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Amir Oct 2011
cuál es el alcance
de estas ondulaciones
que se me adelantan
cuando brinco a traves del
lago de la vida.
sin saber a cual orilla
mi ola llegará.

en la sopa
la verdura es carne
como la carne es verdura.
somos así
en este mundo
goteamos como mocos,
contactos fluidos interminables,
respiramos el mismo aire
que ha sido respirado por milenios.

emitimos lentamente nuestros pigmentos
dentro del remolino de la vida,
en este mundo de arte arremolinado.
cada uno tiene su propio color,
y no podemos evitar mesclarlos.

como un tubo de pintura
sin una tapa
que cae dentro de una cubeta,
y cuyo color, en vivo, entra en erupción,
e impregna su entorno.

disiparse pero nunca desaparecer.

como sangre en la pila
se arremolina con substancia
vibrante y brillante.

esta extensión fina de la vida
se disuelve lentamente hasta la claridad.

se hace, no nada,
sino menos de algo
y parte de más.

sale por el desagüe
pero a donde
desde allí?
karlotti Jan 2014
LAS MANOS
Ellas son las que saben
las que conocen el tamaño de la vida
las que palpan el origen y la tierra
las que conocen la textura de la verdad
Ellas jamas miran de lejos
la bondad del mundo
Sopesan la ternura
como quien da forma al sueño
abiertas mecen las fatigas
Moldean la esperanza y hacen los días
desde la mañana a la noche
Cerradas guardan la rabia
o como animales heridos se doblan
y golpean derrotadas, y salvajes
adoran la piel de los besos
se posan como si todas las aves
y adoran el pan el vaso los alimentos
que ellas tallan, anónimas
renuncian al alboroto de los ojos
y siempre echan una mano
a veces matan y golpean y cuentan
con los dedos para las perdidas
los adioses escavados por ellas
en la tierra o en el aire si regresan
Son furtivas y se adelantan a la lengua
en las incursiones húmedas
en las tupidas oquedades del deseo
y retozan con sus cinco sentidos
cuando alcanzan las charquitas y sus vocales
jamas olvidan el camino que las lleva
a las fuentes de tu nilo escondido
Este poema los escribo sin manos
y soy funambulista por un momento
para que descansen leyendo este poema
y disfruten de su sagrado insomnio.
Y vosotros no olvidéis que como dioses
tenemos la vida en nuestras manos.

— The End —