senderos me conducen a tu tumba con ganas de mojar mis prosas que la tinta se desparrame en la superficie y que las palabras callen en el ahogo
bien al fondo se escuchan gritos de suicidas, de ensayistas que callaron en vida pero resplandece tu voz, que en inesperada obviedad de no ser la negra hace que mis lágrimas dancen en compañía del agua salada
te pido Alfonsina por favor que si en un día cercano bajo me calles al escuchar eternamente, cual hombre encantado por sirena, las dulces lecturas que compusiste con caracolas que musicalizan paz.
escuchando atentamente el dulce daño con los peces devorando mi carne, te prometo que me dolerá menos de lo que me dolió existir.