El calor puede ser frustrante, desesperante, estresante, agobiante, irritante, sofocante... odio el calor. Pero hay una excepción, tú eres una excepción. Amo el calor de tus miradas, tus cálidos abrazos, el de tus manos tocando y acariciando mi cabello y mis mejillas. Amo tu calor. Amo el calor que me transmites. Pues es el refugio que acoge mi alma y la llena de vida y armonía.