Si el conocimiento tradicional, la intuición y la razón, definen tanto lo que uno es como lo que puede alcanzar.
El camino hacia la propia evolución personal, requiere esfuerzo tanto físico como mental.
Dejar al lado esa opción es anclarse en el confort, pedaleando sobre una bicicleta estática, donde los días se desvanecen sin progreso ni solución.
Perdiendo por ello la oportunidad de evolución, en una búsqueda constante de luz y profundidad.
Sobre una senda elegida, libre de influencias que entorpecen el crecimiento personal, tanto las originadas por los recovecos de la propia mente, como del exterior.
Una forma de pedalear singular, genuina y auténtica, sobre terreno firme y de alta montaña.
Y una opción más de vivir la vida, aceptando lo que es...