Besar a la tierra me da un asco tremendo; no me dejen dormir, no paren de menear mi elegante recinto con tal de hacerme abrir los ojos; no insistan en aliviarme ni alegrarme ni vestirme ni alabarme entre la pureza de sus flores y la hipocresía, descaro y audacia de sus plegarias de resurrección, sus estorbosos berrinches insípidos; dejadme entre los dedos de mi madre morena; permitid el abrazo de sus diminutas uñas blancas y cosquillosas que masticarán mi elemento, fructuoso, caníbal ritual; dejadla manosearme y atraparme entre sus uñas purablancas, inmóvil; siendo pura mugre, suciedad, tierra; quitadme mi alta, arránquenmela; soltadla, dejadla caer, dejadla reventarse en el rudo seno del pavimento donde lo inútil, lo desechable y lo desvalido reposa junto al amor de su vida, durmiendo juntando sus sucias, frías mejillas, sonrojándose y quemando el gris labiopar al arcoíris derrotado y pestilente, marcando al animal con su beso soñando despiertos, mirando hacia otros mundos que nos esperan en globos de harto visto.
...derramen, derramen háganme olvidar háganme olvidar que se fue, se fue se fue se fueron...