Crees que conoces la ley, pero yo soy la maldita ley. Y en realidad no me conoces, así que en realidad no conoces la ley. Permíteme volver a presentarme; yo soy la rey de esta ciudad y de estos mares. Yo soy la maldita rey. Debajo de mí, te arrodillarás y llorarás. Para usurparme, no habrá manuales. Porque no puedes acabar con el régimen que es mi ira y mi furia. Me cuentan en los cuentos de hadas, estoy escrita en la leyenda. Bebo las lágrimas de las perras, sus gritos son mi merienda. Crees que conoces la ley, pero yo soy la maldita ley. Y yo soy tu maldito rey. Y frente a mí, te arrodillarás y orarás.