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3d
Amar es un acto de valentía y misterio,
una búsqueda en la vasta oscuridad del ser,
un riesgo perpetuo de entrega y pérdida,
un diálogo silencioso entre dos almas inciertas.

Amar a la persona correcta
no es solo un capricho del destino,
sino la conjunción precisa de tiempos,
el encuentro de dos ríos que no se ahogan en el mar,
sino que se mezclan para formar otro cauce,
más profundo, más puro, más auténtico.

Pero amar a quien no es para ti
es como navegar sin brújula ni estrella,
es construir castillos en la arena movediza,
es poner la esperanza en manos quebradas,
es sembrar semillas en tierra estéril,
esperando que florezca un jardín olvidado.

El amor errado es la sombra que sigue,
la herida que no cicatriza,
el eco de un “quizás” que nunca fue,
la nostalgia de un tiempo robado al silencio.

Y sin embargo, amar incluso en el error
es parte de la esencia humana,
porque el alma se hace sabia
no en la perfección, sino en la caída,
no en la certeza, sino en la duda,
no en la gloria, sino en el barro.

Nos arrepentimos de los amores perdidos,
de las promesas que se desvanecieron,
de los abrazos que fueron cadenas,
de las lágrimas que regaron ilusiones que no crecieron.

Pero el arrepentimiento, más que castigo,
es maestro con rostro severo,
es la voz del tiempo que susurra:
“Aprende a amar lo que mereces,
a no regalar la vida a quien no sabe verla,
a no ofrecer el alma a quien no la cuida.”

Amar bien es una alquimia sutil,
un equilibrio frágil entre el dar y el recibir,
un arte que se cultiva con paciencia y verdad,
que no se pierde en la obsesión ni en el sacrificio vano.

No hay peor dolor que el de quien ama sin ser amado,
pero tampoco hay mayor enseñanza que la de quien se descubre a sí mismo
en ese espejo roto.

Al final, amar es un acto de libertad:
liberarse de la necesidad,
de la dependencia que esclaviza,
de la expectativa que paraliza.

Amar la persona correcta
es un acto de rebeldía contra el miedo,
es un salto al abismo con la certeza
de que las alas nacen de la caída.

Y si algún día dudas de ese amor,
si el error se asoma con su sombra fría,
recuerda que amar no es poseer,
ni salvar, ni transformar al otro,
sino reconocerse en el otro,
y en esa unión, hallar la totalidad.

Porque el amor verdadero no pide,
no exige ni suplica,
no se aferra ni consume,
sólo se ofrece, se expande, se vuelve luz.

Amar la persona correcta es, entonces,
un acto de revolución interna,
una reconciliación con uno mismo,
una verdad que no se puede negar:
que el amor auténtico es aquel
que te eleva, te sana, y te hace libre.

Y si alguna vez te encuentras amando la sombra,
no te condenes, no te olvides, no te pierdas;
aprende a distinguir la luz en el tiempo,
a medir la distancia entre el alma y el reflejo,
y a caminar siempre hacia el amor que merece tu esencia.

Porque amar bien no es cuestión de suerte,
es cuestión de sabiduría, de respeto, de coraje.
Y cuando ese amor verdadero llegue,
será el fin de todas tus dudas,
el comienzo de la paz en tu pecho,
y la eternidad breve de un instante pleno.

Derechos de autor ©️

~Daniii
Daniii
Written by
Daniii  15/Uruguay
(15/Uruguay)   
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