nos creemos exentos de decirnos a la cara quienes somos y se nos borra
ahora la risa como broma se asoma en estas mañanas frías dónde el sol sirve de alarma entre los huecos de aquel trapo que colgaste en tu ventana conseguí mi misa de cada semana y los vitrales de tus ojos cada domingo me dan un salmo y ya casi nunca me calmo ante la idea de que un día partas