Lamento no haberte dicho que te quiero. Lamento no haberte abrazado cuando te tenía a un lado. Lamento no haberte besado. Cualquiera de esas tres, parecen nada ahora. En el momento simplemente no pude; no quería alejarte y al parecer, ahora no te tengo ni cerca. Lamento haber tenido miedo de actuar, pero la verdad, *sí te quiero.