Mis pensamientos no se gritan,
se susurran en rincones donde nadie llega,
como si supieran que el mundo no los entendería.
Son míos. Tan míos,
que a veces ni yo sé si me pertenecen o me dominan.
Pienso…
pienso demasiado a veces,
como si la cabeza fuera un cuarto oscuro
lleno de espejos rotos
donde mi reflejo no para de cambiar.
Mis pensamientos no son solo ideas,
son tormentas calladas,
ríos sin cauce,
suspiros del alma cuando no puede llorar.
A veces me pregunto si pensar tanto
es una forma de hablar con Dios sin que Él responda,
o si es simplemente
la manera en que el alma se defiende del vacío.
Mis pensamientos no duermen,
se despiertan en medio de la noche,
me cuentan verdades que duelen,
me muestran caminos que no existen,
me hacen recordar cosas que no pasaron,
y llorar por cosas que aún no sucedieron.
Pienso en quién soy…
¿Soy lo que hago? ¿Lo que siento?
¿Soy el eco de lo que nunca dije?
¿Soy un alma esperando ser entendida
en un mundo que sólo escucha gritos?
Mis pensamientos son puentes y prisiones,
me elevan y me entierran.
Me preguntan si alguna vez seré suficiente.
Me dicen que hay belleza en la duda,
pero que hay dolor en buscar verdades
que tal vez no existen.
A veces quisiera apagar la mente,
ser solo cuerpo, solo instante,
pero sé que sin mis pensamientos…
no sería yo.
Porque aunque me duelan, aunque me cansen,
aunque a veces me lleven a lugares oscuros,
mis pensamientos me han salvado más veces
de lo que cualquiera sabría.
Son mi casa, mi condena, mi poesía.
Y en ellos vivo,
aunque a veces no se note.
Derechos de autor ©️
~Daniii