Las puertas de palacio están abiertas para todas esas bellas damas con sus bonitos vestidos. No te equivoques, puedo ser tan fuerte como débil, lo demuestro Me puedo romper con tanta facilidad como con la que me construyo. Soy un furgón y una jarra de vino. Una navaja afilada, si es que te acercas. Si quieres pelear, me da igual, lo haré aunque tu sangre sea la misma que la mía la que fue, alguna vez. Las mujeres que están en palacio son de diferente estatus al mío se vivir, estoy preparada para morir para la lucha. Apago todos los cigarros en mis mejillas y dejo que las lágrimas saladas curen las heridas hoy llevo puestas mis medias de rejilla y mentiría si dijese que a ti en especial no te pienso una vez al día. Hoy llevo puesta la armadura Tumbada en el sucio suelo saliendo humo de cada orificio de mi roto cuerpo. A todas las putas de palacio les cosieron una tela en el ombligo para que los hombres que se acostasen con ellas olvidasen que ese “ser” alguna vez había nacido. Cuando termine el invierno y la hierba levante el suelo, cuando crezcan los crisantemos y se abran todos los cerezos, cuando eclosionen todas las crisálidas y la nieve se funda bajo tu peso. ¿Compensará el arte por el ****? ¿amarme o amar? ¿Y si Dios es real? ¿Y si me equivoco? una vez más. Estoy atrapada dentro del palacio ¿Y si despierto y todo es real? me volveré a equivocar una vez más. No te necesito para seguir viviendo ni a ti ni a nadie, no me conoces lo suficiente soy el huracán que arrasa con las playas de Florida Soy la rama del junco que, aunque firme, se doblará pero nunca se quebrará. Estoy atrapada dentro de la bestia; Las calles nocturnas de aquella ciudad y el mar el faro y la verja que hay que atravesar el puerto los labios y las escaleras que llevan al agua. La sensación de beber viviendo en un panal lleno de miel. Atrapada en el interior de la bestia como en un romance cruel.