Si cada pequeño avance es una gran montaña escalada, y desde su cumbre, con asombro y humildad, se divisan otras mil más.
Entonces,¿la ignorancia ante la propia existencia y sus misterios incuestionables?...
¿es el motor invisible que nos empuja hacia adelante?
En un universo lleno de incógnitas y oportunidades, que asombra por su inmensidad, donde siempre queda y quedará por escudriñar:
¿hasta dónde podemos llegar?
Sobre todos los misterios e incógnitas que rodean al proceso vida-muerte, en relación con un cosmos vasto y transcendental, imposible de descifrar...
¿más allá de la ignorancia?
Cuando entiendes que formas parte de un todo universal, que va más allá de toda compresión humana, vives en paz y agradecido por ello, por y para evolucionar.
Por lo que tu propia ignorancia, no se presenta como una condena o destino inevitable.
Sino en el faro de luz, que impulsa al conocimiento del saber más allá:
Incluso de los misterios que rodean a la propia muerte.