Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Jun 3
Entre mis dedos reposaba
la manzana perfecta,
su piel carmesí pulida
por mil besos de sol.

A su alrededor,
las verdes hermanas
susurraban su envidia,
mendigando trozos
de su rojo vestido
para cubrir su inmadura desnudez.

Y ella, generosa hasta el delirio,
les regaló su piel,
su dulzura,
arrancó su última hoja
para enjugar lágrimas
que nunca fueron suyas.

Ahora la luz la quema,
su carne se oscurece
como noches sin luna,
como pensamientos
que se pudren en silencio.

Cayó.
No al suelo fértil,
sino sobre páginas blancas,
donde sus jugos
se transformaron en tinta.

En su agonía escribió,
cada letra
una porción de su ser,
cada palabra
un pedazo de piel
donándose al papel.

Las hojas secas,
como mortajas,
cubrieron sus ojos,
robándole el último azul
del cielo.

El tiempo, juez cruel,
la envejeció entre libros,
sin decirle que su dolor
era tierra fértil,
que su alma fragmentada
germinaría como semilla
para todos los sedientos
que buscan belleza
en el bosque de las palabras.
Mel Zalewsky.
Mel Zalewsky
Written by
Mel Zalewsky
47
 
Please log in to view and add comments on poems