Somos un estado igual a todos los demás; destruimos y matamos por nuestras diferencias. No nos gustan los que son diferentes a nosotros, mejor una cabeza en la tierra que una cabeza pensante.
¿Quién les permitió pensar diferente? Somos el estado, pensaremos por ti, pero a diferencia de nuestros colegas somos independientes, nuevos en la zona relevante, somos menos hipócritas y atacamos directamente.
Nos gustan las mujeres también, pero no para el comercio, no "occidentalizadas", nos gustan tapadas y calladitas. Nos encantan los niños, como a los otros estados, pero los adoctrinamos sin darle tantas vueltas.
Nuestros juguetes hacen daño, pero siempre sincero, siempre por una razón. Somos el estado nuevo, "la nueva revolución". En otras partes del mundo nos imitan, bien vestidos y con otro dios.