Un columpio de mi patio hasta San Juan, para que, cada que quieras, puedas ir a visitar: la brisa del mar, el café de abuela. Tus greñitas llenas de arena y de sal, unos tostones, un sándwich con pan sobao, un café Yauco… un mofongo los gorditos.
Una llamada cada semana que se vuelva presencial en Caguas, un vuelo directo, sin escala, y quedarnos meses aquí, con una serenata de coquís.
Una máquina del tiempo — para salvar a aquel niño, unos tostones de pana, unlimited bacalaito.\
Una isla independiente, un gobierno incorruptible, una casa con cimientos fuertes, una luna de ámbar que nos alumbre.
Dos tripletas, tres cocas de dieta, cinco dulces de guayaba, y una piña colada…
Un columpio gigante que te lleve de nuestro patio a San Juan…