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Classics

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Poems

Amado es la palabra que en querer se concreta;
Nervo es la vibración de los nervios del mal.
¡Bendita sea y pura la canción del poeta
que lanzó sin pensar su frase de cristal!...Fraile de los suspiros, celeste anacoreta,
que tienes en blancura l'azúcar y la sal,
muéstrame el lirio puro que sigues en la veta,
y hazme escuchar el eco de tu alma sideral.Generoso y sutil como una mariposa,
encuentra en mí la miel de lo que soy capaz,
y goza en mí la dulce fragancia de la rosa.No busques en mis gestos el alma de mi faz;
quiere lo que se aquieta, busca lo que reposa
y ten, como una joya, la perla de la Paz.
La tortuga de oro camina por la alfombra
y traza por la alfombra un misterioso estigma;
sobre su carapacho hay grabado un enigma
y círculo enigmático se dibuja en su sombra.Esos signos nos dicen al Dios que no se nombra
y ponen en nosotros su autoritario estigma:
ese círculo encierra la clave del enigma
que a Minotauro mata y a la Medusa asombra.Ramo de sueños, mazo de ideas florecidas
en explosión de cantos y en floración de vidas,
sois mi pecho suave, mi pensamiento parco.Y cuando hayan pasado las sedas de la fiesta,
decidme los sutiles efluvios de la orquesta
y lo que está suspenso entre el violín y el arco.
Ada Negri  Jun 2017
Lettere
Brevi erano le tue lettere, precise, tutte muscolo e nervo,
di mano più usa al compasso, alla squadra, al gesto del duro comando.
Dicevan le semplici cose con semplici **** parole;
ma due ne portavano in fine, due, sempre le stesse: "Sei mia".
E quando ella giungeva, leggendo, al termine noto,
s'abbandonava all'indietro, vuotata del sangue, morente d'amore.
Ombre violacee intorno alla socchiusa bocca, all'affilato naso
precipitoso palpito delle vene gonfiate alle tempie alla gola
cecità delle palpebre, tensione delle mascelle nel desiderio
faccia di donna agonizzante in estasi, tu non la vedesti,
nessuno la vide. Era sola.

Ora, ogni notte, la donna che più non vorrebbe esser viva
nel vuoto della sua casa che ha odore di cenere spenta
scioglie un pacco di lettere legato con un nastro nero.
E legge; e, giunta al termine ben noto che a ognuna è sigillo,
ancor s'abbandona all'indietro, vuotata del sangue, morente d'amore.
Così, dalla tomba, con dura predace potenza di sillabe scritte
tu l'imprigioni, o scomparso, tu la possiedi così.