Estos poemas
—antes cicatrices, antes noches sin luna—
ahora son losas de mármol
pulidas por el tiempo.
Me presento ante ustedes:
almas con maletas de dolor.
Aquí, mi pecho es mesa,
mis versos, estantes.
Guarden sus recuerdos
en las vitrinas limpias.
No hay candados,
ni boletos de entrada.
Solo una regla:
"Trae tu vacío,
y llévate el eco
de lo que un día
también fue alegría."
El mármol no miente.
Mira cómo brilla
aunque lo tallaron
con lágrimas.
Mel Zalewsky.