Cuando solo las lágrimas escribían, no se hacía sinapsis hacia el mañana. Era un presente sin dirección, sin orden, sin control, e injustamente sin final.
No amanecía. No había nada después: ni canción, ni libro, ni amor.
Pero llegó el mañana. Y sí, hay mucho. Todavía algo para ti:
Gratitud. Una sonrisa, un adiós, una poesía.
Este Poema se escribe para recordar, para soltar, para sanar.