Piedras locas de Chile, derramadas
desde las cordilleras,
roqueríos
negros, ciegos, opacos,
que anudan
a la tierra los caminos,
que ponen punto y piedra
a la jornada,
rocas blancas
que interrumpen los ríos
y suaves son
besadas
por una cinta
sísmica
de espuma,
granito
de la altura
centelleante
bajo
la nieve
como un monasterio,
espinazo
de la más
dura
patria
o nave
inmóvil,
proa
de la cierra terrible,
piedra, piedra infinitamente pura,
sellada
como
cósmica paloma,
dura de sol, de viento, de energía,
de sueño mineral, de tiempo oscuro,
piedras locas,
estrellas
y pabellón
dormido,
cumbres, rodados, rocas:
siga el silencio
sobre
vuestro
durísimo silencio,
bajo la investidura
antártica de Chile,
bajo
su claridad ferruginosa.