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Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
«Eres el más gracioso de la tierra
y el más feliz...»
                                 Y el cómico reía.
Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión,
la de la muerte».-Viajad y os distraeréis.
                                              - ¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad.
                                          -¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer.
                                                -¡Si soy amado!
-¡Un título adquirid!
                                      -¡Noble he nacido!
-¿Pobre seréis quizá?
                                          -Tengo riquezas
-¿De lisonjas gustáis?
                                          -¡Tantas escucho!
-¿Que tenéis de familia?
                                              -Mis tristezas
-¿Vais a los cementerios?
                                                -Mucho... mucho...
-¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.-Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.
-¿A Garrik?
                        -Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.-¿Y a mí, me hará reír?
                                              -¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo- no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
Vianny Sujo May 2016
Te he comparado con un golpe de suerte porque llegas sin avisar y eres una bonita casualidad; con la goma de mascar en un salón de clase porque te mantengo en secreto y te quiero en silencio. He llamado a tus manos una cornisa porque me aferro a ellas para no caer al acantilado; a tus labios les he dicho océano porque me provocas unas ganas inmensas de ahogarme.

Te llamo arte porque aún no te conozco del todo y cuando creo conocerte te encuentro más gamas de colores, porque siempre tendrás algo nuevo que enseñarme.  Voy a empezar a decir que eres mi mar muerto porque evitas que me ahogue y sé que nunca me hundiré cuando estoy contigo.

He hablado del color de tus ojos refiriendo al color de la tierra donde quiero echar raíces y yo ya he comparado al amor con las jacarandas porque haces que todos mis cimientos se estremezcan y que mi primavera quiera pintarse de colores bonitos. Soy alérgica a las flores pero podría aguantar este jardín tan bonito que estás haciendo crecer en mis pulmones y todas estas mariposas caníbales que me revolotean en el estomago.

Terminaré por compararte con la ciencia ficción y con la magia porque aún no me puedo creer que seas real; y sí, la magia existe, pero tú no puedes verla porque nunca te has visto los ojos brillar cuando hablas de algo que te gusta, ni reír a carcajadas hasta que sólo quede silencio y lagrimas de alegría en tus mejillas.

Me estoy proclamando funambulista porque estoy haciendo equilibrio en tus cuerdas vocales y en tu mirada que siempre tiende al infinito, pero ya no tengo miedo de caer porque me has enseñado que tengo unas alas muy grandes.

Verte es como desayunar jugo de naranja, la mejor forma de empezar el día, un agridulce "Te quiero". Eres esa cucharada de más en el café que nadie se atreve a pedir, pero que espera recibir. Eres esa canción que nunca salto en aleatorio y tengo que escuchar dos veces porque la primera no podía parar de sonreír. Eres la piedra más bonita con la que quise tropezar.

No sé si tengo una arritmia en el corazón o sólo es que ahora es más locomotora y menos órgano, corazón coraza, corazón correcaminos... Ojalá tú sepas escucharlo porque cuando estás cerca me grita en los oídos pero no es mi idioma, es el tuyo.

Ojalá ahora puedan entender que cuando hablo de ti hablo de esa mañana de sábado cuando puedes respirar y dejar la mente en blanco durante el desayuno; de esa canción de La Habitación Roja que suena cuando voy camino a casa y el trafico me hace pensar que estoy en el mundo ideal. Hablo de los días lluviosos y grises, de los libros de poesía, de los lapices de colores.

Ojalá algún día me entiendan que cuando hablo de ti sólo quiero hablar de ti y de lo bonito que es que te saquen una sonrisa cuando lo único que quieres hacer es llorar.
Cantaba como un canario
mi amada alegre y gentil,
y danzaba al son del piano,
del oboe y del violín.
Y era el ruido estrepitoso
de su rítmico reír,
eco de áureas campanillas,
són de lira de marfil,
sacudidas en el aire
por un loco serafín.
Y eran su canto, su baile,
y sus carcajadas mil,
puñaladas en el pecho,
puñaladas para mí,
de las cuales llevo adentro
la imborrable cicatriz.
Reclinado sobre el suelo
con lenta amarga agonía,
pensando en el triste día
que pronto amanecerá;
en silencio gime el reo
y el fatal momento espera
en que el sol por vez postrera
en su frente lucirá.
Un altar y un crucifijo
y la enlutada capilla,
lánguida vela amarilla
tiñe en su luz funeral,
y junto al mísero reo,
medio encubierto el semblante
se oye al fraile agonizante
en son confuso rezar.
El rostro levanta el triste
y alza los ojos al cielo,
tal vez eleva en su duelo
la súplica de piedad.
¡Una lágrima! ¿es acaso
de temor o de amargura?
¡Ay! a aumentar su tristura
vino un recuerdo quizá!!!
Es un joven, y la vida
llena de sueños de oro,
pasó ya, cuando aún el lloro
de la niñez no enjugó
el recuerdo es de la infancia,
¡y su madre que le llora,
para morir así ahora
con tanto amor le crió!
Y a par que sin esperanza
ve ya la muerte en acecho,
su corazón en su pecho
siente con fuerza latir;
al tiempo que mira al fraile
que en paz ya duerme a su lado,
y que, ya viejo y postrado
le habrá de sobrevivir.
¿Mas qué rumor a deshora
rompe el silencio? Resuena
una alegre cantilena
y una guitarra a la par,
y de gritos y botellas
que se chocan el sonido,
y el amoroso estallido
de los besos y el danzar.
Y también pronto en son triste
lúgubre voz sonará:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!
Y la voz de los borrachos,
y sus brindis, sus quimeras,
y el cantar de las rameras,
y el desorden bacanal
en la lúgubre capilla
penetran, y carcajadas,
cual de lejos arrojadas
de la mansión infemal.
Y también pronto en son triste
lúgubre voz sonará:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!
¡Maldición! al eco infausto,
el sentenciado maldijo
la madre que como a hijo
a sus pechos le crió;
y maldijo el mundo todo,
maldijo su suerte impía,
maldijo el aciago día
y la hora en que nació.
Serena la luna
alumbra en el cielo,
domina en el suelo
profunda quietud;
ni voces se escuchan,
ni ronco ladrido,
ni tierno quejido
de amante laúd.Madrid yace envuelto en sueño,
todo al silencio convida,
y el hombre duerme y no cuida
del hombre que va a espirar;
si tal vez piensa en mañana,
ni una vez piensa siquiera
en el mísero que espera
para morir, despertar:
que sin pena ni cuidado
los hombres oyen gritar:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!
¡Y el juez también en su lecho
duerme en paz! ¡y su dinero
el verdugo, placentero,
entre sueños cuenta ya!
tan sólo rompe el silencio
en la sangrienta plazuela
el hombre del mal que vela
un cadalso a levantar.
Loca y confusa la encendida mente,
sueños de angustia y fiebre y devaneo,
el alma envuelven del confuso reo,
que inclina al pecho la abatida frente.
Y en sueños
confunde
la muerte,
la vida:
recuerda
y olvida,
suspira,
respira
con hórrido afán.Y en un mundo de tinieblas
vaga y siente miedo y frío,
y en su horrible desvarío
palpa en su cuello el dogal:
y cuanto más forcejea,
cuanto más lucha y porfía,
tanto más en su agonía
aprieta el nudo fatal.
Y oye ruido, voces, gentes,
y aquella voz que dirá:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!
O ya libre se contempla,
y el aire puro respira,
y oye de amor que suspira
la mujer que a un tiempo amó,
bella y dulce cual solía,
tierna flor de primavera,
el amor de la pradera
que el abril galán mimó.
Y gozoso a verla vuela,
y alcanzarla intenta en vano,
que al tender la ansiosa mano
su esperanza a realizar,
su ilusión la desvanece
de repente el sueño impío,
y halla un cuerpo mudo y frío
y un cadalso en su lugar:
y oye a su lado en son triste
lúgubre voz resonar:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!
Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tanta cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.
Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rosseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.
El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar...
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más).
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-****,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardido¹!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.
Krusty Aranda Feb 2017
No me gusta tu sonrisa
ni tus ojos
ni tu pelo
No me gusta tu mirada
ni tu tacto
ni tu cuerpo
No me gustan tus palabras
ni tu risa
ni tu llanto
No me gustan los clichés
que ya tanto
se han contado

Me gusta ver el sueño
que aún pasea por tus ojos
Me gusta la explosión
de carcajadas en tu rostro
Me gusta la pasión
con la que escuchas tus canciones
Me gustan tus eructos
resonando en los salones

Me gusta la poesía
que redactas tan vilmente
Me gusta la tormenta
que desatas en tu mente
Me gusta tu perfume
de cervezas y tabaco
Me gusta el sentimiento
que te invade a cada rato

Me gusta cuando bailas
con la música en el alma
Me gusta cuando conduces
y pierdes la calma
Me gusta cuando te aíslas
y eres tú tu propio mundo
Me gusta cuando hablas
cuando yo me quedo mudo

Me gustas tú, serena
Me gustas tú, exaltada
Me gustas tú en mis brazos
y si no te gusto nada
Me gustas tú en poemas
Me gustas tú en mis rimas
Me gustas tú, imperfecta
Me gustas tú, prístina
Verdes tardes de la selva; tardes
tristes. Río verde
entre zacatales verdes;
pantanos verdes.
Tardes olorosas a lodo, a hojas mojadas, a
helechos húmedos y a hongos
El verde perezoso cubierto de moho
poco a poco trepando de rama en
rama, con los ojos cerrados como
dormido pero comiendo
una hoja, alargando un garfio primero
y después el otro,
sin importarle las hormigas que le pican,
volteando lentamente el bobo rostro
redondo, primero a un lado
y luego al otro,
enrollando por fin la cola en una rama
y colgándose pesado como
una bola de plomo; el salto del sábalo en el río;
el griterío de los monos comiendo
malcriadamente, a toda prisa,
arrojándose las cáscaras de anona unos a otros
y peleándose, charlando, arremedándose
y riéndose entre los árboles;
monas chillonas cargando a tuto monitos
pelones y trompudos;
la guatusa bigotuda y elástica
que se estira y encoge
mirando a todos lados con su ojo redondo
mientras come temblando;
espinosas iguanas... temblando;
espinosas iguanas
como dragones de jade
corriendo sobre el agua
(¡flechas de jade!);
el ***** con su camisa rayada, remando
en su canoa de ceiba.

Una muchacha meciéndose en una hamaca,
con su largo pelo *****, y una pierna desnuda
colgando de la hamaca,
nos saluda:
                    Adiós, California!

El río *****, como tinta, al anochecer.
Una flor de un hedor putrefacto
                                                      como de cadáver;
y una flor horrible, peluda.
                                                      Orquídeas
guindadas sobre el agua podrida.
Silbidos tristes de la selva,
y quejidos.
                    Quejidos.
Hojas tristes que caen dando vueltas.
Y chillidos...
                      ¡Un grito entre las guanábanas!
El hacha cortando un tronco
                      y el eco del hacha.
¡El mismo chillido!
Ruido sordo de manadas de cerdos salvajes.
¡Carcajadas!
                      El canto de un tucán.
Chischiles de culebras cascabeles.
Gritos de congos.
                      Chachalacas.
El canto melancólico de la gongolona
                                  entre los coquitales,
y el de la paloma popone,
                                            popone, pone, pone
Oropéndolas sonoras
columpiándose en sus nidos colgados de las palmeras,
y el canto del pájaro-león entre los coyoles
y el del pájaro de-la-luna-y-el-sol
el pájaro clarinero, el pájaro
relojero que da la hora
y el pocoyo que canta de noche (o caballero)
                                  Cabayero mi dinero Cabayero mi dinero
parejas de lapas que pasan gritando,
y el guis, chichitote y dichoso-fui
                                      dichoso-fuiiiiiiii
que cantan en los chagüites sombríos.
Plateados pantanos rielando,
y las ranas cantando
                              rrrrrrrrrrrrr
!Y un pájaro que toda la noche repite.
Gastón Feb 2015
Aquellas quienes son alguien solo frente a un espejo, quienes sienten lo que son con la camara de su telefono, quienes les importa retocarse por horas para estar minutos en un lugar, son esas personas las que no quiero en mi vida.
Quiero quien se ponga feliz de ver un bosque, que se ria a carcajadas cuando la lluvia las invadio sin aviso, quien disfrute de las luciernagas como de las estrellas, que se descalze a sentir el pasto y juegue con sus dedos en el, que no le importe la gente pero que si le importe el mundo y todo lo que hay en el, que cuando mire sea amor y solo amor, que te acompañe sin invadir, que viva el mundo a contramano y siempre para adelante, que te alimente de felicidad y alegria sin pedir nada a cambio.
Quiero una persona que no ande a las corridas y valore lo que la rodea, que pueda hacer sus cosas con felicidad y no la invadan ni la sofoquen.
Quizas sea utopico pero yo se que esa persona existe, y la quiero conocer, que me invada de amor con una mirada, que nos riamos como locos en una hamaca porque los demas nos estan juzgando.
Quizas este loco, quizas nadie me entienda, pero ya conozco muchos locos, lo que pido no es fuera de lo comun, quiero ver su cara y conocer su nombre porque aunque no la conozca ya estoy enamorado de ella.
¿Quién en la miseria y el amor concilia?
Esto más que un problema es un misterio.
Para hablar de un asunto que es tan serio,
Hubo ayer un consejo de familia.

Hizo de presidente del concejo
Un hombrecito al que la edad agobia,
Y que además del chiste de ser viejo,
Es, nada menos, padre de mi novia.

A su lado, y en cómoda poltrona,
Con franco y natural desembarazo,
Estaba una señora setentona
Con un perro faldero en el regazo.

Y en derredor, con rostros muy severos,
Prontos a discutir y meter baza,
Estaban cual prudentes consejeros
Seis o siete visitas de la casa.

Y entre todos, causando maravilla,
De gracia y juventud, rico tesoro,
Como un ángel, sentada en una silla
Estaba la mujer a quien adoro.

-Con que, vamos a ver, dijo indiscreta
La madre, por anciana impertinente,
¿Es verdad que eres novia de un poeta
Que ya ciñe un laurel de su frente?

-Puesto que lo sabéis, dijo la niña,
No lo puedo negar: le quiero mucho.
-Mereces, dijo el padre, que te riña.
Y la anciana exclamó: -¡Cielos! ¡qué escucho!

¡Blasfemia intolerable que me irrita!
-¡Habráse visto niña descarada!
Dijo en tono burlón una visita
Pegándose en la frente una palmada.

-Los versos nada más son oropeles.
Dijo la anciana en tono reposado,
Y apuesto a que no sirven sus laureles
Ni para sazonar el estofado.

¡Un novio soñador y sin dinero!
Hija, esto sí que nadie lo perdona;
Ya que tiene corona y no sombrero,
Fuera mejor que usara su corona.

-Los hombres, dijo el padre, son perversos
Pero más los poetas de hoy en día.
Quizá te piense alimentar con versos,
Y eso vas a comer ¡pobre hija mía!

-O, quién sabe, agregó con triste acento
Una visita, al parecer piadosa,
Si se irán a poblar el firmamento
O a vivir en el cáliz de una rosa.

-Puede ser, interrumpe otra persona,
Que intenten levantar, llegado el caso,
A orillas de la fuente de Helicona,
Un palacio en las faldas del Parnaso.

El regalo de boda, amigo mío,
Tendrá joyas riquísimas y bellas:
Junto a un collar de perlas del rocío,
El manto azul del cielo y sus estrellas.

Envidia te tendrán los serafines,
Pues tendrás, deleitando tu hermosura,
Una alfombra de nardos y jazmines
Y un ruiseñor que cante en la espesura.

El marido feliz te dará un beso
Diciendo: ¡tengo un ángel por esposa!
¿Y a la hora de comer? ¡quién piensa en eso!
¡Para el poeta la comida es prosa!

Un coro de estridentes carcajadas
Satíricas, terribles, infernales,
Convirtió las mejillas en granadas
Al ángel de mis sueños celestiales.

-¿Conque piensas seguir esos amores,
Tú, la más infeliz de las mujeres,
Piensas con el aroma de las flores
Vivir entre la dicha y los placeres?

¿A qué alta sociedad, hija querida
Te llevará ese amor del cual abusas?
¡Ha de ser muy monótona la vida,
Sin tener más visitas que las musas!

Otra risa estalló ¡bendita risa!
Entonces ella abandonó su asiento,
Y con grave ademán y muy de prisa
Salió, sin vacilar, del aposento.

Llamáronla mil veces, pero ella,
Espléndida, graciosa, soberana,
Como asoma en los cielos una estrella
El rostro fue a asomar por la ventana.

-Ven, me dijo, mitad del alma mía.
Dicen que amarte es prueba de torpeza,
Que por pobre te olvide ¡qué ironía!
Que te deje por pobre ¡qué tristeza!

Como no te comprenden, ya por eso
Destruir mis amores se concilia.
Yo siempre seré tuya: dame un beso;
¡Se ha lucido el consejo de familia!
Sobre la roja España blanca y roja,
blanca y fosforescente,
una historia de polvo se deshoja,
irrumpe un sol unánime, batiente.

Es un pleno de abriles,
una primaveral caballería,
que inunda de galopes los perfiles
de España: es el ejército del sol, de la alegría.

Desaparece la tristeza, el día
devorador, el marchitado tallo,
cuando, avasalladora llamarada,
galopa la alegría en un caballo
igual que una bandera desbocada.

A su paso se paran los relojes,
las abejas, los niños se alborotan,
los vientres son más fértiles, más profusas las trojes,
saltan las piedras, los lagartos trotan.

Se hacen las carreteras de diamantes,
el horizonte lo perturban mieses
y otras visiones relampagueantes,
y se sienten felices los cipreses.

Avanza la alegría derrumbando montañas
y las bocas avanzan como escudos.
Se levanta la risa, se caen las telarañas
ante el chorro potente de los dientes desnudos.

La alegría es un huerto del corazón con mares
que a los hombres invaden de rugidos,
que a las mujeres muerden de collares
y a la piel de relámpagos transidos.

Alegraos por fin los carcomidos,
los desplomados bajo la tristeza:
salid de los vivientes ataúdes,
sacad de entre las piernas la cabeza,
caed en la alegría como grandes taludes.

Alegres animales,
la cabra, el gamo, el potro, las yeguadas,
se desposan delante de los hombres contentos.
Y paren las mujeres lanzando carcajadas,
desplegando su carne firmamentos.

Todo son jubilosos juramentos.
Cigarras, viñas, gallos incendiados,
los árboles del Sur: naranjos y nopales,
higueras y palmeras y granados,
y encima el mediodía curtiendo cereales.

Se despedaza el agua en los zarzales:
las lágrimas no arrasan,
no duelen las espinas ni las flechas.
Y se grita ¡Salud! a todos los que pasan
con la boca anegada de cosechas.

Tiene el mundo otra cara. Se acerca lo remoto
en una muchedumbre de bocas y de brazos.
Se ve la muerte como un mueble roto,
como una blanca silla hecha pedazos.

Salí del llanto, me encontré en España,
en una plaza de hombres de fuego imperativo.
Supe que la tristeza corrompe, enturbia, daña...
Me alegré seriamente lo mismo que el olivo.
Krusty Aranda Nov 2017
En nuestra adversidad nos encontramos
buscando aquello que no sabíamos reconocer
anhelando lo que no quisimos
tentando al destino
burlando a la suerte
en tus ojos mi mirada
en tus manos mis días y noches
en tus labios mi nombre
confundidos caminamos
avanzando paso a paso
cayendo en el camino y levantándonos de nuevo
siempre juntos
con el mismo destino final
desconocido y familiar
invitándonos a sentir
a dejar morir parte de nosotros
para ser revividos
con fuerza renovada
y emociones encontradas
construyéndonos de nuevo
de los escombros de temblores pasados
saliendo a respirar de nuevo el aire
del cual fuimos egoístamente privados
me invadiste como una plaga
rápidamente infectándome
y curándome del mal que antes padecía
sonrisas y carcajadas
lágrimas y besos
la idea del amor más puro
de las estrellas conspirando en mi favor
para escribir en mi firmamento
la nueva historia que hoy contamos
sin un final cercano
Leydis Jun 2017
Así, como se aleja el verano con una brisa otoñal, así entraste tu; Sacudiendo con tu inútil sonrisa,
desde el fondo de mis profundidades,
¡mi apegado y amado miedo a la soledad!

Así entraste tú,
forzando mis carcajadas
y miradas melancólicas a este presente,
como robándole el ruido amaneciente al silencio de la noche.

Así entraste tú, como si conocieses los antojos y pesares
de un corazón que hace años no quiere sentir.

Así entraste,
con tu carácter comprometido, distorsionando el mío.

Así, adueñándote de toda la perfección que existía en mi parálisis emocional.

Así fue-que creo que pasó.

Así, mi irrealizado y paralizante amor platónico.
Sin decirme que no te quedabas.
Que eres un espejismo.
Que puedo regresar a mi apegado y mí amado miedo a la soledad.

LeydisProse
10/2016
https://m.facebook.com/LeydisProse/
Luz
¿Será tu corazón un harpa al viento,
que tañe el viento?... Sopla el odio y suena
tu corazón; sopla tu corazón y vibra...
¡Lástima de tu corazón, poeta!
¿Serás acaso un histrión, un mimo
de mojigangas huecas?
¿No borrarán el tizne de tu cara
lágrimas verdaderas?
¿No estallará tu corazón de risa,
pobre juglar de lágrimas ajenas?
  Mas no es verdad... Yo he visto
una figura extraña,
que vestida de luto -¡y cuán grotesca!-
vino un día a mi casa.
-«De tizne y albayalde hay en mi rostro
cuanto conviene a una doliente farsa;
yo te daré la gloria del poeta,
me dijo, a cambio de una sola lágrima».
  Y otro día volvió a pedirme risa
que poner en sus hueras carcajadas...
-«Hay almas que hacen un bufón sombrío
de su histrión de alegres mojigangas.
Pero en tu alma de verdad, poeta,
sean puro cristal risas y lágrimas;
sea tu corazón arca de amores,
vaso florido, sombra perfumada».
Bajo el árbol redondo de hojas nuevas,
en el rústico banco del idilio,
ella estalló de pronto en carcajadas
como fuente que brota a borbotones.
Y estremecido el olvidado banco,
como si todo el júbilo del mundo
hinchara de vigor sus viejas fibras,
hizo saltar mi cuerpo alegremente
con renovada furia hacia las nubes.
Valeria Chauvel May 2020
Así se pasa la vida,
escribiendo en un papel
queriendo escupir al cielo.

Estoy harta de rogar a pies    
por querer tener palabras
ante venenosas carcajadas
que citan a la inmaculada ley.

Me abraza el delgado manto del Frío  
y dejo que me toquen.
Me entrego a las quimeras
bebiendo el vino de las calles
guardando el pan en mi sostén.

Tengo que fingir orgasmos
con la daga enterrada en mi piel
y mi nombre dejarlo a un lado    
cuidadosamente doblado.

Aprendí a no reconocerme en el espejo
cuando del cuello me agarraban.
Yo era esa dulce agonía
que enriquecía etiquetas de gala.

Desde niña me dijeron que tenía que ser fuerte
y coser mis palabras si quería comer.        
Nunca dejó de caer sangre de mi nariz      
ni de masturbarme con la ternura de insultos.  

No era yo merecedora del jardín de Dios,
era la niña del Diablo, la que comió la manzana.
Tan impura que no fui digna de cuna de oro      
y en el suelo tuve que sepultar la sal.

A mi madre también la violaron.
Relucían claramente sus lágrimas,
esas que la noche no logra desaparecer.  

Yo sabía que era un hombre de inmunidad
heredada, tomada, comprada,    
los pocos recipientes de Dios y su justicia
que figuran el tesoro divino y la tierra santa,
legado restringido para todos los oscurecidos.

Y aunque ella nunca dijo nada,
fueron los muros, los que no guardaron,
el nudo que llevaba en su garganta.

Bajo la sombra de la otredad
el refugio es la luz de la luna;
aunque es fácil sentirse dócil y venal
cuando el sol es tirano y opaca a nuestra urna.
https://open.spotify.com/track/0uT8E3vrqnTpuivD9XGwQt?si=YAnuBuCOSMeWoL0ZlQA98g
Voy a confiarte, amada,
uno de los secretos
que más me martirizan. Es el caso
que a las veces mi ceño
tiene en un punto un mismo
de cólera y esplín los fruncimientos.
O callo como un mudo,
o charlo como un necio,
suplicando el discurso
de burlas, carcajadas y dicterios.
¿Que me miran? Agravio.
¿Me han hablado? Zahiero.
Medio loco de atar, medio sonámbulo,
con mi poco de cuerdo.
¡Cómo bailan, en ronda y remolino,
por las cuatro paredes del cerebro
repicando a compás sus consonantes,
mil endiablados versos
que imitan, en sus cláusulas y ritmos,
las músicas macabras de los muertos!
¡Y cómo se atropellan,
para saltar a un tiempo,
las estrofas sombrías,
de vocablos sangrientos
que me suele enseñar la musa pálida,
la triste musa de los días negros!
Yo soy así. ¡Qué se hace! ¡Boberías
de soñador neurótico y enfermo!
¿Quieres saber acaso
la causa del misterio?
Una estatua de carne
me envenenó la vida con sus besos.
Y tenía tus labios, lindos, rojos
y tenía tus ojos, grandes, bellos...
emgm Sep 2023
no quiero saber lo básico. ya me cansé de preguntar como estas cuando ya sé la respuesta. ¿qué pasaría si te dijera que quiero saber todo de ti? te lo digo con toda sinceridad.

quiero saber por qué piensas ciertas cosas y cómo llegaste a esa conclusión. quiero saber tus comidas favoritas, ¿quizás te gusta el café o el té? quiero saber qué te asusta y qué te hace seguir adelante. ¿quizás no te gustan los pájaros, los gatos, o los perros? quiero saber por qué elegiste dedicarte a tu campo, ¿te gusta tu carrera o anhelas un cambio? ¿duermes con el ventilador encendido o apagado en verano? ¿usas pijama para dormir o ropa interior?

no quiero saber lo básico. aunque sé que es importante, pero quiero ir más allá. más allá de tu color favorito, más allá de tu estación preferida, más allá de la canción que más escuchas. cuéntame tu historia. ¿qué te hace llorar a las 3 de la mañana? ¿qué te hace reír tan fuerte que no puedes respirar? ¿qué haces cuando te sientes solo? ¿has sentido la soledad? cuéntame de tu primer desamor o de la primera vez que tuviste relaciones sexuales. ¿fue planeado o simplemente sucedió? dime cuándo te enamoraste por primera vez. ¿te quizo formar una familia? ¿cuántos niños? dime sus nombres. cuéntame la boda de tus sueños, y quién será los padrinos. ¿o si alguna vez te has emborrachado? ¿como te hizo sentir? ¿y si nos emborrachamos juntos?

no quiero saber lo básico. quiero tu trasfondo, quiero tu historia, tus emociones, tus lágrimas, carcajadas, caricias, risitas.

no quiero saber lo básico, quiero saberlo todo. quiero llegar a conocerte.
est. 2018, revised 2023
carmel Jan 2020
consumistas
consumistas de objetos, de la falsa dulzura del azucar, consumistas de necesidades sociales, aceptaciones, consumismo pidiendo mas,consumismo pidiendo mas, consumismo consumiéndonos.
Que pasaría si tuviéramos sed de  recuerdos, momentos, sonrisas, si tuviéramos necesidad de escuchar carcajadas, de amor, de respeto, si entendiéramos que este mundo solo andamos de visita,  esta hecho para cuidar y no para consumir.

— The End —