¿Se es posible montar el sol y tenerlo a riendas sin quemarse?
Las montañas te odian te robaste a sus hijos, te los tragaste como Saturno. Saboreaste su sangre y en ella encontraste regocijo.
Jinete de brillo teñido diestro en ***** de serpientes cabalgas al vulgo, chasqueas los dedos y embruteces esqueletos. Con un simple papel bastó para opacar a mi dorada semilla.
Ahora camino por tierra húmeda y mártir es la luna que soporta al asesino.
Hace días que huele a mierda, se rumorea entre secos campos de un hombre mitad Dios que mira por encima y da comida.
Unos le besan la mano, otros le peinan el cabello, también hay los que limpian su estiércol.
Y no sé quién perdió los sesos, si el que está arriba sentado o el hombre en el piso arrodillado.
La tierra esta de luto miles de almas oscurecidas. Las estrellas que dialogan ya nadie las mira.