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the black cat Jun 2014
es lindo sentir esa sensación  cuando deseas a esa gran persona que quieres, que adoras y que amas

sin darme cuenta y con tan solo una conversación me quedaste gustando, que raro nunca me había pasado esto pero siento que contigo todo me pasa y es algo que me encanta así como me encantas tu, tu sonrisa, tu forma de hablar, tu forma de decirme de mil maneras que me quieres y que quieres estar conmigo de mil maneras posibles.

sentirme libre en tus manos es algo que no se como explicarlo y sentirme amada es algo que quiero que dure para siempre aunque me este engañando a mi misma que algo valla  a durar para siempre, porque este amor que nos sentimos es como una flor que cuando ya se canse de tantas vainas y problema que suele pasar en toda relación se va a marchitar y va renacer otra flor. Pero espero que este gran amor me dure y se marchite cuando ya allá  disfrutado todas mis experiencia que quiero vivir a tu lado
Josias Barrios Nov 2013
Esta noche dormiremos soñando en lo maravilloso que han sido los momentos que hemos disfrutado juntos y deseando que el tiempo vuele para sentir el calor de nuestros cuerpos derritiendo las ganas de satisfacer nuestros instinctos salvajes. Yo añorare saborear la miel que fluye en tus labios y brota de tu ser. Sentirte alrededor de mi, totalmente entregada a que te lleve a nuestro lugar donde solo yo te puedo llevar.
La noche en que estaba tendida -hoy hace diez meses- era la noche
última que iba a pasar en su casa, bajo nuestro techo acogedor.
¡En su casa, donde siempre había sido el alma, y la luz, y
todo! ¡En su casa, donde la adorábamos con la más
vieja, noble y merecida ternura; donde cuanto la rodeaba era suyo, afectuosamente suyo!

¡Y habría que echarla fuera al día siguiente!
Fuera, como a una intrusa... Fuera el pleno invierno, entre el
trágico sollozar de los cierzos. Y habría que alejarla de
nosotros como a una cosa impura, nefanda; ¡que esconderla en un
cajón enlutado y hermético!, y llevarla lejos, por el
campo llovido, por los barrizales infectos, para meterla en un agujero
sucio y glacial. ¡A ella, que había disfrutado por
más de diez años la blancura tibia de la mitad de mi
lecho! ¡A ella, que había tenido mi hombro viril y seguro
como almohada de su cabecita luminosa! ¡A ella, que vio mi
solicitud tutelar encendida siempre como una lámpara sobre su existencia!

¡Oh, Dios , dime si sabes de una más despiadada angustia,
y si no merezco ya que brille para mí tu misericordia!...

— The End —