,
por entrever los sentimientos
del que también fue osado.

La noche nuestra musa,
misteriosa y atractiva,
como canto de sirena,
belleza de los mares.

Por siempre devota
mi alma a tu luna,
antaña luz
a tu filosofía oscura.

Profeta milenaria
de adorno espectral,
poema interminable
con descanso finito.

    Canción y plegaria,
    llanto escrito,
    llévate mi corazón
    y deja mi alma
    triste hasta el alba.
Michael Reveron Dec 2014
Desde el lago de la noche a la mar de los sueños

Un río fluye a través de un viaje astral.

Brillo en la luz etérea galáctico

Al flotar por sentimientos que podrían ser.



Viajo a través del tiempo y el espacio

A un espectro exótico para vivir una vez más.

En la azul bruma hipnótica del viejo hombre sabio

Donde los sueños espectrales continúan por días.



Días y días y noches

Apetitos interplanetarios

Saciando gota a gota

Con café dulce hasta que nos detenemos



Hasta que nos elevamos por encima de la luz

Reflejos del aura de mi diosa;

Cristalizando vigas fracturadas en

Encantador mente en los arroyos



Pensamientos e ideas tentadoras

Que nos borra todos nuestros miedos

Que nos lava de todo lo que creemos

Cuando en la Tierra tejió nuestro pensamiento



Desde el lago de la noche, a la mar de los sueños

Luz espectral en vigas de baile

En azul bruma hipnótica de tu corazón

Donde los sueños se prolongan durante días y días...
Estuve en coma inducida por 8 días, este poema más o menos describe mi experiencia a través de mis sueños.

I was in an induced coma for 8 days, this poem explains more or less my experiences through my dreams.
Mejor será no regresar al pueblo,
al edén subvertido que se calla
en la mutilación de la metralla.
Hasta los fresnos mancos,
los dignatarios de cúpula oronda,
han de rodar las quejas de la torre
acribillada en los vientos de fronda.
Y la fusilería grabó en la cal
de todas las paredes
de la aldea espectral,
negros y aciagos mapas,
porque en ellos leyese el hijo pródigo
al volver a su umbral
en un anochecer de maleficio,
a la luz de petróleo de una mecha
su esperanza deshecha.
Cuando la tosca llave enmohecida
tuerza la chirriante cerradura,
en la añeja clausura
del zaguán, los dos púdicos
medallones de yeso,
entornando los párpados narcóticos,
se mirarán y se dirán: «¿Qué es eso?»
Y yo entraré con pies advenedizos
hasta el patio agorero
en que hay un brocal ensimismado,
con un cubo de cuero
goteando su gota categórica
como un estribillo plañidero.
Si el sol inexorable, alegre y tónico,
hace hervir a las fuentes catecúmenas
en que bañábase mi sueño crónico;
si se afana la hormiga;
si en los techos resuena y se fatiga
de los buches de tórtola el reclamo
que entre las telarañas zumba y zumba;
mi sed de amar será como una argolla
empotrada en la losa de una tumba.
Las golondrinas nuevas, renovando
con sus noveles picos alfareros
los nidos tempraneros;
bajo el ópalo insigne
de los atardeceres monacales,
el lloro de recientes recentales
por la ubérrima ubre prohibida
de la vaca, rumiante y faraónica,
que al párvulo intimida;
campanario de timbre novedoso;
remozados altares;
el amor amoroso
de las parejas pares;
noviazgos de muchachas
frescas y humildes, como humildes coles,
y que la mano dan por el postigo
a la luz de dramáticos faroles;
alguna señorita
que canta en algún piano
alguna vieja aria;
el gendarme que pita...
...Y una íntima tristeza reaccionaria.
Mariah Tulli Jun 2014
Owl
O dona coruja,
Me ensina a ser como você
Tão bela e destemida
Sai à procura de comida
Nesta noite desprovida de amor
Onde só existem ódio e dor.
Olhos tão abertos
Onde sempre enxergam
Nessa imensa escuridão
Um pobre cristão
Que será sua próxima refeição.
Olhos que parecem vigiar até o cego
Mas de um encanto fenomenal
Olho espectral
Onde é essencial
Para cairmos na real.
¡Pradera, feliz día! Del regio Buenos Aires
quedaron allá lejos el fuego y el hervor;
hoy en tu verde triunfo tendrán mis sueños vida,
respiraré tu aliento, me bañaré en tu sol.Muy buenos días, huerto. Saludo la frescura
que brota de las ramas de tu durazno en flor;
formada de rosales, tu calle de Florida
mira pasar la Gloria, la Banca y el Sport.Un pájaro poeta rumia en su buche versos;
chismoso y petulante, charlando va un gorrión;
las plantas trepadoras conversan de política;
las rosas y los lirios del arte y del amor.Rigiendo su cuadriga de mágicas libélulas,
de sueños millonarios, pasa el travieso Puck;
y, espléndida sportwoman, en su celeste carro,
la emperatriz Titania seguida de Oberón.De noche, cuando muestra su medio anillo de oro
bajo el azul tranquilo, la amada de Pierrot,
es una fiesta pálida la que en el huerto reina,
toca en la lira el aire su do-re-mi-fa-sol.Curiosas las violetas a su balcón se asoman.
Y una suspira: «¡lástima que falte el ruiseñor!»
Los silfos acompasan la danza de las brisas
en un walpurgis vago de aromas y de visión.De pronto se oye el eco del grito de la pampa;
brilla como una puesta del argentino sol;
y un espectral jinete como una sombra cruza,
sobre su espalda un poncho; sobre su faz, dolor.-¿Quién eres, solitario viajero de la noche?
-Yo soy la Poesía que un tiempo aquí reinó:
Yo soy el primer gaucho que parte para siempre,
de nuestra vieja patria llevando el corazón.
que es esto? de verdad existe un problema?
a distancia te estoy viendo todo el tiempo.
de verdad ameritas otro poema?
o es que el fantasma no deja de acecharme.
Velo de seda, blanco espectral.
Mas bien son tus pérfidos abrazos por la espalda.
Besos en mi nuca que ni siquiera estan ahi.
Y es que solo me queda el vago y amargo recuerdo
de tu mirada.
Y promesas agrietadas.
Yo también...
¡Sí! Yo tengo
-¿por qué no confesarlo?-
un pequeño fantasma,
un duende de familia.

No vaya a suponerse que mi pequeño duende
sea un fantasma hierático,
espectral,
de castillo;
uno de esos fantasmas que arrastran el espanto
entre viejas panoplias
y gritos coagulados,
o delatan incestos
dentro de una armadura.
cuando el silencio calza las funerarias mallas
con que a Hamlet le place pasearse entre las tumbas.

Mi fantasma es doméstico,
recatado,
apacible.
Jamás le he sorprendido actitudes de almena,
ni lo he visto hospedarse

en la caja de un péndulo,
para que sus entrañas se pueblen de latidos.

Cotidiano,
tranquilo,
modesto,
de bolsillo,
mi pequeño fantasma
no ahuyenta los retratos,
ni adopta almas de piedra
o heráldicas posturas.

Tal cual es,
sin embargo,
engalana mis noches
y es el único lujo de mis horas vacías.

Ya sé que con frecuencia revuelve mis papeles,
esconde alguna carta,
empaña mis anteojos,
me humilla al obligarme
a buscar los gemelos debajo de la cómoda,
me esconde la boquilla;
pero es él quien mitiga la fiebre del insomnio,
quien impide que pierdan el compás las canillas,
quien oprime las llagas de las puertas pintadas
y conforta el silencio,
la soledad,
el frío,
al pasear por los cuartos
su incorpórea presencia de fantasma benigno,
de duende que vigila
las sombras
y los ruidos.
Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.

La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.

Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.

Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.

Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.

La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.

En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.

Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.
Montañoso, abrumado, indescifrable,
rojo como la brasa que se apaga,
anda fornido y lento por la vaga
soledad de su páramo incansable.El armado testuz levanta. En este
antiguo toro de durmiente ira,
veo a los hombres rojos del Oeste
y a los perdidos hombres de Altamira.Luego pienso que ignora el tiempo humano,
cuyo espejo espectral es la memoria.
El tiempo no lo toca ni la historiade su decurso, tan variable y vano.
Intemporal, innumerable, cero,
es el postrer bisonte y el primero.
Padre y maestro mágico, liróforo celeste
que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
            diste tu acento encantador;
¡Panida! Pan tú mismo, con coros condujiste
hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
            ¡al son del sistro y del tambor!Que tu sepulcro cubra de flores Primavera,
que se humedezca el áspero hocico de la fiera
            de amor si pasa por allí;
que el fúnebre recinto visite Pan bicorne;
que de sangrientas rosas el fresco abril te adorne
            y de claveles de rubí.Que si posarse quiere sobre la tumba el cuervo,
ahuyenten la negrura del pájaro protervo
            el dulce canto de cristal
que Filomela vierta sobre tus tristes huesos,
o la armonía dulce de risas y de besos
            de culto oculto y florestal.Que púberes canéforas te ofrenden el acanto,
que sobre tu sepulcro no se derrame el llanto,
            sino rocío, vino, miel:
que el pámpano allí brote, las flores de Citeres,
¡y que se escuchen vagos suspiros de mujeres
            bajo un simbólico laurel!Que si un pastor su pífano bajo el frescor del haya,
en amorosos días, como en Virgilio, ensaya,
            tu nombre ponga en la canción;
y que la virgen náyade, cuando ese nombre escuche
con ansias y temores entre las linfas luche,
            llena de miedo y de pasión.De noche, en la montaña, en la negra montaña
de las Visiones, pase gigante sombra extraña,
            sombra de un Sátiro espectral;
que ella al centauro adusto con su grandeza asuste;
de una extrahumana flauta la melodía ajuste
            a la armonía sideral.Y huya el tropel equino por la montaña vasta;
tu rostro de ultratumba bañe la Luna casta
            de compasiva y blanca luz;
y el Sátiro contemple sobre un lejano monte
una cruz que se eleve cubriendo el horizonte
            ¡y un resplandor sobre la cruz!
Rueda la media luna, feliz, sobre el Congreso,
todo su blanco mármol aparece espectral,
y yo estoy sonrosado y tibio por tu beso.
Nocturno, resplandezco, por su influjo, auroral.

Es noche veraniega en la mitad de mayo,
la humedad en la piedra su arroyuelo deslíe.
No existe la mentira, ni la vejez, ni el rayo...
Entreabre tu ventana. Un poco más. Sonríe.
5
Vamos, callados, por el parque frío,
que la niebla hace ignoto, inmenso, estraño.
¡Qué solo todo ¡ay! y nosotros dos!

            -Silencio. Ceguedad. Silencio.-

De pronto, el sol difuso
-¡oh, dónde estaba el sol!-
de un azul instantáneo de ocaso,
nos da a todo -¡qué ardiente confusión!-
la espectral compañía de la sombra.

— The End —