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2d
Guardé este día para mí,  
para tallar tu nombre en el aire,  
tu perfume —ese aroma a almendra y sol—,  
tus ojos dorados  
como trigo maduro bajo el cielo de junio.  

Para ti no hay reproches,  
solo este puñado de memorias  
que me arrullan y me ahogan  
en el mismo suspiro.  

Yo fui el que besó tus labios,  
el que supo del cielo  
en un instante fugaz,  
el que coleccionó tus cartas  
como mapas de un tesoro  
que ya no existe.  

Yo, que me hice pájaro  
solo para caer  
cuando te vi partir
"mi luna alejándose  
de mi noche vacía."

Yo, que no entendí  
que te ibas no por voluntad,  
sino porque el mundo gira  
incluso para los que se aman en el cielo.  

Yo, que te culpe  
sin ver tu corazón roto,  
ciego por las nubes espesas  
de mi propio dolor.  

Aún sueño que compartimos el pan,  
que tu mano busca la mía  
en la penumbra,  
que me miras  
a pesar de saber  
que rompí mi promesa  
como se rompe un hilo  
al tirar demasiado fuerte.  

Tal vez hoy  
otro hombre te nombra,  
admira desde su ventana  
cómo la luz juega  
en tu pelo de atardecer,  
te llama "luna"  
y cree ser el primero  
en descubrirte.  

Aprendí la lección:  
los árboles que talé  
no reverdecerán,  
las flores que te di  
se secaron en el jarrón  
de mi egoísmo.  

No tocaré tu silencio.  
Ahora solo soy  
un retrato borroso,  
un nombre que repites  
bajo la lluvia  
cuando crees  
que nadie te escucha.  

Y aunque ya no vea  
el oro de tus ojos,  
ni escuche el violín  
de tu voz,  
sé que respiramos  
el mismo aire frágil,  
que ambos miramos  
las mismas estrellas  
y acariciamos  
la misma luna  
desde orillas distintas.

Mel Zalewsky.
"Para ti, Brenda. Puede que nunca leas esto, pero mi corazón necesitaba decir: lo siento mucho."
Mel Zalewsky
Written by
Mel Zalewsky
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