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Leydis Oct 2017
Ya no hay miedo a Seol,
ya no hay risas con dolor.

La noche permanecerá
siendo el guarida designada
para quien su alma quiera resguardar.

Ya no hay miedo a Abadón,
ha morado en ciudades con infame destrucción.
Por ejemplo, las ciudades del olvido,
donde era su nido, una cama de serpientes,
cuyas mordidas las dejaban aturdida e indolentes.

Ya no hay miedo a Abadón
se abandonaron los pensamientos
que tomaron su ser libre y valiente de rehén.

Ya no hay lucha eterna,
solo el presagio de que cada día es una guerra
donde hay algunas fatalidades
y otras que figuran como dicha eterna.

Ella es libre como el mar.
se ha liberado de su padre,
del yugo que la condicionaba,
del amante sin confianza, y,
de la amiga que la circunscribía.

Se ha librado;
del hijo que la manipula.
de la cincha que arbitraba su mocedad,
de la madre que la prostituía por un plato más.
Del poder que de sus ojos disipaba…
cuando su mirada doblegaba.

Se ha librado de todos los prejuicios.
de todos los permisos,
del cinismo,
del sarcasmo y del bullicio,
de las noches sin lunas,
de las brumas que asustan,
de los fantasmas presentes, y
de los amantes inertes.

De su cama hoy es reina y dama.
De su vida es la dueña,
¡del mar ella es su agua,
que a veces parecen reposadas
y otras, tranquilamente inquietas!
De la lluvia es su reina,
ella sale y la espera,
ella danza derramando
en cada paso, el recelo de saber que ha llegado,
otro tiempo, otro sueño, otro amor…..
el que ha descubierto en si misma!

LeydisProse
10/3/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Keev Jun 16
Cantaban las cuculíes y nacía el sol entre los cerros.
La neblina, como un velo, se disipaba lentamente,
y a lo lejos, ibas caminando.

Tus pasos, tan lentos, desafiaban al dios del tiempo,
mientras tu rostro, marcado por la vida,
brillaba siempre con una sonrisa
y una perspicacia única.

Los recuerdos florecen
como las plantas del campo
que solíamos visitar en aquellos paseos:
mi abuelo y yo, unidos por el polvo del camino.

Te extraño, abuelo.
Hace tiempo que no sé de ti;
te has perdido por ahí,
como un susurro llevado por el viento.

Quisiera, a pesar de la edad,
aunque sea, un paseo más…
solo uno más.
A veces el tiempo se detiene en los recuerdos. Este poema es para ese último paseo que siempre quise repetir.

— The End —