En un respiro, tú cambiaste, yo también, la situación allá afuera está muy loca. Todo el humo de los problemas, al parecer, ese humo entra en mi mente.
No van a recordarnos; somos irrelevantes. Quería verte, pero las piedras en el camino de mi cabeza, me obligan a dar media vuelta.
En una larga fila estaba, pensando en el poco dinero que tengo, pensando en mi futuro extraño y torpe, pensando en cómo no dije más que "hola".
Yo me pinto la cara; tú eres simplemente tú. No es de extrañarse: no necesitas ninguna máscara.
Nos harán polvo, en fotos separadas nos verán, nuestros nombres en una lápida. Dime, ¿me recordarás?