Soy trigueña y traviesa,
jueguetona y coqueta,
como el trigal soy un mundo,
que te envuelve en sus granos,
que te devuelve el ánimo,
que sopla a tu oído sonetos y poesías,
que te alivian la vida y te llenan de alegría.
Soy trigueña y fruta divina,
saben mis besos a melocotón,
sé derretirme en la mirada de mi amado
como se disuelve en la boca el algodón azucarado.
Soy trigueña y agraciada,
en el amor nunca he sido frugal
siempre me he entregado de más,
porque a la tumba no quiero llegar
con el cuerpo carente de experiencia
y el amor que mi amado debí entregar.
Soy trigueña y risueña,
mi pelo es reposo de las mariposas,
y ha sido un inmenso placer
moler todo lo que me causa pena.
Si soy trigueña y cómo el trigo
en mi juventud mi juicio fue verde,
y al madurar se reflejan en mi sonrisa,
los ambarinos rayos del sol.
Si soy trigueña y cómo el trigo
ya se está revelando en mi cuello la madurez,
mas todo los que he aprendido,
todo lo que he recolectado en el trigal de mis años,
que se ha cultivado en mi tallo (que es mi mente y mi cuerpo),
y han migrado las espigas (lecciones), haciendo el viaje hacia la razón,
y hoy por hoy son todas esas espigas, cosechas de mi labor.
Como trigo maduro aprendí, que no permito,
¡Que mis raíces la corten oblicuamente con la uña!
Todavía soy trigueña!!
LeydisProse
1/11/2018
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