Ya escucho la primavera,
mis delicados labios de esperanza se llenan.
La grama pastosa, mi cuerpo alienta,
La moja de ternura,
de dulce constancia,
de constante paz,
de inquietante intemperancia.
Me hablan las flores,
me platican de amores
de algunos inquietos,
algunos intensos,
algunos fogosos,
algunos perpetuos,
y de otros amores,
que morirán con el ardor del verano.
Me acuesto en la grama
la convierto en mi cama,
la primavera me habla,
mis ríos se apaciguan,
mis aguas se cristalizan,
se derriten la capas de nieve de mi cuerpo helado,
se robustece mi piel,
se dedica a botar la cachaza,
a humedecer esas plazas,,
que estaban forradas en capas de lasitud por un otoño dilatado,
por un invierno solitario,
que desborono las hojas de mi inmenso árbol.
Si, ya escucho la primavera,
me canta baladas,
me dice al oído ¡que me vista de confianza !
que le riegue mis plantas,
que por ahí muy cerquita, comienzan a florecer,
los sueños que durante el brutal invierno abone con paciencia y con fe.
Me acuesto en la grama,
la convierto en mi cama,
la pastoreada grama, mi piel engrana,
la llena de emoción, de ensueño y vibración,
y, cada tramo de yerba que va regando mi piel,
va ahuyentando el murrioso yermo invernal..
LeydisProse
8/14/2017
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