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Esta noche estoy solo, es primavera, y llueve,
y barajo el recuerdo como un viejo tahúr...
Loco rey de una noche predominante y breve,
sólo he sido la sombra de una nube en la nieve
o el temblor de una espiga bajo el viento del sur.

Amar era mi anhelo, pero amé demasiado,
sin que me engrandeciera jamás un gran amor...
Y ahora están resurgiendo las mujeres que he amado,
melancólicamente, del fondo del pasado,
y yo cierro los ojos, para verlas mejor.

Ellas supieron darme la eternidad de un día,
la gloria de una noche llena de amanecer;
y eran ofrendas vanas que yo no agradecía,
evaporados vinos de una copa vacía
que iba de mano en mano, de mujer en mujer.

Todas fueron princesas en la magia de un cuento;
todas fueron mendigas de un agrio despertar...
Y ahora ya nadie escucha mi acento descontento,
porque soy como un buque batido por el viento,
que se quedó sin velas en la orilla del mar.


Queriendo amar a tantas, quizás no amé a ninguna,
o amaba solamente mi propia juventud;
pues eran, al reclamo de una buena fortuna,
propicio todo instante; toda cita, oportuna;
toda puerta, accesible; frágil toda virtud...

Mi corazón cantaba sobre la primavera,
cuando hasta en las espinas quiere abrirse la flor...
Después se fue apagando mi bujía de cera,
pero tan lentamente como si no supiera
si empezaba una sombra o acababa un fulgor.

Ellas, las que me amaron, supieron de mi olvido;
y ellas, las olvidadas, me olvidaron también.
Y hoy, a veces, me miran como a un desconocido,
como si me miraran buscando un parecido
que les recuerda a alguien, sin recordar a quién.

Usurpador furtivo de caricias ajenas,
ejercité mis besos para la ingratitud.
Y hoy, mercader de espumas, agricultor de arenas,
prófugo delirante que añora sus cadenas,
soy un hombre sin sueños entre la multitud.

Pero sí por las gracias de un Dios caritativo
renaciera de pronto la juventud en mí,
yo, esclavo de mi sombra, libertador cautivo,
olvidaría entonces la vida que ahora vivo,
para vivir de nuevo la vida que viví...
14
El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
-soñaba altos muros
guardándote el alma-
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.
Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entradas tu alma.
¿En dónde empezaba?
¿Acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado en las vagas
lindes de tu alma.
Creímos que todo estaba
roto, perdido, manchado...
-Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando-.

¡Lágrimas rojas, calientes,
en los cristales helados!...
-Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando-.

Se acababa el día *****
revuelto en frío mojado...
-Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando-.
El grafófono,
A tarde y mañana,
En el puente del barco
Sonaba y sonaba.

Era un barco muy viejo,
Un barco de carga
(Ron, azúcar y negros).
Que todos los meses salía
                              El día 19,
                              De Martinica
                              Para Burdeos.

                  Negros y negras
(Café tinto con gotas de leche)
Bailaban a tarde y mañana
Shimmy, jaba y fox-trot en el puente;
Charleston no se bailaba

Que es mal de San Vito reciente;
Corbatas muy rojas, los hombres,
De rojo y azul las mujeres,
Zarcillos de oro, muy largos,
          De carey, brazaletes,
Y Houbigant y sudor confundidos....
Houbigant en sudor.... ¡qué mal hueles!

                              «Adieu! Fort de France!»
                              Decían riendo.
¡Qué blancos sus dientes lucían
En los labios carnudos y anémicos!

                              Y seguía el grafófono,
Y seguían bailando los martiniqueños.

                              De pronto
El cielo se puso muy *****.
Y estrellóse en el barco una ola,
Una ola muy grande, rugiendo,
Y la ola inundó todo el puente
...Era el mar, que colérico
Acababa con música y baile
Y escupía en la cara a los negros.
hoy
Antes de dormir, pensé en ti.
Y recordé que hace bastante tiempo que no te sueño.

Y te soñé, precisamente hoy que cumples años.
Soñé que te molestabas porque casi se acababa el día y no te había felicitado.
Me desperté y te mandé mensaje.

Un mensaje pequeño, muy preciso.
Un mensaje limitante, te quería decir tantas cosas.

Esperaré, a que algún cumpleaños estemos juntos.
Valeria Chauvel Jun 2018
Al esplendor de la luna,
los lobos aúllan,
y las montañas morenas,
se inclinan con astucia.

Las estrellas tintinean en goce,
con la luz cegadora de la noche,
que ilumina a las aves del bosque,
empezando el cántico de las doce.

Los arboles rugen al redoblar de los tambores,
que tocan aquellos pequeños roedores.
El aire silba y silba con dulzura y firmeza,
cortejando al gran reino de la naturaleza.

Los grillos se unieron al coro,
tarareando un melodioso tono,
mientras las luciérnagas, el aire escarchaban,
de ámbar, rosado y rojo escarlata.

Las hadas y duendes felices danzaban,
llenando las flores de rocío conforme bailaban.
El vals de la luna ya acababa,
pues el amanecer se asomaba.

Esta fiesta nocturna,
dejaba a la arboleda taciturna,
ya que el sol salía del horizonte,
apagando todas las luces del monte.

— The End —